shutterstock_714904936.jpg
Dromadaires © Roman Bjuty - iStockphoto.com.jpg
iStock-1074839740.jpg

Fauna terrestre

Túnez alberga 78 especies de mamíferos, de las cuales 28 son especies raras y 7 protegidas o en peligro de extinción, como el león del Atlas (erradicado en 1927) y el guepardo. El país es conocido mundialmente por la diversidad de la clase de reptiles. Entre ellos, el lagarto (cola de látigo) se caza y mata para venderlo disecado a los turistas o por su carne curativa. Túnez ha visto desaparecer muchas especies, como los elefantes, los guepardos y los linces. Los animales salvajes (leones, panteras, leopardos, etc.) se han extinguido desde hace casi un siglo. La Sociedad Tunecina de Protección de los Animales ha establecido un programa de conservación y cría de especies amenazadas. Actualmente están intentando reintroducir algunos de ellos, como los muflones y los antílopes

En el desierto hay lagartos, roedores, serpientes y escorpiones, con más dificultad henecs (zorros del desierto), y sin ningún problema dromedarios. Durante la fiesta de Douz, el sloughi es el centro de atención. Es el "galgo del desierto", más pequeño que el de nuestras regiones, muy popular para la caza menor para capturar presas. Elegante y majestuoso, este lebrel de pelo corto es el único perro tolerado en las tiendas beduinas. También conocido como "lebrel del desierto", este frágil canino es una de las razas de lebreles más raras de Occidente. Al suroeste de Bizerte (75 km al norte de Túnez, en el Parque Nacional de Ichkeul), se encuentran el búfalo de agua, el jabalí (que puede encontrarse a las puertas del desierto), el puercoespín y la nutria. En Yerba se pueden encontrar mangostas, chacales, hienas, reptiles, fennecs y dromedarios. En el Parque Nacional de Chaâmbi viven gacelas, muflones, hienas, águilas, buitres y halcones

Centrarse en el camello

El dromedario apareció en Túnez hacia el siglo IV d.C., cambiando los hábitos nómadas de las tribus bereberes. Acostumbrado al calor abrasador y a las largas meharees (caminatas), su resistencia contribuyó a los proyectos de conquista y comercio de las poblaciones. Con un camello no se pierde nada. Y todo es objeto de un verdadero respeto que roza el culto: su pelo, durante la muda, proporciona el material necesario para confeccionar sólidas alfombras y ropas; su leche, más rica que la de vacas y cabras, es un alimento apreciado, mientras que sus excrementos están dotados de poderosas virtudes terapéuticas, especialmente en caso de mordedura de serpiente. La proverbial sobriedad del dromedario le permite pasar hasta 40 días sin beber. Sus fosas nasales se cierran cuando se levanta el viento, lo que permite a este "buque del desierto" seguir caminando sin molestias cuando sopla el simún, y sus pies, equipados con almohadillas redondas, evitan que se atasque donde los 4x4 más modernos no se aventuran. Este cuadrúpedo puede recorrer 180 kilómetros en un solo día y ayunar durante una semana. Sin embargo, cuando bebe, puede absorber hasta cien litros, es decir, una sexta parte de su peso, ¡600 kilos! Puede soportar una carga de 350 kg sin inmutarse y vive unos 40 años.

Fauna aérea

en Túnez se han registrado 395 especies de aves, incluidas las extinguidas. Esta fauna se compone de especies sedentarias y de migrantes invernales cuando las aves llegan a los humedales. El colirrojo tizón es la única especie endémica de Túnez. El país cuenta con numerosos parques nacionales donde es posible observar la fauna local. Clasificado como "reserva de la biosfera" en 1977 por la Unesco, el Parque Nacional de Bou Hedma, al suroeste de Sfax, alberga aves zancudas como la avutarda, cuya carne es muy apreciada; también se ha introducido el avestruz. En el parque nacional de Ichkeul se cuentan muchas especies de aves en invierno. En las marismas del Golfo de Gabes se reúnen flamencos, gaviotas y limícolas. Las águilas y los halcones también sobrevuelan el cielo tunecino; el halcón de Eleonora se encuentra en particular en el archipiélago de La Galite. En este pequeño islote, así como en los de Zembra y Zembretta, acuden muchas aves a reproducirse. Yerba es también una parada para ciertas aves migratorias, como los flamencos rosas.

Vida marina

Esta fauna es poco conocida y faltan estudios al respecto. Sin embargo, las aguas tunecinas tienen una gran población de invertebrados (moluscos, crustáceos, esponjas, etc.). La población de vertebrados que puebla sus aguas está compuesta por mamíferos, aunque la foca monje parece haber desaparecido. El Golfo de Gabes es rico en aves marinas y alberga algunos tiburones de estuario. Las tortugas marinas están protegidas. También hay 59 especies de peces cartilaginosos y 227 de peces óseos (de las 532 del Mediterráneo).

Una flora adaptada al clima subtropical tunecino

La presencia de la vegetación en Túnez depende de su resistencia a la sequía, especialmente durante el verano, ya que los vientos cálidos del sur suponen una grave amenaza para las plantas y los árboles. Con sus hojas pequeñas y rugosas que limitan la evaporación, los alcornoques, las encinas y los acebuches son resistentes. El pino carrasco también es muy resistente. Son las plantas herbáceas las que sufren: se marchitan y se secan. Entre el Sahel mediterráneo y el Sáhara, sólo resisten el esparto, una hierba también llamada "spart", utilizada en la fabricación de cuerdas, alpargatas o papel de imprenta, y el cáñamo, cuyas hojas se utilizan para fabricar tejidos. En el desierto, las hierbas perennes penetran en el suelo hasta varios metros para almacenar la humedad y resistir el siroco. El tamarisco permite el paso del viento a la vez que proporciona sombra, y los vivacs se hacen generalmente cerca de los puntos de agua en las zonas donde crece el tamarisco, y por la noche la madera muerta es muy útil para preparar la hoguera. Las palmeras datileras crecen alrededor de los chotts el-Djérid, el-Fejej, el-Rharsa, gracias a las aguas subterráneas. Yerba y la península de Zarzis escapan a la sequía gracias a la corona mediterránea. En resumen, la flora tunecina se compone de orquídeas, árboles (pinos, tuyas, chumberas, cipreses, enebros, manzano de Sodoma, robles, álamos, tamariscos, olivos, pistachos, palmeras datileras, adelfas...). La acacia es la única especie autóctona de acacia en Túnez, una población protegida en el Parque Nacional de Bouhedma.

Su Majestad la Palmera

Aquí, la palmera datilera es el rey. Se utiliza en la isla, como en todo el país, de mil maneras. Pero si este árbol es tan preciado, no es por sus dátiles, de calidad mediocre y abandonados a los animales. Son sus palmas, su tronco y su savia los que hacen su valor. Sus palmas, una vez cortadas, se utilizan en la pesca fija. También se utilizan para fabricar trampas, cestas, cestos, el famoso petase, el sombrero djerbiano, y cuerdas. Su tronco se convierte en la parte principal de los armazones de los menzels. Una vez retirados los frutos, los racimos de dátiles se utilizaban para rellenar colchones. Por último, el corazón de la palmera es un manjar. Pero sigue siendo la savia de este árbol rey, llamado lâghmi, la más apreciada por los djerbianos. Es una bebida refrescante, que algunos comparan con el zumo de piña. La cosecha tiene lugar de abril a octubre. El rey es despojado de su corona, se le quitan las palmas y se excava un canalón circular en el cono vegetal que queda. La savia que gotea del canalón se recoge en una gárgola adosada al árbol para este fin. La producción es de unos 7 a 10 litros diarios. Por desgracia, esta operación puede ser fatal para la palmera si no se toman las precauciones necesarias y, sobre todo, si no se elige un ejemplar joven y robusto. El Jebel deja este minucioso trabajo a los especialistas, los hombres del Sur. La palmera se alquila por 10 dinares al año. Alquilando generalmente varias unidades, el cosechador viene todos los días a recoger las gargantas. Por la mañana, se recoge la savia recién escurrida durante la noche y, por la tarde, se vuelve a instalar el receptáculo. Hay que estar en buena forma física para realizar este tipo de trabajo, en el que hay que trepar de árbol en árbol durante todo el día, utilizando una cuerda, una escalera o simplemente los brazos.

La necesaria protección de la biodiversidad tunecina

Túnez forma parte del área mediterránea con sus múltiples paisajes. Ha nacido una verdadera cultura medioambiental de la que depende el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Aunque el campo sólo se ve afectado por los problemas ecológicos en menor medida, la periferia de las grandes ciudades, como Túnez o Sfax, está muy preocupada por la contaminación, sobre todo con una crisis de enterramiento de residuos en Sfax que enfrenta a los habitantes con el Estado. Por ello, este último intenta armonizar la protección del medio ambiente y el desarrollo económico. El Ministerio de Medio Ambiente y sus organismos de tutela (la Agencia Nacional de Protección del Medio Ambiente-Anpe, la Oficina Nacional de Saneamiento-Onas, la Agencia de Protección y Desarrollo del Litoral-Apal, el Centro Internacional de Tecnología Medioambiental de Túnez-Citet, la Agencia Nacional de Gestión de Residuos-Anged, el Banco Nacional de Genes-BNG) se enfrentan ahora a nuevas emergencias medioambientales tras la disminución de las crisis de la última década.

Entre los temas prioritarios figuran la lucha contra la contaminación y las molestias causadas por los insectos en las sebkhas, la gestión de los residuos con reciclaje y revalorización progresivos, la adaptación al cambio climático y la priorización del desarrollo sostenible en todos los sectores