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La mayor densidad de España

Con más de 2,1 millones de habitantes, Canarias representa "sólo" el 4,51% de la población española, pero al mismo tiempo ocupa "sólo" el 1,5% del territorio español. Y es este espacio limitado la primera característica de la estructura de su población: un archipiélago con una alta densidad de algo más de 283 habitantes por km², unas tres veces superior a la media nacional. La mayor parte de la población se concentra en las dos islas con capitales de provincia, Tenerife y Gran Canaria. Éstas siempre han sido las más pobladas, ya que se han beneficiado de la inmigración interinsular, de las islas menores a las mayores, y hoy en día representan por sí solas más del 80% de la población total del archipiélago (casi el 43% en el caso de Tenerife y el 40% en el de Gran Canaria). En 2021 Tenerife tenía más de 972.000 habitantes, Gran Canaria más de 853.000, Lanzarote más de 152.000, Fuerteventura más de 122.000, La Palma 86.800, La Gomera más de 22.000 y El Hierro más de 11.000. Ese mismo año, Las Palmas tenía el mayor número de habitantes (más de 378.000), seguida de Santa Cruz de Tenerife (más de 208.000). En términos de natalidad y pirámide de población, las cosas han cambiado mucho en las últimas décadas. El fuerte crecimiento demográfico registrado en los años sesenta dio lugar en los ochenta a una pirámide de edad bastante joven, en la que el 50% de la población no llegaba a los 30 años. Hoy la situación es muy diferente. Si hace 25 años Canarias tenía la segunda tasa de fecundidad más alta de España, ahora el archipiélago tiene una tasa media de 0,97 hijos por mujer. Al igual que en España, este descenso se explica por el retraso en la edad del primer parto, la crisis económica y la ausencia de verdaderas políticas familiares. Al igual que el resto de España, las Islas Canarias vislumbran un futuro marcado por el envejecimiento de la población, sobre todo en las islas más occidentales: La Palma, La Gomera y El Hierro, consideradas también las más pobres del archipiélago.

Emigración e inmigración

Forman parte del ADN de los canarios, que se enorgullecen de una cultura que lleva la huella de múltiples influencias extranjeras. Históricamente, pueden distinguirse tres tipos principales de contribuciones. La cultura aborigen guanche que, aunque combatida por los conquistadores españoles, ha dejado su huella en la artesanía, los deportes (lucha canaria), las fiestas (Virgen de la Candelaría o Rama d'Agaete), la gastronomía (gofio) y la forma de nombrar los lugares, la fauna y la flora. La influencia europea fue principalmente española, sobre todo andaluza y gallega, y portuguesa, y en menor medida italiana, belga, británica y francesa. Esta influencia se aprecia en los bailes y músicas populares que utilizan el timple y aclimatan las seguidillas o malagueñas andaluzas, en la arquitectura y, por supuesto, en las fiestas o romerías, que se han convertido en signos de la "canariedad". Por último, la cultura latinoamericana, especialmente cubana y venezolana, ha influido en el idioma, la gastronomía, dando lugar a las famosas "papas arrugadas", y el folclore musical, integrando en su repertorio ritmos musicales como el bolero. En la actualidad, el archipiélago canario registra una media anual de 50.000 nuevos residentes. Se dividen en tres grupos. Más de la mitad proceden de la Península Ibérica, atraídos a Canarias por las oportunidades de empleo en el turismo y la construcción. El segundo grupo está formado por europeos del norte, principalmente alemanes y británicos, que aspiran a vivir en un entorno más soleado. Algunos trabajan en el turismo, otros se jubilan allí. Por último, los norteafricanos, subsaharianos y europeos del Este constituyen el tercer polo de la inmigración, más invisible y menos fácil de cuantificar. La cifra récord de 36.000 llegadas en 2006 a través de la inmigración clandestina desde las pateras ha descendido oficialmente a una media de 3.000 al año. Aunque España es hoy uno de los principales puntos de entrada de la inmigración en Europa, es ahora la ruta mediterránea la más frecuentada.

Entonaciones y silbidos

Los canarios hablan español, con un acento mucho más cadencioso que el de la península, adoptando el ritmo rápido de los andaluces y recordando a veces el de Sudamérica. Como en estos acentos, la "s" casi se elide y se sustituye por una aspiración casi imperceptible ([h]), sobre todo al final de palabra. Así que no dirás muchas gracias sino mucha gracia y preferirás buenas tardes al habitual buenas tardes. En Tenerife, oirá mencionar el pueblo de Mahca, mientras que en el mapa leerá Masca. La "g" también se pronuncia débilmente, sobre todo delante de una "u". Y aunque es menos perceptible, las vocales también se pronuncian a veces de forma diferente, confundiéndose a menudo las vocales cercanas (o y u, e e i). Otra herencia discreta pero real es la de los guanches, que transmitieron a los conquistadores un vocabulario ligado a la cría de cabras ("cabra" se dice baifo y no cabrito) o a otras actividades agrícolas (un goro es un cercado de piedra), a la denominación de un animal (el perenquén es el lagarto característico de Gran Canaria) o a una planta local, la tabaiba. Nótese que aún se utilizan algunas expresiones castellanas arcaicas: "antes de ayer" se dice antier y no antes de ayer), así como palabras con otros significados(luz significa luz, pero también electricidad). Por último, tendrá la oportunidad de escuchar el silbo, un lenguaje silbado específico de La Gomera, pero que también se practica en El Hierro, el único lenguaje prehispánico que se conserva, pero ahora adaptado al español (26 sonidos del castellano en 6 sonidos del silbo, con múltiples variaciones). Se incluye en la escolarización desde 1999, y en 2009 se incluyó en el Patrimonio Inmaterial de la UNESCO y se dice que lo practican unas 22.000 personas. En 2019, fue homenajeada en el Festival de Cannes con la presentación de la película La Gomera, dirigida por Corneliu Borumboiu, que presenta su aprendizaje y sus nuevos usos.