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Parc naturel de la zone volcanique de la Garrotxa © AlbertoGonzalez - Shutterstock.coml.jpg

Una ubicación privilegiada

España ocupa la mayor parte de la Península Ibérica, además de las Islas Canarias y Baleares, y los enclaves de Ceuta y Melilla en el norte de Marruecos. Con una superficie de 505.911 km², es el cuarto país más grande de Europa después de Rusia, Ucrania y Francia. España comparte fronteras terrestres y marítimas con Francia, Marruecos, Portugal, el Principado de Andorra y Gibraltar. La cordillera de los Pirineos constituye una frontera natural entre España y Francia. Al sur, menos de 15 kilómetros separan a España de la costa marroquí, donde se encuentra el estrecho de Gibraltar. En la confluencia entre Europa y África, España es también el punto de encuentro entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.

Un paisaje lleno de relieves

Dominada por altas llanuras y mesetas, España tiene la segunda altitud media más elevada de Europa después de Suiza. Se trata de unos 600 metros, el doble de la altitud media de Francia. El punto más alto de este país montañoso es el pico Mulhacén, en Sierra Nevada, que alcanza los 3.479 metros. En el centro de España, la presencia de un bloque rígido -la famosa Meseta- confiere al territorio ibérico su configuración masiva. Este basamento hercínico, que cubre casi el 40% del territorio, es la formación geológica más antigua del país. La Meseta está rodeada de grandes cordilleras, con la Cordillera Cantábrica al norte, la Ibérica al noreste y Sierra Morena al sur. En el centro de la Meseta, la Cordillera Central está formada por las sierras de Gredos y Guadarrama, que separan las altas mesetas de Castilla Vieja de las bajas de Castilla Nueva. Los macizos más altos nacidos del proceso de plegamiento terciario -con los Pirineos al norte y las cordilleras béticas al sur- se sitúan en el borde del basamento, al igual que las vastas depresiones de los ríos Ebro y Guadalquivir

Entre el mar y el océano

Con sus 4.900 kilómetros de costa repartidos entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico, España ofrece un paisaje marítimo profundamente marcado por el clima y la geología. Al este, el litoral mediterráneo convive con macizos montañosos, creando una franja costera de encaje salpicada de acantilados, calas y cabos. Al oeste, la costa atlántica revela un paisaje escarpado formado por inmensos acantilados, sobre los que el océano se abalanza

El litoral catalán forma una costa brava cuyo nombre evoca la configuración abrupta de la costa mediterránea. Sus innumerables calas están enclavadas en las profundidades de un paisaje modelado por la erosión del viento y el mar. En la Costa Daurada, hay largas playas de arena dorada, salpicadas de dunas en torno al Delta del Ebro. El litoral levantino presenta costas rocosas y llanuras aluviales donde se han desarrollado importantes núcleos urbanos como Valencia, Murcia y Alicante. En el sur, el litoral andaluz se extiende a lo largo de casi 900 kilómetros. En su parte mediterránea, los acantilados y calas se suceden a las llanuras costeras, ofreciendo paisajes más rocosos, fruto de la proximidad de la cordillera Penibética. En su parte atlántica, los paisajes dunares de las Arenas Gordas se asoman a interminables playas de arena blanca

Al oeste de la península, la costa atlántica recorre las regiones del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. En general, se caracteriza por paisajes escarpados en los que se intercalan acantilados de piedra caliza, arenisca o flysch con calas y playas. En Galicia, el litoral está cortado por grandes valles fluviales donde se hunde el océano, las famosas rías, equivalentes a nuestros abers bretones.

Hidrografía de la España continental

A excepción del Guadalquivir, los principales ríos de España no han desempeñado un papel importante como vías de comunicación y comercio. Esto se debe principalmente al caudal caprichoso de los ríos, que impide la explotación de los cursos de agua. Al norte, el Miño separa Galicia de Portugal, mientras que los ríos Tajo, Duero y Guadiana se adentran en territorio portugués. El Guadalquivir debe su nombre a los moros, que lo llamaban el "gran río", aunque sólo es el quinto más largo de España con 657 kilómetros. A lo largo de su curso, riega una vasta región fértil al pie de Sierra Morena y riega las ciudades de Córdoba y Sevilla. Pero, sobre todo, su curso navegable de 120 kilómetros -el único en España- ha permitido a Sevilla convertirse en un gran puerto abierto tanto a América como al Mediterráneo. El río Ebro, que da nombre a la península, nace en la cordillera Cantábrica. Atraviesa las regiones de Cantabria, Castilla y León, Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña antes de desembocar en el Mediterráneo, a 910 km de su nacimiento.

El riesgo de desertificación

En España, donde las tres cuartas partes del territorio continental son áridas, el proceso de desertización amenaza ya al 20% de las tierras. La primera línea es la costa de Almería, en Andalucía oriental, donde Sergio Leone solía rodar westerns en los años 60. En estos paisajes extremadamente áridos, se prevé que las temperaturas aumenten otros 2,4 °C de aquí a 2050. El cambio climático no es suficiente para explicar este fenómeno. Las actividades humanas son un claro objetivo, ya que han acelerado la erosión del suelo a lo largo de los años. Por ejemplo, el famoso "mar de plástico" de la costa de Almería es una de las principales amenazas de desertización de la región, con nada menos que 35.000 hectáreas de cultivos intensivos de invernadero que agotan los acuíferos. La deforestación, el monocultivo, el agotamiento de las aguas subterráneas y la industria del turismo de masas son factores que han amplificado este fenómeno de desertificación

Un entorno para preservar

Para proteger su espacio natural, España lleva actuando en favor del medio ambiente desde los años 90. El objetivo de esta movilización es proteger un vasto ecosistema: 30 millones de hectáreas en España tienen la condición de espacios naturales protegidos en torno a 15 parques nacionales y 130 parques naturales. Entre ellas, 53 zonas clasificadas como Reservas de la Biosfera, 15 geoparques y 4 parques nacionales están protegidos por programas de la UNESCO. Además, el establecimiento de la red Natura 2000 a nivel europeo ha permitido crear un sistema de protección de la biodiversidad. Cientos de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zonas Especiales de Conservación (ZEC) convierten a España en el principal contribuyente a esta red

Sin embargo, a España le queda un largo camino por recorrer en el ámbito de la protección del medio ambiente. Hasta 2017, estaba incluso entre los peores resultados de la Unión Europea en materia de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el país sigue siendo uno de los mayores consumidores de pesticidas de Europa, mientras que la contaminación por nitratos sigue matando a miles de peces cada día en el Mar Menor de la costa de Murcia. Sin embargo, los tiempos están cambiando y el proceso de descarbonización parece estar bien encaminado: en 2018, el Gobierno español incluso presentó un plan muy ambicioso con el objetivo de alcanzar el 100% de energía renovable y la neutralidad en carbono para 2050.

Parques naturales y nacionales

España cuenta con uno de los sistemas de parques nacionales más antiguos del mundo, que data de 1918. He aquí una selección de los principales parques:

El Parque Nacional de los Picos de Europa es el más grande de la península. Se encuentra a caballo entre Cantabria y Asturias, con impresionantes paisajes de desfiladeros, lagos glaciares y picos de más de 2.500 metros de altura, todo ello rodeado de extensos hayedos y robledales

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en la región de Castilla-La Mancha, es el más pequeño de los parques nacionales. Aquí, el desbordamiento de los ríos Cigüela y Guadiana ha creado una zona pantanosa única en Europa, que es atravesada cada año por las rutas migratorias de muchas aves

El Parque Nacional de Doñana, en la costa atlántica de Andalucía, es uno de los mayores espacios naturales protegidos de Europa. Sus variados paisajes de dunas, marismas, matorrales y lagunas conservan una fauna excepcional. El parque es también un paraíso para la invernada de más de 500.000 aves

ElParque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo aragonés, está dominado por el Monte Perdido, de 3.355 metros de altura, del que descienden impresionantes valles glaciares. El hermoso Cañón de Ordesa es uno de los más grandes y profundos de Europa.

El Parque Nacional de Monfragüe, reconocido como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es el único parque nacional de Extremadura. Sus paisajes de bosque mediterráneo e inmensas masas rocosas que se elevan sobre el río Tajo son un auténtico santuario para la observación de aves

El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, en el Pirineo catalán, está salpicado por más de 200 lagos e innumerables arroyos, dominados por picos de más de 3.000 metros de altura. El lugar es uno de los últimos refugios del quebrantahuesos en Europa.

El Parque Nacional de Cabañeros, en los Montes de Toledo, alberga una de las mayores zonas de bosque y matorral mediterráneo de toda la península. Es el hogar de muchas especies de aves, entre ellas el águila real.

El Parque Natural de las Bardenas Reales, en Navarra, abarca 42.000 hectáreas de paisaje semiárido, un escenario inusual para el norte de España. Aquí, la lluvia y el viento han esculpido durante siglos un suelo compuesto por arenisca, yeso y arcilla, del que emergen inmensos escarpes llamados cabezos.

El Parque Natural del Delta del Ebro, en el sur de Cataluña, es uno de los hábitats acuáticos más importantes del Mediterráneo occidental. Más de 350 especies de aves viven en este ecosistema protegido por la Unesco.

El Parque Natural del Torcal de Antequera, al norte de Málaga, es uno de los más bellos ejemplos de paisaje kárstico de Europa. Este complejo geológico de rocas calizas se remonta a casi 150 millones de años.

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, en la provincia de Almería, fue el primer parque marítimo-terrestre de España. Ha sido declarada reserva de la biosfera y está salpicada de playas paradisíacas

El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, en Cataluña, es una de las zonas volcánicas más protegidas de España. Cubre unas 15.000 hectáreas y contiene unos 40 conos volcánicos y 20 coladas de lava basáltica

El Parque Natural de Somiedo, en el sur del Principado de Asturias, cuenta con una biodiversidad muy representativa de la cordillera Cantábrica. Entre sus paisajes de altas cumbres, lagos, bosques y pastos, aún pueden verse algunos ejemplares de oso pardo cantábrico.