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Una zona crítica para la biodiversidad

Sri Lanka es el país asiático con mayor concentración de especies. Esto se debe a su diversidad de ecosistemas, que van desde el terreno montañoso del centro, a los 1.620 km de costa y, por supuesto, la selva tropical. Monos, tortugas, leopardos, elefantes, búfalos, delfines... En el Estado insular se encuentran numerosas especies, entre ellas un número excepcional de endemismos. La más llamativa es el elefante de Sri Lanka, que también es la mascota de la familia real. Como ocurre con otros animales, la concentración de elefantes en el país es muy alta: es incluso la mayor densidad de Asia. Por desgracia, su declive es proporcional. De 19.000 ejemplares a principios del siglo XIX, ahora sólo hay 7.500 individuos. Las cifras de otras especies también son asombrosas: el 27% de las aves, el 66% de los anfibios, el 56% de los mamíferos, el 49% de los peces de agua dulce y el 59% de los reptiles también están amenazados. Esto es bastante para un país con una larga tradición budista. Originalmente sagrados y venerados, los seres vivos están ahora en declive. Los principales peligros para ellos son la pérdida de su hábitat, sobre todo por la deforestación, la introducción de especies invasoras, el desarrollo humano y la contaminación.

La deforestación, gran preocupación

Las cifras hablan por sí solas: mientras que casi el 82% del territorio estaba cubierto de bosques en 1882, esta proporción ha descendido drásticamente hasta el 16% en 2019. No solo es preocupante la magnitud del fenómeno, sino también su velocidad. En 2017, la superficie boscosa seguía representando casi el 30% del territorio, lo que significa que dos años escasos han bastado casi para dividirla por dos. Hay que decir que la deforestación se produce a un ritmo frenético, con casi 27.000 hectáreas arrasadas anualmente en la década de 1990.

Los culpables son la agricultura, sobre todo la producción de té, la urbanización, pero también la explotación de los recursos, especialmente la madera, pilar importante de la economía. El Gobierno del Presidente Gotabaya Rajapaksa se ha comprometido a que en cinco años el 30% de la superficie del país vuelva a ser forestal. Esta ambiciosa promesa va acompañada de un plan de política medioambiental aún más audaz.

El fracaso de las políticas medioambientales

Al presentar el plan Vistas of Splendor, el Presidente ha situado el medio ambiente entre las diez prioridades de su mandato. En un momento en que Sri Lanka atraviesa una grave crisis económica y política, todas estas medidas no se ven con buenos ojos. La repentina prohibición de fertilizantes químicos, pesticidas, herbicidas y fungicidas, en particular, ha tenido un impacto colosal en la hostilidad de los ciudadanos hacia el gobierno, ya que ha provocado una enorme caída de los rendimientos: -40% del té y -20% del arroz en sólo seis meses, en un país que depende en gran medida de la agricultura, poniéndolo en riesgo de hambruna y acercándolo un poco más a la bancarrota. Esta prohibición repentina e inesperada tampoco fue seguida de programas educativos, por lo que los agricultores, que llevaban décadas utilizando productos químicos, fueron incapaces de adaptarse. Pronto, los supermercados tuvieron que llegar al extremo de aplicar el racionamiento para evitar la hambruna, por los pelos. Esta medida es en parte responsable de la colosal crisis alimentaria y financiera a la que aún se enfrenta Sri Lanka. En noviembre de 2021, tras semanas de inflación en el mercado alimentario y protestas, Sri Lanka abandonó sus planes de convertirse en el primer país 100% ecológico.

Veintiséis parques naturales para vivir otras tantas experiencias

Se cree que la primera reserva natural del mundo es de Sri Lanka y data del siglo III antes de Cristo. En la dagoba deAnuradhapura, una lápida reza: "Queda terminantemente prohibido matar cualquier animal en un radio de 35 km de la ciudad". Fue el rey Devanampiya Tissa quien firmó este decreto, junto con otros que prohibían la caza de aves o la pesca de peces en los lagos.

En la actualidad, el Parque Nacional de Wilpattu es el mayor parque nacional, con una superficie de 1.317 km2, pero también el más antiguo. Con más de 30 mamíferos salvajes, el leopardo es su habitante más famoso, ya que este parque se ha convertido realmente en su bastión.

El segundo parque más grande, el Parque Nacional de Yalaeast (Kumana), suele ser reconocido como el más bello del país, si no de Asia. Limita con el océano e incluye cuevas, algunas de ellas excavadas en la época rupestre, pero también lagunas, praderas y bosques. En cuanto al famoso elefante, es en la sabana delParque Nacional de Uda Walawe donde es más probable cruzarse con uno. Se calcula que hay 500 elefantes. Este parque no ofrece bosques tropicales, sino grandes extensiones de sabana, por lo que se le llama "la reserva (casi) africana de Sri Lanka".

Un desastre ecológico sin precedentes

A finales de mayo de 2021, una catástrofe medioambiental aún calificada como la peor de la historia de Sri Lanka se acercó a sus costas, en forma de un buque portacontenedores singapurense llamado MV X-Press. Cuando estaba a punto de entrar en el puerto de Colombo, se declaró un incendio a bordo, probablemente causado por una fuga en uno de los 15.000 contenedores llenos de ácido nítrico o fuel-oil, altamente inflamable y extremadamente contaminante. Mientras se realizaba un intento de remolque, tras 13 días de incendio, la popa acabó por desprenderse, dando comienzo a una catástrofe medioambiental marina sin precedentes. Además de 25 toneladas de ácido nítrico, contenía 28 contenedores de plásticos, 20 contenedores de lubricantes, 350 toneladas de combustibles derivados del petróleo, pero también sosa cáustica. Un cóctel explosivo que parecía diseñado para destruir la vida marina. Cerca de 80.000 toneladas de bolitas de plástico fueron vertidas al océano y depositadas a lo largo de al menos 80 kilómetros de costa, lo que provocó la prohibición de la pesca en esta región cuya economía depende en gran medida de ella. Las consecuencias no se hicieron esperar. En sólo un mes tras el naufragio, ya se habían contabilizado 40 cadáveres de tortugas en las costas de Sri Lanka, así como una docena de delfines quemados por los productos químicos, varias especies de peces y ballenas. También se teme que los microplásticos puedan tener efectos a largo plazo que aún no pueden medirse.