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Datos demográficos

En diez años, el número de nacimientos en España ha caído un 30%, según un informe del INE (Instituto Nacional de Estadística) publicado en la primavera de 2019. De media, las mujeres tienen 1,25 hijos, frente a los 1,44 de hace diez años. Esto se tradujo en 370.000 nacimientos en 2018, la cifra más baja desde 2002. Según el INE, esta tendencia se mantendrá y España registrará en 2022 la tasa de natalidad más baja de los últimos 81 años, con solo 329.812 nacimientos, y una tasa de fecundidad del 1,16 en 2022 (1,22 en Andalucía). Otra de las conclusiones de este estudio es que la caída del número de hijos por mujer va acompañada de un descenso de la edad media del parto. Ahora es de 31 años, una de las más altas del mundo, frente a los 29,3 de hace diez años. Y lo que es aún más sorprendente, el estudio muestra que casi el 63% de las madres tienen cuarenta años o más. Para muchos analistas, esta crisis demográfica coincide con la crisis económica que vive España desde hace una década. Aunque las cifras macroeconómicas han mejorado desde 2013, año oficial en el que el país salió de la crisis, el repunte no se ha reflejado necesariamente en los bolsillos de los ciudadanos, que siguen preocupados. A la mitad de las mujeres en edad fértil encuestadas les gustaría tener dos hijos, pero no dan el paso, alegando condiciones laborales precarias, horarios inflexibles y ayudas insuficientes para el cuidado de los niños. En España, el 63% de los niños menores de tres años no van a la escuela por falta de guarderías. Al reducir el número de emigrantes, la crisis económica también ha frenado la contribución habitual de estas poblaciones al crecimiento demográfico. Por último, otro factor explica esta disminución de los nacimientos: la salida cada vez más tardía de los jóvenes, que abandonan el hogar unos diez años más tarde que en los países nórdicos. También hay razones económicas para ello, como el tiempo que se tarda en encontrar un trabajo estable y el aumento del coste de los alquileres. Como esta baja tasa de fecundidad va acompañada de una esperanza de vida en constante aumento, es comprensible que el incremento de la proporción de personas mayores en España sea cada vez más significativo y preocupante, sobre todo a la hora de financiar las pensiones. Se calcula que en 2050 los mayores de 65 años representarán más del 30% de la población, y el número de mayores de 80 años superará los 4 millones. En un informe enviado a Bruselas, el Gobierno español calcula que en 2050 habrá 6 pensionistas por cada 10 trabajadores, frente a los 3 actuales, y cifra el coste de las pensiones en 300.000 millones de euros anuales en esa fecha, frente a los 140.000 millones actuales.

Una estructura familiar cambiante

La era postfranquista ya había supuesto una importante revolución política y cultural al apartar a las mujeres de las tres "C" a las que estaban asignadas: cocina, chiquillos y cura. Pero la estructura de la familia española ha sufrido otro profundo cambio en la última década, entre otras cosas por la evolución del papel de la mujer. Algunas cifras le darán una idea del panorama actual. Mientras el número de matrimonios sigue cayendo de forma sostenida (-5,7% en 2018 respecto a 2017), otra profunda tendencia está marcando esta institución: el descenso constante de los matrimonios por la Iglesia, superados por los civiles desde 2009. La edad media de los contrayentes sigue aumentando: más de 38 años para los hombres y más de 35 para las mujeres. Y el 50% de los niños nacen fuera del matrimonio. Los divorcios suponen 1 de cada 2 matrimonios, el 63% de ellos en Andalucía. Aunque la participación de las mujeres en el mercado laboral aumentó en 2018, con una tasa de empleo del 61% (frente al 53,1% de 2013 - Fuente: Eurostat), España sigue teniendo la segunda tasa de paro femenino más alta de Europa (17% y 24,5% en Andalucía), frente a una media europea del 7,1%. Las mujeres ocupan los puestos de trabajo más precarios y se calcula que, incluso con las mismas cualificaciones, cobran una media de trece euros menos por hora. Y en 2018, solo el 27% de las empresas españolas contaba con una mujer en un puesto directivo, según un estudio de Grant Thornton. En el plano político, cabe destacar que las elecciones municipales de 2015 pusieron a dos mujeres al frente de las dos mayores ciudades de España, Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona, y que el Gobierno de Pedro Sánchez envió una señal contundente al incluir a más mujeres que hombres (11 frente a 6). Desgraciadamente, al mismo tiempo, España ha sido testigo de un gran número de asesinatos de mujeres: casi 1.000 desde que se empezaron a registrar en 2003. Por eso, el Día de la Mujer, el 8 de marzo de 2018, estuvo marcado por manifestaciones sin precedentes en toda España. Una jornada que pretendía ser el Día de los Derechos de la Mujer, pero también la ocasión de la primera huelga feminista. Una indignación que volvió a manifestarse en abril de 2018 tras la decisión de la Audiencia de Pamplona, juzgada como poco rigurosa, de no presentar cargos por violación sino por abuso de debilidad en el juicio a cinco andaluces tras la agresión a una joven en las fiestas de Sanfermines. Para combatir la violencia contra las mujeres, España adoptó en 2017 un plan de 1.000 millones de euros en cinco años (200 millones anuales) y, pese a algunos retrasos, ya se han destinado 400 millones a este ámbito desde 2017, aunque el Tribunal de Cuentas español dice que sigue faltando transparencia en el uso y distribución de los fondos. En 2022, el número de feminicidios registrados en España se situó en 49, continuando el descenso de esta cifra registrado el año anterior.

El aumento de la pobreza infantil

Un estudio realizado en 2016 por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia ya presentaba un panorama bastante preocupante de la situación de los jóvenes españoles. Analizando 5 dimensiones de sus vidas y comparándolas con los resultados de otros países de la Unión Europea: empleo, emancipación, educación, vida (tasas de mortalidad y fecundidad, accidentes, suicidios, etc.) y nuevas tecnologías. En total, el joven español se encontró con un índice global de 5,6, en el vigésimo cuarto puesto de la Unión Europea, por delante de Croacia, Italia, Bulgaria y Rumanía, y muy lejos de Dinamarca, con un 8. Fueron el empleo y la emancipación la perdición de España, ya que en educación y calidad de vida las cifras estaban a la altura de la media europea, y la superaban en nuevas tecnologías. La misma brecha se producía dentro de España: País Vasco, Madrid, Cataluña, Navarra y Asturias se situaban a la cabeza, mientras que Andalucía, Castilla-La Mancha, Baleares y Canarias estaban a la cola. Un nuevo estudio presentado en julio de 2018 por el Consejo de la Juventud vuelve a poner de manifiesto la precariedad del empleo juvenil y sus consecuencias en la dificultad para abandonar el hogar familiar. En 2018, solo el 19% de los jóvenes de entre 16 y 29 años pudo trabajar por cuenta propia, la cifra más baja desde 2002. Este estado de cosas se debe principalmente a su mayor precariedad laboral (el 55,5% de los jóvenes tiene un empleo temporal, frente al 26,9% de media en el conjunto de la población) y al cada vez más elevado coste de la vivienda, que aumentó un 9,28% de 2017 a 2018. Con un salario medio de 900 euros, se calcula que ahora tendrían que destinar más del 91% de su presupuesto a la vivienda, cuando hace una década bastaba con más del 45% y lo ideal sería destinar el 30%. Este aumento de la pobreza entre los jóvenes tuvo su reflejo social en el movimiento milleeurista, que en los años 2000 agrupaba a jóvenes licenciados que no ganaban más de 1.000 euros. Pero con la crisis a sus espaldas, les siguió un nuevo movimiento, los nimilleuristas, que unos años más tarde quisieron dar a conocer que ya no ganaban ni siquiera esa cantidad, a pesar de sus estudios.

A la cabeza del matrimonio entre personas del mismo sexo

Bajo el lema "la familia sí importa", y convocadas por el Foro Español de la Familia, unas 180.000 personas se manifestaron en Madrid en junio de 2005 para protestar contra la inminente aprobación de la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo. A la manifestación asistieron también una veintena de obispos y una delegación del PP, pero sin su líder Mariano Rajoy ni el Presidente de la Conferencia Episcopal Española. Esto no impidió la aprobación de la ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo el 30 de junio de 2005. " Un pequeño cambio en el texto que supone un enorme cambio en la vida de miles de nuestros compatriotas ", subrayó José Luis Zapatero, jefe del Gobierno. España se convirtió entonces en el cuarto país del mundo en adoptar este tipo de ley, tras Holanda, Bélgica y Canadá, pero el primero en cuanto a posibilidad de adopción. Un año antes, la ley había sido aprobada por el 66% de los españoles encuestados por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), aunque la posibilidad de adoptar recibió algo menos del 50% de los votos. El primer matrimonio entre personas del mismo sexo se celebró en el Ayuntamiento de Sevilla el 15 de septiembre de 2006. En 2018, los matrimonios entre parejas del mismo sexo ascendieron a 4.726, un 2,9% del total de matrimonios. Otra cifra significativa es la Marcha del Orgullo MADO (Madrid Orgullo), que se celebra en Madrid en julio y que es una de las mayores de Europa, acogiendo regularmente a más de un millón de personas (unas diez mil para la de Sevilla). Un ensayo de Juan Ramón Barbancho y Pablo Morterero titulado "lo personal es político ", publicado en junio de 2019, repasa más de cuarenta años de lucha del colectivo homosexual en Andalucía, en un momento en el que la llegada del partido ultraderechista Vox al Parlamento andaluz ha hecho temer una regresión en este ámbito.

Sevilla y Granada, populares entre los estudiantes Erasmus

La fuerte descentralización y la importancia de la enseñanza privada confesional son las dos características principales del sistema escolar español. Se basa en tres estratos: educación preescolar, educación escolar y educación universitaria. En consonancia con el Espacio Europeo de Educación Superior, desde 2007 el sistema de enseñanza superior español consta de tres niveles: grado, máster y doctorado. Al igual que en el resto de España, la Comunidad Andaluza (Junta de Andalucía) es responsable de la educación hasta la enseñanza superior. La enseñanza superior es competencia del Estado. Andalucía cuenta con 10 universidades públicas y una privada. Cada provincia tiene su propia universidad. En Sevilla hay dos universidades públicas: la Hispalense, la más antigua, fundada en 1505 por el Papa Julio II, y la más reciente, la Pablo de Olavide, fundada en 1997. La UGR de Granada es heredera de la antigua madraza (escuela) de la época nazarí y, con 500 años de historia, es una de las universidades históricas de España. Hoy es especialmente apreciada por sus idiomas, pero también es líder mundial en matemáticas, informática e ingeniería. Heredera de la antigua Universidad Libre de Córdoba, la actual Universidad de Córdoba, fundada en 1972, tiene la particularidad de contar con un departamento dedicado íntegramente a la protección del medio ambiente. La Universidad de Málaga mantiene vínculos con la Universidad de Sevilla y presume de una excelente relación estudiante-empresa. La Universidad de Almería es polivalente, pero también tiene una especial relación con el deporte (actividades, competiciones). La Universidad de Cádiz es especialmente solicitada por sus carreras de medicina y psicología, mientras que la Universidad de Jaén destaca en informática, como confirma el prestigioso ranking de Shanghai, y la Universidad de Huelva, una de las más jóvenes junto con la Pablo Olavide, cuenta con una escuela de ingeniería en el campus de La Rábida. También está la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), famosa por sus cursos de verano, que cuenta con tres campus: La Rábida, Baeza y Málaga. Cada año, Andalucía acoge a casi 10.000 estudiantes Erasmus, pero son las universidades de Sevilla y Granada las que reciben el mayor número de estudiantes de Europa.