L’acteur Isaach de Bankolé lors d’un festival de cinéma à Los Angeles en 2018. shutterstock - DFree.jpg

Los comienzos

La industria cinematográfica marfileña nació en 1962 con la creación de la SIC (Société ivoirienne de cinéma). El 7º arte marfileño muestra en primer lugar una ambición educativa, desarrollándose inicialmente gracias a la televisión, canal de difusión ideal para transmitir mensajes y educar a la población. Tras la independencia, las prioridades se refieren a la salud, la alimentación y la educación. El primer objetivo del CLC fue servir y promover la visión de las autoridades mediante la proyección de noticias y programas de alfabetización (Programa Educativo de Televisión establecido entre 1968 y 1980) y la producción de cortometrajes y mediometrajes de persuasión, promoción nacional y publicidad. En 1964, el cortometraje de Timité Bassori Sur les dunes de la solitude (Sobre las dunas de la soledad) situó oficialmente a Côte d 'Ivoire en la lista de países productores de películas. La participación financiera o técnica en coproducciones con países extranjeros (principalmente Francia) dio lugar a Le Gentleman de Cocody, de Christian Jaque con Jean Marais. El SIC mostró rápidamente sus límites y desapareció a finales de los años setenta, asumido por el CPAAP (Centre de production des actualités audiovisuelles et de perfectionnement permanent), que no tuvo mucho más éxito. Las causas de estos sucesivos fracasos: la falta de organización, un gran vacío legal y reglamentario, y la ausencia total de una estrategia de desarrollo de la producción cinematográfica, que se limitaba, a lo sumo, a una vaga política de cooperación con Occidente. El séptimo arte en Costa de Marfil goza, sin embargo, de cierta notoriedad, gracias a algunos éxitos cinematográficos como el Concierto para un exilio de Désiré Écaré (que se hizo famoso gracias a esta obra, es uno de los portavoces de la naciente cultura cinematográfica africana con el senegalés Sembene Ousmane), así como de las obras de Henri Duparc (un director guineano que encuentra en Costa de Marfil una patria adoptiva) como Abusuan (1972), L'Herbe sauvage (1977) y más tarde Bal Poussière (1988), Le Sixième doigt (1990) o Rue Princesse (1994).

Desde los años 90 hasta la actualidad

En 1991, se creó el Centre ivoirien du cinéma et de l'audiovisuel (CIVCA) y se organizó la primera Quinzaine du film ivoirien. Al año siguiente, Au nom du Christ, de Roger Gnoan M'Bala, fue galardonada con el Gran Premio del prestigioso Festival de Cine Panafricano de Uagadugú. En 1995, un convenio para el desarrollo del cine marfileño firmado con Francia permitió al país obtener una ayuda financiera repartida en cuatro años, al final de los cuales se creó un fondo de apoyo a la creación cinematográfica. Pero la dudosa gestión de esta última tuvo el efecto contrario, obligando a varios directores a recurrir a la autofinanciación. En los albores del nuevo milenio, la tecnología digital y su capacidad para hacer y editar una película a un costo menor es beneficiosa para el cine de Côte d'Ivoire. Sin embargo, aunque algunos largometrajes han tenido cierto éxito de público(Couper décaler de Fadiga di Milano, Les Bijoux du sergent Digbeu de Alex Kouassi, Un Homme pour deux soeurs de Marie-Louise Asseu), la calidad técnica de las producciones nacionales sigue siendo en general bastante desigual y refleja cierta falta de profesionalidad. Por el momento, los resultados son, por lo tanto, mixtos. Gran éxito en el verano de 2011 en Costa de Marfil y ganador del Semental de Bronce en el FESPACO, Le Mec idéal, de Owell Brown, comienza sin embargo su regreso al cine marfileño. Un repunte confirmado en 2014 por la participación de Costa de Marfil en el 67º Festival de Cannes con la película Dirigida por el director franco-marfileño Philippe Lacôte, seleccionada en la categoría "Una cierta mirada". Una primicia histórica para Côte d'Ivoire, que financia este largometraje coproducido por el Ministerio de Cultura y de la Francofonía de ese país. En el reparto figura el actor marfileño de renombre internacional Isaach de Bankolé (ganador del César masculin du meilleur espoir por Black Mic-Mac de Thomas Gilou y en el reparto de Ghost Dog, la voie du samouraï, de Jim Jarmusch y en la superproducción Pantera Negra). Más recientemente, las autoridades de Côte d'Ivoire participan en la producción de Bienvenue au Gondwana, dirigida por el humorista Mamane, "la primera comedia panafricana". Otros signos alentadores para la industria cinematográfica nacional son la fina trayectoria de El intérprete de Olivier Koné, ganadora del premio al mejor montaje en FESPACO 2017 y la primera película marfileña que se proyecta a bordo de un avión de Air France. También cabe destacar la creación en 2018 del Festival Internacional de Cine de Abidján y, un año después, del Festival de Cine de Bushman, que concede premios a los cortometrajes realizados con teléfonos inteligentes.

La mayor ventaja: las películas de animación

El cine de animación es especialmente dinámico en Costa de Marfil gracias a estudios como Arobase, C kéma y la pionera Afrikatoon, estructura hermana del periódico Gbich! que se unieron en abril de 2015 para formar la Asociación Marfileña de Cine de Animación (AIFA) y promover este género a escala nacional e internacional. Fundada en 2005 por Lassane Zohoré y Abel Kouamé, el objetivo inicial de Afrikatoon era dar vida en la pantalla a los personajes de cómic que tanto gustan a los marfileños. Financiado inicialmente con la producción de cortometrajes institucionales y publicitarios, el estudio aprovechó los ingresos generados para embarcarse en un proyecto más ambicioso: la producción de largometrajes de animación que relatan, a través de una ficción accesible para todos, la vida y obra de grandes personajes de la historia de África. El primer largometraje de animación producido en África Occidental, Pokou, la princesa Ashanti, inspirado libremente en la vida de Abla Pokou, la reina africana y fundadora del reino Baule, fue aclamado por el público marfileño e internacional y le valió al estudio el apodo de "Walt Disney africano". Le siguieron Soundiata Keita, le réveil du lion (2014), y Wê, l'histoire du masque mendiant (2015). El cuarto opus de Afrikatoon, Dia Houphouët (2018), relata la infancia y adolescencia del primer presidente de la República de Costa de Marfil. Una obra que hace retroceder los relojes de la cultura y la historia africanas y hace que jóvenes y mayores sean conscientes de la belleza de su patrimonio y de la grandeza de la historia de Costa de Marfil.