Gastronomía especialidades locales y vinos Languedoc Roussillon

Gustumo, del esperanto, significa «el sentido del gusto», así que ya sabe por qué entra en esta bonita y acogedora bodega. Jean-Philippe le aconsejará si desea crear una bodega propia y lo mismo hará con los maridajes. Puede confiar en él, es un amante del vino y conoce perfectamente sus productos. Un rincón dedicado a las exquisiteces (vinagres Banyuls y Maury, tapenade, foies gras) le permitirá llevar pequeños regalos y detalles refinados de última hora. Un lugar lleno de vida y locura, dirigido por una persona apasionada.

En 2003, el apasionado viticultor Olivier Castells se hizo cargo de las 25 hectáreas de viñedo de la finca familiar, que se vinificaban en una bodega cooperativa, con el objetivo de elaborar sus propios vinos. Amplió la finca a 30 hectáreas gestionando su viñedo bajo la certificación de Alto Valor Medioambiental, donde combina vinos blancos y tintos. Reúne Maccabeu, Garnacha blanca y gris, Muscats d'Alexandrie y à Petits Grains, así como Sauvignon en las llanuras, y da origen a tintos combinando Garnacha, Syrah, Mourvèdre y Cariñena.

Daniel le invita, en su tienda, pequeña pero que sin embargo cuenta con una bonita terraza en la calle Paratilla (la calle de los amigos en Perpiñán), a un inciso español con sus jamones serranos de Segovia, su chorizo de bellota o su jamón de bellota con 36 meses de curación. Desde hace trece años le sirve jamón al corte, piezas enteras o simplemente un buen surtido que podrá saborear en la terraza frente a su tienda o en La Marée, al lado. Incluso puede pedir ostras al pescadero de enfrente y comerlas en su terraza. ¡Nos encanta la calle Paratilla!

Philippe es uno de esos viticultores raros del Conflent. Bajos rendimientos, prensado manual, bazuqueo... Trabajo minimalista, agricultura a la manera antigua y ecológica, todo ello acompañado de mucho amor y pasión. Cariñena, garnacha y syrah harán las delicias de su paladar. Las cosechas de este «vino de garaje» (porque Philippe vinifica en su garaje) son correctas y bien equilibradas. Los caldos tienen mucho cuerpo, son coloridos y tienen ese toque afrutado que nos seduce. Entre 4000 y 5000 botellas al año, no más, así que dese prisa. Lo volvemos a decir, un pequeño vino que no deja de subir...

Hemos encontrado una verdadera joya, con una gran personalidad. Además de sus vinos, nos encanta la labia de Gilles, su forma especial de hablar de su trabajo, su amor por la tierra y el mundo agrícola. Y cuando llena la copa, sucede realmente algo mágico. Citando a un colega, «sus vinos combinan perfectamente densidad, exquisitez y frescura». Ofrece vinos únicos tremendamente precisos, con una gran presencia, como él mismo. La prensa especializada le tiene un gran aprecio.

El Clos du Rouge Gorge es una pequeña finca de 5 hectáreas en terrazas de esquisto y gneis gestionada de forma ecológica por Cyril Fhal: trabajo de un orfebre y biodinámica desde el principio. Todos los amantes y expertos del mundo del vino conocen esta finca cuyos vinos han contribuido al reconocimiento internacional del Rosellón. Gracias Cyril por hacernos entrar en la gran liga. Su exigente enfoque, desde el «pie de la vid hasta la copa», es un modelo para la nueva generación de viticultores. Vinos refinados y distinguidos.

En Fenouillet, uno de los pueblos más bellos del departamento, a 550 metros de altitud, Le Rucher de Flora es una explotación familiar con 250 colmenas. Stéphanie y Frédéric practican una apicultura trashumante, es decir, trasladan sus colmenas según la época de floración para obtener mieles diversificadas. Durante la visita, descubrirá una gran variedad de mieles, pero también un pan de especias cuya fabricación se inspira en una receta ancestral llamada «Couque de Dijon». Venga a conocerlos, ¡son fascinantes!

«Ella tenía la cabeza en las estrellas, él tenía los pies en la tierra: a la luz de la luna, soñaban con un vino respetuoso con la naturaleza y el consumidor...». En una tierra tan noble, el trabajo biodinámico es esencial, un trabajo de prevención y no de lucha. En la bodega, la vinificación se hace en frío para conservar el sabor de la uva: «¡Nuestro vino debe tener el sabor de esta uva!». La tierra está viva y la luna guía al viticultor. Los vinos de Vanessa y Mathieu son como La llamada de la selva, con un fuego de leña y una barbacoa. Uno de nuestros favoritos.

Abiès Lagrimus, "lágrimas de abeto", son productos naturales de los Pirineos. Elaborado a partir de las piñas del abeto Abies Alba, recogidas a mano en el macizo del Canigó y transformadas en jarabe según una receta ancestral. 3 jarabes de abeto para la salud, y una gama gastronómica, ecológica, única en el mundo, adoptada por chefs con estrella, siempre a la búsqueda de novedades: crema balsámica, 2 vinagres, pimienta de abeto, flor de sal de los Pirineos... pero también: savia de abedul, mermelada de bayas de escaramujo silvestre, miel de roble... Para degustar y descubrir en Sahorre.

«Hago un vino sin concesiones: utilizo lo que la madre naturaleza me da como material para captarlo, transformarlo, interpretarlo, refinarlo para ofrecerles una obra lo más cercana posible a esta sustancia cruda y noble poniendo mis tripas y mi corazón en ello». Con eso lo has dicho todo, Raphaël. Haces un vino libre y loco, pero también un vino hecho con el mayor respeto a la agricultura biodinámica, y eso nos encanta. Nada es un poco como un OFNI (objeto fluyente no identificado) en el universo del vino, pero ha conseguido ganarse el respeto de sus compañeros y hoy tiene el viento a favor.

En 10 hectáreas de suelos arcilloso-calcáreos, Pascal y Jacques dirigen su negocio de forma brillante. Ahora tienen el viento a favor y sus vinos son regularmente premiados por la prensa especializada. Sus caldos son potentes, sin dejar de ser equilibrados, y el tono afrutado se siente bien en la boca. El viñedo en altitud preserva la frescura de los vinos, y el alcohol pasa a un segundo plano. Otra razón para visitar el Domaine de l'Edre: el entorno es encantador, un precioso circo montañoso que se extiende entre Tautavel y Vingrau e invita a dar bonitos paseos.

Nicolas y su equipo le dan la bienvenida a la tienda del Mas Ripouille, en medio de los vergeles y los huertos, donde encontrará productos locales (vino, miel, aceite, etc.), algunos alimentos ecológicos y, sobre todo, unos hermosos puestos cubiertos de frutas y verduras de la huerta, ¡recogidas por la mañana! En la Ferme du Bio Sillon, le proponen «comer de otra manera», es decir buscar alimentos sabrosos y sanos como respuesta a la locura del hombre y de la agricultura intensiva. Otra dirección: mercado de la République en Perpiñán el sábado por la mañana.

Gérard Gauby es un viticultor excepcional que se ha hecho un nombre a nivel internacional. Hace ya mucho tiempo que se convenció de que había que crear y preservar un ecosistema natural, por lo que mantuvo la mitad de las 85 hectáreas de la finca como bosque, praderas y matorrales, y luego dio el paso, de forma natural, hacia la agricultura ecológica. La agricultura biodinámica se añadió a la lista poco después. Lionel, su hijo, un enamorado de la uva desde muy joven, acompaña hoy a su padre. Pocas veces se encontrará con alguien que hable con tanto amor y respeto por la naturaleza y por su profesión. Una finca ineludible en el Olimpo de la viticultura.

Otro que se está haciendo un nombre, ¡qué vida de cerdo! Ronan cría cerdos campestres de la raza Duroc en la región del Vallespir. Los animales crecen lentamente, alimentándose principalmente de bellotas que encuentran en un bosque de 23 hectáreas. ¡Y eso lo cambia todo! Los cerdos se crían respetando su bienestar. Puede encontrar sus productos (carne fresca y charcutería en salazón: tocino entreverado, capicola, jamón cocido sin nitritos) en varios mercados cercanos a Céret. Los mejores restaurantes han apostado por él. Los productos de los cerdos de Ronan son una delicia.

Defensor de los vinos naturales, pero sin llegar a los extremos en la bodega, Philippe cultiva su viñedo (12 hectáreas) respetando los valores de la biodinámica, es decir, rechazando la adición de insumos químicos. Las vides plantadas un poco en altitud en Maury producen un vino fino y fresco que está bastante alejado de la imagen que se tiene de los vinos secos de Maury. Cuando la pequeña bañista se desnuda, nos revela un vino mineral con una personalidad sutil.

Toda la riqueza, la diferencia y la complejidad de una tierra de montaña se encuentran en el fondo de una copa de Le Soula. Vinos tintos y blancos cuyos nombres se han hecho famosos: Trigone, Soula o Macération du Soula. Seamos claros, estamos hablando de vinos excepcionales. La prensa, la crítica, todo el mundo habla de esta bodega y sus profesionales a quien no se les ha subido a la cabeza. Wendy y su equipo le darán la mejor de las bienvenidas. El secreto de Le Soula está en dos conceptos: una finca y su personal, y en su compromiso con la agricultura ecológica.

Amandine y Aurélien le dan la bienvenida a la pequeña tienda de su fábrica de miel, situada en la parte antigua del pueblo de Eyne. Por supuesto, encontrará sus mieles (nuestra preferencia es la miel de montaña - rododendro) y los productos de la colmena: propóleo, jabón, miel de panal, etc. Muy comprometidos con el medioambiente, le contarán por qué es necesario salvar a las abejas y dejar de usar pesticidas a toda costa. Esta pareja enamorada de la región (el valle de Eyne es uno de los más bellos de los Pirineos), más propensa a la militancia que a la resistencia, recorre los mercados de la zona.

El Yum yum de Caro y Léo es un poco como una cueva de Alí Baba. Hacen un poco de todo: tienda de comestibles, bodega y restaurante. Pero centrándose sobre todo en las delicatessen y los productos de alta calidad. Los platos son una delicia y se cuida mucho la presentación. La cocina está siempre en funcionamiento desde la mañana hasta la noche. Caro y Léo, muy dinámicos, organizan muchos eventos; en su página de Facebook puede encontrar todas las novedades. También ofrecen un servicio de catering. Una dirección agradable y acogedora para degustar la comida local... ¡faltaría más!

Thibault Gonzales, el famoso criador de cerdos negros gascones, acaba de abrir una carnicería en Ponteilla como respuesta a la espera, después de mucho tiempo, de una alternativa a su puesto en el mercado de Thuir o la granja de Montferrer. En un mostrador de 5 metros de largo: carnes (cerdo, ternera y cordero), charcutería, platos preparados... y todo ecológico. Su reputación es tal que incluso los mejores restaurantes promocionan sus productos. Solo hay que probarlos, estos sabores son realmente inimitables.

Sophie y Laurent le dan la bienvenida a su pequeño paraíso: un antiguo molino en el bosque junto a un arroyo. Aquí crían vacas de la raza Tarentaise y elaboran quesos de gran renombre en el departamento, premiados regularmente. A su disposición: leche fresca, queso tomme, queso blanco, requesón, lácteos y cuajadas. Sophie y Laurent son adorables, con un envidiable espíritu campestre. Es bueno saber que si se enamora del lugar, disponen de dos casas rurales para alquilar.

Pierre Dannoy, viticultor apasionado y gran defensor de la agricultura ecológica, se encargará de presentarle sus vinos naturales, pero también le hará probar higos, granadas, zumo de uva, mermeladas y aceite de oliva. Este hombre no ha puesto todos los huevos en la misma cesta, así que dependiendo de la temporada, siempre hay algo que probar. Nos encanta el entorno de la finca, salvaje, árido y entrañable. Los vinos naturales de Pierre son frescos y ligeros: ¡un auténtico zumo de una para la boca! Son perfectos para las comidas de verano.

Léia y Eric elaboran vinos que nos sorprenden y deleitan. Sus caldos reflejan las propiedades de este terruño en altura de Fenouillèdes, compuesto por granito y gneis: mineral, un poco salvaje y francamente adictivo. Convertidos ahora a la biodinámica y al cultivo de vinos naturales, esta pareja colecciona premios y elogios de las revistas especializadas. La famosa cosecha de La Compagnie des Papillons es una verdadera genialidad, según los expertos. Una bodega que debe descubrir absolutamente rodeada por un paisaje mágico y hechizante.

En Cosprons, una bonita aldea aislada a medio camino entre Port Vendres y Banyuls, la familia Cardoner (abuelo, padre e hijo) cultiva 11 hectáreas de viñedos con la pasión y la sencillez de los grandes hombres. En la bodega Les Tines descubrirá una bonita historia familiar asimilable a la tradición de las novelas de Giono. Los Cardoner también disponen de cuatro habitaciones de huéspedes con enormes terrazas (¡y jacuzzi!) con vistas al Mediterráneo. ¡Aquí da gusto compartir!

En este terruño de esquisto bendecido por los dioses, Sophie y Alain hacen crecer sus viñas mimándolas «de la forma más natural posible». El cultivo biodinámico y la vinificación y la maduración naturales, sin adición de azufre, son su credo. Esta elección de mantener el suelo vivo (sin añadirle ningún insumo químico) se expresa en sus cosechas, que son simplemente deliciosas. Si desea iniciarse en el enoturismo, Sophie y Alain le proponen un itinerario de descubrimiento de los viñedos, las plantas medicinales y su bosque de alcornoques.

Todo está muy rico en Papou, una panadería tradicional en la que elaboran dulces caseros. Toda una institución en Formiguères y el Capcir, esta panadería es el lugar en el que se detiene todo el mundo para comprar pan, cruasanes o pasteles. La gente hace cola en la calle. Los propietarios son adorables. Le acogen de corazón, con amabilidad pueblerina y un fuerte sentido de la tradición que promueve el sentimiento de querer quedarse más tiempo en Formiguères. Los pequeños pueblos de montaña están realmente vivos gracias a sus comerciantes.

Patrick es un ganadero ecológico ubicado en la parte alta del pueblo más meridional de Francia. El aire fresco y húmedo del Haut-Vallespir produce la hierba de mejor calidad del departamento. Este fanático de la naturaleza, de las vacas y del buen gusto lleva veinte años criando a sus animales de forma ecológica (mucho antes de que llegara la moda). Hay tres cosas que ver en Can Bile: las vacas, tan guapas que casi se podría bailar un tango con ellas, la carne, de una calidad inimitable, y, por último, el lugar situado en medio de las montañas, de una belleza impresionante.

Hace unos años, Arnaud decidió hacerse cargo de la granja de su abuelo. Este amante de la naturaleza está muy apegado a las tradiciones: «Yo cultivo como mi abuelo, lo hago todo de principio a fin, desde la selección de los animales al nacer hasta la elaboración del queso». Cuida mucho la alimentación de los animales y los volúmenes (las vacas no producen más de veinticinco litros de leche al día). Los quesos se venden a un precio muy razonable y son realmente deliciosos: la tomme, el azul o el blando están realmente de muerte.

¿Cómo saber si una carnicería-charcutería es buena? Simplemente, por la gente que hace cola frente a sus puertas. En Yannick casi hay que pedir cita para ser atendido con diligencia. Si no conoce la diferencia de sabor entre un cerdo que retoza al aire libre y uno criado en granja, acuda a este dinámico comerciante de Formiguères. El Petit Futé se enamoró literalmente de la calidad y el sabor de la carne (un sabor de antaño), pero también de la sencillez y el amor al oficio de este joven con futuro. Enhorabuena.

En una tierra excepcional de esquisto (Maury) y calcárea (Tautavel), Nathalie y Simon producen una gama de vinos que reflejan perfectamente estos dos diferentes suelos. La degustación tiene lugar en la magnífica bodega situada en el primer piso, que ofrece una hermosa vista del Canigó detrás del gran ventanal. ¡Y qué degustación! ¡Nos gusta tanto como a la prensa especializada! En el Mas de la Devèze, nos encanta esa imagen de Épinal representando la masía catalana aislada en medio de los viñedos. El lugar tiene un encanto poco común que se completa con la amabilidad de los viticultores. ¡Nos encanta!

¿Le gustan los kiwis, los kumquats o las nueces pecanas? Estos frutos son ricos en vitaminas, antioxidantes y mucho más. Catherine y Christian le dan la bienvenida a su huerto y le invitan a recoger los productos según la temporada y hasta que se agoten. Es una forma agradable de descubrir la fruta antes de darle un bocado. Por último, no dude en pedir a Catherine y Christian que le expliquen su enfoque medioambiental y sus métodos de producción ecológica. ¡Son una pareja fascinante!

Una verdadera tienda de comestibles bretona en el país catalán, ¡qué idea! Sí, Nicole la Bretona le recibe en su pequeña tienda a la entrada del pueblo medieval y le deleitará con sus pasteles del norte y su brioche de mantequilla. También encontrará helados, sorbetes naturales, gazpacho o batidos que hace frente a usted. Para los hambrientos, Nicole le hará el sándwich que le pida, y no dude en probar la repostería catalana, los fiambres, los quesos de estas montañas y muchas otras cosas buenas.

Como en la canción de Bashung, Thomas es un happy culteur, y lo reivindica. Tiene 240 colmenas repartidas por todo el departamento para poder experimentar con las influencias del mar o de la montaña. Obtiene mieles muy variadas: lavanda, garriga, rododendro, monte bajo, etc. La extracción en frío con la centrifugadora permite conservar todas las virtudes y los mejores aromas. Además, produce vinagre de miel, propóleo y el omnipresente pan de jengibre. Muchas cosas interesantes que descubrir y degustar.

Nathalie le invita a descubrir los sabores de nuestra tierra: miel, pan de especias, mermeladas y productos de la colmena. Este aficionado, a través de una cata real, le introducirá en el mundo de la colmena, le hablará de las virtudes de la miel y le presentará sus subproductos. No está al lado, pero el camino es tan bonito, y una vez arriba en el frescor te sentirás como en el paraíso, que realmente merece la pena la subida.

Stéphanie y Stéphane se hicieron cargo de la granja en 2017 y le dan la bienvenida todo el año para que descubra sus quesos de oveja: tome, tomette, brousse, yogur, queso fresco con hierbas, etc. Podrá participar en el ordeño y la alimentación de los animales y, sobre todo, al amanecer, acompañar al pastor, su perro y el rebaño hasta los pastos de montaña. Si quiere alojarse en el lugar, Stéphanie y Stéphane le ofrecen el aprisco y las yurtas mongolas con cocina y baño. Está a un paso del GR10 que atraviesa los Pirineos.

Bastien Frank es ante todo un artesano apasionado, ¡un fanático de la carne! Podrá admirar la bodega de maduración y una fina selección de sus productos. Su especialidad son las carnes maduradas, verdadero concentrado de sabores. Es todo un arte, así que pregúntele, estará encantado de explicarle todos los secretos del buen gusto. La Feuille du Boucher también ofrece una amplia gama de charcutería, platos preparados y servicios de catering. La reputación de este joven no deja de crecer, por lo que Le Petit Futé quiere aplaudir su trabajo como artesano-artista.

Christine cultiva sus hermosos árboles en un terreno de siete hectáreas en las alturas de Laroque. Esta agrosilvicultora, como ella misma se define, pretende potenciar el ecosistema, por lo que sus vergeles no se riegan ni se tratan. Basta con mirar la tierra al pie de los árboles, ¡la hierba crece! Todo se hace según las reglas y el resultado es ¡un sabor inimitable! «La almendra es un fruto rico en hierro, magnesio, calcio, fósforo y vitaminas, y sobre todo no contiene azúcar y combate el colesterol», confiesa. Un verdadero «alicamento» por redescubrir.

En Saint-Génis-des-Fontaines, a dos pasos del claustro, se encuentra una pequeña maravilla para el paladar. Vaya a probar el paté murciano o la morcilla de Christophe Casenove, le conquistarán. Ya son tres generaciones de charcuteros-carniceros que pretenden resistir por mucho más tiempo al consumo industrial y «promover lo auténtico». En cuanto a la carne, también es impecable: los animales se seleccionan en el momento y proceden preferentemente de la región. A destacar el espíritu de sencillez y amor a la tierra que impregna esta pequeña tienda.

Movido por la pasión por el producto, la tradición y la cultura catalana, André Labaume abrió La Confiserie du Tech en 1964. En su pequeño obrador, creó las recetas de la deliciosa Rousquille, a la que siguieron los Croquants y los Tourons. Hoy, es la tercera generación la que perpetúa y perpetúa las tradiciones, al tiempo que aporta un soplo de modernidad al negocio. Rousquille, croquant y touron siguen en los estantes, pero se han añadido otras delicias como caprice, délice, couronne y mantecados.

Es una panadería de verdad, como nos gusta. En la más pura tradición del buen pan, la familia Georget le deleitará con sus pastas, bollería y panes crujientes. Nos enamoramos del pan cuadrado con sal de Guérande, una auténtica delicia. Este lugar es también el sitio ideal para comer algo rápido a la hora del almuerzo: la quiche y las pizzas son enormes y están muy buenas. Hay un pequeño aparcamiento frente a la panadería. Por último, estábamos a punto de olvidar lo más importante: recibirá una bienvenida muy cálida y amable.

Esta explotación familiar es conocida sobre todo por su elección de ofrecer a la venta solo frutas y verduras de temporada. Olvídese del pisto en invierno si compra aquí. Solo hay que ver sus ricos y coloridos puestos en verano, que van virando hacia el beige y el marrón en invierno. En cuanto al medio ambiente, el equipo del Mas Blanc ha optado por el manejo integrado de plagas. Selección de productos locales (vinos, quesos...).

Le ofrecemos este pequeño tesoro en la frontera entre los Aspres y el Vallespir, donde Laurent cultiva el azafrán a los pies del Canigó. Apegado a su tierra, orgulloso de su trabajo, Laurent le explicará detalladamente el ciclo de vida del azafrán, empezando por su recolección, y pasando por la poda y el secado. Pero también de su uso medicinal desde hace 8.000 años, por sus virtudes como antidepresivo, antiséptico, cicatrizante, afrodisíaco, anticancerígeno... Un verdadero «alicamento». Le proporcionará algunas recetas, como el tiramisú con azafrán o la crème brûlée con azafrán, y le dará a probar sus mieles y sus cítricos.

En medio de los bajos Aspres, Jonhatan y Rachel cultivan 10 hectáreas de viñas siguiendo unos principios ecológicos y sostenibles para conseguir un «vino natural». Reivindican una cultura tradicional y artesanal combinada con las últimas tecnologías, y da sus frutos. Reciben regularmente premios y son citados en las principales revistas internacionales. Pero no crea que eso se les ha subido a la cabeza a los Treloar. Basta con ir a la finca a conocerlos para convencerse de ello. Son personas tan naturales como sus vinos, y disfrutan recibiendo invitados y compartiendo su pasión.

Una pescadería de pueblo que cada vez es más popular. No esconde ningún secreto, el pescado llega fresco de la Bretaña y, por supuesto, de la lonja de Port-la-Nouvelle: sardinas, anchoas, rape, lubina, salmonete... Según la temporada, también encontrará coquinas, violetas o anguilas de la laguna. Una pura delicia y es totalmente fresco. El establecimiento también prepara bandejas de marisco para llevar. Los gourmets no quedarán decepcionados. Y no olvidemos los útiles consejos de Sylvie, que le hará partícipe de algunos de sus secretos de pescadera, siempre con una sonrisa.

En Mas Pujol, un equipo joven ha tomado el relevo conservando los valores de los antepasados. Están sacudiendo un poco las costumbres con una nueva gama de vinos que enfatizan la delicadeza y la elegancia: la trilogía Pinta, Niña y Santa Maria saca a relucir la pureza de la garnacha, las cariñenas centenarias y el syrah. L'Originel es una cosecha sin sulfitos con la que tendrá la impresión de estar mordiendo una uva. Mas Pujol organiza regularmente eventos en torno al vino y al cerdo que se celebran en la magnífica bodega de degustación de la propiedad.

En la Côté Cave todos se sentirán felices, ya sean iniciados, aficionados o solo curiosos. Un lugar bello y cálido que sigue siendo sencillo y acogedor. La prueba es que regularmente se organizan talleres para dar a conocer los secretos y la magia de la fruta fermentada: «bar-coctelería, sumillería, en busca de las pepitas del Languedoc...» (detalles en el sitio web, que se actualiza regularmente). Y la guinda del pastel, todos los sábados por la mañana, día de mercado, los propietarios traen a un viticultor que ofrece degustaciones de sus vinos. ¡Epicúreos sin moderación!

Jean-François es apicultor en Serralongue, en un territorio boscoso y salvaje. La fábrica de miel se encuentra en la propiedad familiar en la pequeña aldea de Galdarès, no es muy grande, pero como él mismo dice, "me gusta recibir a la gente y hablarles de mi trabajo". El producto cosechado refleja a este apasionado de la naturaleza: una miel orgánica única que a menudo gana premios. No dude en ir a conocerlo, le mostrará su fábrica de miel, probará sus tesoros y quizás le revele algunos secretos.

Yves y Sophie están comprometidos con la agricultura ecológica, cuyos valores y principios defienden. Han optado por criar vacas robustas y resistentes, bien adaptadas a la montaña y a su clima particular. La gama de su producción es amplia: tomme, queso de pasta blanda, queso fresco, queso blanco, mató, dulce de leche y queso azul. Todo está delicioso y hecho con amor. Un detalle importante: Sophie procesa la leche en un enorme caldero de cobre. Una alianza de tradición, amor por el trabajo y desarrollo sostenible, no hace falta añadir nada más.

Esta familia practica la agricultura ecológica desde hace varios años y cría vacas de raza Montbéliarde. Como en muchas explotaciones de las zonas rurales, el ordeño, la transformación y la venta se realizan allí mismo. Todos los productos son deliciosos (tomme, quesos cremosos, faisselle, queso fresco), no tenga dudas. Para la recepción hay que reservar previamente, e incluye una invitación a presenciar el ordeño de las vacas todos los días a las 19 h en verano y a las 18 h en invierno.

En Matemale, donde sigue reinando un auténtico ambiente de pueblo de montaña, Aurélia, Claire y Jean-Pierre le darán la bienvenida y le presentarán sus deliciosos quesos de cabra. Entre las 18 y las 19 h, le invitarán a presenciar el ordeño de las cabras. La gama de quesos es amplia: faisselle, lácteos, aromatizados, ahumados y, finalmente, el tomme. Los animales retozan a 1500 m de altitud, en ricos pastos de montaña libres de toda contaminación, así que no es de extrañar la calidad de los quesos y los premios recibidos en los concursos agrícolas.

En la familia Pérarnaud están orgullosos de ser agricultores, una condición que ha pasado de padres a hijos con la preocupación de perpetuar una tradición que ahora forma parte ya de la modernidad. La granja ofrece una suculenta carne de ternera (¡no le mentimos, la hemos probado!) al por menor o a granel, leche cruda y quesos frescos. Como el turismo se ha convertido en un motor económico de la agricultura, los Pérarnaud le abren sus puertas todos los días a la hora de ordeñar las vacas para que descubra este mundo campesino desde dentro. Un hermoso viaje a la tierra de la autenticidad.