Raisin de la Rioja © Faina Gurevich - shutterstock.com.jpg
Bodega Ysios © Alberto Loyo - Shutterstock.com.jpg

Una denominación, tres regiones

Los vinos de Rioja se dividen en tres zonas geográficas: Rioja Baja, Rioja Alta y Rioja Alavesa. Rioja Baja es la parte oriental de la zona, con un clima mediterráneo (mucho sol, tiempo cálido y seco, marcadas oscilaciones térmicas). Por el contrario, Rioja Alta y Rioja Alavesa cubren la mitad occidental de la denominación y están dominadas por un clima atlántico (fresco, húmedo). Según la situación de la parcela, más o menos sometida a una u otra de estas influencias, los vinos producidos serán más ligeros (como es el caso de Rioja Baja) o más densos ("Rioja Alavesa" o "Rioja Alta"). A pesar de estas diferencias, no existe una clasificación en términos de calidad, sino simplemente una diferenciación de estilos de vino. Algunos se beben mejor jóvenes, mientras que otros son más complejos y necesitan reposo.

Producción de vinos de Rioja

Las bodegas son viñedos y bodegas, el equivalente a nuestros "châteaux" franceses. Literalmente "bodegas", las quinientas bodegas de La Rioja están diseminadas a ambos lados del río Ebro. Son un imán para los turistas de paladar exigente, que vienen a descubrir las técnicas de elaboración del vino, los paisajes bucólicos de los viñedos y las añadas en un marco extraordinario. Estas bodegas cuentan con siete variedades de uva tradicionales: tempranillo, garnacha negra, mazuelo y graciano para los tintos, y viura, malvesía y garnacha blanca para los blancos.

La tempranillo es la principal variedad autóctona de Rioja (se utiliza en el 70% de los viñedos) y es la base de los tintos riojanos. Sin embargo, para variar el sabor y la intensidad, puede mezclarse con garnacha negra, mazuelo y graciano. El resultado son vinos tintos equilibrados y tánicos que envejecen bien y a menudo se comparan con los vinos de Burdeos. Los vinos de Rioja se dividen en varias categorías: vino de cosecha o Vinos Jóvenes: vinos frescos y afrutados envejecidos de 1 a 2 años; Crianza envejecido al menos 2 años, de los cuales al menos 1 año en roble; Reserva envejecido al menos 3 años, de los cuales 1 año en roble; Gran Reserva envejecido al menos 2 años en roble y al menos 3 años en botella. La noción de envejecimiento en barricas de roble es característica de los vinos de Rioja, ya que esta técnica les permite acentuar su estructura tánica. También existen vinos blancos elaborados a partir de distintas variedades de uva: viura, garnacha blanca, malvasía y también chardonnay. La viura, variedad autóctona, representa el 95% de los viñedos dedicados a la producción de estos blancos.

Algunas fincas famosas

La Rioja ha construido su reputación sobre una serie de grandes fincas que han alcanzado renombre internacional. Marqués de Murrieta, situada cerca de Logroño desde 1877, produce cuatro vinos al año, además de Gran Reserva Especial en las mejores añadas. Marqués de Cáceres, con sede en Cenicero (Rioja Alta) produce dos tintos excepcionales. Por último, en Elciego, en la Rioja Alta, Marqués de Riscal es el "château" más antiguo de la región, produce cinco añadas al año y recientemente se ha transformado en la Cité du Vin de Frank Gehry. Cabe destacar que esta última finca ha impulsado una nueva forma de turismo, la "arquitectura moderna del vino". Las líneas vanguardistas de la bodega Marqués de Riscal, y las de la Bodega Ysios (diseñada por Santiago Calatrava) son hoy lugar de peregrinación de bon vivants y estetas por igual.

Además de sus grandes pagos, La Rioja apuesta por la renovación, como demuestra la aparición de bodegas relativamente jóvenes que priman la expresión del terruño sobre el envejecimiento. Para ayudarle a orientarse a través de los años, el Consejo Regulador de la D.O. Calificada Rioja ha catalogado las añadas de los vinos riojanos desde 1925, según cinco categorías: Excelente, Muy buena, Buena, Normal y Regular. Desde entonces, varias añadas han alcanzado la máxima calificación: 1934, 1948, 1952, 1955, 1958, 1964, 1982, 1994, 1995, 2001, 2004, 2005, 2010 y 2011.

Una historia que se remonta a la Edad Media

Desde principios del siglo XIV, el vino ha sido la principal fuente de riqueza de la región de Haro. Pero su apogeo llegó a finales del siglo XIX. En 1852, los viñedos de Burdeos fueron atacados por el mildiu y la cosecha se vio seriamente comprometida. Las bodegas francesas buscaron en España vinos capaces de paliar sus dificultades. Una vez erradicado el mildiu, el interés francés decayó, pero en 1867 fue la filoxera la que trajo la desgracia a unos (Burdeos) y la felicidad a otros (La Rioja). Todos los años acudían visitantes franceses a catar, seleccionar y comprar vinos. En 1882, un tratado comercial franco-español redujo los derechos de aduana y fomentó el comercio. Un grupo de franceses se instala en Haro y crea bodegas con métodos franceses. Haro experimenta un rápido desarrollo: línea de ferrocarril, electricidad, teléfono, apertura del Banco de España e inauguración de la bodega (1907). Cada año, el día de San Pedro, 29 de junio, la batalla del vino de H aro es declarada fiesta de interés nacional.

Hoy, La Rioja es mundialmente conocida e incluso tiene su propia fiesta. Declarada fiesta de interés turístico, la vendimia de Logroño coincide con el día de San Mateo, el 21 de septiembre. Según la tradición, dos hombres ataviados con el traje tradicional pisan la uva delante de la multitud. El primer mosto extraído se entrega como ofrenda a la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja. Carreras de vacas, desfiles de carrozas, conciertos, fuegos artificiales y degustaciones gastronómicas animan el resto de la semana. También es una oportunidad para descubrir el arte del txikiteo, una antigua tradición que consiste en visitar bares con amigos(cuadrillas) en un barrio determinado, bebiendo un vasito de vino(txikito) con un pintxo en cada establecimiento. Todavía se pueden ver auténticas cuadrillas recorriendo los bares, donde los hombres ataviados con las tradicionales boinas no dudan en cantar con ellos