Clima Islas Canarias

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Con un tiempo bueno y estable garantizado por el anticiclón de las Azores y suficiente humedad en el aire transportada por los vientos alisios, las Canarias se han forjado una imagen de tierras de eterna primavera, cuidadosamente promocionada desde los años sesenta. Si bien es cierto que el clima oceánico subtropical de estas islas les permite beneficiarse de temperaturas suaves, debidas al océano durante todo el año y a los vientos alisios en verano, no lo es menos que cuentan con diferentes microclimas, bastante numerosos y muy diferentes para tan pequeñas extensiones. Hay zonas semidesérticas que recuerdan al Sáhara en islas como Lanzarote o Fuerteventura y zonas montañosas con todas las tonalidades de verde en el centro de La Gomera o el norte de Tenerife, donde los puertos de alta montaña están a veces cerrados por la nieve. Sin embargo, lo que hay que vigilar es el sol, sobre todo en el sur.

¿Lluvia o no lluvia?

El clima observado variará en primer lugar en función del nivel de precipitaciones. En algunas de las islas occidentales, las precipitaciones son más frecuentes y a veces superan los 1.200 mm/año, como en La Palma, pero son considerablemente más escasas en las islas orientales, como Fuerteventura y Lanzarote, con menos de 100 mm/año en las costas y alrededor de 300 mm/año en el interior de estas islas, que presentan climas áridos, de tipo semidesértico. Esta escasez de agua de lluvia ha llevado a la instalación de plantas desalinizadoras de agua de mar para satisfacer las necesidades de agua de las islas y las ciudades. En Lanzarote se instaló la primera desaladora de Canarias, pero también de España, en 1964. Aún se utilizan en ciudades como Las Palmas de Gran Canaria o Santa Cruz de Tenerife. Por supuesto, son las montañas las que desempeñan un papel fundamental en el ritmo de las precipitaciones. A diferencia de las demás islas, Lanzarote y Fuerteventura son en su conjunto islas bastante bajas y, en general, las precipitaciones aumentan con la altitud. Por ello, los recursos hídricos son mucho más importantes en las islas más montañosas, como Tenerife, La Palma o La Gomera. En la práctica, rara vez se utilizan paraguas en un viaje a las Islas Canarias, aunque las precipitaciones aumenten en invierno. Por otro lado, estas precipitaciones afectarán al paisaje, que es más verde en las zonas afectadas, generalmente el norte de las islas y a mayor altitud.

Vientos alisios para siempre

Otro factor determinante del clima de Canarias es la presencia casi continua de los vientos alisios. Procedentes del nordeste, estos vientos oceánicos contribuyen en primer lugar a la baja amplitud térmica observada en Canarias (fuera de la altitud) al crear un efecto "invernadero" que filtra los rayos solares sobre el mar, manteniendo así la corriente marina fría que hace que las islas tengan una temperatura más suave de la que les correspondería dada su latitud. Aunque no traen lluvia, estos vientos también contribuyen a la humidificación de las zonas que atraviesan mediante un fenómeno conocido como "mar de nubes". Esta humedad se deposita sobre la vegetación y entonces las agujas de pino y las hojas de laurel gotean sobre el suelo en cantidades sorprendentes, contribuyendo así a su propio suministro de agua. Otro viento también afecta a algunas islas Canarias, el Calima. Cargado de arena y polvo, este viento procedente del Sáhara afecta más lógicamente a Fuerteventura y Lanzarote, pero también puede llegar a Gran Canaria y Tenerife. Los días de Calima traen temperaturas más altas con cielos blancos y visibilidad reducida. Estas minitormentas de arena pueden durar varios días y provocar problemas respiratorios en las personas más sensibles. Las temperaturas son bastante altas por término medio, pero sólo varían ligeramente a lo largo del año, desde los 18°C de mínima hasta los 28°C de máxima. Julio y agosto son los meses más calurosos, aunque las temperaturas rara vez superan los 30°C. El tiempo refresca en invierno, pero la temperatura no baja de los 15°C. La temperatura también varía con la altitud en todas las islas por encima de los 1.000 metros. Así, los puertos de alta montaña de La Palma y Tenerife pueden cerrarse en caso de nieve, y mucho más raramente los de El Hierro y La Gomera. En concreto, siempre habrá más sol en el sur de cada isla, sea cual sea la estación. Un sol cuyo poder no hay que olvidar, ya que muchas clínicas del sur han hecho una fortuna tratando las quemaduras que puede provocar. Para concienciar a los turistas, Santa Cruz de Tenerife inauguró en 2017 el primer "semáforo rojo" del sol, que les informa en tiempo real del grado exacto de exposición solar, y al que han seguido otros municipios como Puerto del Rosario, en Fuerteventura.