Lado de la vida silvestre
Andalucía destaca por su abundancia y diversidad: desde el lobo hasta el ciervo, sin olvidar los numerosos jabalíes y zorros, esta comunidad alberga más de 400 de los 630 vertebrados registrados en España. No todas serán visibles en su primer paseo y tendrá que ir a los bosques y las sierras para ver el mayor número. Durante su visita, podrá observar ciervos, cabras montesas, linces ibéricos, así como diversas especies nocturnas como la gineta, el jabalí o el tejón. El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas está lleno de ciervos y jabalíes, así como de grandes poblaciones de muflones y gamos. La cabra montés es uno de los emblemas del parque, con hasta 11.000 ejemplares, reducidos por una epidemia de sarna, pero ahora estabilizados en 500. Y, sea cual sea el periodo en el que te quedes allí, no es raro que te encuentres con muchos zorros. Al norte de Sevilla, el Parque de la Sierra Norte le dará la oportunidad de encontrarse con ciervos y jabalíes. En casi todos los bosques se encontrará con conejos y liebres, que son el alimento básico de los animales carnívoros del bosque mediterráneo.
Un puesto de observación de aves
Entre las especies con estas características, algunas están muy amenazadas y otras en peligro de extinción, como el lobo y el lince ibérico, cuya presencia es ahora limitada.el parque se ubica en tres zonas específicas, el Parque Nacional de Doña Ana, principalmente en la provincia de Huelva, la Sierra Morena y el desfile de Despeños de la provincia de Jaén. Finalmente, en las zonas secas de la región, no será raro encontrar lagartos o incluso serpientes, debido a la proximidad del continente africano. Andalucía es también la región ideal para la observación de aves, ya sea una especie o una especie.también hay especies migratorias raras como el buitre negro, el águila real y también el águila imperial. En peligro de extinción, ahora se puede ver en el Parque Doñana, que también alberga más de 300 especies de aves y es el hogar de más de 300 especies de aves;también es la fortaleza de los flamencos rosados que también se pueden admirar en las salinas de San Miguel, a la entrada del Parque del Cabo de Gata, provincia de Almería. Debido a su ubicación estratégica entre la cuenca mediterránea, el Océano Atlántico y el estrecho Gibraltar, Andalucía es el punto de paso de miles de aves migratorias de Europa a África. Humedales como el Parque Natural de las Marismas de Isla Cristina en la provincia de Huelva, otro pequeño paraíso de aves, también contienen hermosos ejemplos de fochas, cuernos, cormoranes y buitres leonados. Por no hablar de las ibis, cigüeñas, grullas, fochas o cuernos (patos negros con dos cuernos rojos) … En dirección a la punta sur, también se pueden observar cetáceos, ballenas y delfines frente a Tarifa y el troll de Gibraltar. Por último, Gibraltar es el hogar de la única colonia de monos salvajes de Europa, gusanos y monos de Berbería.
Descubriendo el Pinsapo, el pino azul de Andalucía
En muchas ciudades crecen palmeras, limoneros y naranjos. Estos últimos difunden un dulce olor a azahar que acompañará a menudo su estancia. Como las flores que adornan las paredes blancas o los patios en un arte floral del que Córdoba se ha convertido en la referencia suprema. Cuando visite una ciudad, no dude en abrir de un empujón la puerta de un patio para admirar estas maravillas o visitar los magníficos jardines que, como en Sevilla o Granada, le permiten ver las exuberantes plantas y los árboles exóticos que llegaron de tierras lejanas durante los siglos de los descubrimientos españoles: jacarandas, acacias blancas, magnolias, eucaliptos, plátanos... Otro árbol emblemático: el olivo, que estará presente sea cual sea la provincia que visites, aunque en esta zona es la provincia de Jaén, la mayor productora de aceite de oliva de Andalucía, la que alinea un océano de más de 66 millones de olivos en hileras interminables y de colores verdes y plateados. En general, el bosque mediterráneo es la vegetación típica de Andalucía, con árboles de hojas perennes adaptados a las amplias sequías estivales. Entre ellos se encuentran las encinas, los pinos y también los pinsapos, abetos andaluces de agujas azuladas. El Parque Nacional de la Sierra de las Nieves alberga el mayor número de estos pinos centenarios, con más de 3.000 hectáreas de refugio para esta especie amenazada. Incluso existe el Pinsapo de la Escalera, el antecesor de estos bosques, que tiene más de 500 años y un tronco de 26 metros de altura y 5,10 metros de diámetro. El Parque Natural de la Sierra de Grazalema también ha hecho de este pino relicto del Terciario el emblema de su parque y ofrece la oportunidad de ver buenos ejemplares. El alcornoque también es muy común y tiene su propio parque natural en el sur de la provincia de Cádiz, y estará muy presente en el norte de la provincia de Huelva, en la Sierra de Aracena y en los Picos de Aroche. Acompañada de castaños, encinas, álamos blancos, olivos, nogales e incluso cerezos, la zona está formada por 180.000 hectáreas de todos los tonos de verde. Aunque éstos son los pilares de su vegetación, se complementan con otros muchos elementos, ya que la flora andaluza es también sorprendentemente rica, con más de 5.000 especies de plantas, entre ellas casi 150 endémicas. Mientras pasea, podrá contemplar los campos de cereal y algodón de la fértil vega del Guadalquivir, descubrir el pequeño paraíso botánico de la Sierra de Baza (pinos silvestres, sauces, chopos de hojas blancas, negras y rojas), en la provincia de Granada, y disfrutar de las delicias visuales y gustativas de su costa tropical: kiwis, caña de azúcar, aguacates, caquis, papayas, chirimoyas o mangos...
Animales emblemáticos
El caballo andaluz
Originaria de Andalucía, esta especie, también conocida como raza pura española, es una de las razas de caballos más antiguas del mundo. Se reconoce por su cuerpo compacto, escote potente, elegancia y crin ondulada. Y su habilidad para “piaffer” y ” pasar ” le hizo apreciar;la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera ofrece ahora un apoyo económico para la doma clásica. Ir allí le permitirá admirar el magnífico trabajo realizado. También presente en la arena, también ha aparecido en el cine en Gladiator y El Señor de los Anillos. Sólo un cierto número de criadores están autorizados a criar, rigurosos y selectivos, pero se pueden visitar varios de ellos en las provincias de Córdoba, Séville y Cádiz.
Toro de lidia
También conocido como toro bravo o toro de lidia, este toro es también la raza más pura de España y debe ser inscrito en el registro genético que recoge cada una de las razas fundadoras, unas cuarenta. Es seleccionado por sus cualidades de “valentía” y habilidades de combate en la arena. En Andalucía se pueden visitar muchos ganaderos, ascensores que permiten ver cómo evoluciona en su entorno natural, la dehesa (p&t.acircunstancias), y descubrir los procedimientos para la cría y selección de estos toros. Y la provincia de Cádiz, una de las más taurinas, ha establecido una ruta taurina que la atraviesa, desde Jerez de la Frontera, al norte de Cádiz, hasta San Roque, al sur y unos kilómetros antes de Gibraltar.
El lince ibérico o lince ibérico
Tal vez tengas una muy buena oportunidad de ver a este lince con su cuello y pelo largos y orejas triangulares terminadas en un mechón de pelo negro, por lo que deberías aprovecharla, ya que es una de las especies más amenazadas. Por diferentes factores: las epidemias que golpearon a los conejos, su principal alimento; la contaminación de algunos cultivos intensivos; el tráfico vial; o las trampas caídas para eliminar a otros carnívoros. Como resultado, a principios del siglo XX había 100.000 linces viviendo en libertad en Andalucía y Portugal, pero en 2005 sólo quedaban 160. Como respuesta a esta tendencia, se han puesto en marcha diversos programas de conservación e integración, especialmente en Andalucía, en el Parque Nacional de Doña Ana. En 2013, su población se estimó en más de 300 ejemplares en esta comunidad, cifra que se duplicó en 2018. Se encuentran en el Parque Nacional de Doña Ana y en las Sierras de Andorra y Cazorla, en la provincia de Jaén.
Cabra montado
Es difícil no reconocer los cuernos curvos de las patas de esta especie, también conocida como íbice ibérico. Y al igual que el lince ibérico, es una especie que ha estado al borde de la extinción, pero desde finales del siglo XIX para este último. En 1970, sólo quedaban 20 copias. Las protecciones no comenzaron hasta la década de 1950, pero sin mucho efecto, afortunadamente desde entonces varias políticas de reintroducción han hecho posible contar con casi 50.000 personas. Es en la Sierra Nevada donde casi con toda seguridad tendrá la oportunidad de conocerla, pero también en la Sierra de Jaén o en la Sierra de las Nieves y Montes de Cádiz. Y si tienes suerte, verás un macho y una hembra y notarás sus diferentes tamaños y cuernos y el espectáculo será total.