Las luces vascas
Injustamente ignorado por el público internacional, el cine de la región rebosa talento, empezando por el guionista Rafael Azcona, riojano que ha escrito no menos de 90 películas, entre ellas Plácido (1961), El Verdugo (1963), El Bosque animado (1988), Belle Époque (1992) y La Lengua de las mariposas (1999). Azcona recibió cinco Goyas (el equivalente español de los César en Francia o los Oscar en Estados Unidos) por sus guiones, así como un Goya honorífico en 1997 por toda su carrera. Julio Medem (natural de San Sebastián) también se ha hecho un nombre en el panorama cinematográfico vasco gracias a sus exitosos cortometrajes Patas en la cabeza (1985, ganador del Certamen de Documentales y Cortometrajes de Bilbao), Las seis en punta (1987) y largometrajes como Vacas (1992, ambientado en el País Vasco de los años 70) y Ma ma (2015, protagonizada por Penélope Cruz). Por último, no hay que olvidar al bilbaíno Álex de la Iglesia, conocido por Acción mutante (1992, primer largometraje financiado por Pedro Almodóvar), Crimen ferpecto (2004), Las brujas des Zuggaramurdi (2013) y, más recientemente, la coproducción argentino-española El Bar (2017) y Veneciafrenia (2021).
Hoy en día
En 2017, la plataforma Netflix intervino para poner el foco en el País Vasco, produciendo primero el documental El fin de ETA (de Justin Webster), que recorre el final de Euskadi Ta Askatasuna (ETA), banda terrorista vasca responsable de numerosos robos, secuestros y asesinatos en el País Vasco durante más de 50 años. En el mismo año y sobre el mismo tema, Netflix también produjo Fe de etarras (Borja Cobeaga), una comedia negra sobre cuatro miembros de la organización que esperan la luz verde de sus dirigentes para llevar a cabo su acto terrorista. También la cinta de terror Errementari, de Paul Urkijo, y el thriller El Guardián Invisible , de Fernando González, ambientado en el pueblo de Elizondo. En 2017 también se estrenó la aclamada Handia, dirigida por Jon Garaño y Mikel Arregi. Basada en la historia de Migel Joakin, conocido como el Gigante de Altzo (famoso por su impresionante altura de 2,42 m), la película fue aclamada en numerosos festivales de cine de todo el mundo, y especialmente en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde ganó el Premio Especial del Jurado y el Premio Irizar a la Mejor Película Vasca. En 2019, Garaño regresó con La trinchera infinita, también seleccionada en el Festival de San Sebastián, donde el director obtuvo la Concha de Plata al Mejor Director y el Premio del Jurado al Mejor Guion. Otras películas vascas estrenadas ese mismo año fueron Oreina (Koldo Almandoz), Black is beltza (Fermin Muguruza) y Dantza (Telmo Esnal).
