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Fervor católico

El cristianismo, y más concretamente la fe católica romana, se introdujo en el siglo XVI con la llegada de Fernando de Magallanes y los colonos españoles en 1521. Aún hoy, la fascinación ejercida por Cristo, visto como víctima de la opresión política, es omnipotente, y casi el 80% de la población es católica. El icono del Santo Niño se encuentra en todos los hogares. A veces incluso se instalan altares en el salón para rezar. En los espejos retrovisores de jeepneys, triciclos o coches particulares cuelgan rosarios, frases de la Biblia y, sobre todo, las palabras "Dios te bendiga ". Algunos filipinos incluso se persignan cuando el vehículo arranca o cuando pasa por delante de una iglesia. Ni que decir tiene que los filipinos son muy religiosos: las iglesias están abarrotadas todo el día y se organizan procesiones nocturnas con regularidad. La devoción adquiere proporciones impresionantes, que a veces rozan lo místico. Por ejemplo, cada año en San Fernando, durante la Semana Santa, los fieles se crucifican para reproducir la pasión de Cristo infligiéndose el mismo sufrimiento. Las celebraciones religiosas de Semana Santa dan lugar a devociones muy especiales. Desfilan tallas de madera que muestran a Cristo sufriente y a vírgenes patéticas. El resplandor de las velas y el silencio del recogimiento dan paso a una atmósfera especial. El silencio sólo se rompe con las oraciones y el sonido de los tambores. Los cantos expresan la fe, el dolor y la esperanza del pueblo filipino.

Otras comunidades cristianas

El protestantismo fue introducido por los primeros misioneros presbiterianos y metodistas que llegaron con los soldados estadounidenses en 1899. Hoy, el protestantismo es el tercer grupo religioso del país (5,5% de la población), por detrás del Islam. A principios del siglo XX, se organizaron dos iglesias filipinas independientes que siguen siendo importantes hoy en día. Se trata de la Aglipayan (Iglesia Filipina Independiente), que lleva el nombre de su fundador, Gregorio Aglipay, y la Iglesia ni Cristo (Iglesia de Cristo), fundadas en 1902 y 1914 respectivamente. La Iglesia Aglipayan mezcla la liturgia católica con las tradiciones filipinas, y se ha exportado a países como Estados Unidos, Canadá y Australia, donde la comunidad filipina tiene una fuerte presencia. La Iglesia ni Cristo aboga por una adhesión más estricta a las enseñanzas de la Biblia, y a sus miembros se les exige, por ejemplo, no beber, fumar ni apostar. El número de seguidores de la Iglesia ni Cristo ha crecido considerablemente, hasta alcanzar casi el 3% de la población. Sus iglesias, de arquitectura única e imponente, son puntos de referencia en casi todas las grandes ciudades.

Importancia del Islam

El Islam se introdujo en Filipinas en el siglo XIV durante el comercio entre los árabes y el sudeste asiático, y se resistió a la evangelización de los colonos españoles. Hoy es el segundo grupo religioso del país, por detrás del catolicismo. se calcula que el 6,5% de la población es musulmana. La mayoría vive en el sur del país, en la región de Mindanao y las islas circundantes, donde un tercio de la población es musulmana. Las comunidades musulmanas se enfrentan a numerosos problemas de discriminación y pobreza, así como a conflictos de larga duración entre el gobierno y los grupos extremistas y separatistas del sur de la región.

Rituales paganos

Los aborígenes paganos son Anito - 'anito ' significa 'espíritu'. El culto Anito consiste en hacer ofrendas y recitar conjuros. Las ofrendas, llamadas "halads", son alimentos que se colocan en un altar, una pequeña plataforma de ramas y hojas de palmera elevada en un árbol. El culto a los espíritus está cultivado y profundamente arraigado. El miembro de la tribu utiliza el veneno de ciertas plantas para pescar en el río. De vez en cuando, le sobreviene una extraña enfermedad. El hombre piensa entonces que ha ofendido a los espíritus del río, por lo que debe apaciguarlos realizando unos rituales llamados "babaylans ", durante los cuales el sacerdote de la aldea quema incienso y canta en la orilla del río. A continuación, se dirige al altar para que el espíritu del río participe en las ofrendas. Se repiten los rituales en sintonía con la naturaleza. Un creador supremo llamado Mambabaya equilibra la tierra y el espacio. Se veneran las rocas, las montañas, los árboles y los ríos. La vida espiritual está estrechamente ligada a desastres naturales como tifones, maremotos, erupciones volcánicas y terremotos, todos ellos asociados al misticismo y la superstición.

Supersticiones

En Filipinas hay todo tipo de supersticiones. La gente siempre se interesa por los fenómenos sobrenaturales. Los filipinos son muy sensibles a todo tipo de creencias englobadas en la religión animista, presente en las leyendas de los ancianos y los miembros de las etnias. Las historias se cuentan con gran brío y parecen aderezar la vida cotidiana: la gente cree en la magia de los Anting-anting, talismanes cuidadosamente preparados por los hechiceros para alejar la mala suerte (puede que le ofrezcan uno en señal de amistad); cree en los poderes de los hechiceros wack-wack de Siquijor; cree en los dones de los curanderos de Baguio; cree en fantasmas, espectros, hadas y monstruos mitológicos. Pero, sobre todo, se cree en el malvado y demasiado poderoso Aswang, que adopta forma de perro, gato o cerdo y sorprende a las mujeres embarazadas y a los niños por la noche. En la misma línea, la gente cree en la Manananggal, la mujer tronco que sobrevuela y vigila las casas de las embarazadas y, cuando éstas duermen, su lengua gigante atraviesa el tejado de la casa y captura a los bebés... Esta mezcla de superstición y folclore sigue muy viva hoy en día.