La producción nacional sigue en marcha

Una película parece destacarse de la producción nacional. Se llama simplemente Namibia (2007) y está dirigida por el estadounidense Charles Burnett. Este relato épico narra los acontecimientos de la resistencia liderada por Sam Nujoma hasta que tomó el poder en el momento de la independencia del país de Sudáfrica. La película, coproducida por el gobierno de Namibia, es cuanto menos consentida. El revolucionario de la época no tardó en transformarse en un hombre de poder al que, como suele ocurrir, le cuesta dejar su puesto.
Los cineastas namibios que parecen destacar, en su mayoría blancos, suelen estar comprometidos, como Richard Pakleppa. Su película Taste of Rain (2012) trata de las desventuras de una pareja de agricultores ante la sequía. Recientemente ha codirigido Dying for Gold (2018), un documental sobre las deplorables condiciones de trabajo de los mineros de todo el sur de África y sus prematuras muertes.tim Huebschle es otro cineasta namibio que ha saltado a la fama en la última década. Colabora frecuentemente con cineastas y artistas negros, como en 2011 con el guionista y escritor Nailoke Mhanda, a partir de una idea de este último, para el guión de Looking for Iilonga, un cortometraje de ficción que realizaba en torno a la capital, Windhoek. También ganó el Namibian Film & Movie Award por Another Sunny Day, en la categoría de mejor documental en 2017. Desde 2020, codirige la serie web documental Walking Forward con el artista transdisciplinar Ndinomholo Ndilula. En esta serie, Ndilula entrevista a figuras de la escena artística y cultural de Windhoek.

Documentales históricos o antropológicos

Como en muchos países africanos, Namibia atrae a documentalistas y antropólogos. Namibia, el genocidio del Segundo Reich repasa las exacciones cometidas por Alemania a principios del siglo XX. Por primera vez en la historia, un Estado planeó y ejecutó el exterminio de dos pueblos del sur del continente: los nama y los herero. Fue codirigida por Fabrice Launay, Michel Pignard y Anne Poiret, que fueron premiados con una estrella por la SCAM en 2013. Ese mismo año se publica Première rencontre avec les Himba, de Eddy Paridaens. El documentalista viaja al norte del país, en el desierto de Kaokoland, donde esta gente vive y cría su ganado.
Más recientemente, Au cœur de l'Okavango nos permite seguir los estragos que las actividades humanas han causado en el delta del Okavango, una región en el corazón de Botsuana que es uno de los últimos humedales salvajes del mundo, a lo largo de una ruta fluvial de 2.500 km y a través de tres países. El viaje de los exploradores nos llevará al norte de Namibia, a lo largo del río Okavango, que forma la frontera con Angola y del que depende la vida de casi un millón de personas.

Algunas producciones internacionales

Es en Namibia donde el australiano George Miller está ambientando parte de los escenarios de Mad Max, Fury Road. Este regreso de la saga de culto fue un gran éxito cuando se estrenó en 2015. En una sucesión de persecuciones épicas, Max se encuentra acompañando a "Imperator" Furiosa en su lucha contra "Immortan" Joe.
La película bélica El escorpión rojo (Joseph Zito), una coproducción estadounidense y sudafricana, también se rodó en Namibia en 1988. Sigue a Nikolai Rachenko (Dolph Lundgren), un soldado de élite enviado a Namibia para apoyar a las tropas soviéticas y cubanas.