Semaine Sainte à Malaga en avril 2019. © Distinctive Shots -shutterstock.com.jpg
P9 La romería del Rocío devant le sanctuaire del Rocío. © Silvia B. Jakiello -shutterstock.com.jpg
P10 Sculpture de l’artiste Juan de Mesa à Séville. © Free Wind 2014 -shutterstock.com.jpg

Una fuerte tradición católica que pierde terreno

Aunque su Constitución es laica, España sigue estando fuertemente influenciada por la tradición cristiana católica y en la década de 2000, casi el 70% de los españoles todavía se declaran católicos. Pero si bien la religión permaneció muy viva y se practicó hasta la década de 1970, en la actualidad está perdiendo terreno, especialmente entre los jóvenes habitantes de las ciudades. Y la iglesia, que durante mucho tiempo ha disfrutado de una gran audiencia, está viendo cómo su influencia en la vida diaria de los fieles disminuye constantemente. Más de la mitad de ellos reconocen que no practican. Este declive se refleja también en su funcionamiento, con una disminución de las vocaciones sacerdotales y un descenso considerable del número de órdenes monásticas. El tema de la enseñanza de la religión en las escuelas ha surgido en el debate político y ha traído dos enfoques diferentes al conflicto. En 2006, la adopción de una ley que reducía su peso en la educación marcó una ruptura, haciéndola opcional cuando hasta entonces era obligatoria y decisiva para el acceso a las clases altas y a las universidades. La Iglesia y el PP (Partido Popular) se oponen a este texto y en 2013, bajo el gobierno de Mariano Rajoy, una nueva reforma educativa vuelve a poner la religión en el centro del debate: los estudiantes tienen que elegir entre cursos de religión o de "valores culturales y sociales". En 2018, Pedro Sánchez (PSOE) reafirmó su deseo de que ninguna religión estuviera presente en los programas, y prestó juramento como Presidente del Gobierno ante la Constitución y no ante la Biblia, una primicia en la democracia española.

Una práctica religiosa con acento andaluz

Como en el resto de España, la religión católica es la mayoritaria en Andalucía. Pero con sus acentos particulares. Aquí, la religión popular se caracteriza ante todo por su gran devoción a la Virgen María, lo que le ha valido a esta región el apodo de "la tierra de María, la Santísima". Este fervor se refleja en el número y la importancia de las romerías que se le dedican. En primer plano se encuentra la romería del Rocío, una de las más importantes de España, que a veces reúne a más de un millón de personas, motivadas por diversas motivaciones, pero también con una fe muy real. Y también tiene una importante resonancia popular en las fiestas de la Virgen de Araceli en Lucena, provincia de Córdoba, o en las de la Virgen de la Cabeza en Andújar, provincia de Jaén. Pero quizás es su manera de vivir la Semana Santa la que más la distingue. También en este caso se trata ante todo de una fiesta religiosa que recrea la pasión y la muerte de Cristo, pero al mismo tiempo es una fiesta popular y social que arrastra a miles de personas a las calles. Habiendo surgido a menudo históricamente como una contrarreforma de la reforma protestante que requería humildad y pureza, la Semana Santa andaluza reivindica ruido, colores y emociones. Las Semanas Sagradas más famosas se celebran en Sevilla, Málaga y Granada, pero decenas de ciudades han mantenido esta tradición, a menudo durante siglos, a la que asisten muchos españoles del norte de la península, porque tienen la sensación de que la verdadera Semana Santa se vive en Andalucía.

Una Semana Santa vivida con fervor y ardor

Esta Semana Santa se preparará durante todo el año y estará precedida por la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua, durante la cual habrá una sucesión de conciertos de flamenco y jornadas de puertas abiertas organizadas por las cofradías, hermandades. En la Semana Santa propiamente dicha se celebrarán los desfiles de pasos, altares llevados por los miembros de una cofradía, seguidos de importantes procesiones de penitentes encapuchados, circuitos puntuados por una saeta, canto corto. Estas celebraciones también revelan un extraordinario patrimonio artístico, ya que algunas de las joyas de la imaginería religiosa son obra de artistas de gran renombre como Juan de Mesa en Sevilla. Si no se encuentra en Andalucía durante estos períodos, puede acercarse y comprenderla visitando los centros de interpretación dedicados a ellos. O abrir la puerta a las casas de la cofradía, que a menudo poseen verdaderos tesoros y a veces han creado pequeños museos que son muy educativos.