iStock-1125871986.jpg
shutterstock_234641947.jpg

Nacimiento del cine australiano

Apenas un año después de las primeras proyecciones de los hermanos Lumière, el cine llegó a suelo australiano a través de los vendedores de las ferias locales. Ya en 1896, Australia tuvo su primer cine, el Salón Lumière, en Sydney. Allí se proyectó a sala llena la primera película australiana, Passengers disembarking from the Brighton Ferry at Manly (1896). En los años siguientes, los operadores siguieron viajando por Australia para captar la vida de los lugareños, incluidos los aborígenes. Ya en 1906, el cine nacional dejó su impronta en el séptimo arte con The Story of the Kelly Gang, dirigida por Charles Tait. Esta película perdida, de la que sólo se conserva un fragmento, se considera hoy uno de los primeros largometrajes de la historia del cine. Narra la historia del villano Ned Kelly y su célebre banda de criminales, los últimos bushrangers de Australia.

En la década de 1910, la producción cinematográfica australiana despegó con la fundación de los primeros estudios y cadenas de cines, para luego sufrir un brusco declive a causa de la Primera Guerra Mundial. La creciente competencia de Hollywood en la década de 1920 también contribuyó a este declive, situación que se prolongó hasta la Segunda Guerra Mundial. No obstante, se crearon algunos estudios y surgieron personalidades. Por ejemplo, el director Charles Chauvel ofreció su primer papel al actor australiano Errol Flynn en In the Wake of the Bounty (1933). Errol Flynn se convertiría en una de las grandes figuras de Hollywood del periodo de entreguerras, con clásicos como Las aventuras de Robin Hood (1938), que le valió el título de Casanova australiano. Charles Chauvel fue uno de los primeros directores australianos en competir por la Palma de Oro en Cannes con su película Jedda (1955). La primera película australiana en color, aclamada por la crítica, fue también la primera producción que contó con actores aborígenes en los papeles principales. Con sus temas y movimientos modernos, Jedda ya anunciaba la Nueva Ola Australiana de la década de 1970, y una renovación en los planteamientos de los artistas nacionales. Fue también al mismo tiempo que se fundó el Australian Film Institute, una academia que desde 1958 concede los premios AACTA o Australian Academy of Cinema and Television Arts Awards, el equivalente australiano de los Oscar.

Nueva ola australiana y cineastas contemporáneos

Tras un nuevo bache en la década de 1960, el cine australiano renació de la mano de cineastas jóvenes y comprometidos y de grandes producciones internacionales. Las políticas iniciadas por el Estado y la Comisión Australiana de Cine no fueron ajenas a ello, y florecieron numerosas producciones de diversa calidad. Ozploitation, un subgénero de terror de bajo coste basado en la cultura australiana, es una de las principales tendencias de esta nueva ola. En 1975, el cine australiano traspasó las fronteras del país con Picnic en Hanging Rock, de Peter Weir, una inquietante película que mezclaba hábilmente suspense, terror y fantasía para crear una atmósfera única. Fue también durante la década de 1970 cuando George Miller dirigió -con muy poco dinero- la película Mad Max (1979), que se ha convertido en un clásico de culto y ha dado lugar a tres secuelas memorables. Por último, la cineasta Gillian Armstrong alcanzó fama internacional con Mi brillante carrera (1979), adaptación de una novela del escritor australiano Miles Franklin. Esta "edad de oro" del cine nacional continuó en los años 80 con nuevos dramas de época, otras adaptaciones literarias pero, sobre todo, el primer Cocodrilo Dundee. Dirigida en 1986 por el entonces poco conocido productor de televisión Peter Faiman, la película fue un éxito instantáneo en Australia, antes de conquistar la taquilla estadounidense y luego la mundial. Por primera vez, el cine australiano se exportaba a gran escala, y el público corría a los cines para descubrir al cazador de cocodrilos interpretado por Paul Hogan. Se hicieron dos secuelas, pero sin repetir el éxito de la primera parte. Con el cambio de siglo, otras películas de diversa índole siguieron situando a Australia en primera línea de la escena internacional. Babe (1995), dirigida por George Miller, obtuvo muy buenos resultados, mientras que películas como Shine (1996), de Scott Hicks, y Ballroom Dancing (1992), de Baz Luhrmann, revelaron nuevos talentos.

Desde la década de 2000, y con algunas excepciones, es evidente que el cine australiano vuelve a sufrir la influencia de su homólogo estadounidense. Tanto cineastas como estrellas se trasladan a Hollywood para proseguir sus carreras, y las producciones locales son cada vez más coproducciones internacionales. Sin embargo, los grandes estudios han establecido sucursales en Australia, y es posible que reconozca paisajes australianos en Matrix o La guerra de las galaxias. No obstante, destacan algunas películas notables, como Australia (2008), de Baz Luhrmann, un drama protagonizado por dos de las principales figuras australianas, Nicole Kidman y Hugh Jackman.

Estrellas de la pequeña y gran pantalla

Probablemente conozca a más estrellas de cine australianas de las que cree. Desde el apuesto Errol Flynn, muchas actrices y actores se han embarcado en la aventura de Hollywood y han visto despegar sus carreras lejos de su tierra natal, mientras que otros han alcanzado la fama a través de figuras legendarias. Tal fue el caso de George Lazenby, elegido para interpretar a James Bond después de Sean Connery en Al servicio secreto de su majestad (1969). Fue un éxito efímero, ya que se negó a firmar para una segunda entrega de la serie, y su carrera se quedó a ese nivel a pesar del interés mostrado por la crítica y los fans.

Paul Hogan, propulsado al estrellato internacional por Cocodrilo Dundee, también interpretó uno de los papeles principales en Flipper (1996), junto a un joven Elijah Wood (el futuro Frodo en la saga de El Señor de los Anillos). Al mismo tiempo, Nicole Kidman empezaba a hacerse un nombre gracias a producciones como BMX Bandits (1983) y Calme Blanc (1989). Después se trasladó a Estados Unidos para protagonizar Eyes Wide Shut (1999), de Stanley Kubrick, y otros muchos éxitos de público y crítica. En la pequeña pantalla, ha sido recientemente con las series Big Little Lies (2017) y Expats (2024) cuando Kidman ha demostrado que su talento sigue intacto, al tiempo que protagonizaba junto a Jane Campion Top of the Lake: China Girl (2017). Otra gran figura femenina del cine australiano es Toni Collette, que protagonizó clásicos como Pequeña Miss Sunshine (2006), al tiempo que mantenía una carrera activa con numerosos papeles secundarios. Ha vuelto a la palestra con éxitos como Heredity (2018) y la serie Increíble (2019). Otra gran actriz australiana es Cate Blanchett, que se dio a conocer con Elizabeth en 1998 antes de disfrutar de la carrera internacional por la que es conocida gracias a películas como El señor de los anillos (2001), El aviador (2006), Blue Jasmine (2013) y El callejón de las pesadillas (2021). Margot Robbie, nacida en Queensland, se ha convertido en un nombre muy conocido desde Barbie (2023), pero ya contaba con una muy buena filmografía, entre las que destacan Babylon (2022) y Érase una vez... en Hollywood (2019).

En cuanto a los actores, Hugh Jackman es quizás el más famoso, y lo ha sido desde la saga X-Men. El actor también demostró su variedad con impresionantes interpretaciones en El prestigio (2006) y El gran showman (2017), de Christopher Nolan. Una película que refleja el amor del actor por Broadway, amor que también comparte con talento en Los Miserables (2012), donde interpreta a Jean Valjean. Hoy, otros actores como Chris Hemsworth(Thor en el Universo Cinematográfico Marvel, pero también la poco conocida Rush, en la que interpreta al piloto de F1 James Hunt) siguen su carrera en Hollywood, tras sus inicios australianos. Heath Ledger, trágicamente fallecido en 2008, también formaba parte de esta generación dorada. Un actor que se dio a conocer con éxitos como El secreto de Brokeback Mountain (2005), y su terrorífica interpretación del Joker en El caballero oscuro (2008), que le valió un Oscar póstumo.

Algunos lugares de rodaje en Australia que no debe perderse

Al viajar por Australia, descubrirá sin saberlo los lugares de rodaje de muchas de las películas mencionadas, así como de otras producciones sorprendentes. Por ejemplo, puede sumergirse en el ambiente rural de Babe visitando Robertson Shire, al sur de Sydney. Es una atmósfera que guarda un asombroso parecido con la campiña inglesa, a la que la película da vida con maestría. También puedes encontrar la Ópera de Sídney en la película fantástica de Guillermo Del Toro Pacific Rim (2013), donde es arrasada en cuestión de instantes por un monstruo gigantesco. Y si no le entusiasma este tipo de ficción, diríjase en su lugar a Manly, al International College of Management, un prestigioso edificio que sirve de lugar de fiesta en Gatsby el Magnífico (2013). Tómese su tiempo para explorar los alrededores de la Gran Barrera de Coral, donde Sam Neill y Nicole Kidman navegan en Calma blanca cuando recogen a un extraño pasajero. Si se dirige hacia el centro del país, puede toparse con las escarpadas colinas de Broken Hill, escenarios de rodaje de Mad Max II, o girar hacia el norte y descubrir las vastas extensiones del Parque Nacional de Tamborine, donde Chris Hemsworth aparece junto a Tom Hiddleston y Cate Blanchett en Thor: Ragnarok (2017). Por último, y para rematar el viaje, sumérgete en la atmósfera de Cocodrilo Dundee en el Parque Nacional de Kakadu. Pero ten cuidado con los curiosos lagartos, o tu viaje de película podría terminar antes de lo que pensabas.