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Una población concentrada en la costa y en las grandes ciudades

Con 299 habitantes/km² en el País Vasco español, 61 habitantes/km² en Navarra y 62 habitantes/km² en La Rioja, la costa norte de España presenta importantes disparidades demográficas. En la parte española del País Vasco vive el 84% de la población vasca. Durante mucho tiempo, Guipúzcoa fue la provincia más densamente poblada. La tendencia cambió a principios del siglo XIX, cuando el proceso de industrialización de Vizcaya provocó la llegada de mano de obra del sur de España, lo que dio lugar a una explosión demográfica. Hoy en día, Vizcaya es la provincia más densamente poblada del País Vasco: más de la mitad de la población total vive en ella. Bilbao, con 350.000 habitantes, es la ciudad más poblada, seguida de Vitoria-Gasteiz (250.000) y San Sebastián (190.000).

La concentración de población en la costa y en las grandes ciudades explica la baja densidad de población en Navarra y La Rioja. Pamplona (200.000 habitantes), que concentra algo menos de la mitad de la población navarra (640.000) en su área metropolitana, tiene una clara hegemonía. Como consecuencia, los valles pirenaicos se despoblan cada vez más y los jóvenes se marchan a la capital. En La Rioja, Logroño (150.000 habitantes) concentra también la mitad de la población total (323.000).

Una región marcada por la migración

En 2023, los inmigrantes representan el 9,1% de la población en el País Vasco y Navarra, y el 17,5% en La Rioja, frente a una media del 11,5% para el conjunto de España. Proceden principalmente de América Latina (Ecuador, Colombia...), Europa del Este (Rumanía, Bulgaria...) y el Magreb (Marruecos, Argelia...). Desde que Italia cerró sus fronteras en 2018, el País Vasco, especialmente en la frontera con Francia, ha visto llegar a un gran número de migrantes. Empujados hacia atrás desde todos los lados, se están lavando en Irún y sus alrededores, con la esperanza de cruzar a Francia y luego a Alemania. Las autoridades locales, y sobre todo grupos de ciudadanos, se organizan para acogerlos y acompañarlos en su largo viaje.

Los vascos se sienten acogidos, sobre todo porque comprenden el viaje de estos emigrantes, a su vez dispersos por todo el mundo. La diáspora vasca, o "octava provincia" como se la conoce, se encuentra sobre todo en Argentina, Colombia, Chile y Estados Unidos. Unos 4,5 millones de personas de origen vasco viven en el extranjero, y 15 millones llevan un apellido vasco. La diáspora se produjo en dos fases principales. En la época de la conquista española (1492), los vascos emigraron a Latinoamérica en busca de una vida mejor -por ley, sólo los mayores podían heredar de sus padres-. La segunda oleada de inmigración tuvo lugar a mediados del siglo XIX, principalmente a Norteamérica, en la época de la fiebre del oro.

Una lengua de origen misterioso

Existen muchas hipótesis sobre el origen del euskera, pero ninguna se ha establecido con certeza. El euskera es una de las pocas lenguas no indoeuropeas de Europa, junto con el finougrio (finés, estonio y húngaro), el turco y el semítico (maltés). Entre las hipótesis sobre el origen de la lengua, algunos lingüistas vinculan el euskera a la lengua de los iberos, los pueblos primitivos de la Península Ibérica, mientras que otros defienden la teoría del sustrato, según la cual el euskera se hablaba en toda Europa Occidental antes de la llegada de los pueblos indoeuropeos. Lo único cierto es que el origen del euskera es anterior al de las lenguas indoeuropeas, de las que derivan el latín, el celta, el romance, el eslavo y el griego.

Los primeros vestigios escritos del euskera se remontan al siglo XI, con el descubrimiento de los textos de las Glosas Emilianenses en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en la Rioja. Sin embargo, no fue normalizado por la Academia de la Lengua Vasca hasta 1968. Antes de esa fecha, el euskara comprendía varios dialectos propios de las provincias históricas del País Vasco: el navarro-labourdin (hablado en Labourd y la Baja Navarra); el guipuzcoano; el navarro; el suletino (hablado en Soule) y el vizcaíno. Desde 1968, el euskera se denomina Euskara Batua, lengua unificada que se enseña en las escuelas y se utiliza en la administración y la prensa.

Una lengua cooficial

El euskera se utiliza en las diferentes regiones históricas del País Vasco, pero existen diferencias significativas en su forma de empleo. En el País Vasco español y en algunas zonas de Navarra, el euskera tiene el estatus de lengua cooficial con el castellano, la lengua oficial de España. En Navarra, el derecho foral divide el territorio en tres zonas lingüísticas: vascófona, mixta y no vascófona. La zona vascófona se concentra principalmente en el norte de la región. En el lado francés, en cambio, la falta de oficialidad debilita la lengua, aunque en 2018 la comunidad de aglomeración del País Vasco Norte dio un paso adelante al reconocer oficialmente el euskera y el gascón-occitano como lenguas de su territorio.

El reconocimiento oficial del euskera es una auténtica victoria para la región, conseguida tras décadas de lucha y compromiso. En 1980, el Ministerio de Educación regularizó todas las ikastolas (escuelas comunitarias donde la enseñanza se imparte íntegramente en euskera) de todo el País Vasco. En Navarra, el sistema educativo es el mismo, aunque sólo se aplica en la zona vascófona. En Francia, donde el euskara no está reconocido como lengua oficial, el euskara se enseña en tres tipos de escuelas: escuelas públicas, escuelas privadas gestionadas por asociaciones(ikastola) y escuelas privadas confesionales. En la enseñanza pública, la enseñanza bilingüe a igualdad de horas sólo es realmente eficaz en la enseñanza primaria. En los colegios y liceos, sólo se enseña historia y geografía en euskera.