Un territorio totalmente integrado en un parque nacional

La biogeografía del territorio ha dotado a la isla de una gran variedad de ecosistemas. Los maquis, los bosques primarios de encinas o los fondos marinos albergan una rica biodiversidad, que incluye especies endémicas.

El Parque Nacional del Archipiélago Toscano incluye toda la isla y los islotes vecinos. Contribuye a la preservación del medio ambiente y a la concienciación medioambiental. Las casas del parque son lugares donde se difunden los conocimientos, pero también donde se pueden admirar las numerosas rutas de senderismo. Otras actividades permiten descubrir la biodiversidad de la isla: buceo, observación de aves o de cetáceos (ballenas, delfines), algunas de ellas dedicadas a los niños. Las islas del archipiélago toscano también están protegidas como reserva del Hombre y la Biosfera de la Unesco.

Orto dei Semplici: este jardín de plantas sencillas se encuentra junto a la ermita de Santa Catalina y presenta plantas locales, tanto silvestres como cultivadas, de la zona. Completa el descubrimiento de la flora de la isla, incluidas las especies endémicas (el arándano de Elba).

El territorio de Elba forma parte del "Santuario de Pelagos", una zona marina que funciona en virtud de un acuerdo tripartito entre Italia, Francia y Mónaco, y cuyo objetivo es estudiar y proteger las poblaciones de cetáceos.

Presiones antropogénicas

Las actividades humanas desde la antigüedad han contribuido al declive de la biodiversidad. La metalurgia, por ejemplo, ha hecho que el bosque primario se reduzca considerablemente. La introducción de cabras, ovejas o jabalíes también ha modificado los ecosistemas. Hoy en día, la artificialización de los suelos acentúa los fenómenos de erosión y degradación del medio ambiente. El número de turistas y la sobrepesca ejercen presión sobre los recursos naturales. A nivel global, las actividades humanas, a través de la contaminación por plásticos y el cambio climático, tienen un impacto directo en la isla.

Lucha contra la contaminación por plásticos

El Mediterráneo, que representa el 1% de las aguas marinas del mundo, concentra el 7% de la contaminación por microplásticos (fuente: wwf.fr). La mayor parte de esta contaminación es invisible a simple vista (plásticos en forma de nanopartículas y micropartículas) y procede de efluentes acuosos. Otra contaminación más visible aparece de forma efímera pero recurrente, según las corrientes, entre Córcega y Elba: una isla de plástico de más de 10 km de largo, formada por residuos no tratados.

Enfrentarse al cambio climático

El calentamiento del mar se ha medido gracias a una estación de control instalada en las afueras de la isla. Un estudio (Greenpeace/Universidad de Génova) ha puesto de manifiesto la relación entre el aumento de la temperatura del mar y el impacto en la biodiversidad (mortalidad de especies, blanqueo de corales, migración de peces). El cambio climático también podría provocar una mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos, incluidas las sequías. Ante esta situación, se han tomado iniciativas para desarrollar la producción de energías renovables, pero también para concienciar sobre la necesidad de controlar el consumo de agua y energía. Se puede acceder a la isla en barco desde el continente. Es fácil desplazarse a pie, en bicicleta o en transporte público y comer en la zona (redes de slow food y agriturismo). Una forma agradable de conservar esta isla que, según la leyenda, nació de una perla que se escapó de la diadema de Venus.