Los caminos del flamenco
El flamenco tiene su origen en la Baja Andalucía, dentro del triángulo histórico (Málaga, Cádiz, Sevilla), y existe en su forma actual desde el siglo XVIII. Hay elementos bizantinos de la primera iglesia española, pero también influencias árabes de la Edad Media. El flamenco no se formalizó hasta principios del siglo XIX. Al principio se cantaba en la calle, en el trabajo y en las fiestas religiosas. En 1842 se creó en Sevilla el primer café cantante, que rápidamente se extendió por toda Andalucía, lo que supuso tanto la profesionalización del flamenco como la toma de conciencia de la existencia de este arte por parte de las clases más pudientes
En aquella época, el flamenco seguía siendo interpretado principalmente por gitanos. A medida que se extendía más allá de sus límites ancestrales, el flamenco también se hizo más comercial, contribuyendo a forjar el estilo estereotipado de la bailarina española de larga melena castaña y vestido de lunares, girando al ritmo de las castañuelas. Al llegar a un público cada vez más amplio, acabó reduciéndose a una especie de espectáculo folclórico de cabaret, destinado al consumo de un público desinformado, provocando así el rechazo de los muchos españoles y andaluces que no se encontraban en esta propuesta más artística. Sin embargo, al margen de esta tendencia comercial, el verdadero flamenco nunca ha dejado de vivir y vibrar en el alma de los gitanos y de muchos andaluces. En las reuniones familiares y en las peñas de los pueblos, los grupos de aficionados han seguido perpetuando la tradición del cante, la guitarra y el baile sin ningún objetivo comercial. El flamenco sigue desarrollando su intensidad emocional y su poder de embrujo.
El flamenco se basa en una síntesis única de varios elementos que determinan su corpus: el cante, el complejo ritmo que proporciona la guitarra, las palmas a las que se suman los tiempos de los cajones (cajas de madera -originalmente jaboneras- sobre las que se sientan los percusionistas) o el taconeo del bailaor. Según los ritmos y las regiones de Andalucía, han aparecido diferentes tipos de canciones (por ejemplo, las tarantas de Levante, las granaínas de Granada, las malagueñas de Málaga o las rondeñas de Ronda). En Andalucía, esta verdadera cultura popular tiene sus tiendas especializadas, sus artesanos luthiers, sus escuelas (Academias de Jerez, Sevilla, Granada entre otras). Si los palos más importantes del flamenco son comunes, también pueden estar vinculados a un contexto religioso (como las saetas de Semana Santa o los villancicos flamencos de Navidad), a un entorno socioprofesional (los martinetes de la herrería, las mirabrás del mercado de verduras o lascarceleras de las cárceles) También hay cantes conocidos como ida y vuelta que tienen su origen en América Latina y se han reintegrado al repertorio flamenco, como la colombiana, la milonga argentina o la rumba y la guajira cubanas. Los artistas deben poseer las formas comunes y, en la medida de su talento, desarrollar su propia versión.
Los promotores del flamenco
Nunca congelada en su expresión, la interpretación del flamenco nunca ha dejado de evolucionar, permaneciendo fiel a las estructuras básicas. Cada generación contribuyó así a enriquecerla y renovarla, impregnándola de la marca de su creatividad e influencias propias de su tiempo. En 1922 se celebró en Granada el primer concurso de cante jondo, el cante jondo en su versión primitiva, lo que contribuyó a consolidar su fama. Apoyado por artistas e intelectuales como Manuel de Falla o Federico García Lorca, el flamenco ha ganado reconocimiento oficial. Esto fue confirmado por el talento de algunos artistas excepcionales que ahora se han convertido en"clásicos", entre ellos Manolo Caracol, Don Antonio Chacquo, yoacute;n, la Niña de los Peines o Antonio Mairena para el cante, Sabicas Ramón Montoya o Niño Ricardo para la guitarra, Macarrona, Argentina o Carmen Amaya para el baile. Artistas como Paco de Lucía para la guitarra, Camarón de la Isla para el cante o Antonio Gades y Cristina Hoyos para el baile han dejado su huella en el público;el período reciente de su huella es tan reciente que todo artista contemporáneo debe, en cierto modo, situar su enfoque en relación con el de ellos. A lo largo del siglo XX, el flamenco se construyó de esta manera. También se debe a cantaores como Antonio Chacón, Manuel Torre o Pastora Pavón, conocido como La Niña de los Peines, que han dado cuerpo a la canción andaluza, a la vez que se han permitido ampliar los estilos flamencos.
En busca del espíritu del duende
Si quiere ver un espectáculo auténtico, le recomendamos que lea la prensa local o mire los carteles (¡y que elija preferentemente los espectáculos anunciados por los carteles más "modestos"!) Para el baile flamenco, consulte la programación de los teatros municipales andaluces, que suelen ofrecer muy buenos espectáculos dirigidos por inspirados coreógrafos. En Jerez de la Frontera, por ejemplo, hay al menos 15 peñas (círculos y asociaciones de aficionados al flamenco) que mantienen la tradición flamenca, o un festival de calidad que suele celebrarse a finales de febrero o principios de marzo cada año. La importancia del flamenco en la cultura andaluza es especialmente evidente en las ferias y ceremonias. Por ejemplo, la "sevillana", un baile flamenco típico de la ciudad de Sevilla, lo bailan las mujeres en la capital andaluza durante la feria de abril. Desde abril hasta el final del verano, en las ferias de los pueblos andaluces se pueden ver bailarines ataviados con elaborados trajes. Para los aficionados al flamenco, la Bienal del Flamenco, que dura un mes y se celebra cada dos años en Málaga (los años impares) o en Sevilla (los años pares), es una visita obligada. Si tiene previsto visitar Andalucía en cualquier otra época del año, podrá seguir viendo actuaciones de flamenco en los innumerables tablaos y teatros que ofrecen espectáculos durante todo el año
Una forma de intransigencia que conviene al amante del flamenco local. Para los puristas, el exceso de programación va en detrimento del flamenco, cuya esencia no se puede decretar. Si es necesario esperar porque el momento no es el adecuado, hay que tener paciencia hasta el momento perfecto. El aficionado debe ir en busca del espíritu del flamenco, y tomarse su tiempo degustando el fino , esperando el duende, la catarsis artística de los andaluces. Para ello, entra en alguno de los bares o peñas para informarte de su programa, a menudo aleatorio. En Sevilla, pruebe su suerte en la Sala Tronío o en la peña Torres Macarena. Si un cartel dice que la entrada y el bar son sólo para los socios, no dudes en empujar la puerta para abrirla. De hecho, todos los visitantes son bienvenidos si tienen ganas de flamenco puro.
En los años 60, los tablaos se desarrollaron como parte de la búsqueda del flamenco original. Estos lugares, con su ambiente íntimo, han contribuido al mantenimiento del arte del flamenco y a su restauración. Hay muchos locales que también ofrecen espectáculos diarios a horas fijas, con o sin cenas-espectáculo. En el barrio de la Giralda, el Tablao Flamenco 'Los Gallos' es el más antiguo de todos, con cuarenta y cinco años de existencia. Por él han pasado artistas emblemáticos del flamenco como La Paquera de Jerez, Gabriela Ortega, Antonio Mairena o Fosforito. Una importante restauración llevada a cabo hace unos años ha mantenido intacto el ambiente del lugar.
En otra parte de Sevilla, , cerca de la plaza de toros, hay un tablao que lleva el nombre de su ubicación, El Arenal, que ofrece un espectáculo flamenco que superará cualquier reserva sobre este tipo de actuaciones. Olvídese de la comida, tome unas tapas y concéntrese en el flamenco, interpretado por excelentes guitarristas y bailarines. La decoración y la iluminación de El Arenal también contribuyen al atractivo del lugar
El Patio Sevillano es también uno de los puntos de referencia del flamenco en la ciudad de Sevilla, situado a orillas del río Guadalquivir y con un excelente espectáculo. Abrió sus puertas en 1973. Además del espectáculo, ofrece clases de flamenco, talleres y espectáculos privados. La decoración presenta interesantes obras de arte con todo el encanto de un tablao andaluz. También puede visitar el Palacio Andaluz, ahora situado en el barrio de la Cartuja. Un palacio andaluz que también permite descubrir la tradición flamenca en una innovadora adaptación de Carmen de Bizet en un gran escenario
El barrio gitano del Sacromonte, en Granada, ofrece espectáculos en magníficas bodegas, donde el espectáculo del flamenco se funde con la belleza arquitectónica de Andalucía. Aquí se encuentra la imprescindible Cueva de la Rocío: originalmente un local de fiestas gitanas fundado en 1951 por 'Los Maya', grandes artistas del flamenco. Ahora incluso puede celebrar aquí una boda o un bautizo. Michelle Obama es una de las visitantes recientes. Desde 1953, la Zambra María la Canastera ha visto pasar a muchas cabezas coronadas y celebridades como Ernest Hemingway e Ingrid Bergman. Es uno de los lugares mejor conservados de la ciudad, que ha mantenido todo el sabor de su historia gracias a su cuidada decoración e interesante propuesta artística. Los Tarantos también se encuentra en el barrio del Sacromonte. Fundada en 1972, sus propietarios han conservado la pureza del flamenco y se puede disfrutar de un espectáculo de 30 minutos. Un consejo: compre sus entradas con antelación y llegue 20 minutos antes del espectáculo para estar en la parte delantera, ya que la sala es pequeña y se llena rápidamente.
Fundada en 1984, la Escuela Carmen de las Cuevas es una escuela de flamenco situada entre los barrios del Albaicín y el Sacromonte, que ofrece tanto cursos de lengua y cultura española como clases de flamenco. El Liceo Flamenco de Málaga está situado en el corazón de la ciudad, en la calle Beatas, en un antiguo palacete. La especificidad del lugar es combinar la modernidad y la tradición, ofreciendo a los jóvenes la oportunidad de descubrir su patrimonio cultural, sin quedarse anclados en la tradición. El Liceo Flamenco ofrece exposiciones, catas de vino y clases de flamenco, además de espectáculos "a domicilio". Por último, si aún no se cansa del flamenco, Sevilla inauguró en 2006 el primer y único Museo del Baile Flamenco del mundo. El museo en sí es impresionante, ya que es uno de los más avanzados tecnológicamente de España. Las exposiciones interactivas presentan los orígenes y la evolución del flamenco, abarcando los diferentes estilos de música y baile.