Luis Arce en janvier 2020 © Matias Baglietto - Shutterstock.com .jpg

Acceso al Océano Pacífico

Las relaciones diplomáticas con Chile se rompieron en 1978 y, aunque se mantienen acuerdos comerciales y consulares, las relaciones son muy tensas. Chile privó a Bolivia de una salida al mar durante la Guerra del Pacífico que ganó (1879-1883). Desde entonces, los bolivianos han seguido reclamando territorio costero y el asunto sigue candente entre ambos países. En 2013, Bolivia intentó internacionalizar el debate llevando el litigio ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. En marzo de 2016, el presidente boliviano decidió esta vez presentar una demanda ante la CIJ contra Chile por la explotación del río transfronterizo Silala, y entonces se produjeron fuertes tensiones en mayo de 2016 a raíz de la presencia militar chilena a 15 km de la frontera común. En marzo de 2017, el Gobierno lanzó la campaña nacional "El Mar Nos Une" y "Mar Para Bolivia". Esta estrategia de comunicación tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre esta causa nacional. Con este motivo, en marzo de 2018 se izó una bandera boliviana de 200 km de largo entre La Paz y Oruro. Se trata de la bandera más larga del mundo. En realidad, esta operación de comunicación parecía ser sobre todo una herramienta electoral para la campaña de Evo Morales. El1 de octubre de 2018, el fallo de la Corte Internacional de Justicia eximió a Chile de negociar con su vecino boliviano el acceso al océano Pacífico. Chile ya ha concedido facilidades aduaneras a Bolivia en sus antiguos puertos y no tiene intención de ceder más. Las relaciones entre ambos países siguen siendo conflictivas a día de hoy, y parece que la situación no tiende al apaciguamiento.

Los retos de Luis Arce

Las elecciones presidenciales del 18 de octubre de 2020 marcan el regreso al poder del Movimiento al Socialismo (MAS). Luis Arce, apodado "Lucho" por sus partidarios, será elegido presidente el 8 de noviembre de 2020 y tendrá que presidir a la sombra de su incómodo mentor, el ex presidente Evo Morales. Acusado de fraude electoral por la oposición durante las elecciones de marzo de 2019, renunció a su cargo tras perder el apoyo del ejército y la policía. Jeanine Áñez, senadora conservadora resueltamente opuesta al MAS, se proclamó entonces presidenta interina de 2019 a 2020. Exiliado forzosamente en países vecinos desde su dimisión, Evo anunció su regreso a Bolivia en cuanto se enteró de la victoria del MAS en las elecciones. En marzo de 2021, la fiscalía boliviana emitió una orden de detención contra Jeanine Áñez y los miembros de su gabinete, por "sedición, terrorismo y conspiración". Ella afirma que es víctima de una persecución política.

En su discurso de investidura, Luis Arce planteó el reto que tiene por delante: "Iniciamos un nuevo capítulo de nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno para todos, sin discriminaciones de ningún tipo. Nuestro gobierno buscará reconstruir un país unido donde se pueda vivir en paz". Desde su asunción, el balance de su presidencia revela que a pesar de la crisis política de 2019, la pandemia del Covid-19 y la alta inflación que afecta actualmente a la economía mundial, Bolivia ha logrado mantener un crecimiento económico significativo y constante, manteniendo una de las tasas de inflación más bajas de la región. Como resultado, se han realizado inversiones públicas para estimular la economía y acelerar la creación de empleo, así como la creación de políticas para garantizar el acceso a la sanidad y la educación. El gobierno de Arce ha adoptado un enfoque integrador para reforzar las redes de seguridad social, ampliando el acceso a programas como las transferencias de ingresos, la ayuda alimentaria y el apoyo a los pequeños agricultores. Durante su presidencia, también adoptó una ley de transición energética destinada a lograr una cuota significativa de energías renovables en la combinación energética nacional. En estas circunstancias, los sondeos de opinión indican una popularidad relativamente alta del Presidente Arce. Según una encuesta realizada en enero de 2022 por la empresa de investigación Mori, tenía un índice de aprobación del 51%, mientras que el 35% de los encuestados dijeron que desaprobaban su labor como presidente.

Eva Copa: un nuevo impulso a la política

El 7 de marzo de 2021, Eva Copa fue elegida alcaldesa de El Alto, ciudad de cerca de un millón de habitantes situada en las colinas sobre La Paz, cuya población es casi en su totalidad indígena. Hija de artesanos aymaras, Eva Copa nació en El Alto en 1987. Tras ser una férrea activista en defensa de la juventud y las mujeres alteñas, entró en política en 2014 como miembro del MAS, y se convirtió en senadora del departamento de La Paz en 2015. En noviembre de 2019 fue elegida presidenta de la Cámara de Senadores del Parlamento boliviano. A pesar de su posición en el Senado y del fuerte apoyo popular del que goza, el MAS no la presentó como candidata oficial del partido a la alcaldía de El Alto, una ciudad cuyos numerosos movimientos sociales de sus habitantes facilitaron en gran medida la llegada al poder del primer presidente indígena del país en 2005, un tal Evo Morales. Eva Copa estaba decidida a optar al cargo, pero finalmente se presentó en contra de los deseos del partido. Evo la acusó de traición y complicidad en el "golpe de Estado" contra él en 2019, y fue expulsada del MAS. Durante la campaña, que realizó bajo la égida del partido Jallalla La Paz, mostró su orgullo de pertenecer a la comunidad aymara y militó por una participación más activa de las mujeres en la vida política, sin negar sus anteriores luchas políticas con el MAS. Los medios de comunicación se refieren a esta lucha política como "Eva" contra "Evo". El resultado de las elecciones fue un golpe brutal a la influencia del partido de Morales en la política de El Alto, bastión histórico del MAS: Eva obtuvo casi el 68% de los votos, muy por delante del partido de Evo, con el 19%. Es la primera vez que un alcalde de una de las principales ciudades del país gana unas elecciones por tal margen. El voto refleja el deseo de los alteños de poner fin a la política de privilegios y a la omnipresencia de Evo Morales en las elecciones del partido. Eva Copa representa a la nueva generación del panorama político indígena boliviano, una figura importante a tener en cuenta en el futuro.