La ville de Zagreb © Goran Vrhovac - Shutterstock.Com.jpg

Origen incierto

Científicos e historiadores siguen buscando el origen exacto de los croatas. Las teorías sobre la ascendencia eslava o persa son las más comúnmente aceptadas. Más cierto es el origen de la palabra. Los romanos, que temían a las tribus nativas que les atacaban con aterradores gritos de ¡Huraa! ¡Huraa! U rat! o "¡En guerra!", y estos gritos habrían dado origen a Hurati. Los latinos, que no utilizan el sonido h en su lengua, los bautizaron con la palabra Kroati, de la que deriva Croatie. También existe una versión más reciente, que data del siglo XVII, cuando los reyes de Francia (Luis XIII y Luis XIV) tenían a su servicio un regimiento de caballería eslava, que llevaba tela negra en el cuello de la camisa. Se llamaban los Royal-Cravates, un nombre propio que se convirtió en "cravate" para el croata.

Durante mucho tiempo, el territorio no tuvo salida al mar, con tres núcleos de población principales: pastores en los Alpes Dináricos, agricultores en el campo y pescadores en las costas del Adriático. Esta distribución geográfica explica que ciertos entornos naturales sigan hoy prácticamente vacíos (montañas, bosques, islas desiertas), mientras que los suelos fértiles de la Croacia continental, el clima suave de la costa y las ciudades concentran los mayores índices de población. Tras la Segunda Guerra Mundial, los avances en la industrialización y el desarrollo del turismo aceleraron la desertización del campo. En las montañas, no hay más de 20 ó 23 habitantes por kilómetro cuadrado, para una densidad global de 72,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Alrededor del 60% de la población vive en zonas urbanas, mientras que uno de cada cuatro vive en una de las cuatro principales ciudades de Croacia (Zagreb, Split, Rijeka y Osijek).

La última guerra en la antigua Yugoslavia (1991-1995) cambió la distribución espacial de la población

Más de 20.000 personas han muerto en Croacia como consecuencia de los conflictos. Gran parte de la población ha sido desplazada o ha huido a zonas más seguras de la costa adriática o al extranjero. Los croatas de Bosnia-Herzegovina, que habían formado parte integrante de la población junto con los bosnios y los serbios desde la Edad Media, huyeron a Croacia, que acogió hasta 800.000 personas en el punto álgido de la guerra. En 2009, la gran mayoría de los refugiados regresó a Bosnia-Herzegovina. La población de etnia serbia también ha sufrido grandes pérdidas. Se calcula que un 3%, o 135.000 serbios, viven en Croacia, frente al 12% antes del comienzo de la guerra, principalmente en las regiones de Vukovar-Srijem, Sisak-Moslavina, Lika-Senj, Karlovac, Šibenik-Knin y Osijek-Baranja.

En la actualidad, el país se caracteriza por un alto grado de homogeneidad: el 80,4% de sus habitantes son de origen croata. Sin embargo, la cuestión de la diversidad se planteó ya en la declaración de independencia. El preámbulo de la Constitución (22 de diciembre de 1990) subraya su importancia desde el principio: "La República de Croacia se constituye como el Estado nacional del pueblo croata, que es también el Estado de aquellos que, aun perteneciendo a otras naciones y minorías, son sus ciudadanos...": serbios, eslovenos, checos, eslovacos, italianos, húngaros, judíos, musulmanes y otros, a los que se garantiza la igualdad con los ciudadanos de nacionalidad croata y el respeto de sus derechos nacionales de acuerdo con las normas democráticas de las Naciones Unidas y de otros países del mundo libre. " Estas minorías nacionales disfrutan de libertad de enseñanza en su propia lengua, autonomía cultural y están representadas en el Parlamento y en las autoridades locales. En el lado negativo, 3.000 apátridas o amenazados de apatridia viven en Croacia sin papeles, la mayoría de ellos romaníes.

Crisis migratoria sin precedentes

Históricamente, las redes mafiosas siempre han traficado con inmigrantes ilegales a través de la "ruta de los Balcanes", pasando por Grecia, Eslovenia, Italia y los países del norte de Europa. En otoño-invierno de 2015-2016, como consecuencia directa de las guerras en Siria e Irak y de las tensiones en Oriente Medio (Afganistán, Pakistán), miles de refugiados y aspirantes a exiliados llegaron a la frontera serbocroata. Como la frontera con Hungría se hizo difícil y luego imposible de cruzar, estos migrantes en tránsito se encontraron atrapados en territorio croata (más de 35.000 personas en septiembre de 2015). Se abrieron campamentos para registrarlos y alojarlos durante un tiempo, sobre todo en Slavonski Brod. Se reavivaron las tensiones entre países vecinos (Hungría, Eslovenia, Austria, Serbia) y, en Croacia como en la UE, asistimos al auge de la extrema derecha.

Esta gestión de los flujos migratorios ha enfriado las relaciones entre Zagreb y Liubliana, que ya mantenían una disputa territorial, al reclamar cada país la bahía de Piran. Según el Tribunal de Justicia Europeo, un Estado miembro sólo tiene derecho a autorizar la llegada de migrantes por razones humanitarias en su propio territorio. Por tanto, Austria y Eslovenia podían legítimamente devolver a Croacia a los solicitantes de asilo llegados ilegalmente a su territorio. Al final, los miembros de la UE votaron a favor de prorrogar el acuerdo con Turquía y reforzar la protección de las fronteras. El gobierno croata anunció entonces la puesta en marcha de un proyecto piloto para integrar mejor a los solicitantes de asilo (1.600 personas). Por último, en 2021, el país suprimió el sistema de cuotas para trabajadores extranjeros. Desde entonces, miles de nepalíes, indios y filipinos se han instalado en el país.

La acogida de refugiados ucranianos en 2022 fue todo un reto. Aunque el país está aplicando los principios de la solidaridad europea, esto está provocando un aumento del gasto público y presiones inflacionistas. Sin embargo, a largo plazo, esta afluencia de mano de obra también podría beneficiar a la repoblación del país.

Demografía a media asta

El descenso de la población es un desastre para el país, que ve cómo sus regiones Central y Oriental sufren este declive con mayor intensidad. La población del país cayó un 9% entre 2011 y 2021. Este trastorno demográfico se explica por el aumento de la mortalidad causado por la última guerra en la antigua Yugoslavia y el envejecimiento de la población. Las desigualdades, las dificultades económicas recurrentes -el turismo no beneficia a todos-, la persistencia de cierta corrupción, el clientelismo y la falta de perspectivas para los jóvenes y titulados se suman a la crisis y explican estas salidas. Paradójicamente, la entrada de Croacia en la UE en 2013 ha aumentado la emigración. La realización del sueño europeo ha abierto las puertas del mercado único a miles de croatas, que han encontrado mejores condiciones laborales y salarios más altos. Más de 250.000 croatas han partido para engrosar la diáspora en Alemania, Austria e Irlanda. Controlar la demografía sigue siendo, por tanto, una prioridad para el futuro del país, y una cuestión política de primer orden. En enero de 2022, el Gobierno puso en marcha un importante programa: se asigna una importante suma de hasta 26.000 euros a los expatriados que regresen a vivir al país. Podrían introducirse medidas similares en las zonas rurales poco pobladas para fomentar la creación de futuras empresas.

(Fuentes: Oficina de Estadística de Croacia, www.dzs.hr)