Touriste sur l'Archipel de Bazaruto © waterotter - iStockphoto.com.jpg

Un pesado pasado que pesa sobre la juventud

Mozambique no tiene una historia fácil tras cinco siglos de colonización portuguesa y largas y sangrientas guerras de independencia y guerra civil que costaron la vida a más de 65.000 mozambiqueños por el precio de la libertad y casi un millón de muertos en una lucha fratricida. Naturalmente, quedan cicatrices. Hoy, el Frelimo sigue en el poder con relativa estabilidad, y el actual presidente, Filipe Nyusi, ha sido reelegido en 2019 frente a Ossufo Momade, líder del partido de la oposición. Aquí, la cultura es ahora un auténtico filón para las clases más desfavorecidas. El pueblo mozambiqueño es tradicionalmente creativo. Escultores (sobre todo los makondé), músicos, pintores, diseñadores, estilistas, artesanos... Los jóvenes mozambiqueños se interesan por estos oficios y Maputo rebosa de concept stores, salas de conciertos, bares... si no pueden estudiar o llegar a las esferas económicas del país. Mozambique sigue siendo uno de los países más pobres del mundo y la vida es difícil para sus habitantes, que carecen de medios para seguir cursos de formación adaptados al dinamismo del país, que sigue concentrado en Maputo. Por eso, muchos jóvenes que se han convertido en revendedores turísticos intentan ganar un poco de dinero en las estaciones balnearias, mientras que otros vienen a buscar trabajo en hoteles y restaurantes.

Carbón y recursos hídricos

Sacos de carbón a la venta en los arcenes de las carreteras. Al oeste del país, la provincia de Tete puede contener una de las mayores reservas de carbón sin explotar del mundo. Allí se encuentran la mina de Moatize, dirigida por un brasileño y un japonés, y la mina de Benga, dirigida por un anglo-australiano. Para facilitar las exportaciones a China e India, en 2016 se amplió la línea ferroviaria que une la provincia de Tete con el puerto de Beira. Al mismo tiempo, se creó una línea ferroviaria que une Nacala con Moatize. Estas infraestructuras podrían convertir a Nacala en el futuro gran puerto carbonero del Norte. En la misma zona del noreste se están construyendo centrales eléctricas de carbón. Aunque sólo el 20% de la población tiene acceso a la electricidad, Mozambique es sin embargo un gran productor, sobre todo en las colinas del Zambeze, en la presa de Cahora Bassa. Pero dos tercios de la producción se exportan a Sudáfrica a través de una línea de alta tensión. Este potencial ha llevado a las autoridades del país a plantearse la construcción de otras presas.

El camino hacia el ecoturismo de alto nivel

Poco a poco, el país parece darse cuenta del valor de su exuberante entorno natural. Es un lujo que no tiene precio, dado que muchas de sus costas, algunas de ellas excepcionales, han sido hormigonadas en una destructiva campaña de turismo de masas. Afortunadamente, se han creado parques nacionales que protegen como pueden la riqueza natural del país en fauna y flora, tanto terrestre como marina: los parques nacionales de Bazaruto, el archipiélago de las Quirimbas, Gorongosa y, recientemente, Maputo. Con sus extraordinarios espacios naturales, Mozambique es un destino prometedor con vistas al océano Índico. Durante varias décadas, las iniciativas han corrido a cargo de numerosas ONG, sobre todo de inversores sudafricanos y de los parques nacionales del país. Sin embargo, el auge del turismo se ha visto frenado por la frecuencia de los ciclones, el miedo a los yihadistas en Cabo Delgado y Covid-19 en los últimos años. Al desarrollar sus ecolodges de lujo y el turismo de safari, repoblar sus parques terrestres, intentar preservar su patrimonio y construir nuevas carreteras, el país parece ir por buen camino. Acaban de abrirse en el archipiélago de Bazaruto dos nuevas direcciones para turistas de estrella a más de 5.000 euros la noche. Se trata de ecolodges de ultralujo que pocos destinos pueden atraer con sus activos naturales, ¡ya que las islas vírgenes escasean hoy en día!

Un yacimiento de gas prometedor pero desestabilizador

Mozambique es uno de los diez países más pobres del mundo, y el descubrimiento de un enorme yacimiento de gas en Cabo Delgado, frente a las islas Quirimbas, ha creado a la vez grandes temores ecológicos y grandes esperanzas, ya que Mozambique podría convertirse en uno de los 3 mayores productores mundiales de gas licuado y... en un país rico. Los planes de las multinacionales, entre ellos el proyecto de 20.000 millones de dólares de Total, no han sido aceptados por una parte de la población local, que se niega a permitir que se degrade su entorno de playas e islas y se expropien sus tierras a cambio de promesas de puestos de trabajo y traslados forzosos. La rebelión insurgente, inicialmente esporádica, comenzó en 2017 antes de afiliarse a Daesh en 2019, que ahora está desplegado por toda la región. Extremadamente sanguinarios, matando, violando y reclutando a niños como soldados en los pueblos swahili de esta región musulmana, los terroristas del EI han matado a casi 6.500 personas, entre ellas mujeres y niños, creando más de 800.000 refugiados en toda la provincia. Sin embargo, la situación está mejorando gracias a una coalición armada del sur de África, la SADC, una innovadora "solución africana a los problemas africanos". En agosto de 2021, el ejército ruandés recapturó Mocimboa da Praia, que llevaba un año en manos de los terroristas, creando una burbuja de seguridad que ha permitido el regreso de algunos refugiados. Una victoria alentadora, pero que carece del apoyo de la comunidad internacional. Sobre todo porque en los campos de refugiados falta de todo, pero sobre todo agua y alimentos, lo que deja a las familias desplazadas viviendo en condiciones de desnutrición extrema (véase el reportaje de Arte "Los desplazados de Cabo Delgado").

La población musulmana está aterrorizada por estos mercenarios, algunos de los cuales proceden de otros lugares de África, lo que crea una preocupante inestabilidad regional. El grupo Wagner, con sus prácticas poco ortodoxas, también envía hombres desde 2019, bajo contrato con el Estado para luchar contra el EI. En febrero de 2023, un batallón tanzano de la SADC vino a ayudar a la coalición en apuros hacia su frontera, permitiendo a los soldados de Kigali, cuyo número ha aumentado, concentrarse en la zona de Pemba. La ONU ha indicado que quiere apoyar a la SADC, pero por el momento no se han liberado fondos, ya que todas las miradas siguen puestas en Ucrania.