Parques nacionales

La República Checa cuenta con varios parques nacionales:

Parque Nacional de Krkonoše: situado en Bohemia del Norte, junto al Parque Nacional polaco de Karkonosze, protege los ecosistemas de los Montes Gigantes (Krkonoše). Está clasificada como reserva de la biosfera por la UNESCO.

Parque Nacional de Podyjí: en el sur de Moravia, en la frontera con Austria (lindando con el Parque Nacional de Thayatal), alberga una rica biodiversidad asociada a los ecosistemas del valle de Dyje: bosques, prados, páramos y humedales. El parque también incluye un viñedo muy antiguo (colina de Šobes).

Parque Nacional de la Suiza de Bohemia (o Suiza Checa): este territorio está protegido desde 1972. Se caracteriza por sus pintorescos paisajes ligados a su geología (rocas, desfiladeros)

Parque Nacional de Šumava: situado en Bohemia del Sur, este parque protege el macizo de Šumava y sus ecosistemas de lagos, bosques, páramos y turberas. El parque contiene uno de los mayores bosques de Europa Central. Adyacente al Bosque de Bohemia, en Alemania, forma parte del "Corazón Verde de Europa". Reserva de la biosfera de la UNESCO, está sin embargo amenazada por la tala de árboles.

Una combinación energética que sigue siendo muy intensiva en carbono

La República Checa es uno de los mayores consumidores de carbón de la UE. Su combinación energética seguía estando basada en gran medida en el carbono en 2020, con un 30% de carbón, un 20% de petróleo y un 18,5% de gas natural. Esta situación es destacada por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que en 2021 pidió una "salida temprana del carbón", situación vinculada a la importancia del recurso en el país. La República Checa se plantea abandonar el carbón para 2038, con una transición hacia las energías renovables y una mayor participación de la energía nuclear, que representaba el 20% del mix energético en 2020. Estas medidas son consideradas insuficientes por una ONG, un municipio (Svatý Jan pod Skalou) y los ciudadanos, que iniciaron una demanda contra el Estado en abril de 2021 por inacción climática y violación de los derechos humanos.

Y su corolario: la mala calidad del aire

Según un estudio del Ministerio de Medio Ambiente, el 68% de los habitantes del país estuvieron expuestos a una mala calidad del aire en 2016-2017. La causa: las partículas finas emitidas por las centrales térmicas, la industria química, pero también por los vehículos diésel y las calefacciones de carbón, que además proceden de instalaciones anticuadas.

Controversia transfronteriza

La República Checa presentó una denuncia contra Polonia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en 2021. ¿El objeto de la disputa? La explotación de la mina de lignito polaca de Turów, que amenaza el medio ambiente y la salud de los habitantes, pero también los recursos hídricos. Polonia fue condenada a pagar una multa de 500.000 euros diarios hasta que la mina cesara su actividad, pero ignoró la decisión del TJUE. Sin embargo, en 2022 los dos países llegaron a un acuerdo. El acuerdo consiste en mantener la mina abierta a cambio de una compensación económica a la República Checa y la aplicación de medidas de prevención de la contaminación.

Praga fomenta la movilidad suave

Praga se ha comprometido a alcanzar la neutralidad en carbono para 2050. El municipio está estudiando acciones en los ámbitos de la eficiencia energética en los edificios, la economía circular y la plantación de árboles. En cuanto al transporte, aunque la ciudad cuenta con una red de transporte público bien desarrollada, pretende fomentar el uso de la bicicleta(a través de promociones), los coches eléctricos(a través de estaciones de carga) y facilitar el uso compartido del coche y la intermodalidad. Cabe destacar que el país es accesible en tren y en bicicleta (confluencia de cuatro rutas ciclistas europeas).