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Un poco de historia: de la Edad Media al siglo XVIII

Algunos creen que las primeras huellas de la literatura en París se remontan a la Edad Media, con obras en francés antiguo y latín, pero no fue hasta el Renacimiento cuando surgió una nueva era literaria -la primera, según otros- en la capital. Autores como François Rabelais son figuras de este periodo. En el siglo XVII, cuando la corte de Luis XIV actuó como mecenas para fomentar la literatura, Molière y Racine fueron figuras de la época; en 1635, Richelieu fundó la Académie Française; y en 1680 se creó la Comédie-Française. A partir de entonces, París y Versalles se consideran los centros casi únicos de la literatura francesa de la época.

Del siglo XVIII a nuestros días

A principios del siglo XIX, el Romanticismo tomó el relevo, con escritores como Victor Hugo, Alfred de Musset y George Sand. Las obras de Hugo, en particular Los Miserables y Notre-Dame de París, dejaron una huella imborrable: esta última, publicada en 1831, sigue siendo un referente, y el personaje de Quasimodo se convirtió en una encarnación de la mitología parisina. A mediados del siglo XIX surgió el realismo, con escritores como Gustave Flaubert y Émile Zola: se acabaron las historias bonitas y las obras con un trasfondo social minimalista. En el siglo XX, París fue el centro de las vanguardias artísticas y literarias. Movimientos como el Surrealismo, con André Breton, y el Existencialismo, con Jean-Paul Sartre, dejaron una huella indeleble. Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, Saint-Germain-des-Prés fue el punto de encuentro de la crème de la crème de la literatura francesa de la época, como Sartre, Simone de Beauvoir, Jacques Prévert y Boris Vian. Desde entonces, la literatura parisina contemporánea ha experimentado una nueva evolución: los grandes conceptos filosóficos han desaparecido y muchas obras están ambientadas en París, con toda su belleza o a veces su crudeza, como Vernon Subutex, de Virginie Despentes.

Una amplia gama

Ciudad literaria por excelencia, París cuenta con cientos de librerías. Dejemos a un lado las grandes marcas, sin duda convenientes, y pasemos a las innumerables librerías independientes. Generalistas o especializadas, las librerías parisinas cubren todos los distritos. En los suburbios, es difícil no encontrar una en las principales ciudades cubiertas por esta guía. La determinación de los poderes públicos, desde el nivel local al nacional, unida a una política del libro que permite al sector ganarse la vida dignamente, han permitido a las pequeñas estructuras plantar cara a los gigantes del sector. Por supuesto, nada es perfecto, pero la oferta de libros es tan amplia que la vida parisina en este campo puede desglosarse en innumerables posibilidades: librerías de barrio, bibliotecas, librerías de segunda mano..

Multitud de actos

Cada año se celebran cientos de encuentros, firmas de libros y lecturas en París y sus alrededores. El más importante es, sin duda, el Salón del Libro de París. Se celebra en el Grand Palais Ephémère, en abril, y reúne a autores, actores... y lectores, en un acontecimiento enormemente popular. En otro orden de cosas, las Nuits de la Lecture (Noches de la Lectura) se celebran cada año por iniciativa del Centre National du Livre (CNL). Esté atento a las innumerables citas en bares, bibliotecas y espacios públicos.

Zola y Balzac

El naturalismo de Zola. Émile Zola (1840-1902) es la figura del naturalismo. Para este movimiento literario, no era lo imaginario lo que prevalecía, sino la realidad, cruda y sin barnices, hasta en sus detalles más concretos y sórdidos. Varios volúmenes de la saga Rougon-Macquart están ambientados en la capital. A través de la evolución de una familia, descubrimos distintos barrios de la ciudad. Por ejemplo, La Curée está ambientada en los barrios ricos de París y explora el tema de la especulación. Au Bonheur des dames nos muestra el mundo de los pequeños comerciantes, que poco a poco se ve "engullido" por la aparición de los grandes almacenes. En cuanto a L'Assommoir, retrata a la clase obrera de París y su miseria. El propio Zola investigó sobre el terreno, llenando sus novelas de detalles auténticos. Su descripción del ambiente de Les Halles en Le Ventre de Paris, en particular, es muy precisa.

El realismo de Balzac. Es imposible hablar de París sin mencionar a Balzac, padre del realismo y de la Comedia humana, obra monumental que comprende más de 95 novelas. El genio de Balzac consistió en situar personajes recurrentes en sus ficciones mientras el lector navega por ellas. Leer a Balzac no es sólo enfrentarse a una serie de destinos de toda condición, sino sobre todo descubrir el París de la primera mitad del siglo XIX, entrar en los últimos salones donde se habla y se asciende en la escala social conspirando. De los barrios bajos a la ópera dorada, de las ricas herederas a las caseras sin dinero, el lector recorre todos los estratos de la sociedad parisina. "À nous deux, Paris", la frase pronunciada por Rastignac en las alturas del Père Lachaise, se ha convertido en un clásico del género.