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Elba original

Muchos yacimientos megalíticos son testigos de una presencia humana muy antigua, como el yacimiento de Pietra Murata. Ocupado ya en la Edad de Bronce, el lugar fue transformado posteriormente por los etruscos, grandes maestros del urbanismo. Los pueblos fortificados de Monte Castello y Castiglione di Campo se desarrollaron así sobre la red urbana etrusca. Grandes ingenieros, los etruscos sistematizaron el trabajo del hierro, del que son testigos los hornos de forma cónica. Los restos de las necrópolis, como la de la Casa del Duca, también son testigos de la grandeza etrusca. Los romanos, por su parte, desarrollaron una arquitectura que combinaba el ocio y el placer, como atestiguan las soberbias villas de Capo Castello, La Linguella y las Cuevas. Mosaicos policromos, frescos y ricas decoraciones de mármol caracterizan estas villas que dan protagonismo a las actividades termales y a los jardines bordeados de piscinas y estatuas. La "granja" de San Giovanni cuenta con una "cantina", una sala en la que se enterraban las tinajas para conservar el preciado néctar de vino apreciado por los romanos. La isla también cuenta con testimonios del inicio de la era cristiana, como la ermita de San Cerbone, que data del siglo VI.

De los pisanos a la Toscana

La poderosa República de Pisa explotó las minas, las canteras... y el saber hacer de la isla. Por eso la famosa Piazza dei Miracoli de Pisa lleva la marca de los canteros de Elba Los pisanos levantaron torres y fortalezas por todo el archipiélago. En Elba, los ejemplos más bellos de esta arquitectura militar son la Torre de San Giovanni -un poderoso edificio de granito con una escalera de madera que conduce a la única abertura- y el espectacular castillo de Volterraio, cuyas partes más antiguas son la muralla fortificada y la torre cuadrangular. Al mismo tiempo, la isla experimentó una gran efervescencia religiosa y vio proliferar iglesias y capillas de estilo románico, cuyas principales características son: el muro-campanario decorado con arcos de medio punto, la planta de cruz griega con una sola nave prolongada por un ábside semicircular y una decoración de gran sobriedad caracterizada por el uso de la piedra local dispuesta de forma geométrica. Entre las iglesias románicas más bellas, no se pierda la iglesia de San Giovanni in Campo, la iglesia de San Michele en Capoliveri o la iglesia de San Lorenzo en Marciana. En el siglo XVI, la isla pasó a estar bajo el control del Gran Ducado de Toscana, gobernado entonces por Cosme I de la poderosa familia Médicis. Fue el responsable de la creación de la ciudad fortificada de Portoferraio, que en aquella época se llamaba Cosmopoli y pretendía ser "la cuna de la civilización y la cultura, un ejemplo de equilibrio y racionalidad". Los Medici desarrollaron un plan urbanístico basado en la configuración natural de la zona. Los muros se diseñaron en forma de diamante para adaptarse al relieve irregular de esta fortaleza natural. Entre las obras maestras de la época, cabe destacar el Fuerte Stella, que debe su nombre a su planta en forma de estrella, el Fuerte Falcone y sus numerosas galerías abovedadas, la Torre de la Linguella y, por supuesto, las poderosas murallas repartidas en varios niveles, obra de los famosos arquitectos Bellucci y Camerini. Al mismo tiempo, Cosme I hizo construir edificios públicos, como la Biscotteria, con su armonía renacentista, y el Arsenale delle Galeassi, con su acueducto sostenido por arcadas. De esta época datan también la gran catedral de la ciudad y el convento de San Salvatore (actual cuartel De Laugier), precedido por una suntuosa plaza cuadrada y un elegante pórtico renacentista. Separada del resto de la isla por un foso, Cosmopoli parecía entonces inexpugnable.

Españoles en Bonaparte

Es en Porto Azzurro donde los españoles han dejado más testigos de su presencia, empezando por el imponente Fuerte de San Giacomo, que alberga la iglesia dedicada a Santiago el Mayor, una joya del arte barroco. Tras una larga lucha, la isla quedó finalmente bajo dominio francés, y es a un tal Napoleón Bonaparte a quien la isla debe su desarrollo. Por supuesto, el emperador en el exilio se aseguró primero de poseer suntuosas residencias privadas de estilo clásico: la Palazzina dei Mulini, cuya parte central levantó para crear un vasto salón de ceremonias y cuyo granero transformó en un teatro, llegando incluso a destruir o rebajar los edificios circundantes para disfrutar de una vista panorámica del mar; y la casa de San Martino con su rica decoración interior, incluida la sala egipcia con sus pinturas en trampantojo. Pero al mismo tiempo, Bonaparte se implica plenamente en el desarrollo de la isla: la mejora de la red de carreteras que une los distintos pueblos de la isla, la construcción de un conducto para evitar la congestión de las carreteras, la obligación de que los propietarios instalen letrinas en sus casas... Ningún detalle se le escapa al Águila Francesa, que no rehúye algunas fantasías como la transformación de la Iglesia del Carmine en el Teatro dei Vigilanti... ¡o el arte de llevar una sala de estilo italiano a una planta de cruz griega con ábside!

Elba en el siglo XX

El Mausoleo Tonietti es uno de los pocos ejemplos de una arquitectura más "moderna" que se hace eco de las corrientes en boga en el continente. Con una planta cuadrada que recuerda a la de un faro, el mausoleo muestra su riqueza decorativa tomada del estilo Liberty, nombre del Art Nouveau en Italia. Motivos marinos, animales e históricos jalonan el edificio, que también cuenta con aperturas de ojos de buey. Durante la Primera Guerra Mundial, la isla volvió a ser una cuestión geoestratégica de primer orden, como lo demuestran los túneles (como entre Procchio y Biodola), los cuarteles, los polvorines y los semáforos (como los de Chiessi y Monte Grosso). Ocupada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, la isla sufrió una considerable destrucción. Sin embargo, se está recuperando a pesar de todo, abandonando la actividad minera para volcarse en el turismo con la multiplicación de hoteles y complejos turísticos. Sin embargo, la isla no ha olvidado su rico patrimonio que, desde la década de 2000, ha sido objeto de numerosas campañas de restauración. Ahora te toca a ti descubrirlo