La obra inaugural

El oscuro pasado de Namibia es aún más terrible porque es generalmente desconocido. Esta conciencia tardía explica quizás que Niels Labuzan, nacido en París en 1984, haya decidido dedicarle su primera novela con el evocador título de Cartographie de l'oubli, publicada por JC Lattès en 2019 y acogida muy favorablemente por el público. Todo comienza con la llegada de los misioneros renanos en 1820 a Wupperthal. A lo largo de las décadas, se crearon nuevas ciudades y el proceso de colonización se acentuó en 1884 con la proclamación del Protectorado Alemán del Suroeste de África. Paralelamente a esta apropiación gradual, las tribus indígenas se disputaron el territorio. Los recién llegados intentaron jugar con estas disensiones, pero las tensiones se fueron haciendo a fuego lento y se concretaron en 1893 con la masacre de ochenta hombres, mujeres y niños de la tribu nama. Este drama inicial dio lugar a lo que se considera la primera obra escrita y literaria dolorosa en Namibia, un país donde la tradición oral había sido dominante hasta entonces y donde florecieron algunas obras de colonos, que no se prestan bien a una relectura contemporánea. Hendrick Witbooi, jefe del clan Nama, que dominaba las tres lenguas europeas -el alemán, el afrikáans y el inglés-, tomó la pluma como había tomado las armas, dejando una vasta correspondencia que muestra el mismo código de honor que adoptó en la batalla. Mucho más que formales, estas cartas son descubiertas con gran emoción por el editor Le Passager clandestin bajo un título explícito tomado de su última misiva: Votre paix sera la mort de ma nation. Tras su muerte en 1905, su pueblo sufrió el mismo destino que la administración colonial reservó a los herero: el exterminio sistemático y el encarcelamiento en campos de concentración. Estos acontecimientos, reconocidos como el primer genocidio del siglo XX, son ahora objeto de un deber de memoria por parte de los alemanes. Los tiempos venideros no serían mucho más pacíficos, ya que tras la Primera Guerra Mundial, en 1920, la colonia alemana pasaría a estar bajo el dominio de Sudáfrica. El periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial fue testigo de una severa y mortal represión de la ola de denuncias contra el apartheid que sacudió Namibia en 1959. El camino hacia la independencia fue allanado entonces por la SWAPO (Organización Popular del Sudoeste de África), pero no fue hasta cuarenta largos y turbulentos años después, el 21 de marzo de 1990, cuando se proclamó la independencia y surgió finalmente una literatura nacional.

Independencia

El nacimiento de la literatura nacional se encarna en dos hombres, el primero de los cuales ha sido proclamado poeta nacional, el segundo es considerado el primer novelista namibio. Mvula ya Nangolo nació en 1943 en Onlimwandi. A los 18 años obtuvo una beca para estudiar periodismo en Alemania, profesión que ejerció después en Tanzania y Zambia, sin abandonar su gusto por la poesía, que le llevó a expresar sus opiniones políticas. Su primera colección, From Exile, se publicó en 1976 en Lusaka, mientras que la segunda, Thoughts from Exile, se publicó en Namibia en 1991. Nangolo fue el poeta namibio seleccionado para representar a su país en la antología olímpica de 2012 de la Scottish Poetry Library. Además de una tercera colección publicada en 2008, titulada Watering the Beloved Desert, es autor de la aclamada obra Kassinga: A Story Untold, escrita con Tor Sellström, en la que denuncia la masacre perpetrada por las tropas sudafricanas en un campo de refugiados de Namibia en 1978 en Angola. Mvula ya Nangolo falleció en 2019. Joseph Diescho nació en 1955 en Andara y publicó su primera novela a los 33 años. Born of the Sun cuenta la historia de Muronga, un hombre casado y joven padre de familia, que se ve obligado a abandonar su pueblo natal para trabajar en las minas de diamantes de Sudáfrica con el fin de pagar los impuestos que la administración colonial empieza a exigir. En este exilio, se enfrenta a las privaciones y a la discriminación racial, lo que le lleva a intentar rebelarse. La novela tiene tintes autobiográficos, ya que Diescho participó en la creación de un sindicato mientras trabajaba en una mina, antes de estudiar ciencias políticas con una beca en 1984. En 1993 se publicó Troubled Waters, su segunda novela -y la segunda de la historia de Namibia- sobre el amor imposible y consecuente entre una mujer negra y un hombre blanco durante el apartheid.
Namibia reclama ahora el inglés como lengua oficial, pero la realidad es mucho más compleja, ya que unos 20 dialectos conviven con muchos germanohablantes, ya sea en alemán o en küchendeutsch, un pidgin derivado de éste. Por eso no es de extrañar que uno de los escritores más famosos, Giselher W. Hoffmann (1958-2016), eligiera la lengua de sus antepasados. Lo más sorprendente es que fue con su gemelo, Attila, con quien escribió su primera novela, Im Bunde der Third, autopublicada en 1983 y que abordaba el tema de la caza furtiva. Giselher prosiguió su carrera literaria en solitario y se interesó cada vez más por revivir el triste pasado de su país, denunciando los sufrimientos de los pueblos indígenas y abogando por la reconciliación entre culturas. El afrikáans, por su parte, se revela en la obra de Anoeschka von Meck, cuya novela Vaselinetjie, una historia basada en los hechos reales de un niño abandonado, fue llevada a la pantalla en 2017. En efecto, las mujeres empiezan a encontrar su lugar en la literatura contemporánea, como confirman las carreras de tres mujeres nacidas en los años sesenta: Elisabeth Khaxas, activista que dirigió Sister Namibia -de la que surgió una revista homónima- antes de cofundar el Centro de Liderazgo Femenino de Windhoek; Ellen Namhila, bibliotecaria y autora prolija, que publicó su autobiografía en 1997 con el título El precio de la libertad y que luego dio voz a Mukwahepo, la primera mujer que recibió formación militar en la SWAPO; Neshani Andreas, fallecida prematuramente en 2011, y que se había hecho notar diez años antes con La violeta púrpura de Oshaantu, que aspiraba a fomentar las amistades femeninas en una sociedad patriarcal, violenta y despectiva con las mujeres.