Poteries des Açores © cogito_ergo_sum - iStockphoto.com.jpg
Thé de São Miguel © HeadSpinPhoto - shutterstock.com.jpg

Un oficio ancestral

Especialidad de las islas de São Miguel y Terceira, la alfarería se desarrolló con la explotación de la arcilla roja de almagre de Santa María. La arcilla se extraía en la isla, se transportaba en burro hasta el puerto y luego se llevaba en barco a São Miguel y Terceira. Aunque ya no se transporta en burro, todavía se pueden encontrar alfareros artesanos en Terceira, en Olaria de São Bento, y en São Miguel, en el pueblo de Villa Franca do Campo. No lejos de allí, en Lagoa, se encuentra la antigua fábrica de cerámica Ceramica Vieira. En sus grandes estanterías de madera hay magníficos azulejos, los típicos azulejos portugueses, así como juegos de té y café, platos, tazas, mantequeras y decenas de otras piezas únicas, pintadas con flores y otros motivos vegetales y esmaltadas en el blanco característico de la casa. Las Azores también son famosas por su mimbre, y podrá llevarse a casa algunas bonitas piezas de mimbre o junco de su estancia. En la isla de Faial, en la tienda MIMOS, encontrará sombreros y bolsos de junco tejido. El junco se recoge en la isla al final del verano, se seca, se trenza y se trabaja por artesanos locales. El bordado es otro arte típico de las Azores. Toallas, sábanas, fundas de almohada, servilletas, bordados blancos y puros influenciados por el bordado inglés, típico de la isla de Terceira, pero también bordados con motivos más coloridos como el bordado típico de São Miguel caracterizado por dos tonos de azul, o el bordado con espigas de trigo, típico de la isla de Faial, que podrá adquirir en las cooperativas artesanales. Otra actividad milenaria en las Azores es el tejido. En el siglo XX aún existían más de 800 telares en el archipiélago. Las mejores piezas se encuentran en São Jorge, en Urzelina o en Faja dos Vimes. Estas magníficas colchas, mantas y servilletas reflejan la maestría y el arte de los tejedores azorianos. Por último, si quiere llevarse a casa una joya, pendientes, broches o collares de piedra volcánica, médula de higuera o escamas de pescado también serán un magnífico recuerdo, muy típico del archipiélago.

Scrimshaw, un recuerdo del pasado

Característicos de las islas con tradición ballenera, como Pico y Faial, los scrimshaw son esculturas hechas con huesos o dientes de cachalote. Este término hace referencia a una técnica de grabado tradicional utilizada por los cazadores de ballenas durante sus largos viajes por el mar y los muchos momentos de espera. La técnica consiste en grabar un material, luego recubrir la superficie con tinta y lijarla para que la tinta que queda en las vetas del grabado revele el motivo; generalmente escenas de caza, retratos de familia o paisajes. Aunque esta artesanía fue antaño un souvenir popular, ya no lo es tanto. Desde la prohibición de la caza de cetáceos en los años ochenta, los grabadores han perdido su materia prima, dependiendo únicamente de viejas reservas de dientes para practicar su arte. Estas existencias se han ido agotando poco a poco, y las piezas de scrimshaw han ido desapareciendo de las tiendas de las Azores. Cabe señalar que si se encuentra una en una tienda de segunda mano, el comercio está muy regulado y todas las piezas existentes están, en principio, registradas para evitar infracciones. ¿Nada parece atestiguar la autenticidad de su scrimshaw? Tenga cuidado, puede estar ante una simple copia en resina.

Recuerdos para gourmets

Hay mucho que hacer en esta zona. Muchos productos locales harán las delicias de su paladar y sorprenderán a sus invitados cuando regrese de su viaje. En el apartado salado, si busca un poco de sabor yodado, las latas de atún de la fábrica de Santa Catarina, en São Jorge (aromatizadas con aceite de oliva, tomillo, hinojo, etc.) son un pequeño recuerdo perfecto. Los quesos son la especialidad de São Jorge, pero también los encontrará deliciosos en Terceira, Pico y Faial. Una particularidad del archipiélago es que suelen ir acompañados de un toque dulce. Las mermeladas de piña, guayaba y fruta de la pasión combinan a la perfección con el queso. Otras especialidades son la pasta de guindilla, la miel, los rollitos dulces de bolo levedo y las deliciosas pastas locales conocidas como queijadas. En cuanto a bebidas, las Azores no se quedan atrás. São Miguel alberga la única plantación de té de Europa. El té es, sin duda, un excelente recuerdo que llevarse, al igual que la Kima, el refresco de fruta de la pasión. En cuanto a las bebidas alcohólicas, Especial, Melo Abreu y Korisca son cervezas azorianas. También hay licores elaborados con frutas locales, como el licor de neveda, una menta silvestre de las Azores, y los increíbles vinos azorianos.

Los vinos de Pico, un terruño excepcional

El cultivo de la vid en Pico se inició con la colonización de la isla a finales del siglo XV. Un suelo volcánico rico en nutrientes y un microclima seco y cálido han proporcionado unas condiciones de maduración excepcionales para variedades como el verdelho, el Arinto dos Açores y el terrantez do Pico, tres variedades de uva autóctonas. En Pico, el vino se cultiva en el suelo, con la espalda inclinada, entre muros bajos de piedra de lava que forman una multitud de recintos, los currais, que protegen las vides de los caprichos del viento atlántico, al tiempo que crean un paisaje único en el mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004.

El resultado es un vino ligero y seco, con una frescura y una acidez únicas. Un vino tan excepcional que en su día se exportó a la Corte Imperial de Rusia. Un vino que le permitirá saborear toda la sutileza de los productos de las Azores a su regreso.