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El Almirante Robert, Martinica, sus gomeros y sus yawls

Testimonio de Charles-Henri Fargues.

"En 1943, el almirante Robert, de siniestro recuerdo, gobernaba la colonia con puño de hierro. Estadounidenses y británicos impusieron un bloqueo total de la isla, inmovilizando la flotilla de guerra francesa anclada en la bahía de Fort-de-France. Allí se encontraban el portaaviones Béarn, con 107 aviones a bordo, el crucero Émile Bertin, que había transportado las 350 toneladas de oro del Banque de France hasta ese momento, lo que representaba doce mil millones de francos de 1940, el crucero de instrucción Jeanne d' Arc y varios otros buques, cruceros y submarinos que se habían refugiado allí, algunos de ellos desde el comienzo de la guerra.

Al mismo tiempo, la juventud de Martinica escuchó la llamada del general De Gaulle. Desde los pueblos, el campo, las colinas y los barrancos, cientos de ellos partieron o quisieron "pasar a la disidencia" para unirse a los emisarios de la Resistencia en las vecinas islas inglesas de Dominica, al norte, y Santa Lucía, al sur. Los contrabandistas armaron gomones e intentaron la travesía bajo la triple amenaza de las patrullas de Vichy del Royale, los submarinos estadounidenses que vigilaban el bloqueo y el mar aún agitado en los canales entre las islas.

Madera de caucho

Incluso entonces, los árboles de eucalipto necesarios para fabricar las embarcaciones tradicionales se talaban en las islas vecinas. El bloqueo impedía cruzar los canales para traer los troncos, por lo que escaseaba la madera de eucalipto. Los carpinteros de ribera ya no podían fabricar canoas. La situación se hizo aún más difícil para los marineros y pescadores, que ya no podían encontrar eucaliptos para sustituir a los que habían sido incautados por la administración de Vichy, o a los que se habían hundido en la siempre peligrosa aventura de Dissent. También estaban los que se habían quedado en Dominica o Santa Lucía, tras haber completado su travesía disidente, o simplemente los que habían alcanzado el límite de edad y debían ser reemplazados.

En esta época, en toda la isla hay dos tipos principales de embarcaciones. El gumboat, que se utiliza en la costa atlántica para navegar a favor del viento, aprovechando el viento de levante. Se trata de una vela rectangular, a menudo cuadrada, mantenida tensa por un sprit llamado verga. En la costa caribeña, el gumbo es impulsado por remos. La segunda embarcación es la barca. Se trata de un esquife de fondo plano útil para navegar por cayos y manglares y remontar ríos. Las dos canoas se utilizan sobre todo para pescar.

La idea del esquife

Es probable que en varios lugares de la costa de barlovento, y simultáneamente, en circunstancias particulares debidas a la guerra, uno, luego dos y después varios carpinteros de ribera diseñaran y construyeran un barco que tomaba prestado del eucalipto el uso de madera excavada y la forma redondeada del casco, y del yawl de fondo plano la técnica de ensamblaje.

Crearon un nuevo barco más estable, más rápido y más apto para navegar. Había nacido el yawl redondo. Se impondría en toda la costa atlántica y prosperaría, sustituyendo al gumbo, que seguía utilizándose en la costa caribeña.

Jirafas de regata

Aprendices de Jean Lafontaine en un principio, Osman Appat y Michel Mongin construyeron yawls de vela redonda y, más tarde, los primeros yawls de competición que acapararon titulares. Algunos de ellos, como Frisson, Good Year y B707, fueron construidos por Michel Mongin.

Hoy en día, estos barcos sólo se utilizan para competiciones. En su fabricación se utilizan materiales modernos, como el carbono y la resina. Los gumboats y los yawls redondos compiten a veces entre sí, pero sus caminos se separaron a principios de los años setenta. En los últimos años, el yawl redondo, apoyado por la Fédération des Yoles-Rondes de Martinique, ha conseguido acaparar la atención mediática. Cada año, el Tour de la Martinique des yoles-rondes, que se celebra durante la primera semana de agosto ante decenas de miles de espectadores tanto en tierra como en el mar, es con diferencia el acontecimiento más popular del país.

A nivel de fabricación

El yawl redondo se construye a partir de un armazón sobre el que se ensamblan tablones. En competición, la tripulación del yawl, cuando está aparejado al trinquete, está formada por un máximo de 14 tripulantes y lleva velas que pueden superar los 80m2. El gommier es una embarcación monóxila construida a partir de un tronco ahuecado, cuya arquitectura es herencia directa de las técnicas de fabricación de piraguas de los amerindios, primeros ocupantes de la isla.

Cabe señalar que la gomera ya se había fabricado en respuesta a una escasez inicial, pues los troncos de los árboles ya no eran lo bastante grandes para proporcionar suficiente profundidad a las piraguas, por lo que el tronco excavado se utilizó como casco sobre el que se montaba el entablado. Las tripulaciones de las piraguas son de 10 personas y las velas de hasta 60m2.

En cuanto a la navegación

Ambas embarcaciones carecen de quilla. Para crear el contrapeso, la tripulación sube en rappel por los "maderos verticales" que bordean el lado de barlovento de la canoa. El yawl redondo se gobierna con un remo, que se coloca en una de las cinco muescas de la popa de la embarcación. Lo manejan tres o cuatro hombres. Este remo también puede utilizarse para remar en tiempo de calma. Por otro lado, para gobernar el gumboat se utilizaba un timón fijado al casco, y la tripulación utilizaba "bois-virés" para contrapesarlo.