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Una fuerte tradición católica que pierde terreno

Aunque la Constitución es laica, España ha permanecido durante mucho tiempo fuertemente marcada por la tradición cristiana católica, que estuvo muy viva y se practicó hasta los años 70 y que seguía siendo reivindicada por el 70% de los españoles en la década de 2000. Sin embargo, aunque la Iglesia ha gozado durante mucho tiempo de una gran audiencia, su influencia en la vida cotidiana de los fieles ha ido disminuyendo constantemente, sobre todo en las dos últimas décadas. Aunque casi el 59% de los españoles sigue considerándose católico, según un estudio publicado por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en junio de 2021, más de la mitad reconoce no tener ninguna práctica religiosa. Otro dato que pone de manifiesto esta pérdida de influencia es el número de españoles que no reivindican ninguna religión: casi el 39% en 2021 frente a cerca del 13% en el año 2000, es decir, se ha triplicado en sólo veinte años. Este declive de la religión católica se refleja también en su funcionamiento, con un descenso de las vocaciones sacerdotales y una caída considerable del número de órdenes monásticas. La cuestión de la enseñanza de la religión en las escuelas ha surgido en el debate político y ha dado lugar a dos enfoques diferentes. En 2006, la votación de una ley que reducía su peso en la educación supuso una ruptura, haciéndola optativa cuando antes era obligatoria y decisiva para el acceso a las clases superiores y a la universidad. La Iglesia y el PP se opusieron a este texto y en 2013, bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, una nueva reforma educativa volvió a poner la religión en el centro del debate: los alumnos debían elegir entre cursos de religión o de "valores culturales y sociales". En 2018, Pedro Sánchez (PSOE) se reafirmó en su voluntad de que ninguna religión esté presente en los planes de estudio y juró como presidente del Gobierno ante la Constitución y no ante la Biblia, algo inédito en la democracia española. Esta opción se confirmó con la aprobación de la ley Celaà a finales de 2020, que prevé que la enseñanza religiosa sea optativa sin tener que elegir una asignatura alternativa si no se cursa religión. Esta ley también incluye la enseñanza obligatoria de valores cívicos y éticos.

Vínculos festivos y culturales que siguen siendo muy fuertes

Aunque la práctica de la religión ha disminuido considerablemente en España, su calendario festivo sigue estando profundamente marcado por la religión católica. Comienza con las Cabalgatas, que el 5 de enero marcan la llegada de los Reyes Magos a casi todas las ciudades y pueblos de España, y son especialmente concurridas y apreciadas por grandes y pequeños. Y es en la noche del 5 al 6 de enero cuando los niños españoles reciben su regalo "grande" cuando el más pequeño se reserva para la Navidad. La religión católica continuará durante todo el año, con la celebración de numerosas fiestas en honor a la Virgen, objeto de romerías, una especie de peregrinación en muchos lugares. España también celebra regularmente a sus santos patronos, ya sean de un distrito, ciudad o provincia. Estas celebraciones ofrecen la oportunidad de asistir a conciertos o espectáculos de música y danza tradicionales, de celebrar la gastronomía local o de organizar toda una serie de actividades para pequeños y mayores. Algunas de estas fiestas, como la romería del rocioen Andalucía, reúnen a cientos de miles o incluso un millón de personas, pero todas ellas son especialmente populares y reúnen a una población muy diversa de todas las edades y categorías sociales. Pero el punto culminante de este vínculo festivo y cultural es la Semana Santa, que se celebra en toda España con gran fervor religioso. Durante la semana que precede a la Semana Santa, esta fiesta religiosa recrea la Pasión y muerte de Cristo y se celebran varias procesiones en las que cada cofradía lleva pasos (altares portátiles) que representan a la Virgen y a Cristo. Más sobrios y silenciosos en las regiones del norte de España, serán ruidosos, coloridos y emotivos en regiones como Andalucía, pero a menudo serán una oportunidad para descubrir un rico patrimonio religioso. Casi una treintena de estas Semanas Santas han sido clasificadas como de interés turístico internacional, pero sólo la de Zamora, en la provincia de Castilla y León, ha sido declarada de interés cultural y solicita formar parte del patrimonio inmaterial de la UNESCO. Si no tiene la suerte de asistir, puede visitar el museo dedicado a ella y ver las magníficas esculturas policromadas, algunas de las cuales datan del siglo XVII. Otro elemento que ha dado fama a la Semana Santa turolense son las tamboradas, un conjunto de tambores que resuenan en Calanda, ciudad natal de Luis Buñuel, y que fue inmortalizado en la película Peppermint Frappé, del director Carlos Saura.

Mitos y leyendas

Abundan en las provincias del norte de España, especialmente en Galicia y Asturias, tierras de origen celta. Son el resultado de relatos e historias tradicionales que se transmiten oralmente de generación en generación. Así, en la mitología popular gallega, la Santa Compaña es una procesión de muertos o almas en pena que recorre los caminos, a partir de la medianoche. Su misión es visitar todas las casas que se espera que estén de luto en un futuro próximo, vestidos con túnicas blancas y capuchas. También inspira los grafitis en Pontevedra. Las historias también ofrecen formas de evitarlos, ya sea ignorándolos, haciendo un círculo en forma de cruz y entrando en él, comiendo algo, rezando y no escuchándolos, o huyendo. En Asturias, la gente desconfía de los Xanes, bellas hadas de pelo rubio que viven cerca de los ríos. Son caprichosas y, con sus voces, atraen a los hombres para ahogarlos. En Cantabria, elEsteru, un personaje benéfico, puede verse desplazarse por la costa cantábrica. Todavía en el norte, pero más al este, podemos señalar otra zona de creencia. Situado en los límites de las comarcas de La Selva y Osona, el macizo del Montseny tiene la peculiaridad de haber sido el mítico hogar de brujas y bandoleros. Han sido poderosas fuentes de inspiración para la cultura popular y la creación artística. Este patrimonio ha propiciado la creación de rutas dedicadas, y cada año, el último fin de semana de julio, el pueblo de Sant Hilari Sacalm celebra la fiesta delEmbruix , con un programa de historias y leyendas, espectáculos, etc.