Organización de la enseñanza de la lengua y la cultura criollas

Testimonio de Sylvère Farraudière, IA-DSDEN (Inspecteur d'académie, directeur des services départementaux de l'Éducation nationale).

Naturalmente, la expresión oral espontánea tenía lugar en criollo, pero en la escuela era controlada, no libre. La represión del criollo ahogaba la imaginación y acababa por obstaculizar totalmente la expresión, por puro miedo a los criollismos.

La organización de la enseñanza de la lengua y la cultura criollas en el sistema educativo de Martinica es uno de esos éxitos de los que la institución puede estar razonablemente orgullosa. Pero la causa no estaba ganada de antemano. En sus informes sobre el funcionamiento de la enseñanza primaria pública, el primer vicerrector de Martinica, Henri-Simon Guerrier (1882-1887), denunciaba el uso generalizado y exclusivo del criollo por las poblaciones rurales como un obstáculo para el aprendizaje escolar de sus hijos.

Por ello se prohibió el uso del criollo en las escuelas. Un decreto del Gobernador del 22 de febrero de 1905 fue claro y preciso: " En la escuela sólo se utilizará el francés" . Pero el fenómeno estaba tan extendido que el Gobernador de Martinica, Decharte, declaró al Consejo General en 1938: "La existencia del criollo hablado por la inmensa mayoría de la población significa que la primera tarea de la escuela es sustituir la lengua".

El dominio de la lengua francesa por la mayoría de la población fue considerado por la élite como una baza importante para la asimilación a Francia, lo que cimentó el proyecto político dominante en Martinica y las otras antiguas colonias de Guadalupe, Guayana y Reunión, incluso después de que la ley de departamentalización de 1946 las transformara en departamentos franceses de ultramar. En Martinica, la lengua criolla fue rechazada junto con la condición negra del campo y los mornes.

Pero la situación cambió con el poderoso movimiento de éxodo rural que, entre los años sesenta y ochenta, empujó a la gente de las colinas y viviendas a instalarse en masa en las zonas periféricas e intersticiales de Fort-de-France y las ciudades. La lengua criolla, los bailes y cantos de tambor, incluido el bèlè, la práctica de los velatorios, los lamentos y cuentos fantásticos, la farmacopea del campo, entre otras aportaciones culturales de los recién llegados, fueron captadas por laintelectualidad y la franja vanguardista de la población de Fort-de-France. Aimé Césaire, alcalde de Fort-de-France, y sus allegados aprovecharon esta oportunidad para intentar unir a la población de Martinica a través de la cultura. La creación del SERMAC (Service municipal d'action culturelle de Fort-de-France) es un ejemplo de ello.

Equipos de lingüistas de la joven Université des Antilles et de la Guyane se ocuparon del tema. Es el caso del GEREC-F (Groupe d'Études et de Recherches en Espace Créole et Francophone), fundado en 1975 por el profesor Jean Bernabé. Consiguió reunir a "investigadores que trabajan sobre la lengua, la cultura y las poblaciones criollas, con especial atención a los criollos de base francesa y a la zona francófona". No partían de cero, pues ya existían los trabajos de religiosos que espontáneamente establecieron las lenguas primarias, como el reverendo Padre Breton "que nos legó un diccionario franco-caribeño (que es más bien un manual de conversación) y un catecismo caribeño, ambos de un valor inestimable para el estudio de esta lengua e incluso del criollo", como recuerda Élodie Jourdain, autora de las dos obras Le Vocabulaire du parler créole de la Martinique y Du français aux parlers créoles, publicadas en París en 1956.

GEREC-F

Más allá de sus trabajos de lingüística descriptiva, el GEREC-F se dio a sí mismo la "vocación de participar en la vida de la ciudad antillana y guyanesa, promoviendo el uso y la enseñanza del criollo". Se unió así a los militantes culturales que agitaban la idea de imponer la lengua y la cultura criollas al conjunto de la sociedad martiniquesa, empezando por su escuela. Esto sigue provocando hoy una oposición más o menos fuerte.

CARAPCE

La introducción del criollo en la escuela en Guadalupe, Guayana Francesa y Martinica fue la acción emblemática de Bertène Juminer, Rector de la Académie des Antilles et de la Guyane y Rector de la Universidad, de 1982 a 1985. Adoptó el método experimental, designando las Zonas de Educación Prioritaria (ZEP) de estos tres departamentos como campo de pruebas. Creó un comité ad hoc, CARAPCE(Commission académique de réflexion pour l'aménagement de la pédagogie au cycle élémentaire) para definir el protocolo experimental basándose en los resultados de la investigación universitaria. Para dar el máximo impacto a esta revolución, hizo el anuncio el 23 de mayo de 1983, ante el Congreso de Lingüística Criolla de Lafayette, Luisiana (EE.UU.), en un mensaje leído por su representante académico para la acción cultural, Xavier Orville. A partir de entonces, correspondió a los tres Inspecteurs d'académie, directeurs des services départementaux de l'Éducation nationale (IA-DSDEN), en Guadalupe, Guayana Francesa y Martinica respectivamente, llevar a cabo estos experimentos sobre el terreno.

Mediadores culturales

En Guayana Francesa, donde coexisten más de veinte lenguas maternas diferentes, la cuestión lingüística va más allá del criollo. En este departamento, Sylvère Farraudière, IA-DSDEN de 1983 a 1988, y su equipo pedagógico inventaron el papel de mediador cultural. El objetivo era doble: acompañar a los niños que aprendían en la escuela en el desfase cultural que existía entre su entorno familiar criollohablante o de otro tipo y el entorno escolar francófono, mediante actividades pedagógicas conscientes y controladas, tanto dentro como fuera de la escuela. Se trataba también de ayudar a este alumno a dilucidar simultáneamente los códigos lingüísticos de las dos lenguas, el criollo y el francés. Destinado a Martinica de 1988 a 1994, este mismo IA-DSDEN prosiguió su labor en este departamento, donde los recursos existentes permitieron crear un puesto de mediador cultural con opción de lengua y cultura criollas, con rango de consejero pedagógico, en cada una de las cuatro ZEP. Su misión se hizo pública en 1991: "Favorecer nuevas relaciones entre los medios escolar, familiar y social, facilitando los intercambios entre los padres criollohablantes, el niño y la escuela. Sensibilizar sobre las diferencias entre los dos códigos lingüísticos en los ámbitos fonético, fonológico, sintáctico, léxico y semántico"

La enseñanza de las dos lenguas

Hoy en día, este enfoque contrastivo de la enseñanza de las dos lenguas está firmemente establecido y supervisado en todos los niveles de la educación escolar en Martinica. Este marco ha sido validado e institucionalizado a nivel nacional en el nuevo concepto de lenguas regionales. Éstas se denominan ahora lenguas regionales vivas (LVR) y se benefician del mismo marco organizativo que el previsto para la enseñanza de las lenguas extranjeras vivas (LVE). En este marco general, el Ministerio de Educación ha publicado instrucciones específicas para la enseñanza especializada del criollo.

"La enseñanza especializada de las lenguas, literaturas y culturas regionales en criollo tiene como objetivo ayudar a los alumnos a descubrir las especificidades de las diferentes zonas criollas y los elementos que tienen en común. El mundo francófono criollo se extiende desde el Océano Índico hasta las Américas. Incluye Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica y Reunión. El objetivo de este curso es ofrecer una aproximación a las lenguas, la literatura y las culturas criollas, en toda su diversidad y unidad. Además de profundizar en el conocimiento de una zona criolla y de estudiar una lengua criolla en particular, los alumnos tienen la oportunidad de descubrir obras de otras zonas. Así, en el aula, se interesan por la cultura criolla de su propia zona, pero también se les anima a descubrir diferentes espacios criollos" en el Bulletin officiel de l'Éducation nationale número 28 del 11 de julio de 2019.

Entre las obras propuestas en esta circular se encuentran libros en criollo extraídos de la abundante producción literaria de Térèz Léotin, antiguo mediador cultural y profesor, activista de la causa criolla desde sus inicios. Es un homenaje al trabajo que ha realizado.

K.Éditions, la lengua criolla en la edición y la Academia

Una editorial criolla. Fundada en 2003, K.Éditions es una editorial martiniquesa con sede en Ducos. Desarrolla una política editorial general en criollo y francés. Fundada por el escritor martiniqués Jean-Marc Rosier con la ambición inicial de publicar únicamente obras en la lengua criolla de Martinica y el Caribe, K.Éditions abrió su catálogo a obras en francés en 2006. K.Éditions invoca, convoca y provoca la historia como un faro de sensibilización. Su misión es recordar a los habitantes de Martinica y del mundo, a través de la fuerza gemela de su radio intelectual, que es vital recordar para ser, permanecer y llegar a ser.

La editorial destaca por su original identidad gráfica y la calidad de sus obras. Además de literatura, su catálogo incluye textos de humanidades (sociología, historia, filosofía, etc.), artes (pintura, escultura, fotografía, etc.) y espiritualidad.

K.Éditions participa en la oficialización del alfabeto propuesta por el GEREC. Presta especial atención a sus autores, fomentando su creatividad y promoviendo el reconocimiento de su talento, con escritores de Martinica como George Eleuthère Mauvois, Édouard De Lépine, Térèz Léotin, Nicole Cage, Hugues Barthéléry, Roger Ébion, Romain Bellay, Daniel Boukman, Olivier Pulvar, Serghe Kéclard, Charles-Henri Fargues y muchos otros. Se han publicado obras clave del patrimonio literario de Martinica, como la reedición de Mémoire d'un vonvon de Tonton Dumoco (un conocido autor de Saint-Pierre anterior a 1902), Kandid oben l'Optimizm, una traducción al criollo martiniqués de la obra maestra de Voltaire (por Vilarson y Jean-Pierre Arsaye), Boudoum (Jounal artis kréyol Matinik) y muchos otros títulos. Premios literarios: Mangotine et la bête à Man Ibè de Danièle Bernini-Montbrand, premio literario Fetkann, categoría infantil en 2011: Les Mots de silence de Loran Kristian, premio Carbet de la Caraïbe et du Tout-monde 2021.

Akadémi Kréyol Matinik (AKM). Es una asociación cultural regida por la ley de1 de julio 1901. Fundada en 2022 por iniciativa de escritores, editores, profesores diplomados de criollo LVR (lengua regional viva), profesores de literatura, gestores, un doctor en lengua y cultura criollas, tesoreros, jubilados y un diseñador gráfico, tiene por objeto estudiar, practicar, defender, ilustrar y promover la lengua, la literatura y la cultura criollas de Martinica. Organiza encuentros y eventos culturales, y es la fundadora del Gran Premio de Literatura Criolla, conocido como Matinoya. Publica libros y otros soportes en criollo martiniqués, y honra a personalidades ejemplares del mundo cultural criollo de Martinica y de otros lugares. La asociación está formada por simpatizantes, miembros, miembros activos, miembros honorarios y benefactores. La misión del Akadémi Kréyol Matinik es promover las principales obras criollas del patrimonio literario de Martinica y a sus autores.