01 Ram Khamhaeng © Siripong Chanthai - shutterstock.com.jpg
Statue de Sunthorn Phu © Jacky Photographer - shutterstock.com.jpg

Hasta que la tragedia

Un simple texto grabado simboliza hasta qué punto la política y la literatura están entrelazadas. Acto de independencia, primer rastro de un alfabeto e historia del nacimiento de una nación, la estela de Ramkhamhaeng es todo eso en uno. Recuerda cómo, en elsiglo XIII, los tailandeses -que habían llegado de China cuatro siglos antes- se liberaron de la dominación jemer y se apoderaron de Sukhothai, entonces posesión de los mon. Evoca la memoria de un soberano, hijo del primer rey, que compuso su propio sistema de escritura, inspirado en el alfabeto jemer, a su vez derivado del alfabeto devanagari, utilizado en particular para transcribir el sánscrito. Por último, narra el surgimiento de una dinastía tailandesa -la primera del Sudeste Asiático-, así como la armonía que reinaba en la ciudad y el lugar concedido al budismo. El nieto de Ramkhamhaeng, Lü Thai, fallecido hacia 1374, escribió el Trai Phum Phra Ruang. En este tratado cosmogónico, describe los "tres mundos" -la sensualidad(kamaphum), la forma pura(rupaphum) y lo intangible(arupaphum)-, los seres que los habitan y, al final del camino, el Nirvana. Más allá de su significado religioso, este texto sustenta un poder político que está a punto de tambalearse. Ramathibodi I (nacido U Thong en 1314) funda su propio reino en 1351, toma Ayutthaya como capital y pronto anexiona Sukhothai. El Dharmashastra, un código legislativo en vigor hasta principios del siglo XIX, sigue siendo el legado de este gobernante.

Este nuevo imperio, que conocemos como Siam, floreció y popularizó dos importantes textos cuyas versiones escritas sólo datan del siglo XIX: el Ramakien y el Khun Chang Khun Phaen. El primero es la versión tailandesa del Ramayana, el mito fundador del hinduismo. Fue sin duda a través de los jemeres, que a su vez lo heredaron de Java, como los tailandeses conocieron esta epopeya, que luego transpusieron a su cultura y territorio. La segunda es una leyenda, quizá nacida en el siglo XVI, que explota los temas de la rivalidad amorosa y la lucha de clases. Siam sobrevivió a la destrucción de Ayutthaya por los birmanos y el poder se trasladó a Thonburi, actual Bangkok. Allí se transcribió el Ramakien en su forma definitiva durante el reinado de Rama I, que compuso él mismo cuatro episodios, y el Khun Chang Khun Phaen por el soberano Rama II, con el apoyo del poeta Sunthorn Phu, verdadero precursor de la literatura venidera. Esta nueva dinastía, formada por literatos, estaba deseosa de reconstruir un patrimonio literario escrito, ya que el saqueo de Ayutthaya había dejado al país desprovisto de sus archivos religiosos, históricos y legislativos. Esta efervescencia, unida a los crecientes contactos con Occidente, abrió la posibilidad de la creación, que fue abrazada por autores, algunos de los cuales podemos descubrir ahora en nuestra propia lengua.

Reconstrucción y creación

Por ello, Rama I (1737-1809) y Rama II (1767-1827) se dedicaron a las artes, pero sus esfuerzos no habrían sido tan fructíferos si no hubieran estado acompañados de ilustres eruditos. Así, mientras el primer rey de la dinastía Chakri revisaba el canon budista Las Tres Cestas(Tipitaka) y componía un nuevo código penal(El Libro de los Tres Sellos), su ministro de Comercio, Chaophraya Phrakhlang, se dedicaba a traducir. Tradujo al tailandés la crónica birmana Razadarit Ayedawbon y la novela histórica china Los Tres Reinos. También se inspiró en la tradición oral para obras más personales, como el poema Kaki Klon Suphap, sobre la depravación amorosa de una mujer de belleza devastadora, o, también en verso, una versión del Vessantara Jātaka, la "vida anterior de Buda". Sunthorn Phu, nacido en 1786, ofició al lado de Rama II. Su biografía es irregular, aunque rica en acontecimientos. Se dice que, a la edad de 17 o 18 años, tuvo una aventura con una de las sirvientas de la corte, lo que podría haberle llevado a ser condenado a muerte si su padre no hubiera intervenido para sacarle de este apuro. Como gesto de gratitud, visitó el pueblo natal de su padre, donde compuso su primer nirat (poesía de partida, tanto geográfica como amorosa): Muang Klaeng. Las nupcias acabaron celebrándose... pero duraron poco. Sunthorn Phu cayó entonces en el alcoholismo y, aunque sus escapadas no afectaron a su carrera -se convirtió en el poeta favorito de Rama II-, sí le granjearon algunas enemistades y penas de prisión. Allí comenzó su obra maestra, que aún hoy se estudia en las escuelas, Phra Aphai Mani, una larga epopeya fantástica de casi 30.000 versos. Su agitada vida le llevó a hacerse monje cuando su presencia en la corte de Rama III se hizo indeseable, lo que le inspiró nuevos relatos de viajes, bien documentados sobre la época y la vida en el campo, pero desgraciadamente no disponibles en francés. Sin embargo, se puede saber más sobre este hombre caprichoso visitando el museo que le está dedicado en Bangkok.

Rama I y Rama II, padre e hijo, también eran aficionados al teatro, en particular a los géneros lakhon nok (comedia) y lakhon nai ("de interior", interpretado exclusivamente por mujeres), que su sucesor, Rama III, había prohibido. Sin embargo, Rama III promovió la literatura pidiendo que se grabaran textos clásicos en las paredes de Wat Pho, uno de los templos más grandes de Bangkok, y solicitando a su tío, el religioso Paramanuchitchinorot, traducciones y poemas, entre ellos el famoso Lilit Taleng Phai. Rama IV (1804-1868) volvió al teatro democratizando el liké, una ópera popular que dejaba mucho espacio a la improvisación y que sigue siendo popular hoy en día. Bajo su reinado, todo se aceleró: la imprenta se introdujo en 1835, y la primera publicación en caracteres tailandeses se imprimió en una tirada de 1.000 ejemplares al año siguiente. Aunque el propósito de estas ocho páginas era difundir la doctrina cristiana -había misioneros de por medio-, esta técnica anunció el desarrollo de la prensa.

Al mismo tiempo, se estrechaban los lazos culturales con Occidente: Mom Rachothay, intérprete de la embajada siamesa, fue enviada a la corte de la reina Victoria en 1857; regresó con un Diario de viaje de Londres(Nirat London). Los jóvenes empezaron a ir al extranjero a estudiar y traían de vuelta nuevas ideas, que compartían en los periódicos que seguían multiplicándose. El rey Rama V (1853-1910) siguió modernizando el país, al tiempo que velaba por el respeto de las tradiciones. Fundó el Museo Nacional de Bangkok, luego la Biblioteca Wachirayan, y también emprendió varios viajes que le llevaron hasta Francia en 1907, desde donde escribió algunas famosas cartas a su hija. Durante el reinado de Rama VI, el país siguió abriéndose: autores europeos fueron traducidos al tailandés y la novela hizo su aparición con dos historias de amor frustrado -Luk Phu Chai, de Si Burapha, y Sattru Khong Chao Lon, de Dok Mai Sot- y un relato más autobiográfico en 1929: Lakon Haeng Chiwit(La vida es un teatro), del príncipe Akat Damkoeng. En él, señala que el matrimonio entre Oriente y Occidente es complicado, si no imposible. Los colonos estaban a las puertas del Imperio y, a pesar de la apertura cultural, la presión política era constante..

La apertura

El hecho es que la literatura trascendió las barreras erigidas en torno a la corte real y comenzó a llegar a todos los estratos de la población. Esta tendencia se ha mantenido desde entonces, ya que los propios escritores proceden ahora de todas las clases sociales. Además, cruzaron una frontera aún más difícil: la de la traducción. Así pues, elsiglo XX nos ha brindado por fin la oportunidad de acceder a libros tailandeses, y aunque todavía se pueden contar con los dedos de una mano, es muy posible que en un futuro próximo estén en las estanterías de nuestras librerías. De momento, Kulap Saipradit (1905-1974), más conocido por su seudónimo Siburapha, ya se ha convertido en un clásico con Sur le mont Mitaké, brillantemente publicado por Zoé. Esta breve historia de amor ambientada en Japón ofrece una breve visión de la obra de un hombre que también fue editor, periodista y activista por la paz, lo que le valió un roce con la dictadura. Fue él quien dio una oportunidad al prolífico Chote Praepan (1907-1956), cuya novela histórica Phu Chana Sib Thit, de ocho volúmenes, aún no ha sido traducida. Como él, Kukrit Pramoj (1911-1995) era de sangre real, pero fue en la política donde hizo carrera, abandonando el periodismo por el cargo de Primer Ministro, que ocupó tres veces. Muy apreciado en su país, escribió cuentos, obras de teatro y novelas, pero sólo disponemos de Plusieurs vies (publicado por L'Asiathèque).

Les siguieron dos autores que se distinguieron por escribir en inglés: Pira Sudham, nacido en 1942 en el noreste del país pero educado en Bangkok y Nueva Zelanda, y S. P. Somtow, diez años menor que él, que destacó tanto en música clásica como en literatura. La editorial suiza Olizane ha reeditado Terre de mousson, de Somtow, yentre sus obras de ciencia ficciónfiguran La Trilogie de Timmy Valentine (Folio SF) y Chroniques de l'inquisition (Denoël), así como una novela semiautobiográfica, Galant de nuit, reeditada por Gope. Chart Korbjitti ha tenido el honor de recibir en dos ocasiones el Premio de Escritores del Sudeste Asiático, por La Chute de Fak en 1981 y Sonne l'heure en 1994, ambas disponibles en Gope. Comparte esta distinción con Saneh Sangsuk, nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura francés en 2014, tras haber encontrado por fin el éxito en nuestro país después de infructuosos intentos en el suyo. Mezcla tradición y modernidad, recurriendo a los cuentos populares con un estilo muy contemporáneo, sin olvidar nunca sus orígenes rurales, que comparte con Kanokphong Songsomphan(Priya: cuentos, publicado por Gope), fallecido prematuramente a los 40 años en 2006. La nueva generación confirma el alcance universal de los escritores tailandeses. Pitchaya Sudbanthad y Rattawut Lapcharoensap, nacidos en Bangkok en 1976 y en Chicago en 1979 respectivamente, han viajado mucho y escriben en inglés, aunque es su tierra natal la que evocan en sus libros(Bangkok déluge para uno, Café lovely para el otro).