El sistema político

Estructura del Estado. Tailandia es una monarquía constitucional. Pero desde hace varios años, el reino vive en un clima político tenso, con sucesivos gobiernos a favor y en contra del ex primer ministro Thaksin, con su cuota de manifestaciones de diversa magnitud. Con el golpe de Estado del 22 de mayo de 2014, la 18ª Constitución de Tailandia cayó en el olvido. La Junta proclamó inmediatamente una "nueva Constitución provisional", la 19ª. El ejército conservó plenos poderes, sobre todo en ámbitos que afectaban a la seguridad del Reino. El gobierno provisional nombrado por la junta debía someterse a las decisiones del ejército. Se creó una Asamblea Legislativa, compuesta principalmente por oficiales, para evitar dar demasiado poder al Parlamento.

La nueva constitución, firmada por el nuevo rey Rama X, el 20º, otorga a los militares mayores poderes, como fijar la política del gobierno durante 20 años, nombrar senadores que no pertenezcan a partidos políticos y garantizar la legitimidad de la monarquía. No obstante, el actual monarca ha solicitado que se modifiquen los textos de la nueva Constitución, en lo que respecta a los artículos relativos a su cargo, con el fin de conservar cierto grado de independencia. Esta 20ª Constitución fue aprobada por referéndum en agosto de 2017.

Partidos políticos. Varios partidos políticos presentan candidatos a las elecciones nacionales, pero sólo cinco obtuvieron el favor de los votantes: el Partido Demócrata, el Partido de las Nuevas Aspiraciones, el Partido de la Nación Tailandesa, el Partido del Desarrollo Nacional y el Partido Puea Thai ("Por los tailandeses"), creado por antiguos miembros del Partido Thai Rak Thai ("Los tailandeses aman a los tailandeses"), disuelto tras la crisis de 2006. El Partido Democrático es el partido político más antiguo del país y se mantuvo en el poder hasta agosto de 2011.

Problemas actuales. The army has promised to run the country "smoothly". Los principales líderes del movimiento de los Camisas Rojas, próximos a la familia Taksin, han sido encarcelados o han huido de Tailandia. Para impedir que escapen y por temor a la formación de un gobierno en el exilio, se ha prohibido salir del reino a muchos antiguos dirigentes políticos. El delito de lesa majestad se castiga ahora con un consejo de guerra y los opositores políticos son objeto de una intimidación sin precedentes. En 2023, las elecciones fueron ganadas por Pita Limjaroenrat, líder del partido progresista Move Forward, pero los poderes fácticos bloquearon su camino hacia el puesto de Primer Ministro. En el momento de las elecciones era propietario de un canal de televisión, lo que va contra la ley. Srettha Thavisin, del partido Pheu Thai, fue investido Primer Ministro por la Asamblea Nacional el 22 de agosto de 2023. Political relations between Thailand and Europe remain tense for the time being. En cambio, el país goza de excelentes relaciones con Estados Unidos y China. Tailandia se está posicionando como un actor importante en la conectividad del sudeste asiático continental, especialmente a través del Corredor Económico Oriental (EEC) y el Proyecto del Gran Mekong. Tailandia ostenta la presidencia de la ASEAN en 2019.

Recursos económicos

La agricultura. Hasta hace poco, el arroz era la principal fuente de riqueza del país. En el corazón de la mayor zona de plantaciones del mundo, Tailandia produce regularmente 22 millones de toneladas de arroz al año, lo que la convertirá en el tercer exportador mundial del cereal en 2020. Más de una cuarta parte de la producción se exporta, mientras que el consumo interno es de 150 kg por persona y año. El país es el primero del mundo en producción y exportación de caucho y mandioca, cultivo que le ha permitido convertirse en proveedor preferente de tortas para las grandes explotaciones de ganadería intensiva de los países desarrollados. Bien situada para otras oleaginosas (soja, cacahuetes), Tailandia es también el segundo exportador mundial de azúcar. La explotación maderera, iniciada a finales del siglo XIX, se ha acelerado bruscamente en los últimos treinta años, hasta el punto de que la superficie forestal ha perdido casi el 60% de su superficie. Por último, la pesca es una importante fuente de ingresos para el país: con unas capturas totales que superan regularmente los 3,5 millones de toneladas anuales y la modernización de las técnicas pesqueras, Tailandia se ha convertido en uno de los 10 mayores productores mundiales de productos del mar. Como consecuencia, las aguas territoriales del país, cada vez menos pobladas de peces, ya no son suficientes para la flota nacional, que tiene que ir a pescar a los países vecinos. Este problema ha llevado al país a desarrollar la acuicultura, actualmente en auge.

La industria. La industria agroalimentaria, gracias sobre todo a la pesca, ocupa el primer lugar. Los recursos minerales siguen siendo modestos, pero Tailandia es un importante productor de estaño y wolframio. La explotación en alta mar de gas natural en el golfo de Siam también es prometedora. Tailandia es uno de los líderes del sudeste asiático en petroquímica y fabricación de automóviles, pero sigue siendo muy dependiente de la inversión extranjera en otros sectores de servicios (electrodomésticos y componentes, ordenadores, circuitos integrados, suministros, plásticos) concentrados en las zonas urbanas, es decir, principalmente Bangkok, y explotados a expensas del mundo rural, que representa dos tercios de la población total.

Inversión extranjera. Tailandia, antiguo "país emergente" cuyo crecimiento se basaba en el modelo de los NEI (nuevos países industrializados) como Malasia y Singapur, estaba considerada como uno de los famosos "tigres" asiáticos. Abierto a la economía de mercado a principios de los años sesenta, parece capaz de hacer frente a la globalización con una mano de obra más barata que nunca. Pero su economía sigue siendo frágil, ya que está estrechamente vinculada a la economía exterior. En 2010, el crecimiento del turismo se vio afectado por los enfrentamientos en Bangkok a principios de año y por las inundaciones a finales. En 2011, sin embargo, ha vuelto la calma y los principales jefes de Estado se están turnando para visitar Bangkok y reforzar sus relaciones. El primero y más importante fue Japón, el mayor inversor extranjero del Reino. El sector turístico repuntó en 2012, al igual que la economía del país, que esta vez registró un crecimiento del PIB del 4% en 2018. Tailandia mantiene muy buenas relaciones con China, que es el proveedor de Tailandia y su principal cliente. En 2014, tras el golpe de Estado y la huida de muchos inversores, la Junta gobernante intentó atraer de nuevo a los extranjeros posicionándose como "proempresarial". La tendencia actual es que vuelvan las inversiones, sobre todo en manufacturas, tecnología, refinado de materias primas y turismo. Tailandia es también la puerta de entrada al mercado birmano. Un mercado codiciado que inevitablemente beneficiará a Tailandia.

El papel del turismo. El turismo es la principal fuente de divisas de Tailandia. La mayoría de los visitantes proceden de otros países asiáticos (75%, con China, Malasia y Japón a la cabeza), seguidos de europeos (15%) y estadounidenses (7%). Históricamente, el factor político que desencadenó la expansión del turismo occidental fue esencialmente la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam. Tailandia se convirtió en la principal base de retaguardia de los soldados estadounidenses implicados, y la cobertura mediática del conflicto contribuyó indirectamente a revelar el potencial turístico del "país de las sonrisas". Unos años más tarde, la construcción del aeropuerto internacional de Bangkok también desempeñó un papel importante en el auge del turismo. En los últimos veinte años, el número de visitantes a Tailandia ha fluctuado considerablemente, empezando en 2005. En aquel momento, el Gobierno esperaba 13 millones de visitantes, pero la tragedia del tsunami del 26 de diciembre de 2004 no se hizo esperar. Las 6 provincias afectadas estaban entre las más concurridas: Phuket, Krabi, Phang Nga, Ranong, Satun y Trang.

Hoy, todas las infraestructuras han sido reconstruidas. La agitación política de 2014, los atentados terroristas de 2015 y 2016, el año de luto de 2017 y el mal tiempo no han hecho absolutamente nada para frenar este progreso ininterrumpido desde 2006. La crisis sanitaria mundial ha frenado esta tendencia, y el reino cerrará sus fronteras a los turistas extranjeros desde marzo de 2020 hasta finales de 2021. A principios de 2022, el gobierno espera impulsar el turismo facilitando la entrada en Tailandia a los turistas vacunados contra el Covid 19.

Retos económicos actuales. Gracias a sus sólidos cimientos económicos, la deuda pública de Tailandia permanece bajo control, la inflación sigue controlada y las reservas de divisas siguen siendo holgadas. En 2015, el Gobierno emprendió una reorganización de los controles de licencias y autorizaciones de todo tipo. Todos los departamentos gubernamentales se fusionaron para ser más eficientes. Aunque al principio eran los grandes grupos los que tenían que mostrar sus credenciales, ahora es el turno de investigar a las estructuras más pequeñas. Como resultado, muchos establecimientos, hoteles, bares, restaurantes, clubes de buceo y tiendas de todo tipo están cerrando de la noche a la mañana. En 2018 se puso en marcha un nuevo proyecto. Titulado Tailandia 4.0, es una de las reformas más ambiciosas jamás emprendidas: su objetivo es transformar la economía tailandesa basándola en profesiones de alto valor añadido y más intelectuales, lo que debería permitir una mayor innovación y desarrollo tecnológico. Tailandia 1.0 se basó en la agricultura, Tailandia 2.0 en la industria ligera, Tailandia 3.0 en la industria pesada y, por último, Tailandia 4.0 en la creatividad, la investigación y el desarrollo.

Tailandia 4.0

Arquitectura. La modernización de las infraestructuras del país es una de las prioridades del Gobierno. Ya se han terminado varios proyectos importantes y otros están en proyecto. Entre ellos, el King Power Mahanakhon, un edificio de 314 metros inaugurado en 2016, ¡se ha convertido en el rascacielos más alto del país! Eso, hasta 2018, cuando el centro comercial IconSiam y sus Magnolias Waterfront Residences alcanzaron una altura de 317 metros. La carrera por el edificio más alto está lejos de haber terminado, y esto es una demostración técnica para la megalópolis. El faraónico proyecto de la Super Torre Rama IX, cuya finalización estaba prevista para 2022, ha sido finalmente cancelado. Con sus 615 metros, ¡habría sido la torre más alta del país! Además de estas proezas arquitectónicas, las redes de skytrain (BTS) y metro (MRT) también están en constante expansión en la capital tailandesa. A finales de 2021 se terminó de construir una nueva estación de ferrocarril en el norte de la ciudad, Bang Sue. Facilitará las conexiones con el norte del país y con Laos. La emblemática estación central de Hua Lamphong cerrará sus puertas en febrero de 2022 y se convertirá en otro centro comercial. Pero también se están modernizando las infraestructuras en todo el país. Pattaya iba a inaugurar su primera línea de tranvía en 2021, pero el proyecto se ha retrasado debido a la crisis sanitaria que conmocionó al mundo. El proyecto aún no se ha aprobado oficialmente, pero se está estudiando un puente que una Koh Samui con el continente. Esto impulsaría el turismo y facilitaría las conexiones hospitalarias entre la isla y el continente.

Legalización progresiva del cannabis. Tailandia es el primer país de Asia en legalizar el cannabis para uso médico. Por lo tanto, el consumo y el cultivo de cannabis son posibles desde el 20 de abril de 2019, algo divertido si tenemos en cuenta que 4/20 es el argot de los fumadores de cannabis, pero también el día de las celebraciones dedicadas al cannabis en todas sus formas. Este avance comenzó en 2016, cuando el general Koomchaya, ministro de Justicia, reconoció que el reino había fracasado en su lucha contra las drogas. De hecho, más del 60% de las personas encarceladas en las prisiones del país lo están por delitos relacionados con las drogas. Poco a poco se está produciendo un cambio de actitud hacia los drogodependientes, que ahora son reconocidos más como enfermos que como delincuentes. A finales de 2018, el Gobierno autorizó la importación de cannabis y kratom (un polémico opiáceo) para uso médico. Contrariamente a lo que podría pensarse, son más los ancianos quienes consumen aceite de cannabis (que no contiene THC, la sustancia psicotrópica) con fines médicos. La marihuana se consideró durante mucho tiempo una hierba tradicional en la medicina tailandesa antes de que se clasificara como estupefaciente en la década de 1970. Este acontecimiento marca un verdadero cambio de mentalidad en un país tan conservador. Pero atención: las leyes siguen siendo muy estrictas en lo que se refiere al consumo y tráfico de marihuana, y las personas no autorizadas a las que se sorprenda en posesión de ella pueden enfrentarse a penas de entre 5 y 10 años de cárcel.

Transexuales en el Parlamento. En otro ejemplo del cambio de actitudes en el reino, en las elecciones parlamentarias de marzo de 2019 se presentó la primera candidata transgénero a primera ministra, Pauline Ngarmpring. Su partido, Future Forward, no ganó, pero cuatro diputados transgénero se sientan ahora en el hemiciclo. Aunque los transexuales son tolerados en la sociedad tailandesa, la comunidad LGBT sigue estando condenada al ostracismo. A menudo excluidos de los empleos "normales", tienen que trabajar en plena noche por un sueldo miserable. Recientemente, la junta militar aprobó un proyecto de ley que, de ser aprobado, convertiría a Tailandia en elsegundo país de Asia, después de Taiwán, en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Subida del valor del baht y coronavirus. La subida del valor de la moneda tailandesa, que comenzó en 2018, ha continuado en 2019. El hecho de que el país tenga una balanza comercial positiva y un ratio de endeudamiento bastante bajo ha favorecido esta subida del valor de la moneda tailandesa. El baht se apreció casi un 8% frente al euro y el dólar, lo que hizo reflexionar a algunos turistas occidentales, que prefirieron dirigirse a otros destinos, como Indonesia y Vietnam. Aunque la llegada de viajeros ha disminuido muy poco, los turistas gastan bastante menos, lo que preocupa al sector turístico, que representa casi el 20% del PIB del país. Los jubilados que viven en el reino también han visto caer bruscamente su poder adquisitivo. Las exportaciones han bajado, porque son más caras. Pero esto no sólo ha tenido un impacto negativo en la economía del país, ya que las importaciones se han abaratado y el baht se ha convertido en la moneda refugio de Asia.

El turismo, que solía aportar alrededor del 15% del PIB del país, se ha visto muy afectado por la crisis sanitaria internacional. El país cerró sus fronteras en marzo de 2020 y esto tuvo un gran impacto en la economía del país, ya que muchas empresas relacionadas con el turismo (hoteles, restaurantes, agencias de viajes, transporte, etc.) tuvieron que cerrar sus puertas. El reino reabrió sus puertas a los turistas extranjeros a finales de 2021 y tiene grandes esperanzas puestas en la reactivación del sector turístico. Continuación..

La posesión de armas y la tragedia de Nakhon Ratchasima. El sábado 8 de febrero de 2020, un terrible suceso conmocionó a todo el país. Un soldado tailandés, furioso por una disputa económica, se embarcó en un sangriento alboroto que dejó 29 muertos y 52 heridos. El hombre robó armas del arsenal militar y se dirigió al concurrido centro comercial Terminal 21 de Nakhon Ratchasima, en la provincia de Isaan, el sábado por la tarde. El ejército desempeña un papel importante en la vida política de Korat, como también se conoce a la ciudad, que cuenta con numerosos cuarteles militares. Sólo después de 17 horas de asedio, las tropas de élite tailandesas pudieron finalmente neutralizar -y, por tanto, abatir- al soldado loco. El hecho de que esto ocurriera el día de Makha Bucha, uno de los cuatro mayores festivales budistas Theravada del país, añadió dramatismo al asunto. Aunque no esté relacionado con la posesión de armas, este suceso no deja de plantear la cuestión de las armas de fuego en el país. Se calcula que hay 8 millones de armas de fuego en circulación, la mayoría sin registrar. Los asesinatos con armas de fuego son frecuentes en el país, pero ésta es la primera vez que un soldado ataca a civiles. También se ha cuestionado duramente el papel predominante del ejército en la vida social y política del país. El primer tiroteo masivo en Tailandia, que recuerda a las tragedias estadounidenses, ha conmocionado al reino.