shutterstock_68912794.jpg
14_pf_110616.jpg

Arquitectura original

Los primeros yacimientos arqueológicos descubiertos en Panamá contienen vestigios de asentamientos, basureros, concheros y estructuras de piedra circulares o rectangulares que los investigadores consideran complejos funerarios o ceremoniales. En la desembocadura del río Tonosí, el yacimiento de Bucaro contiene todos estos elementos, así como vestigios de campamentos temporales instalados por pescadores en la playa; mientras que el yacimiento de La Cañaza alberga un asombroso cementerio cuyos enterramientos se organizan en torno a una chimenea cilíndrica de 30 cm de diámetro y 50 cm de altura, una especie de pozo lleno de cenizas y desechos culinarios, alrededor del cual se disponían ofrendas y cerámicas que combinaban decoración policroma y cincelada. Más recientemente, los investigadores han desenterrado dos yacimientos fascinantes: el primero, Sitio Conte, con sus objetos de oro, es, para los científicos, la prueba de la existencia de una civilización que floreció del 250 a.C. al siglo XVI y que se conoce como la de los "Guerreros de Oro". Se cree que son los originarios del increíble Parque Arquelológico El Caño, donde se han desenterrado montículos de tierra que protegían tumbas, así como alineaciones de piedras y columnas de basalto. El elemento más estudiado es una tumba de varias plantas coronada por un techo de madera para un jefe cuyos restos se apoyaban en una plataforma formada por los cuerpos de 15 esclavos sacrificados. La tumba también contiene numerosos objetos preciosos, entre ellos oro y esmeraldas, un esplendor que explica por qué a menudo se hace referencia a estos yacimientos como El Dorado panameño.
En cuanto a la vivienda rural, la tradición precolombina de utilizar materiales naturales para construir estructuras sencillas y funcionales sigue muy viva hoy en día. En general, las viviendas se construyen con armazones y estructuras de madera (caña de azúcar, juncos), y tienen techos, normalmente cónicos, de hojas de palma tejidas, con una abertura en la parte superior para dejar salir el humo y con amplios voladizos para protegerse del sol. Los palafitos se reconocen por su planta cuadrada, los paneles de las paredes hechos de ramas y palos y su elevación sobre pilotes, que les permite acercarse lo más posible a los humedales. En los valles, los habitantes prefieren estructuras de troncos recubiertas de una mezcla de barro y construidas muy juntas para protegerlas del clima ventoso. Es en estas zonas rurales donde se perpetúa la tradición de la Junta de Embarre. Se trata de construir o reformar una casa para celebrar una boda. Toda la comunidad participa, desde la búsqueda de los materiales hasta la construcción de la casa. Sus estructuras están hechas de madera, plantas trepadoras, paja, hierba seca y tallos de caña de azúcar, y luego se cubren de barro. Una vez seca, la casa se pinta y se decora. Una colorida celebración del amor

Arquitectura colonial

Inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, las fortificaciones de la costa caribeña de Panamá constituyen un notable complejo defensivo que se integra con naturalidad en un paisaje transformado en un estratégico activo de defensa militar. Entre los siglos XVI y XVIII, este complejo militar sirvió para defender el puerto de Portobelo y la desembocadura del río Chagres, por donde pasaban los materiales más preciados con destino a España. Los primeros planos de fortificación de la zona fueron elaborados por el ingeniero militar italiano Bautista Antonelli, responsable también de las fortificaciones de La Habana y Cartagena. La serie de baterías, terrazas, plataformas, fuertes y "castillos" ilustra la adaptación de este sistema defensivo a los avances de la artillería. Estas estructuras de piedra, macizas y almenadas, eran al principio decididamente medievales. Sin embargo, poco a poco se fueron refinando y adquirieron un aspecto neoclásico, como ilustran los fuertes de Santiago, Jerónimo y San Fernando. En cuanto a arquitectura civil y religiosa, el mejor lugar para descubrir los tesoros de la época colonial es Ciudad de Panamá. La capital alberga dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Panamá la Vieja - Panamá Viejo y el distrito histórico o Casco Viejo de Panamá. Fundada en 1519, la ciudad pasó de ser una avanzada colonial a sede de una corte real, protagonismo que se aprecia en su típico urbanismo, reconocible por su estructura reticular y su organización en torno a grandes plazas, de las que la Plaza de la Independencia es la más famosa; pero sobre todo en los restos de su imponente arquitectura de piedra, de la que la torre de la catedral, de 30 m de altura, es el mejor ejemplo. Este emplazamiento original se conoce como Panamá Viejo. Pero revueltas, terremotos e incendios provocaron el traslado de la ciudad en 1673. Deseosos de fortificar la ciudad y hacerla inexpugnable, los ingenieros militares eligieron un emplazamiento próximo al mar, transformando los elementos naturales en armas de defensa, con diques y fosos. Rodeada de gruesas murallas, esta nueva ciudad, hoy Casco Viejo, sigue organizándose según un esquema cuadriculado de manzanas de viviendas regulares, dispuestas a su vez en torno a plazas bordeadas de edificios emblemáticos, empezando por los numerosos edificios religiosos. La catedral-basílica de Santa María la Antigua es un magnífico ejemplo. Flanqueada por dos torres huecas, originalmente pintadas de rojo y con incrustaciones de nácar, está considerada una de las catedrales más altas de Latinoamérica. Contemple su fachada de piedra esculpida protegida por tres elegantes pórticos; sus tres naves cuyas 67 columnas cruciformes de piedra y ladrillo sostienen la bóveda de madera; y sobre todo su sacristía, único ejemplo de edificio colonial con cúpula. Como muchos otros edificios religiosos de la época (la iglesia de San José, la iglesia de la Merced y el Salón Bolívar, que fue sala capitular del antiguo monasterio de San Francisco), lleva el sello de un barroco jesuítico lleno de curvas, arcadas, columnatas y hornacinas esculpidas. La arquitectura civil y residencial colonial se caracteriza por muros de piedra, a menudo revestidos de estuco de color pastel o encalados, tejados de tejas de terracota con tintes ocre-rojizos y voladizos protectores, fachadas salpicadas de balcones con elegantes herrajes y ventanas protegidas por grandes contraventanas de madera. Esta arquitectura civil opta a menudo por influencias neoclásicas, sobre todo en la repetición y simetría de los porches y arcadas de entrada de las residencias, pero a veces teñidas de préstamos neomudéjares (patios interiores, galerías y columnatas elegantemente entrelazadas, etc.). La Casa Góngora y el Palacio de las Garzas son dos de los mejores ejemplos del Panamá colonial.

Ingeniería y eclecticismo

Tras el triunfo de su Canal de Suez, Ferdinand de Lesseps quiso repetir la hazaña con el Canal de Panamá. Este titánico proyecto comenzó en 1880. Decenas de miles de hombres excavaron con palas, antes de que impresionantes excavadoras de cuchara vinieran a ayudarles en su tarea. Hubo tantos accidentes que hubo que construir canales de desvío y presas de retención. El proyecto se retrasaba y los costes de construcción se disparaban, por lo que Lesseps se vio obligado a revisar sus planes y optar por un canal con esclusas, más barato y rápido de construir. Gustave Eiffel incluso diseñó para la ocasión unas innovadoras esclusas con compuertas deslizantes sobre raíles, pero esta primera vida francesa del canal fue un fracaso. El proyecto sólo se reactivó bajo el impulso de los estadounidenses, que querían convertir el canal en una baza estratégica y militar. 320 m de largo, 33 m de ancho, 13 m de profundidad y compuertas de 25 m de altura: las esclusas del canal son monumentales. Esta escala gigantesca ha dado lugar a los Panamax, los gigantes marinos de más de 290 m de eslora que surcan el canal Pero maniobrar un gigante en un canal tan estrecho no es fácil, por eso se creó un sistema de amarre único en el mundo: los barcos son arrastrados y retenidos en el centro de la dársena por locomotoras eléctricas que circulan sobre raíles dispuestos a ambos lados del canal. Franceses y estadounidenses no sólo dejaron su huella en el canal, sino también en la arquitectura de la época.
Si las ciudades panameñas, empezando por la capital, le recuerdan el ambiente de Nueva Orleans, ¡es natural! Los franceses reprodujeron esta colorista mezcla de influencias hexagonales, españolas y caribeñas. Los tejados con ventanas abuhardilladas, los exteriores cuadrados y simétricos y los empinados tejados de paja, piedra o teja le dan un aire provinciano francés. Cabe destacar que los armazones y estructuras de madera han sobrevivido a los numerosos incendios porque están protegidos por gruesas capas de yeso. Tejados de tejas, amplios patios interiores, fachadas interiores salpicadas de logias, fachadas exteriores con balcones en ménsula protegidos por voladizos...: todos estos elementos tienen una decidida influencia española, mientras que los colores vivos y vibrantes son caribeños. Lejos de este ambiente tan ecléctico, los estadounidenses optan por una sobriedad estilística sólo igualada por el monumentalismo de sus estructuras. La Estación de Ferrocarril de Panamá lleva el sello del estilo Beaux-Arts, mientras que el famoso Edificio de la Administración del Canal de Panamá mezcla neoclasicismo (frescos, cúpula de cristal, columnatas, simetría) y modernismo. La nueva ciudad de Colón, construida por la Panamá Railroad Company, es otra mezcla de estilos y épocas, con su catedral de San Juan Bautista de curvas muy barrocas y volúmenes puros que insinúan el Art Déco. El Art Déco, y su variante conocida como Streamline, es especialmente frecuente en la ciudad de Panamá, que cuenta con numerosos edificios con esquinas curvas que recuerdan a los camarotes de un barco, así como con bellos edificios públicos como el Teatro Balboa, con sus volúmenes geométricos que alternan curvas y líneas rectas y su bella caligrafía, y el Banco Nacional de Panamá.

Vibrante arquitectura contemporánea

Construido en 1962, el Puente de las Américas impresiona por sus dimensiones. Tiene 1.654 m de longitud y se encuentra a más de 110 m sobre el nivel del mar. Durante mucho tiempo fue el único puente asociado al canal, pero ahora está asociado a otras dos obras maestras de la ingeniería. Construido en 2004, el Puente del Centenario es un soberbio puente atirantado de 1.052 m de longitud sostenido por dos torres de 184 m de altura diseñadas para resistir terremotos frecuentes. Inaugurado en 2019, el Puente Atlántico es el puente de hormigón pretensado más largo del mundo. Se eligió el hormigón en lugar del acero por su mayor resistencia en un entorno extremadamente corrosivo. Sus dos pilones de 212 m de altura le confieren una silueta muy aérea. Los cientos de rascacielos que forman el horizonte de la ciudad de Panamá son ciertamente aéreos. La capital es una de las ciudades con mayor densidad de rascacielos Con 293 metros y 70 plantas, la torre JW Marriott Panamá es la más alta de Latinoamérica después de la Gran Torre Santiago, en Chile. Aunque la mayoría de las torres tienen poco interés arquitectónico, otras sí destacan. Es el caso de la Torre de las Artes, que forma parte del complejo residencial de lujo YOO Panamá. Creado por Philip Starck y John Hitchcox, YOO inspired by Starck pone su sello colorista e imaginativo en los mejores hoteles y resorts del mundo. Aquí, el vestíbulo con sus asombrosas columnas doradas imitando árboles y las bonitas cabañas que rodean la piscina son una visita obligada. Otra fantasía es la Torre F&F, apodada Tornillo o Torre de la Revolución por su retorcida estructura helicoidal que destaca en el paisaje de la capital. A la sombra de estos gigantes de cristal y acero se desarrolla una arquitectura asombrosa. La Bolsa de Diamantes de Panamá, con su perfil futurista y su fachada de paneles de aluminio perforados en patrones que recuerdan los ángulos de un diamante tallado, es un buen ejemplo de arquitectura contemporánea; el Estadio Maracaná, con su juego de curvas y líneas rectas, sus columnas de acero y hormigón armado, su estructura de techo de celosía de acero y sus cubos esquineros cubiertos de chapas perforadas que les dan un aspecto pixelado; y, por supuesto, el Biomuseo. Este último es el único proyecto en América Latina del famoso arquitecto Frank Gehry. "Situado en la desembocadura del Canal de Panamá, este espacio de formas irregulares de colores superpuestos recupera la paleta tropical de la región como una oda a su biodiversidad Deforestación, contaminación, Panamá se enfrenta a grandes retos climáticos y busca avanzar hacia una arquitectura más virtuosa y sostenible. Algunos proyectos sorprendentes dan testimonio de esta voluntad, como la Plastic Bottle Village, cuyas casas (¡y castillo!) están diseñadas con armazones de acero que se rellenan con botellas de plástico vacías para aislarlas y luego se recubren de hormigón. Este reciclaje de materiales también se encuentra en la SaLo House de Patrick Dillon, cuyo objetivo es recrear un ecosistema y cuestionar la arquitectura tropical con esta residencia de paredes transparentes desmontables, diseñada íntegramente para proporcionar ventilación natural. Otros proyectos interesantes son el eco-lodge Vistas Cope, cuyas vigas de madera y acero están fabricadas con materiales reciclados de bases americanas abandonadas, y el Panamá Rainforest Discovery Center. Este último impresiona por su centro de visitantes construido sobre pilotes en una zona ya deforestada para no dañar más la naturaleza panameña, y su torre de observación que se funde con los árboles. Ocean Builders, empresa especializada en tecnología marina, apuesta por este enfoque. En Panamá, la empresa inauguró sus primeros Sea Pods, viviendas flotantes autosuficientes y ecorrestaurativas encaramadas a 3 m sobre el nivel del mar, gracias a un sistema de tubos de acero llenos de aire que les permiten flotar y, sobre todo, convertirse en soportes de nuevos ecosistemas marinos. Drones, barcos autopropulsados para limpiar el océano, robots para dar servicio...: la empresa también quiere convertir sus vainas en una revolución tecnológica. ¡Panamá está a la vanguardia de esta renovación!