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Un marco definido en 1978

Fue la Constitución de 1978 la que fijó las reglas del campo político. Desde entonces, España se ha convertido en una monarquía constitucional con Felipe VI como jefe de Estado, sucediendo a su padre Juan Carlos I, tras su abdicación en 2014. No gobierna y sus poderes son limitados: como jefe del ejército, ratifica las leyes y nombra al presidente del gobierno. El presidente del gobierno es el jefe del ejecutivo. Nombrado por 4 años, es el líder de la mayoría parlamentaria o de una coalición de gobierno que le permite ser investido y aprobar leyes. El poder legislativo lo ejercen las Cortes Generales, que están compuestas por el Congreso de los Diputados y el Senado. La misma constitución transfirió una parte importante del poder de decisión a las regiones mediante la creación de gobiernos regionales. Cataluña y el País Vasco fueron los primeros en obtener el estatuto de autonomía en 1979. En total, España tiene ahora 17 comunidades autónomas, establecidas según criterios históricos, culturales y lingüísticos. Entre estas comunidades, dos son excepciones, el País Vasco y Navarra. Estas dos regiones gozan de autonomía fiscal. Tienen capacidad para regular los impuestos y autonomía para gestionarlos. Como contrapartida, el Concierto Económico establece un cupo que Navarra y el País Vasco deben pagar al Estado español para sufragar gastos generales que son competencia exclusiva del Gobierno central, como las relaciones internacionales, la defensa y las fuerzas armadas.

Un Parlamento cada vez más fragmentado

Tras el retorno de la democracia, el sistema político español se caracterizará por el ejercicio del bipartidismo, con dos grandes partidos, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), de izquierdas, y el PP (Partido Popular), de derechas, que se alternan regularmente en el poder hasta principios de la década de 2010, ayudados, de vez en cuando, por el centro-derecha catalán CIU (Convergència i Unió), cuando no obtiene la mayoría absoluta. Pero la grave crisis económica que vivió España en 2008 contribuyó a cambiar la situación, al dar lugar al movimiento de los "indignados" el 15 de mayo de 2011 y al reavivar los movimientos nacionalistas regionales. Fue en 2015 cuando la llegada de dos recién llegados a la escena política española, Ciudadanos (centro-derecha) y Podemos (extrema izquierda), trastocó el bipartidismo clásico, posicionándose cada partido en respuesta a uno de los elementos de la crisis, social para Podemos y nacionalista para Ciudadanos. Como consecuencia de los resultados de las elecciones legislativas de diciembre de 2015, España vivirá en 2016 la crisis de gobierno más larga de su historia, con casi un año (315 días) de gobierno "en funciones", gestionando la actualidad. Esta crisis solo se resolvió parcialmente con la elección de Mariano Rajoy (PP) como presidente del Gobierno en octubre de 2016, en una votación de investidura que solo requería una mayoría relativa. Esta inestabilidad política tendrá un segundo episodio en 2018. Mariano Rajoy fue derrocado por una moción de censura, pero su sucesor, Pedro Sánchez (PSOE), no fue elegido hasta enero de 2020. Tras ganar dos elecciones parlamentarias sin mayoría, será investido con mayoría simple, gracias a la abstención de ERC, la izquierda independentista catalana, y formará una coalición PSOE-Podemos. En diciembre de 2018 surgió otro partido, Vox, un partido de ultraderecha hasta entonces ausente del panorama político español y que se preciaba de esta especificidad dentro de Europa. Escapando del radar de casi todas las encuestas, obtendrá sus primeros 12 representantes en las elecciones autonómicas andaluzas para convertirse casi un año después en la tercera fuerza política de España en las elecciones generales de noviembre de 2019, superando a Ciudadanos y a Podemos. Las elecciones autonómicas de Castilla y León del 13 de febrero de 2022 la convirtieron en un elemento clave de esta autonomía al otorgarle 13 escaños (frente a 1 anterior), lo que se tradujo en su participación en la coalición de gobierno, liderada por el PP. En las últimas elecciones generales españolas, otro movimiento vino a encarnar la trayectoria de España vaciada a través de un escaño ganado por Teruel Existe. Y otros movimientos como Soria Ya, desde esta plataforma, también irrumpieron en las últimas elecciones autonómicas en Castilla y León. En combinación con la representación proporcional total, esta fragmentación no facilita las investiduras.

El reto del empleo, especialmente el empleo precario

Aunque España experimentó un periodo de fuerte crecimiento entre finales de los 90 y principios de los 2000 (+3,5% anual), se vio especialmente afectada por la crisis mundial de 2008. Esto provocó, en particular, la implosión de su burbuja inmobiliaria con una caída de más del 25% en la construcción en un año, una cifra especialmente perjudicial en un país donde el peso del sector de la construcción es extremadamente importante. Con el desplome de la bolsa, la tasa de paro superará el 21% en junio de 2011 (frente a menos del 8% en 2007) y será en junio de 2012 cuando obtenga de la Unión Europea un plan de rescate para su sector financiero mediante una línea de crédito de 40.000 millones de euros. Iniciada en 2013, la recuperación económica continuó en 2015, marcada por un aumento del 3,5% de su PIB, por encima de la media de la zona euro (+2%). Esta recuperación económica ha venido acompañada de un aumento de la desigualdad, ya que se estima que en 2017 la mitad del PIB se concentraba en manos de menos del 1% de la población (0,7%), y que al mismo tiempo, España tenía el doble de 'muy ricos' que antes de la crisis. Aunque también se han constatado altas tasas de pobreza infantil, el problema recurrente de la economía española es sobre todo el del mercado laboral, marcado por una elevada tasa de paro, especialmente entre los jóvenes, y por la presencia masiva de contratos temporales muy mal pagados (el doble de la media europea).Aunque la tasa de paro ha descendido considerablemente en la última década, pasando de un máximo del 24,79% en 2013 al 13,2% en 2020, sigue siendo muy superior a la francesa (8% en 2020) y a la de la zona euro (8,4%). Y el desempleo juvenil también se mantiene en un nivel muy alto: 37,1% para los hombres menores de 25 años y 39,7% para las mujeres (cifras del INE 2020), el más alto de todos los países de la UE. Para hacer frente a la estructura del mercado laboral se introdujo la Ley de Reforma Laboral, que se aprobó en el último minuto del 4 de febrero de 2022. Los principales objetivos son limitar el número de contratos temporales y su renovación sistemática, aumentar la proporción de contratos permanentes y facilitar la formación. Esta lucha contra el trabajo precario también pretende cumplir con la exigencia de la Comisión Europea en este ámbito. Ya que esta reducción era un requisito previo para el pago de los 12.000 millones de euros de fondos europeos asignados en los próximos meses, como parte de la recuperación de la crisis de Covid

¿Hacia una renovación del modelo turístico?

En 2019, por séptimo año consecutivo, España volvió a batir un récord de recepción de turistas extranjeros, con más de 83,7 millones de visitantes, lo que supone un incremento del 1,1% respecto a 2018 y un aumento del gasto del 2,8% (datos INE/2020). El año 2018 le ha permitido ascender al segundo puesto mundial en recepción de turistas, por detrás de Francia. Sigue ocupando esta posición en 2019 (Francia: 90 millones de turistas). Los principales países emisores siguen siendo el Reino Unido, Alemania y Francia, y las principales provincias receptoras son Cataluña, Baleares y Canarias, seguidas de Andalucía, la Comunidad Valenciana y la Comunidad de Madrid. Positiva para la economía, ya que este sector generaba en ese momento aproximadamente el 12% del PIB, pero también muchos contratos extremadamente temporales, esta progresión muy regular fue acompañada en ciertas regiones afectadas por un turismo más masivo, por un sentimiento de "saturación" que dio lugar a manifestaciones antiturísticas, en Cataluña, Baleares y el País Vasco. Muchos profesionales del turismo atribuyen esta masificación al crecimiento, a veces galopante, de los pisos turísticos, especialmente los ilegales. Con motivo de Fitur 2020, el gran encuentro del turismo español celebrado en Madrid a principios de año, estos mismos profesionales del turismo se plantearon la cuestión del futuro del turismo español en las próximas décadas, después de muchas décadas en las que se ha desarrollado el modelo turístico de Sol y Playa. Con algunas vías alternativas, como la promoción del destino durante todo el año y no sólo de mayo a octubre, o la promoción de rutas de interior, como El Camino de Vera Cruz, que recorre 900 km desde Puente de la Reina en Navarra hasta Caravaca de la Cruz, en la región de Murcia. Marcado por la pandemia del Covid, el año 2020 fue, desde luego, el año negro para el turismo español, con la visita de algo menos de 19 millones de extranjeros, un 77% menos que el año anterior (Fuente INE). Y en esta ocasión, fueron los franceses los que se convirtieron en los principales visitantes extranjeros en términos de número, siendo Cataluña la principal región anfitriona. El país ha adoptado un plan de rescate para este sector. En 2021, el país recibió 30 millones de turistas, una recuperación del 64% respecto a 2020. Espera volver a las cifras de 2019 en 2022, favoreciendo un nuevo modelo de desarrollo turístico que haga hincapié en la calidad, la digitalización y el respeto al medio ambiente. Queda por ver si estas intenciones se mantienen con la vuelta de los buenos tiempos económicos