¿Qué presupuesto para actividades y salidas Costa De Marfil?

Los recorridos no suelen ser muy caros, es el guía el que costará más, pero la falta de indicaciones e información hace que su presencia sea a menudo indispensable, cuando no interesante. Por lo tanto, recomendamos los guías locales.

Los hoteles-restaurantes situados en la laguna y las costas del océano de la isla de Boulay, cerca de Abidján, Grand-Bassam o Assinie, ofrecen una gran cantidad de actividades gratuitas desde el momento en que se almuerza en el restaurante del lugar (paquete de un día), si no se pasa la noche allí. Empezando por el acceso a la piscina (que también se puede pagar extra si no se almuerza), pero también el piragüismo, la petanca, el voleibol, la piragua, los juegos infantiles... ¡Todo depende del lugar! Luego hay actividades adicionales de pago, a menudo viajes en barco, jet ski, esquí acuático..

Los taparrabos. Contrariamente a una creencia común, el taparrabos con impresión de cera conocido como "cera" no es un tejido de origen africano, sino un tejido extranjero, una amalgama de tradiciones técnicas indonesias y holandesas, que se ha "tomado" tan bien el continente que ha terminado por colonizar los espíritus y convertirse en un símbolo reivindicativo de África, aunque en realidad representa una parte impuesta de su identidad. Es en Ghana, una escala en el camino a la India, donde comienza la epopeya del taparrabos. En ese momento, los marineros holandeses tenían grandes esperanzas de cambiar las telas traídas de Indonesia por las riquezas de Ghana, todavía conocida como la Costa de Oro. Pero los tejidos en cuestión no cumplían los criterios locales y tendrían que ser reelaborados para satisfacer la demanda. En la segunda mitad del siglo XIX se introdujo en Costa de Marfil la primera cera de fabricación holandesa ("Marianne") y, en 1934, el industrial Van Vlissingen (que dio su nombre a la empresa Vlisco) observó con satisfacción que la mayoría de los Bassamois llevaban tejidos producidos en su fábrica. Fue un destino curioso para el taparrabos, emblemático de la cultura africana y sin embargo diseñado en Europa, donde los diseñadores aislados en sus talleres proyectaban sus fantasías de esta tierra lejana sobre los tejidos destinados a la exportación a África. A través del motivo, los taparrabos son en realidad el crisol de múltiples interacciones culturales ya que, además de los diseñadores occidentales, son diseñados in situ por artistas reclutados en las distintas escuelas de arte del país, escuelas que a su vez acogen a jóvenes de toda la subregión. Así pues, las especificidades de los diseños reflejarán en mayor o menor medida las de los orígenes de sus cajones. Ya sean gráficos, rítmicos, descriptivos, florales o étnicos, estos motivos toman prestadas sus particularidades de tejidos tan variados como el lienzo de Korhogo, el bogolan, la rafia o las telas tejidas de Akan, que transcriben en el lenguaje del taparrabos. Aunque Côte d'Ivoire cuenta con varias unidades de producción (entre ellas la famosa fábrica Uniwax), los taparrabos holandeses siguen gozando de un prestigio inigualable, que se refleja sobre todo en el precio, como lo demuestra el ejemplo de las impresiones en cera de Vlisco, las más caras y las más caras del mercado. Así pues, aunque conocen bien su origen, los consumidores de taparrabos siguen afirmando que la cera es un producto típicamente africano. Un elemento clave de esta (re)apropiación es la denominación del tejido, que garantiza su viabilidad social y cultural. Es a las mujeres vendedoras semi-mayoristas, la famosa Nana Benz, a quien debemos este fenómeno. Verdaderos creadores de tendencias, son los primeros en ver la tela al salir de la fábrica y los únicos capaces de reconocer un taparrabos exitoso. Los taparrabos así nombrados se convertirán en "clásicos" que marcarán su época con más o menos felicidad según duren o no, como un éxito atemporal o la cancioncilla de verano. Un verdadero clásico de éxito se convierte en un taparrabos "campeón", un atributo indispensable que debe formar parte del guardarropa de cualquier mujer elegante que se precie. El clásico vendrá en diferentes colores dependiendo de la región del país donde se venda: más ocre para el norte, y más colorido al bajar al sur. Algunas madres incluso conservan sus clásicos durante muchos años sin llevarlos para dárselos a sus hijas en el momento del matrimonio, garantizándoles así la independencia financiera cuando sea necesario y asegurando la continuidad del patrimonio familiar. La palabra gráfica del taparrabos, que hace que el cuerpo diga más que la boca, transmite así un mensaje implícito, tejiendo una red silenciosa de afinidades y/o competencia interpersonal. Los nombres dados a los taparrabos también resultan ser un excelente indicador de los fenómenos sociales actuales. Todo pasa por ellos: desde las series de televisión ("Dallas") hasta los taparrabos llamados "urbanos" ("Yamoussoukro goudron", "Abidjan c'est technique"), pasando por los taparrabos históricos, que relatan los caprichos de la vida política y económica del momento ("Conjoncture", durante la crisis económica del decenio de 1980; "La puissance de Laurent Gbagbo", o más recientemente el taparrabos del "Tercer Puente", que celebra la finalización de la obra de arte que se ha esperado durante tantos años). Entre los "best-sellers", los taparrabos del infiel ("Ton pied mon pied", "Si tu sorsors je sors"), los de las esposas engañadas ("oeil de ma rivale", una forma muy práctica de hacer llegar el mensaje al marido infiel sin alejarlo aún más gritándole; también solía hacer saber a su rival que lo sabemos) y finalmente, los taparrabos de la representación social ("Marido capaz" muestra con orgullo la riqueza financiera del cónyuge; "Pez cocido" revela un estilo de vida cómodo con repetidas salidas al monte). Una palabra también sobre los taparrabos puntuales o conmemorativos, que ponen de relieve un acontecimiento particular, como el taparrabos publicado en 1982 con ocasión de la llegada a Costa de Marfil de François Mitterrand, y en el que se podían ver medallones con la efigie de los presidentes francés y marfileño en compañía de sus respectivas esposas, todo ello sobre un fondo azul o rosa viejo. Sin embargo, no son sólo los motivos los que atestiguan la calidad del taparrabos y el estatus de la persona que lo lleva, sino que se divide en varias categorías cuyas cualidades textiles y estéticas ya de por sí inducen a la diferenciación social: cera holandesa, inglesa, marfileña, java, fancy, soso, etc., siendo los holandeses los que deben hacerlo y demostrando el grado de respetabilidad y riqueza financiera de la persona que lo lleva. Fancy, por ejemplo, impreso por una cara con procesos técnicos menos complejos que la cera, ofrece un tejido de menor calidad y sus colores se desvanecerán con bastante rapidez. Tradicionalmente usado para el trabajo en el pueblo, ha sido largamente asimilado al taparrabos de los pobres. El prestigio también depende de los modelos y cortes según los cuales se ensamblan las telas, poca fantasía se hará grande, realzada por el cuidado de un hábil sastre que la transformará en un maxi, una creación puramente urbana que consiste en un top, una falda larga y una tercera pieza de tela, generalmente atada en las nalgas o atada en un pañuelo de cabeza

¿Cuál es el presupuesto para el alojamiento Costa De Marfil?

En el interior del país, los hoteles más baratos ofrecen un confort básico, con alojamiento para dormir, ventilación, un aseo y una ducha interior, por tan sólo 7.000 francos CFA

Los hoteles de tamaño medio añaden espacio, aire acondicionado y televisión, a veces un teléfono y un mínimo de investigación en el mobiliario y la decoración. La noche media cuesta entre 15.000 y 30.000 francos CFA o más, según se trate de Abiyán o de las provincias

Por último, los hoteles de categoría de lujo, que se encuentran principalmente en Abiyán, Assinie y, en menor medida, en San Pedro y Yamoussoukro. En Abiyán, se reparten entre los hoteles de negocios del grupo Accor, los de los grupos hoteleros panafricanos Onomo y Azalaï y la cadena americana Radisson Blu, los hoteles independientes como el Tiama o el Wafou, y los hoteles de la Société des palaces de Cocody

Presupuesto de viaje Costa De Marfil y coste de la vida

Costa de Marfil no es -ya no- un país en el que se pueda viajar con la cabeza en las nubes, la melena al viento y la maleta a la espalda. Aquí, viajar con inteligencia no es necesariamente sinónimo de viajar con economía, y antes de hacer cualquier viaje con la flor al hombro, asegúrate de haber (1) elegido un medio de transporte bastante seguro (elige bien la compañía de autobuses y evita en lo posible los gbakas ); (2) haber tomado información viable sobre su destino y haberse informado de antemano sobre las condiciones de seguridad (esto es especialmente cierto para el Oeste, sobre todo las zonas fronterizas con Liberia); (3) si es posible, tener contactos y/o puntos de entrega en el lugar, por ejemplo, un amigo de un amigo al que le hayan recomendado y que conozca bien la zona (una de las mejores maneras de descubrir el país y sus habitantes). En algunas zonas, como el norte o el oeste del país, los servicios de un guía serán inestimables -si no necesarios- para acceder a los distintos lugares turísticos e interactuar con la población local. Por supuesto, siempre se puede optar por un viaje de mochilero, y en este caso se limitan los riesgos de arruinarse, pero esta opción implica pasar del modo de vida occidental al "modo de vida marfileño", y si la experiencia puede ser cómoda, incluso divertida, de forma puntual, lo es mucho menos a largo plazo e incluso puede resultar peligrosa. Por no hablar de que la imagen del mochilero simpático está anticuada, y que el mochilero tiende a ser visto de forma bastante negativa en África, sobre todo en Costa de Marfil, donde algunas regiones siguen sufriendo la década de las crisis y donde casi la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Además, para los marfileños, el hombre blanco no tiene problemas con el dinero, así que hay que aceptarlo. En este sentido, elegir deliberadamente vivir "como un pobre" no tiene sentido para la mayoría de ellos: si eres realmente pobre, no viajas. Dicho esto, es posible, por supuesto, viajar y vivir "localmente", aunque a costa de ciertas normas de seguridad, higiene y comodidad. En este caso, se utilizará el transporte público, que no suele superar los 300-500 francos CFA en la ciudad (tarifas "provinciales" en comparación con Abiyán), y por término medio oscila entre 2.500 y 7.000 francos CFA como máximo para los desplazamientos en el interior del país (autobús, gbakas) desde la capital económica; se puede comer en quioscos, maquis y otros comedores itinerantes por precios que varían entre 1.000 y 6.000 francos CFA al día según la región y el alojamiento, y se puede dormir en una habitación ventilada en algunos hoteles de barrio o en misiones católicas por un importe igual o inferior a 10.000 francos CFA por noche. Por lo tanto, en teoría es posible salir adelante con menos de 20.000 francos CFA al día, pero aparte de que esto le exigirá mucha energía e ingenio, también tendrá que sacrificar a veces su seguridad personal y su bienestar, y renunciar a la idea de planificar su viaje o controlar sus horarios. Los que prefieran viajar con cierta holgura y un mínimo de comodidad deben saber que una noche en un hotel de gama media rara vez cuesta menos de 40.000 francos CFA en Abiyán, y 20-25.000 francos CFA en las "provincias". Para una comida completa (entrada+plato principal+bebida+postre) en un restaurante de estilo occidental o maquis-restaurante, espere pagar al menos 10-15.000 francos CFA. Por último, si opta por alquilar un vehículo, se le cobrará un mínimo de 30-40.000 FCFA brutos por día, sin incluir las dietas del conductor. El presupuesto diario pasa así a una categoría muy superior, coqueteando más con los 100.000 francos CFA que con los 10.000. Además, tener un vehículo personal supondrá una carga para tu presupuesto. Una solución intermedia podría ser compartir los gastos viajando en grupo.

En cuanto al transporte aéreo y los gastos, desde finales de 2014, la nueva compañía aérea nacional Air Côte d'Ivoire ha puesto en marcha sus vuelos nacionales, con servicios regulares a las ciudades de Korhogo (norte), Bouaké (centro), San Pedro (suroeste), Man (oeste) y Odienné (centro), diecisiete años después de que fueran suspendidos por la desaparecida Air Ivoire, sobre la base de un billete de ida y vuelta de entre 40 y 90.000 para las mejores ofertas. Por tanto, las tres principales partidas de gasto que determinan el presupuesto diario son el medio de transporte, la comodidad del alojamiento y la calidad de la restauración. El coste de acceso a los distintos puntos de interés suele ser bajo, o incluso gratuito, o a discreción del turista, ya que muchos lugares no han sido mantenidos o rehabilitados, o muy poco. El precio medio de la entrada para los extranjeros oscila entre los 1.000 y los 5.000 francos CFA, a los que hay que añadir los gastos de guía, aunque hay algunos sitios que son una excepción. En conclusión, Costa de Marfil, como todos los países del mundo, tiene tres tipos de presupuesto

El presupuesto "mochila", entre 10 y 20.000 FCFA por día, para los viajeros que suelen adoptar el modo de vida local y viajar en transporte público. Es obvio que al optar por este modo de viajar, no se puede cubrir la misma extensión que en un vehículo privado ni disfrutar del viaje de forma totalmente independiente. Para quienes tienen un presupuesto reducido, no es necesario intentar ver más de lo razonable: es mejor aprovechar los contactos privilegiados con la población que ofrece esta forma de viajar

El presupuesto clásico, entre 90 y 130.000 francos CFA por día, para los que viajan en vehículo privado y quieren un cierto nivel de confort

El presupuesto de lujo, entre 150 y 200.000 francos CFA por día o más, para los que prefieren (y pueden permitirse) grandes hoteles, buenos restaurantes y los medios de transporte más cómodos. Los debates sobre la cuestión siguen abiertos, pero parece que Félix Houphouët-Boigny quiso hacer de Costa de Marfil un destino de prestigio, favoreciendo la aparición de un turismo de lujo, dirigido a políticos y empresarios más que a neobabas en busca de emociones o de un presunto retorno a sus raíces. Esta voluntad se ha traducido en la construcción de hoteles de categoría internacional (el Hotel Ivoire, el Hotel Président, etc.), acompañada de la creación de infraestructuras que se encuentran entre las más grandes y ambiciosas de África. En resumen, Costa de Marfil en XXL hay que ganársela, y la cartera debe seguirla

La propina. Como en muchos destinos, y más aún en un país que se recupera de años de crisis, las propinas en bares y restaurantes, o en el hotel para el personal, son bienvenidas si se aprecia el servicio prestado. En el caso de los guías locales, la propina suele ser equivalente al salario diario, sobre todo porque en el contexto actual, la mayoría de los marfileños que se ofrecen a hacer de guía no están necesariamente formados. Los precios son aleatorios y variarán en función del grado de satisfacción, pero pagar es lo mínimo que se puede hacer, y también se agradece compartir una comida o una bebida en el maquis al final del día con el guía

Regatear. En Costa de Marfil, como en toda África, el regateo, sobre todo de artesanía, es una institución y casi un juego social con el interlocutor. Los precios que se cobran varían de forma inversamente proporcional al bronceado de la piel (es decir, cuanto menos bronceado esté, más altos serán) y, en general, si alguien le dice: "Por usted, le haré un precio simpático", puede estar seguro de que se trata del " precio toubabou ". La regla es que el precio anunciado se divide por cuatro para volver a la mitad; comienza entonces toda una justa oratoria que puede ser muy sabrosa, siempre que se ponga la dosis justa de humor y buena (¡o mala!) fe... Sin embargo, el regateo no debe convertirse en un hábito aplicable a todos los sectores de la economía, ni debe convertirse en una burda indecencia. Algunos turistas implacables no dudan en regatear el equivalente a 1 o 1,50 euros, por principio o por diversión. Sin caer en el angelismo, ten en cuenta que esa suma, casi insignificante para ti, puede asegurar el pan diario del tendero y su familia. No regatees por regatear: regatea con sensatez e inteligencia, sé realista y fija el precio que consideres correcto, recordando que debes tener en cuenta la calidad del artículo que se intercambia y la cantidad de trabajo que puede haber requerido