Zonas protegidas

Lombardía es pionera en el país y ha creado una red ecológica regional. Son corredores ecológicos que favorecen la movilidad de las especies y el mantenimiento de la dinámica evolutiva de la vida. El territorio también incluye zonas de protección europea y reservas naturales. Destaca la reserva natural de la turbera de Sebina. Situado en la orilla sur del lago de Iseo

, protege una zona húmeda rica en biodiversidad y hogar de muchas aves. La reserva está salpicada de puestos de observación y ofrece una gran oportunidad para descubrir la avifauna. Para los que buscan un paseo por la naturaleza, está el jardín botánico deIsola Madre, y el jardín Alpinia de Stresa.

Múltiples contaminaciones

El territorio se ve especialmente afectado por las molestias relacionadas con las actividades industriales, el transporte y la agricultura intensiva. Lombardía, que alberga la industria y la ganadería intensiva en la llanura del Po, es una de las regiones más contaminadas de Italia. La situación geográfica de las ciudades y el tráfico rodado acentúan la contaminación. Un estudio publicado en 2021 en The Lancet Planetary Health puso de manifiesto la elevada concentración de partículas finas en Breschia y Bérgamo. Milán

es también una de las ciudades europeas más contaminadas por sus niveles de dióxido de nitrógeno. En cuanto a los lagos, las actividades humanas amenazan los ecosistemas acuáticos y toda la cadena alimentaria. En los años 70, el lago de Lugano estaba prohibido para el baño y sufría el vertido de efluentes industriales, a falta de instalaciones de alcantarillado. La instalación gradual de instalaciones de tratamiento de aguas residuales -con filtración de fósforo- ha mejorado considerablemente la calidad del agua. El lago de Orta, en el Piamonte, se vio afectado por el vertido de efluentes de las industrias textil y electrogalvánica, lo que agravó su acidificación y generó una contaminación por metales pesados. También en este caso, la instalación de infraestructuras de recogida y tratamiento de aguas ha contribuido a la restauración ecológica del entorno. La contaminación por plásticos es otro tema de preocupación, como demuestra el alto nivel de microplásticos medido en el lago de Garda en un estudio publicado en la revista Current Biology en 2013. Las plantas de tratamiento de aguas residuales, cuando existen, no están diseñadas para filtrar las micro y nanopartículas de plástico de las aguas residuales. Existen medidas preventivas, como la reducción del plástico en origen (normativa europea, enfoque de "residuo cero") o la instalación de filtros de microplásticos en las lavadoras.

Para un viaje slowlife

Para un viaje lento y auténtico, la región es accesible en tren y en bicicleta. Las rutas ciclistas atraviesan el territorio. En Milán, más de la mitad de los desplazamientos urbanos se realizan sin emisiones de carbono, y el tráfico de automóviles ha disminuido considerablemente a pesar de que el número de habitantes ha aumentado. Este es el resultado de una política proactiva destinada a facilitar el uso de la movilidad blanda (caminar, ir en bicicleta, transporte público) y a desalentar el uso del coche (zonas de tráfico limitado, peajes urbanos). El municipio también pretende plantar 3 millones de árboles en diez años. El movimiento Slowfood promueve una alimentación "limpia, justa y buena". No dude en conocer a sus miembros para conciliar el placer del paladar con el respeto a los vivos. La red de agriturismo reúne a las granjas ecológicas que acogen a los visitantes.