La lengua como portadora de la tradición

El criollo es una lengua no europea (aunque toma prestados algunos elementos léxicos y sintácticos de las lenguas europeas). Las lenguas criollas son el resultado del contacto entre civilizaciones en un contexto marcado por la deportación, las sociedades de colonización y plantación, la esclavitud, la explotación, el racismo y los prejuicios de color. Sin embargo, estas lenguas nacidas del horror conservan una dignidad esencial como herramientas de comunicación humana, testigos y conservadores de la historia y, a veces, instrumentos de resistencia y liberación, aunque también hayan sido utilizadas, en ocasiones, como instrumentos de dominación. Como se dice proverbialmente en las Antillas francesas: es más fácil engañar y despistar en "grand français" que en criollo.

Otras designaciones

Cabe señalar que el adjetivo criollo no sólo se ha utilizado para referirse a las lenguas, sino también para designar, de forma muy general, cualquier cosa que tenga carácter autóctono: buey criollo, gallo criollo, etc.

Hoy en día, dependiendo de la zona de habla criolla, el término criollo, que se refiere a los hombres, puede aplicarse a los blancos, a los mestizos o a los negros. En Haití, por ejemplo, después de la independencia, la palabra criollo se utilizó para designar a cualquier indígena, negro o mulato, y en este país la palabra puede adquirir el significado de "producto, retoño, rebrote", como en el ejemplo dado por Robert Chaudenson: "kréyol bannann: rebrote del plátano" (en Les créoles, P.U.F., serie "Que sais-je?").

En las Antillas Menores, al igual que en los territorios españoles, la palabra criollo se aplicó a los blancos y luego también a los negros (esclavizados o libres) nacidos en las Antillas, distinguiéndolos así de los esclavos nacidos en África. Hoy en día, en estas regiones (Guadalupe, Martinica), el término Blanc créole parece anticuado, incluso retrógrado, y prácticamente no se utiliza: la lengua y la cultura criollas, aunque también pertenezcan a los békés (criollos blancos), aparecen como elementos de identidad popular y, a menudo, herramientas al servicio de la emancipación.

Terminaremos esta introducción a la lengua criolla en general subrayando la importancia del estudio de las lenguas criollas para la cuestión de la génesis de una lengua: las lenguas criollas son lenguas muy jóvenes (¡sólo tienen unos 400 años!).

Criollo y francés antiguo

Los criollos franceses pueden proporcionarnos información sobre el francés hablado en el siglo XVII, sobre todo en sus variedades regionales. Desde este punto de vista, el criollo puede ser un "conservatorio", aunque no podamos establecer en absoluto la relación simplista y errónea: criollo = francés antiguo. Al mismo tiempo, sin embargo, el criollo martiniqués actual contiene palabras y frases que puede decirse que pertenecen a la lengua hablada en la época de Molière, y que a veces se conservan en ciertas canciones francesas o... en algunas comedias de Molière. En la vieja canción Aux marches du Palais, por ejemplo, oímos: "Dans le mitan du lit, nous dormirons ensemble lon-la...". Mitan se utiliza comúnmente en criollo para significar medio, centro. Por ejemplo, el antiguo verbo gourmer (pelear) ha sobrevivido en criollo bajo la forma goumen. Otro ejemplo, relativo a la sintaxis: en el poema Pauvre Rutebeuf, tenemos este verso -sobre amigos desaparecidos: "Je crois le vent les a ôtés" ("Creo que el viento se los ha llevado"), con ausencia de la conjunción "que" tras un verbo declarativo o de opinión, rasgo característico del criollo basilectal, el más alejado del francés, según Jean Bernabé. La traducción criolla sería Man kwè van an chayé yo alé.

Existe un buen número de términos del francés antiguo conservados en criollo y todavía de uso común hoy en día, en ámbitos como la pesca, la agricultura, la artesanía, etc. Para curiosidad del lector, proponemos algunos, extraídos del libro de Serge Harpin, La Pêche à la Martinique (ed. AMEP 1995). AMEP 1995): basse (cardumen), kay(caye: arrecife de coral), étal(lanmè étal : mar sin olas), najé, najé ranm (fila), zen (anzuelo), pratik (práctica : clientela habitual), chèpi (pelusa), biyo, biyo bwa (billot: trozo de madera), kondané, que a veces tiene el antiguo significado de "criticar, hablar mal de"; fè kotjen: engañar (de "bribón"); boug: persona (de bougre).

En cuanto a la presencia de antiguos giros sintácticos franceses en el criollo actual, la tarea es difícil. Nos limitaremos aquí a dos ejemplos. Jean Bernabé plantea la hipótesis de que el término ka, partícula que indica duración(yo té ka travay: estaban trabajando), o repetición(man ka kontan chak lè man wè'w: soy feliz cada vez que te veo), podría proceder de un antiguo modismo: "ils étaient qu'à..." que indica una actividad, una ocupación: "Pierre était qu'à dormir" significa "Pierre estaba durmiendo", lo que en criollo martiniqués da: Piè té ka dòmi (cf. Jean Bernabé, Obidjjs, Obidjs). Jean Bernabé, Obidjoul, p. 63).

El segundo ejemplo se refiere al criollo haitiano. Este criollo se distingue de los demás criollos caribeños por el uso de la partícula ap en el mismo sentido que ka. El término ap procede del francés après, utilizado en una frase que expresa una ocupación, una acción: "ils étaient après...", que significa "estaban en proceso de/se dedicaban a...".

Lenguas criollas y amerindias, lenguas criollas y africanas

Además del francés, las lenguas amerindias y africanas han aportado una importante contribución al criollo en los ámbitos de la pesca y el mundo del mar en general, en el caso de las lenguas amerindias, y en los ámbitos de la agricultura, las danzas y los ritmos, en el caso de las lenguas de origen africano. En el mundo del mar, muchos nombres de peces, moluscos y crustáceos tienen nombres caribeños. Ejemplos de peces: akoupa, balawou, barakouda, waliwa, watalibi, mabouya (pez parecido al mabouya, reptil de nombre amerindio). Ejemplos de moluscos: walay (o chatou), wakawa (raya). Crustáceos: zagaya, touloulou, mantou (variedades de cangrejo). En cuanto a los barcos: las palabras canots, wagaba (proa) y boutou (club de pesca) proceden del amerindio. Algunos lugares también han conservado sus nombres caribeños: Macabou, Macouba, Massi-Massi, Jénipa, Karbé..

Las lenguas africanas se utilizan principalmente en agricultura, para ciertos nombres de plantas y animales, y en los nombres de danzas y ritmos populares: bokodji (ñame), soukouyanyan (luciérnaga), kalennda, ladja, bèlè (este último término se refiere, según Joséphau, en Africanismes dans le créole, Cahiers du CERAG, 1977, a las fiestas de fin de cosecha, siendo la etimología francesa "bel air" fantasiosa)... En cuanto a la sintaxis, el lingüista Alain Bentolila señala algunos puntos de semejanza con el ewe, lengua de África Occidental, aunque se muestra prudente al respecto.

En aras de la exhaustividad, señalemos las aportaciones indias (India) en el ámbito culinario, por ejemplo (colombo, curry, mandja...), y las de la comunidad sirio-libanesa(schrubb, licor a base de ron y cáscara de naranja, sería una palabra de origen árabe), así como las palabras heredadas de los oficios ingleses: saybot (cómoda), ded (muerte), boskaf (zapatos, de box-calf, una variedad de cuero), ti bray (niño pequeño, de boy)..

El criollo en Martinica: presente y futuro

El "basilecto" como estrella de pastor (modelo y guía). Hemos visto hasta qué punto el criollo martiniqués es el resultado de múltiples aportaciones, a veces insospechadas, procedentes de Europa, África y América. Si bien no es posible ofrecer aquí al lector una gramática del criollo martiniqués, podemos intentar identificar algunos rasgos de lo que el lingüista martiniqués denomina criollo basilectal o, dicho de forma más sencilla, basilecto. Esta noción se refiere al núcleo duro del criollo, una lengua que podría calificarse de "pura", en el sentido de que representa el criollo más alejado del francés. Más que un enfoque puramente teórico, algunos ejemplos ilustrarán al lector. El fenómeno que mejor caracteriza al criollo basilecto, a nivel sintáctico, es el de la duplicación. He aquí algunos ejemplos, tomados de Jean Bernabé. La frase "Sé chasé Pol chasé " (para traducir "Paul sí que cazó") tiene una estructura profundamente criolla. Entre este polo basilectal y el francés estándar, hay una serie de enunciados más o menos alejados del francés estándar. Por ejemplo: Sé chasé que Pol chasé; sé chasé Pol a chasé, etc.

Jean Bernabé habla de un basilecto teórico, que es la suma de todos los rasgos basilectales identificados por la encuesta lingüística. El basilecto teórico no pertenece a ningún hablante; trasciende los enunciados individuales (cf. Fondal Natal, vol. I, p. 15).

Otro ejemplo: "Man sav ou ké vini" (Sé que vendrás) es la forma correcta, a diferencia de otras formas más o menos afrancesadas como "Man sav ou ké vini, Man sav ku ou ké vini, Man sav ki ou ké vini..."

Estos fenómenos de duplicación se encuentran en la expresión de causa, consecuencia y simultaneidad:

" Rivé mwen rivé, ou za ka babiyé mwen " ; "A peine-je arrive que tu me cherche noise ".

La duplicación también puede expresar oposición:

"Lanmè gwo, pwéson ki pwéson pa ka rété adan'y! "; "La mer est démontée, même les poissons (palabra por palabra: los peces que son [todavía] los peces) ne peuvent supporter! "

Otro fenómeno notable es lo que Jean Bernabé llama el determinante de copia (reformulación final del determinante en un relativo):

"Bagay-la man té ba'w la, éti'y? ", "La cosa que te di, ¿dónde está?"; "Madanm-lan ki té la a, toutalè a, man té bouzwen wè a...", "La Señora que estaba aquí antes, y a la que necesitaba ver..."

Un ejemplo bastante llamativo de desviación basilectal es el cruce criollo/francés en la pronunciación de las palabras francesas bras y bois: el francés bras se pronuncia bwa en criollo basilectal (Martinica); el francés bois se pronuncia bra en criollo basilectal (Martinica).

Por ejemplo: i pati anba bra " (Huyó al bosque), y "I pati anba bra" (Huyó al bosque), y "I pati anba bra" (Huyó al bosque) Bwa mwen ka fè mwen mal " (Me duele el brazo).