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Una instalación larga y dolorosa

A pie, a caballo o en burro, los himba seguían el ritmo de las estaciones, sin preocuparse del mundo exterior. Los golpes de la historia, en particular su participación en la guerra de la independencia como auxiliares o rastreadores con unidades militares, no alteraron sus estructuras tribales. Así, durante casi treinta años y hasta la independencia del país en marzo de 1990, la región de Kaokoland estaba prohibida por ser una "zona militar". En la actualidad, la población himba de esta zona se estima entre 20.000 y 40.000 personas, según las fuentes. Siguen viviendo principalmente de forma tradicional y la cría de ganado sigue siendo la actividad más común. Todavía se practica el trueque, pero el dinero se convierte cada vez más en la forma de intercambio preferida.
Por último, el rápido desarrollo del turismo internacional en Namibia, con la llegada de un gran número de turistas extranjeros, está perturbando las relaciones entre los himba y otras comunidades locales, pero también su propio modo de vida. Surgen nuevos problemas, como la mendicidad y el alcoholismo, y se produce un éxodo rural sostenido hacia las ciudades y los lugares más turísticos. Las graves sequías persisten y siguen causando daños al ganado. La lengua de los himba es el himba, un dialecto herero.
Por ello, se recomienda recurrir a un guía-intérprete local para comprender mejor la riqueza y la complejidad de este pueblo que, a pesar de una historia y un hábitat especialmente hostiles, muestra una resistencia ejemplar.

El ganado, el tesoro de los Himba

El poblado himba consiste en un grupo de cabañas cónicas situadas alrededor del corral del ganado, que es el activo más importante. La comunidad vive al ritmo de los desplazamientos necesarios para que los animales pasten cerca de las fuentes de agua. En el pueblo se enciende permanentemente un fuego que une el mundo de los vivos con el de los muertos. La vida cotidiana de los Himba se basa esencialmente en la cría de ganado, sobre todo de vacas, para obtener leche, carne, cuero o incluso los excrementos utilizados para construir las cabañas. Como símbolo de riqueza, cada familia debe poseer un cierto número de vacas para su supervivencia, pero también para asegurar un estatus social respetable.

Rituales de pubertad entre las niñas Himba

Los Himba, al igual que los Herero, no observan ningún rito colectivo de iniciación para las niñas. Cuando una niña empieza a menstruar, su iniciación a la edad adulta tiene lugar dentro de la aldea. Durante su periodo, se la considera impura y debe abandonar el pueblo. A su regreso, acompañada por otra mujer, es llevada al refugio(otjiranda) junto a la cabaña principal, donde recibe la protección necesaria de los espíritus durante su periodo de impureza. Se crea un ambiente festivo gracias a las numerosas visitas de amigos y ofrendas. Al cabo de unos días, la chica es acompañada ante elokuruwo, el fuego sagrado, donde los espíritus toman nota del cambio de estatus de la joven, ahora en edad de casarse. Se les pide que protejan a la mujer hasta que dé a luz a su primer hijo y más allá.
Tras el rito de iniciación, se espera que la joven lleve las trenzas en la parte posterior de la cabeza en lugar de hacia delante, sobre los ojos (este es el signo característico de la prepubertad). La concha que se lleva entre los pechos significa que la joven está en edad fértil.
Los Himba son una sociedad tradicionalmente polígama, y a veces el hombre está con más de ocho mujeres.

Secretos de belleza himba

Los rituales de belleza de las mujeres himba son inmutables y muy rigurosos. El bello color caoba que cubre sus cuerpos proviene de una piedra roja (hematita) molida en un fino polvo y mezclada con grasa de vaca. Las mujeres y los niños se cubren de la cabeza a los pies (incluido el pelo) con este ungüento de ocre rojo que les deja la piel sedosa y les protege del sol y los insectos.
Llevan faldas de piel de cabra, engrasadas previamente para que no se endurezcan y perfumadas con madera de mopane.
Los collares pesados completan el atuendo; cuando incluyen una concha, es un signo de fecundidad, que indica que están en edad de tener hijos. Los peinados (tanto para hombres como para mujeres) también tienen su importancia y su significado: evolucionan a medida que avanza la vida. Por ejemplo, una sola trenza en un hombre indicará que no está casado, mientras que una joven llevará pequeñas y finas trenzas en la parte posterior de la cabeza.
No se olvidan, tanto para las mujeres como para los hombres, cuatro incisivos inferiores por razones estéticas.

Pueblos y artesanía himba

Las aldeas Himba pueden verse cerca de Opuwo y Epupa en Kunene. Las visitas deben realizarse con un guía que hable la lengua local para observar la vida cotidiana de esta comunidad. Intente aprender algunas palabras himba para que le resulte más fácil interactuar con sus anfitriones y recoger algunos recuerdos. La artesanía himba se basa en el trabajo del cuero y la piel (cinturones, delantales, carteras), la joyería (pulseras, pendientes, hilo de cobre), la cestería, la alfarería e interesantes instrumentos musicales y reposacabezas de madera. Su guía-intérprete local puede aconsejarle sobre el precio correcto de los productos y puede negociar en su nombre para evitar largas discusiones. Sé consciente de que tu gasto contribuye a su supervivencia.

Leer: Red himba, diario de viaje en territorio himba

Rouge himba le lleva al corazón de la cultura himba. Solenn Bardet, la autora de esta divertida, rica y fascinante novela gráfica, los conoce bien, ya que, cuando apenas era una adulta, hace veinte años, se fue a vivir con ellos, siendo incluso adoptada por una familia. En 2015, convenció al dibujante Simon Hureau para que la siguiera en su siguiente viaje a Namibia. Junto a Solenn, Simon Hureau y el lector descubren la belleza y la extrañeza de este país y sus habitantes. Exótico, instructivo, mágico.