Los años oscuros de la Revolución Verde

Cuando India proclamó su independencia en 1947, se enfrentó a un reto colosal: alimentar a su floreciente población. Nehru, el líder del país en aquella época, declaró: "Todo lo demás puede esperar, pero no la agricultura". India ha conseguido desbaratar todas las predicciones de los expertos internacionales, que ya veían cernirse la hambruna sobre el país. Para lograrlo, ha potenciado su agricultura con monocultivos, pesticidas, herbicidas, industria pesada y transgénicos. Hoy está pagando un alto precio por este periodo conocido como la Revolución Verde. Los suelos son infértiles, los ríos están contaminados, los bosques diezmados y las capas freáticas secas. La situación es tal que, en las tres últimas décadas, India ha sido testigo de una oleada de suicidios entre los agricultores, empujados a situaciones cada vez más precarias.

Kerala, en particular, se ha llevado la peor parte de esta Revolución Verde. Entre 1970 y 2011, el endosulfán, un pesticida tóxico, se utilizó a gran escala en el distrito de Kasaragod, sobre todo en cultivos de anacardos, té y algodón. Se calcula que más de 10.000 personas resultaron envenenadas, antes de que los medios de comunicación revelaran la tragedia a principios de la década de 2000. El uso de este cóctel químico provocó numerosos casos de infertilidad, discapacidades, malformaciones e incluso la muerte. Estos efectos también se han observado en la fauna salvaje, que ha sufrido enormemente las fumigaciones aéreas del pesticida. En 2005, Kerala introdujo una prohibición nacional del pesticida, y en 2011, el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes llevó a una prohibición internacional del producto tóxico. Desde entonces, los habitantes de Kerala han pedido reparación al Estado, que indemnizó a 5.000 de ellos en 2017. Pero los daños medioambientales tardarán mucho más en desaparecer..

Defensor de la innovación ecológica

A diferencia de los demás, Kerala no duda en declararse líder ecológico de su país y del mundo El estado indio cuenta con el primer aeropuerto del mundo que funciona al 100% con energías renovables. El aeropuerto internacional de Cochin, el mayor de Kerala y el cuarto de la India, funciona íntegramente con energía solar, gracias a su propio parque solar.

Kerala, donde nunca faltan las buenas ideas, se ha propuesto un reto: ¡convertirse en el primer pueblo de la India neutro en carbono! Además de un vasto programa de plantación de árboles, el pueblo está implantando la agricultura ecológica, organizando programas de educación ecológica, sustituyendo la leña por gas y muchas otras medidas que prometen impulsar la economía local. Además de los beneficios para la salud de los 30.000 habitantes de Meenangadi, la idea es también inspirar a las grandes ciudades de la India, asfixiadas por la contaminación, mostrándoles soluciones concretas para reducir elCO2. Esta concienciación es tanto más importante cuanto que, según la agencia de análisis de la calidad del aire IQAir, de las 50 ciudades con el aire más contaminado del mundo entre 2017 y 2022, 39 eran indias.

Entre monzón y sequía

Las inundaciones mortales y devastadoras se multiplican en Kerala, y son cada vez más frecuentes. Estas catástrofes climáticas, que se producen durante los monzones, provocan una cascada de otras tragedias, como corrimientos de tierra, e incluso, en 2020, un accidente aéreo causado por la inundación de la pista de aterrizaje, que costó la vida a 18 personas.

Aunque los monzones son fenómenos estacionales normales en la India, su duración e intensidad se han visto muy alteradas por el calentamiento global. Además, debido a la deforestación y la urbanización, el suelo es cada vez menos capaz de absorber esta agua, lo que provoca inundaciones que afectan a todo el país.

A pesar de todo, la India sufre escasez de agua. Cuando el monzón mengua, la sequía ocupa su lugar. Debido al calentamiento global, este fenómeno se produce cada vez antes y es cada vez más intenso. La falta de agua hace que las cosechas sean cada vez más escasas. En la primavera de 2022, esta peligrosa situación llevó a India a interrumpir por completo sus exportaciones de trigo para proteger su seguridad alimentaria, poniendo en peligro la del resto del mundo, que ya se vio privado del trigo procedente de Ucrania.

Varios programas de reforestación intentan restaurar la capacidad del suelo para absorber agua. También en este caso, el gobierno suele trabajar mano a mano con iniciativas ciudadanas, como Greenvein, una asociación que ayudó a plantar más de 30.000 árboles en Kerala en 2014. GreenFriends, por su parte, está renovando sus operaciones "one-two punch", en cooperación con el Departamento Forestal del Estado de Kerala. Cada noviembre, esta ONG lanza una vasta campaña de plantación, denominada Amrita Vanam, que ya ha dado lugar a la plantación de cientos de miles de árboles. Aunque aún queda mucho camino por recorrer para mitigar los fenómenos meteorológicos extremos, los esfuerzos son innegables.

India y sus residuos

India, que recientemente se ha convertido en el país más poblado del mundo, se está desmoronando bajo sus propios residuos. Dada la falta de infraestructuras, gran parte acaba en vertederos a cielo abierto, causando problemas de salud pública y envenenando las aguas subterráneas por escorrentía. Aunque el gobierno del primer ministro Narendra Modi lleva desde 2014 intentando mejorar la situación y, en particular, organizar una recogida de residuos más eficiente, aún queda mucho camino por recorrer. Demasiado, al parecer, para algunos habitantes de Kerala, que vuelven a tomar medidas para frenar el problema. En 2017, decenas de pescadores decidieron espontáneamente limpiar los océanos. Los 800 kg de basura recogidos cada día se utilizaron para construir carreteras de plástico reciclado, una técnica utilizada en todo el mundo y pionera en Kerala. Desde que terminó la limpieza de los océanos, Kerala ha seguido construyendo carreteras de plástico reciclado, conocido por ser más impermeable y resistente, esta vez recogiendo el plástico de los residentes locales.

Los vecinos se movilizan contra la contaminación

Cuando se trata de defender su derecho a un medio ambiente sano, los habitantes de Kerala no se quedan atrás cuando se trata de solidaridad y protesta. El caso de la fábrica de Coca-Cola en Plachimada, un pueblo del este de Kerala, ilustra a la perfección esta movilización sin fisuras. A principios de la década de 2000, los aldeanos se dieron cuenta de que el agua de sus pozos se estaba deteriorando, cuando no secando por completo. No sólo la salud pública se veía seriamente comprometida, sino que la agricultura, de la que depende gran parte de los habitantes, se redujo en un 90% por falta de agua para el riego.

No tardaron en establecer la conexión con la fábrica de Coca-Cola, recién construida en las cercanías. Lo que empezó como un puñado de aldeanos movilizados, principalmente mujeres adivasi, la población aborigen de la India, pronto se convirtió en una multitud apoyada por los medios de comunicación, ONG locales e internacionales, académicos y ecologistas de todo el mundo. Bajo presión, en 2003, la fábrica de Coca-Cola cerró sus puertas. Sin embargo, dos décadas después, los habitantes siguen esperando una indemnización.

Los parques nacionales de Kerala

Kerala cuenta con 6 parques nacionales. Entre ellos, el Parque Nacional de Eravikulam, fundado en 1978, es el más antiguo. El parque alberga la mayor población de Nilgiri Thar(Nilgiritragus hylocrius), endémica del sur de la India. Mientras que a principios del siglo XX sólo quedaban un centenar de estas cabras montesas en peligro de extinción, ahora hay más de 3.000, gracias a los esfuerzos de conservación y a la protección que les brinda el parque.

Más al sur, el Parque Nacional de Periyar no es refugio de cabras, sino de elefantes asiáticos y tigres de Bengala Además de estos gigantes, los bosques y sabanas tropicales del parque albergan plantas endémicas de Kerala, como la Habenaria periyarensis, una pequeña orquídea blanca.

El Santuario de Fauna de Wayanad ocupa una impresionante extensión de 350 km2. Este rico ecosistema de exuberantes bosques tropicales es parte integrante de la biosfera de Nilgiri, protegida por la UNESCO. El santuario, un fascinante criadero ecológico, alberga pavos reales, elefantes, monos, leopardos, serpientes e incluso una de las mayores poblaciones de tigres de la India