La religión como legado colonial y arquitectónico

En medio de una rotonda de la capital, Windhoek, se encuentra la Iglesia de Cristo, un testimonio arquitectónico de una época colonial en la que Namibia estaba gobernada por Alemania. Muy bien conservada, la iglesia llama la atención por sus ladrillos rojos, sus muros de piedra y sus atractivos contornos blancos redondeados alrededor de las ventanas. Se distingue por su arquitectura, que se encuentra en la encrucijada de los estilos gótico y art nouveau. Si se aventura en el interior, verá vidrieras con flores y motivos geométricos de estilo Jugendstil, un movimiento artístico en Alemania equivalente al Art Nouveau, un arte moderno que reúne todas las disciplinas de finales del siglo XIX. en su momento, esta iglesia de Windhoek se construyó como homenaje a las víctimas alemanas de los conflictos de principios del siglo XX entre los alemanes y las comunidades herero y nama. Aunque la iglesia se presenta como un símbolo de paz, sólo encontramos los nombres de las víctimas alemanas en las placas conmemorativas de bronce. Sin embargo, las poblaciones herero y nama sufrieron decenas de miles de víctimas entre 1904 y 1908. Esta tragedia se reconoce ahora como el primer genocidio del siglo XX. Pero cuando las campanas de esta iglesia suenen, recordemos que en una de ellas está grabado en bronce: "Friede auf Erden", traducido como "Paz en la Tierra".

Ciudades luteranas

En el sur de Namibia, llegamos a la ciudad más antigua del suroeste de África, conocida como Lüderitz. Construida por comerciantes alemanes en el pasado, su iglesia evangélica luterana sigue en pie en el centro como punto de referencia de la ciudad. Un poco más arriba de la costa, la pequeña ciudad de Swakopmund, con su arquitectura colonial bien conservada, es también una ciudad protestante con una iglesia luterana.

Creencias tradicionales muy arraigadas

Las creencias tradicionales son a veces un complemento natural de la fe cristiana. Estas creencias son menos reconocidas y "cuantificadas", pero están sin embargo bien establecidas. Se calcula que alrededor del 20% de los namibios siguen siendo muy fieles a las creencias tradicionales, lo que situaría al animismo en segundo lugar después del cristianismo. Así, las ceremonias tradicionales derivadas de las mitologías ancestrales africanas siguen siendo muy comunes y son practicadas por una parte importante de la población de generación en generación desde hace miles de años, especialmente por los herero o himba. Los herero, himba y san son animistas. Creen en los espíritus que animan a los vivos, los objetos o los elementos de la naturaleza. En las aldeas Himba, los habitantes están muy orgullosos de mostrar dónde se encuentra el "fuego sagrado", un lugar de culto protegido por el guardián del fuego. El fuego sagrado desempeña un papel fundamental, ya que permite la comunicación con los muertos y los antepasados. Nunca debe extinguirse, o la relación entre los muertos y los vivos, que se mantiene espiritualmente por las llamas, se rompería.