Clima
He aquí un resumen del clima en el departamento:
Temperaturas medias de 15 a 38ºC en verano, y de 3 a 15ºC en invierno.
300 días de sol al año. Es uno de los departamentos más soleados de Francia.
Precipitación: 130 días.
Y, por supuesto, ¡el viento! «Esta es la patria del viento... Tenía miedo de que me llevara», anotó Stendhal en su diario de viaje. Y con razón: el viento sopla entre 280 y 300 días al año. O más bien los vientos: está el cers, un viento seco del noroeste, caliente en verano y frío en invierno, y el marino, un viento húmedo del sureste, llamado autan (astro) en Toulouse. Sin olvidar la tramontana, el más violento y seco, y el griego, procedente del noreste, que anuncia la llegada del tiempo lluvioso, y del viento español querido por Charles Trenet. ¡El viento no es nuevo! En Narbona, los romanos levantaron un altar al cers para agradecerle sus virtudes purificadoras y, a mediados del siglo XIX, un médico de Narbona, Louis de Martin, aseguraba que los vientos de Narbona influían en la salud de los habitantes. Hoy en día, este viento es una delicia para los windsurfistas.
Relieve
Macizo de la Clape. Por sorprendente que parezca, hace cien mil años, La Clape era una isla. Ha conservado su carácter insular, con sus escarpados acantilados. Famosa por sus vinos, la historia vitivinícola de la Clape comenzó con los foceos en el 600 a. C. y continuó con los romanos a partir del 118 a. C. Su clima seco y duro, el sol y los numerosos vientos forman una generosa combinación que baña y barre las rocas expuestas. Esta insularidad le ha proporcionado una flora y una fauna originales —la centaura, una planta muy rara y endémica, estrictamente limitada a este lugar— que hacen de la vegetación de La Clape la muestra por excelencia de la flora mediterránea. Las plantas aromáticas— lavanda, tomillo, romero, enebro, jara, madreselva, mirto, etc.— dan al lugar un agradable aroma. Tanto es así que los excursionistas, botánicos y amantes de la naturaleza en general que se adentran en La Clape quedan prendados de los dulces olores que flotan en el aire, así como de la belleza de la luz y del canto hipnotizante de las cigarras. Con diecisiete kilómetros de largo y ocho de ancho, el macizo de la Clape ocupa hoy 15000 hectáreas, de las cuales 7500 están protegidas y 600 clasificadas por el Conservatoire del Litoral (organismo encargado de la conservación del litoral).
Cabardès. Zona vitícola por excelencia, el Carbardès cuenta con magníficos viñedos modelados por la mano del hombre, que el caminante descubrirá al azar. El clima tan particular, marcado por las fuertes lluvias en invierno y un sol tórrido en verano, configura las características de sus vinos. El Cabardès también cuenta con una flora y una fauna extraordinariamente ricas.
La Montaña Negra, que forma parte del parque natural regional del Alto Languedoc, toma su nombre de los extensos bosques oscuros que la cubren. Bajo esta cubierta vegetal florece una importante fauna y flora. Su punto más alto es el pico de Nore, a 1211 metros de altitud. Aquí abunda el castaño, árbol nutritivo de la Montaña Negra. El cultivo de este fruto salvó en su día al campo de la hambruna. El pequeño pueblo de Villardonnel le dedica una fiesta cada año en octubre. Pero la riqueza de la Montaña Negra está en sus aguas, que sirven para alimentar el Canal du Midi.
El alto valle del Aude. Serpenteando a lo largo del río Aude, las laderas, las gargantas y las mesetas ofrecen una gran variedad de paisajes, desde el desfiladero de Pierre Lys hasta la ruta de los sapos. Torrente ardiente procedente del lago de Aude, al pie del Carlit, el río se calma poco a poco antes de unirse al Mediterráneo, permitiendo así la práctica de numerosos deportes de aguas bravas.
El Lauragais. La división de Francia en departamentos en 1790 dividió el Lauragais en cuatro departamentos: Alto Garona, Aude en su mayor parte y, en sus límites norte y sur, Tarn y Ariège. A principios del siglo XIX, el Lauragais incluía dos distritos, Castelnaudary y Villefranche, que fueron suprimidos en 1926. Después de haberse beneficiado, en el siglo XVIII, de la excavación del Canal du Midi en conexión con Marsella y Burdeos, la región experimentó un fuerte desarrollo industrial en el siglo XIX con las fábricas de textiles, cuero, madera, muebles, azulejos y harina. Tierra de cultivos, el Lauragais se beneficia de sus suelos pesados compuestos por molasa pedregosa y bancos de piedra caliza para producir principalmente trigo y girasol.
Lagunas
A principios de la Antigüedad, la laguna del Bages estaba más extendida que hoy y formaba un golfo sobre el Mediterráneo. Única laguna no urbanizada del Languedoc-Rosellón, tiene una superficie de 5500 hectáreas y está conectada al mar por la grao de Port-La Nouvelle. En este estanque se encuentran las islas de Planasse, Aute y Sainte-Lucie, que están bajo la jurisdicción del Conservatorio del Litoral y contribuyen a la riqueza ecológica de este espacio natural. La biodiversidad está en primera línea entre el cielo y el agua arrastrada permanentemente por los vientos. Para redescubrir este lugar privilegiado, se puede caminar por la orilla de la laguna siguiendo los senderos, y practicar actividades como el windsurf, la vela o la pesca... y respetando siempre la naturaleza.
El litoral
Mar. El litoral está bordeado por el mar Mediterráneo. El departamento de Aude está bajo la influencia del Mediterráneo; estos «golfos claros» queridos por el cantante Charles Trenet parten del cabo Leucate, cruzando La Palme, para continuar hasta las islas de Sainte-Lucie y las playas de Gruissan. Este parque marino del golfo de León alberga 1200 especies animales y más de 500 especies vegetales.
Playas. Cincuenta kilómetros de playas de arena fina, con sus seis localidades costeras integradas en su entorno: Saint-Pierre-la-Mer, Narbonne-Plage, Gruissan, Port-La Nouvelle Plage, La Franqui y Leucate Plage.
Puertos. Port-La Nouvelle es un puerto comercial, pesquero y deportivo, y el tercer puerto francés del Mediterráneo. Port-Leucate es uno de los mayores puertos deportivos europeos del Mediterráneo.
