Un país moderno con fuertes tradiciones

La historia de los pueblos de Gabón es reciente, ingiriendo y digiriendo multitud de determinantes culturales a través del mestizaje demográfico y la apertura de las redes de comunicación, y todo ello en un tiempo récord en la escala de la historia. Los modos de vida tradicionales de Gabón están marcados por la adaptación a un entorno natural difícil dominado por dos elementos fundadores: el bosque y el río. Esto sigue siendo así hasta tiempos recientes, más modernos, en que las diversas vías de comunicación han cambiado esta dinámica. Las prácticas y la vida cotidiana del pueblo, al igual que su filosofía, están impregnadas de una espiritualidad rica y compleja que, en cualquier caso, dista mucho de la occidental. La representación simbólica de las creencias puede verse en el arte animista que refleja los diversos ritos étnicos tan significativos. Los modos de vida cotidianos, ya sea en términos de relaciones, organización o producción, están impregnados de espiritualidad y, por tanto, íntimamente ligados a cultos ancestrales de los que no pueden disociarse. La vida urbana contemporánea, cuyas dinámicas y modos de vida no siempre están en armonía con la tradición, está primando sobre esta filosofía ancestral. La mayoría de la población, sobre todo los jóvenes, vive en la ciudad, se codea con comunidades de orígenes diversos y se lleva bien con la sociedad de consumo heredada de Occidente. Sin embargo, ciertos hábitos y costumbres perduran y se manifiestan en los códigos de vestimenta, las formas de relacionarse, los sistemas jerárquicos tanto en el seno de la familia como en la vida profesional y política. La identidad evoluciona, pero siempre se nutre de las raíces culturales de la historia de un pueblo. Incluso en Libreville, los ritos ancestrales permanecen notablemente vivos y siguen coexistiendo con las reglas de la vida urbana, creando a veces sorprendentes paradojas.

Grupos étnicos divididos en linajes

A pesar de la existencia de unos cincuenta grupos étnicos distintos, las poblaciones de Gabón tienen una forma social similar basada en las nociones de clan y linaje, pero también de hermandad religiosa y aldea dirigida por un jefe, hombre de reconocida experiencia y conocimientos. La organización comunitaria en Gabón se articula en torno al ancestro genético, cabeza del linaje, punto de partida de la solidaridad comunitaria, de la unidad política interna y de las relaciones con el exterior del grupo. El grupo puede ser patrilineal o matrilineal. En este último caso, la mujer que contrae matrimonio confiere la filiación a sus hijos. Por lo tanto, diferentes grupos étnicos pueden tener linajes comunes. Aún hoy, varias ceremonias reúnen a parientes de un mismo linaje para celebrar un acontecimiento: ritos de iniciación, matrimonios consuetudinarios, funerales y ceremonias de duelo. En términos económicos, el linaje estructura la producción de la comunidad como una cooperativa, con reglas de participación y distribución de la producción. También gestiona las normas relativas al ecosistema y las prohibiciones colectivas del linaje: los "ritos totémicos". El encuentro con los europeos alteró considerablemente la lógica sociocultural e introdujo con fuerza las religiones occidentales, en contra o al lado de los cultos animistas ancestrales. Las nuevas leyes del comercio, sin olvidar la trata de esclavos, introdujeron un nuevo concepto de rentabilidad, inherente al capitalismo, que contradecía el sistema original de valores comunitarios, de representación del mundo y de producción, exacerbando así la tendencia al individualismo.

La organización social de los hábitats

La gestión de la tierra también se rige por las normas del linaje. La baja densidad de población de este inmenso país permite elegir la tierra para construir, cultivar, cazar y pescar. Las aldeas se reubicaron siguiendo el principio de producción del "barbecho". Las cabañas se construyeron con materiales naturales locales (madera, bambú, hojas de palmera), y su precariedad se explica por el carácter temporal del asentamiento. En el centro de la aldea, el primer edificio, el cuerpo de guardia comunal, servía de patio. Era lugar de fiestas, escuela, transmisión de conocimientos y lugar de narradores. Alrededor del cuerpo de guardia, cada cabeza de familia recibía una parcela de tierra, que organizaba con sus parientes cercanos, esposas e hijos. En el centro de esta parcela cuadrada o rectangular había un cuerpo de guardia rodeado de dos hileras de cabañas: los hombres ocupaban la parte delantera de las cabañas, enfrentadas entre sí, mientras que la parte trasera estaba reservada a las mujeres. Aún más atrás estaba el recinto de los animales y, en las afueras de las aldeas, se reservaba una zona de "liseraine" para abastecer a la aldea de plantas medicinales y alimentos esenciales, y para mantener una zona de estiércol necesaria para regenerar el suelo. La reorganización que siguió a la administración colonial destruyó los principios de los ciclos de producción tradicionales y el equilibrio ecológico resultante, al integrar las aldeas en una estructura definitiva. Además, las carreteras que atraviesan los centros de las aldeas han ocupado el lugar de los patios tradicionales, cambiando así la función del espacio de la aldea. A diferencia de los hábitats descritos anteriormente, los hábitats pigmeos son campamentos construidos con estructuras de madera cubiertas exclusivamente de abundante follaje. La vida del campamento depende de la recolección de productos vegetales y de la caza, lo que determina el carácter itinerante de este tipo de población.

El sistema educativo en Gabón

El sistema educativo, inspirado en las leyes de la antigua potencia colonial, incluye en sus textos fundamentales la escolarización obligatoria de los jóvenes de 6 a 16 años. Como en Francia, hay cuatro niveles de enseñanza: preescolar, primaria, secundaria y superior. Sin embargo, la gratuidad sólo se aplica a la enseñanza primaria y secundaria. En 2020, Gabón tenía una de las mejores tasas de escolarización de África, con un 83,3% de niños escolarizados, pero un año después esta tasa había descendido al 70%, lo que apunta a fallos en el sistema educativo gabonés. Varios indicadores señalan el fracaso del sistema, con elevadas tasas de abandono y repetición en primaria. Además, el sector educativo se ha visto paralizado por numerosas huelgas -la última de las cuales duró casi 80 días en 2013-2014- que ponen en entredicho la calidad de la enseñanza actual. La masificación de las clases, que oscilan entre 30 y 130 alumnos en primaria, una descentralización ineficaz, que a menudo se traduce en la ausencia de profesores destinados en los pueblos, unas condiciones materiales rudimentarias y unos salarios especialmente bajos para los docentes son las principales causas de este fracaso, sea cual sea el nivel.

El lugar de la mujer en la sociedad

Las mujeres gabonesas no están al margen de la lucha mundial. Reflejan el conflicto entre su papel tradicional y las aportaciones de la modernidad. Las mujeres, que representaban el 49,1% de la población en 2020, han adquirido cierta visibilidad en el ámbito político (15% en 2014). Muchas mujeres se han convertido en ministras, como Rose Christiane Ossouka Raponda, que fue la primera mujer primer ministro de 2020 a 2023. Sin embargo, estos casos excepcionales no significan que se haya producido un cambio radical en la forma de considerar y tratar a las mujeres en el día a día. Están totalmente ausentes del panorama de los jefes de grandes empresas o de las gobernaciones provinciales, y las ideas preconcebidas sobre las funciones profesionales atribuidas a las mujeres siguen estando muy presentes. A pesar de los documentos oficiales que abogan por la igualdad y el rechazo de toda forma de discriminación contra la mujer, aunque las mujeres están cada vez más presentes en los puestos de responsabilidad de la ciudad, regresan a casa, o peor aún, al pueblo, donde siguen atadas por las leyes de la tradición, que las convierte principalmente en madres en el hogar. Culturalmente, la tradición y las costumbres otorgan a los hombres un estatus preeminente en todos los grupos étnicos y, a pesar de la escolarización obligatoria para todos los sexos, la tasa de escolarización de las niñas desciende bruscamente desde el momento en que comienzan la enseñanza primaria (100%) hasta que abandonan la secundaria (40%), para situarse en tan sólo un 3% en la enseñanza superior. Una de las principales razones de esta situación es la carga de tareas domésticas que recae naturalmente en las niñas en el hogar. Teniendo esto en cuenta, la otra opción para el éxito social es casarse para obtener seguridad económica. Pero el atractivo de la comodidad y de un estilo de vida más acomodado, combinado con la pobreza, puede provocar entre las jóvenes de la ciudad una tendencia a buscar parejas sexuales con billeteras generosas. En cuanto a las leyes matrimoniales consuetudinarias, siguen estando más vinculadas a la concepción que al amor. En caso de fallecimiento del marido, la esposa sigue pasando al hermano del difunto, como un bien mueble, y la tradición sigue privando con demasiada frecuencia a las viudas de todos sus bienes. Las "mujeres líderes", artistas, presidentas de asociaciones y políticas electas, libran numerosas batallas para intentar que las mujeres tomen conciencia de su valor, de sus competencias y de la diversificación de papeles, indispensable para progresar en la economía mundial. Gabón dio un paso más hacia la igualdad de género al modificar su Código Civil en 2021, dando a las mujeres gabonesas mayor autonomía y responsabilidad.