Flamants rose. © Salparadis -shutterstock.com.jpg
Art floral sur une maison de Cordoue. ©  Balate Dorin - shutterstock.com.jpg
Lynx ibérique. © tony mills - shutterstock.com.jpg

Lado de la vida silvestre

Andalucía destaca por su abundancia y diversidad: desde lobos y ciervos hasta numerosos jabalíes y zorros, esta comunidad alberga más de 400 de los 630 vertebrados que hay en España. No todos ellos serán visibles en su primer paseo, y tendrá que visitar los bosques y sierras para ver el mayor número. Cuando los visite, podrá avistar ciervos, cabras montesas y linces ibéricos, además de varias especies nocturnas como ginetas, jabalíes y tejones. El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas está repleto de ciervos y jabalíes, y alberga importantes poblaciones de muflones y gamos. Sin olvidar la cabra montés, uno de los emblemas del parque, que llegó a contar con 11.000 ejemplares, número que se redujo por una epidemia de sarna, pero que ahora se ha estabilizado en 500. Y, sea cual sea la época del año, no es raro toparse con un gran número de zorros. Al norte de Sevilla, en el Parque de la Sierra Norte, encontrará ciervos y jabalíes. En casi todos los bosques encontrará conejos y liebres, que constituyen la base de la alimentación de los carnívoros del bosque mediterráneo.

Un puesto de observación de aves

Entre las especies características, algunas se encuentran muy amenazadas y otras al borde de la extinción, como el lobo y el lince ibérico, cuya presencia se limita actualmente a tres zonas concretas: el Parque Nacional de Doñana, situado principalmente en la provincia de Huelva, Sierra Morena y la garganta de Despeñaperros, en la provincia de Jaén. Por último, en las zonas secas de la región, no es raro encontrarse con lagartos o incluso serpientes, dada la proximidad del continente africano. Andalucía es también la región ideal para la observación de aves, con especies de rapaces residentes (13 en total) y especies migratorias poco comunes como el buitre negro, el águila real y el águila imperial. Esta última, en peligro de extinción, puede verse ahora en el Parque de Doñana, que alberga además más de 300 especies de aves y es también el reducto de los flamencos rosas, que también pueden admirarse en las salinas de San Miguel, a la entrada del Parque de Cabo de Gata, en la provincia de Almería. Gracias a su situación estratégica entre la cuenca mediterránea, el océano Atlántico y el estrecho de Gibraltar, Andalucía es escala de miles de aves migratorias de Europa a África. Humedales como el Parque Natural de las Marismas de Isla Cristina, en la provincia de Huelva, otro paraíso para las aves, albergan también bellos ejemplares de fochas cornudas, cormoranes y buitres leonados. Por no hablar de ibis, cigüeñas, grullas, fochas y patos cornudos (patos negros con dos cuernos rojos)... Hacia el Sur, también podrá avistar cetáceos, ballenas y delfines frente a Tarifa y el Estrecho de Gibraltar. Por último, Gibraltar alberga la única colonia europea de monos salvajes, magots y macacos de Berbería.

Descubriendo el Pinsapo, el pino azul de Andalucía

En muchas ciudades crecen palmeras, limoneros y naranjos. Estos últimos esparcen un dulce aroma a azahar que a menudo acompañará su estancia. Al igual que las flores que adornan las paredes blancas o los patios en un estilo de arte floral para el que Córdoba se ha convertido en la referencia suprema. Cuando visite la ciudad, no dude en abrir de un empujón la puerta de un patio para admirar estas maravillas o visitar los magníficos jardines que, como en Sevilla o Granada, dejan entrever la frondosidad de las plantas y los árboles exóticos llegados de tierras lejanas durante los siglos del descubrimiento español: jacarandas, acacias blancas, magnolias, eucaliptos, plataneros... Otro árbol emblemático: el olivo, que estará presente sea cual sea la provincia que visite, aunque en esta zona es la provincia de Jaén, la mayor productora de aceite de oliva de Andalucía, la que alinea un océano de más de 66 millones de olivos en interminables hileras de colores verdes y plateados. En general, el bosque mediterráneo es la vegetación típica de Andalucía, con árboles de hoja perenne adaptados a las amplias sequías estivales. Entre ellos destacan las encinas, los pinos y también los pinsapos, abetos andaluces de agujas azuladas. El Parque Nacional de la Sierra de las Nieves alberga el mayor número de estos pinos centenarios, con más de 3.000 hectáreas de refugio para esta especie en peligro de extinción. Incluso encontrará el Pinsapo de la Escalera, antepasado de estos bosques, con más de 500 años de antigüedad y un tronco de 26 metros de altura y 5,10 metros de diámetro. El Parque Natural de la Sierra de Grazalema también ha hecho de este pino relicto del Terciario el emblema de su parque, lo que permite contemplar algunos ejemplares de gran calidad. También muy común, el alcornoque tiene su propio parque natural en el sur de la provincia de Cádiz y estará muy presente en el norte de la provincia de Huelva, en la Sierra de Aracena y en los Picos de Aroche. Acompañados de castaños, encinas, álamos blancos, olivos, nogales e incluso cerezos, ocupan 180.000 hectáreas de todos los tonos de verde. Aunque éstos son los pilares de su vegetación, se complementan con otros muchos, ya que la flora andaluza es también asombrosamente rica, con más de 5.000 especies vegetales, entre ellas casi 150 endémicas. Mientras pasea, podrá contemplar los campos de cereal y algodón de la fértil vega del Guadalquivir, descubrir el paraíso botánico de la Sierra de Baza (pinos silvestres, sauces, chopos de hojas blancas, negras y rojas), en la provincia de Granada, y disfrutar de las vistas y sabores de su costa tropical: kiwis, caña de azúcar, aguacates, caquis, papayas, chirimoyas o mangos...

Animales emblemáticos

El caballo andaluz. Originaria de Andalucía, esta especie, también conocida como caballo de pura raza española, es una de las razas equinas más antiguas del mundo. Se reconoce por su cuerpo compacto, su cuello poderoso, su elegancia y sus crines onduladas. Y su aptitud para el "piaffe" y el "passage" lo han hecho muy apreciado para el trabajo de doma clásica, que ahora realiza la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera. Una visita a la escuela le permitirá admirar el magnífico trabajo que allí se realiza. También ha aparecido en el cine en Gladiator yEl Señor de los Anillos. Sólo un cierto número de ganaderos están autorizados a criar este riguroso y selectivo animal, pero puede visitar varios en las provincias de Córdoba, Sevilla y Cádiz.

Toro de lidia. También conocido como toro bravo o toro de lidia, este toro es también la raza más pura de España y debe estar inscrito en el registro genealógico que recoge cada una de las razas fundadoras, que son unas cuarenta. Se seleccionan por su bravura y capacidad para la lidia en la plaza de toros. En Andalucía se pueden visitar varias ganaderías, donde se puede ver al toro en su medio natural, la dehesa, y conocer el proceso de cría y selección. Y la provincia de Cádiz, una de las más taurinas, ha habilitado una ruta del toro que la atraviesa, desde Jerez de la Frontera, al norte de Cádiz, hasta San Roque, al sur, pocos kilómetros antes de Gibraltar.

El lince ibérico o ibero. Puede que tenga la suerte de avistar a este lince, de cuello largo y orejas triangulares terminadas en un mechón de pelo negro, pero más vale que lo aproveche, ya que es una de las especies más amenazadas. Esto se debe a varios factores: las epidemias que han afectado a los conejos, su principal alimento; la contaminación provocada por ciertos cultivos intensivos; el tráfico rodado y las trampas colocadas para eliminar a otros carnívoros. Como consecuencia, a principios del siglo XX había 100.000 linces viviendo en libertad en Andalucía y Portugal, pero en 2005 sólo quedaban 160. Como respuesta a esta matanza, se han puesto en marcha varios programas de conservación y rehabilitación, sobre todo en el Parque Nacional de Doñana, en Andalucía. En 2013, su población se estimaba en más de 300 ejemplares en esta comunidad, cifra que se ha duplicado en 2018. Se pueden encontrar en el Parque Nacional de Doñana y en las Sierras de Andújar y Cazorla, en la provincia de Jaén.

Cabra montada. Es difícil no reconocer los cuernos curvados de los machos de esta especie, también conocida como cabra montés. Y al igual que el lince ibérico, es una especie que ha estado al borde de la extinción, aunque desde finales del siglo XIX en el caso de este último. En 1970 sólo quedaban 20 ejemplares. Las medidas de protección no empezaron hasta los años 50, pero sin mucho efecto. Afortunadamente, desde entonces diversas políticas de reintroducción han permitido contar con casi 50.000 ejemplares. Es casi seguro que verá alguno en Sierra Nevada, pero también en la Sierra de Jaén y en la Sierra de las Nieves y Montes de Cádiz. Y si tiene suerte, podrá ver un macho y una hembra y apreciar las diferencias de tamaño y de cuernos, lo que hace que el espectáculo sea realmente espectacular.