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El sector primario, otra palanca económica

El sector primario, que emplea al 65% de la población activa, aporta alrededor del 20% del PIB del país. La agricultura se divide en dos partes: cultivos comerciales - algodón, café y cacao - y cultivos alimentarios - ñame, maíz, mijo, sorgo, mandioca y cacahuetes. En 1977 se puso en marcha la "revolución verde", con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia alimentaria en cinco años. Basada en la agricultura extensiva, monoproductora y mecanizada, no logró los resultados esperados, y los agricultores togoleses prefirieron cultivar con azadas y machetes. La falta de formación y de infraestructuras de apoyo explica también el fracaso de esta política. La liberalización del sector, impuesta en 1996, también fue una ilusión, sobre todo en lo que respecta a los cultivos comerciales. Sin embargo, al haber seguido invirtiendo en el sector, el país es ahora prácticamente autosuficiente en alimentos, con cerca del 25% de sus tierras cultivadas. Para proseguir sus esfuerzos, el gobierno ha puesto en marcha varios proyectos piloto en el país, sobre todo en la región de Kara, con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia en diversos productos agrícolas.

El sector terciario, motor económico del país

El sector terciario es uno de los principales pilares de la economía togolesa, ya que representa el 58,6% del PIB. Emplea a dos tercios de la mano de obra del sector moderno. Dentro de este sector, el transporte es el eje de la actividad. Togo desempeña un papel importante en el comercio regional. Vía natural de comunicación entre el océano y los países del Sahel, el puerto de aguas profundas de Lomé desempeña un importante papel de tránsito en la subregión. Es también el sector en el que Togo es más dependiente del exterior. El transporte marítimo depende totalmente de compañías extranjeras, al igual que el aéreo. La mayor parte del transporte terrestre está vinculado al comercio de tránsito entre Togo y los países del Sahel. Sin embargo, Togo se enfrenta a la competencia de otros puertos regionales, como los de Cotonú, Accra y Dakar, que gozan de grandes ventajas y acuerdos bilaterales con cada uno de estos tres países sahelianos. Se trata del sector con mayor índice de crecimiento de la economía del país.

Potencial turístico por explotar

Con casi 950.000 visitantes registrados en Togo en 2019, frente a los 514.000 de 2017, el turismo desempeña ahora un papel cada vez más importante en la economía local, representando alrededor del 6% del PIB. Los primeros marcos establecidos para el desarrollo del turismo se remontan a la década de 1960, con la creación de la Société togolaise d'hôtellerie y luego la Office national togolais du tourisme (ONTT). Sin embargo, la opción del Gobierno por desarrollar el turismo se concretó en los años 70 con la integración efectiva del sector en los distintos planes de desarrollo económico, social y cultural. En materia de infraestructuras turísticas, el Estado y el sector privado han realizado importantes esfuerzos financieros. Ahora hay hoteles de buena calidad en todo el país y las carreteras son cada vez más transitables. En 2019, el Gobierno lanzó el Plan Nacional de Desarrollo (PND) con el objetivo de seguir desarrollando este sector y crear al menos 10.000 puestos de trabajo en los próximos años. Para lograrlo, quiere promocionar el destino a nivel internacional, al tiempo que invierte en varios sectores turísticos, en particular el ecoturismo. Lomé también apuesta por el turismo de negocios, posicionando al país como un centro importante en la subregión de África Occidental.

Una variedad de recursos naturales

Togo posee una amplia gama de recursos minerales, como zinc, hierro, atapulgita, oro, manganeso y, sobre todo, un importante yacimiento de fosfatos, con una producción prevista superior a 1,5 millones de toneladas de aquí a 2022. El país figura desde hace varios años entre los quince primeros productores mundiales de fosfatos. También produce piedra caliza a partir del yacimiento de Tabligbo, al norte de Vogan, explotado por Wacem y Scantogo Mines. La producción anual supera las 100.000 toneladas. La mitad de esta producción es suficiente para el consumo nacional, mientras que la otra mitad se destina a la exportación. Otros recursos, si se explotan adecuadamente, podrían impulsar la economía. Se calcula, por ejemplo, que las reservas de hierro ascienden a 500 millones de toneladas en la región de Bassar. También hay reservas de cromita estimadas en 50.000 toneladas en el macizo de Kabyè y más de 8,5 millones de toneladas de manganeso en la mina de Nayega, al oeste de Togo. Esta mina está explotada desde 2020 por el grupo Keras, presente en Togo a través de su filial Société Générale des Mines (SGM). Podría generar hasta 16 millones de dólares de ingresos públicos al año.

Temas de actualidad

Durante el conflicto sociopolítico que afectó a Togo a principios de los años 90, varios países y organizaciones suspendieron su cooperación económica con el país. El principal reto para Togo era restablecer unas buenas relaciones internacionales que le permitieran reforzar su posición y realizar las inversiones estructurales necesarias para hacer despegar la economía. En 2007, la Unión Europea reanudó sus relaciones diplomáticas con Togo, seguida de otros países y organizaciones. Desde entonces, las relaciones internacionales se han calmado y Togo se beneficia del apoyo de numerosos socios. Los retos económicos actuales de Togo son reducir la pobreza y reactivar la economía , creando empleo para los jóvenes y las mujeres, y promoviendo el desarrollo del sector privado en el turismo, la agricultura, la ganadería y la artesanía. El otro reto es seguir modernizando las infraestructuras del país, como las carreteras, el aeropuerto y el puerto. El transporte aéreo y las actividades portuarias son también sectores de alto valor añadido para Togo. Gracias a la ampliación de estas infraestructuras, el puerto de Lomé está considerado actualmente como el cuarto puerto de contenedores de África.