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La surprenante yareta, plante grasse typique de l'Altiplano © hipokrat - iStockphoto.com.jpg
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La fauna del Altiplano

En esta región viven los cuatro camélidos andinos: la llama, la alpaca, el guanaco y la vicuña. Las llamas y las alpacas, contrariamente a la creencia popular, son animales domesticados y no se encuentran en estado salvaje. Estos dos animales eran venerados por las etnias aymara y quechua. Los guanacos y las vicuñas son especies salvajes protegidas que viven en su entorno natural.

La llama es sin duda uno de los animales bolivianos más emblemáticos Se puede ver por todo el Altiplano. La llama es bastante delgada, esbelta y puede alcanzar hasta 1,20 m de altura. Es frecuente ver la llama blanca, pero también puede encontrarse en una gama de colores que va del blanco al gris, pasando por el beige, el marrón oscuro e incluso el negro. Por su reconocida resistencia, se utilizaba antiguamente como bestia de carga y su lana se sigue empleando hoy en día para confeccionar la ropa de los habitantes del Altiplano. Y no se preocupe, ¡es muy raro ver a una enfadarse tanto que escupa a un turista! Es habitual ver fetos de cría de llama en algunos puestos, sobre todo en el mercado de las brujas de La Paz. Las comunidades aymaras y quechuas siguen utilizando estos fetos como ofrendas a la Pachamama y para determinados rituales.

La alpaca parece un enorme peluche. Las alpacas se diferencian de las llamas por su pequeño tamaño -son las más pequeñas de los camélidos andinos-, su hocico más aplastado y su pelo más largo. Su color varía: suelen ser blancas, pero también hay ejemplares de pelaje beige, marrón o negro. Esta especie ha sido domesticada durante varios siglos, sobre todo por su lana, muy apreciada y utilizada para fabricar chalecos, jerseys, colchas, etc. La alpaca hucaya, que representa más del 90% de las especies de alpaca de Bolivia, se parece un poco a una oveja, pero con un cuello más delgado. La alpaca suri, de pelo más largo y caído, es más rara. Las alpacas se concentran en la región de Sajama.

El guanaco es un animal salvaje vivaz y escurridizo al que es difícil acercarse. Puede medir hasta 1,20 m, tiene patas largas, orejas puntiagudas y suele tener el hocico negro u oscuro. Especie protegida, el guanaco vive en pequeños grupos y se desplaza continuamente en busca de alimento.

La vicuña (vicuña) es una especie silvestre protegida que puede vivir hasta a 5.000 m sobre el nivel del mar. Es el camélido andino más pequeño (suele medir entre 75 y 85 cm). Su famosa lana es muy cara (¡más que la cachemira!) y sólo algunas comunidades autorizadas por el Gobierno pueden trabajarla. Las vicuñas no suelen acercarse, pero se pueden observar desde una distancia razonable. Es fácil verlas en el Parque Nacional Sajama (y el adyacente Parque Nacional Lauca, en Chile), en Sud-Lípez y en la cordillera de Apolobamba (Área Natural de Manejo Integrado Apolobamba).

El cóndor, ave emblemática de los Andes, es la rapaz más grande del mundo, con una envergadura de hasta 3 metros. Puede transportar 20 kg en sus garras Para observar a este animal sagrado, hace falta un poco de suerte. Suelen verse, por orden de probabilidad, en el Sur de Luzón (hacia el volcán Uturuncu), en la cordillera de Apolobamba, en las laderas del Illampu (Sorata - Cordillera Real), en las laderas del volcán Sajama, en las islas del lago Titicaca y también en el Valle de los Cóndores, al Sur del país, cerca de Tarija.

Flamencos. Una de las particularidades del Altiplano es la posibilidad de observar simultáneamente tres especies de flamencos: el flamenco chileno, el flamenco andino y el flamenco de James. El flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis) recibe aquí el nombre de Tokoko. Mide aproximadamente 1,05 m y tiene un plumaje salmón con tonos rojizos y plumas negras. Su pico es blanco rosado con la punta negra. Sus patas son entre azul celeste y gris (o azul pálido). El flamenco andino (Phoenicoparrus andinus), también llamado Parina Grande y localmente Chururu, es el más grande (1,10 m). Tiene un plumaje rosa brillante, pero el tercio posterior de su cuerpo está cubierto de plumaje negro, mientras que la parte superior de su tórax muestra tonalidades púrpuras. Su pico es negro con manchas amarillas. Sus patas son amarillas. El flamenco de James o Parina Chica (Phoenicoparrus jamesi) recibe aquí el nombre de Jututu. Es el más pequeño, pues sólo mide unos 0,90 m. El color de su plumaje es rosado, pero el tercio posterior de su cuerpo muestra un plumaje negro, menos vivo que el del flamenco andino; el pico es menos curvo que en las otras especies y muestra tintes amarillos que se tornan anaranjados, con una pequeña mancha negra en la punta. Sus patas son rojas.

Las tres especies pueden verse juntas, principalmente en la Laguna Colorada, en el sur de Lípez. Un espectáculo único que no debe perderse, especialmente entre septiembre y abril (mayor concentración de poblaciones entre diciembre y enero, pero el mejor mes es noviembre, ya que las condiciones climáticas son excelentes).

Viscachas. Durante su viaje al Altiplano, es muy probable que vea estos grandes roedores de cola larga, parecidos a los conejos pero con un pelaje más denso, cuya presencia está garantizada en las islas del Salar de Uyuni y en el Parque Nacional Lauca.

El ñandú (rhea americana) es el ave más grande de Sudamérica, y alcanza una altura de 1,5 m aproximadamente. Es muy parecido a un pequeño avestruz salvaje y tiene largas alas que utiliza para equilibrarse, ya que no vuela. Esta ave corredora, que puede alcanzar una velocidad máxima de 60 km/h, corre en zigzag para escapar de los depredadores. Se la puede ver en la región de Sajama, más raramente en Lípez Sur, pero también en las Pampas del Yacuma en Beni, cerca de Rurrenabaque y en los alrededores de Santa Cruz.

Ya no es raro ver zorros en el Altiplano, y paradójicamente es una gran pena. En efecto, los turistas se han acostumbrado a que vengan a buscar comida cuando los vehículos se detienen, desequilibrando así el ecosistema. La especie presente en la región es el zorro magallánico, la especie de zorro más grande de Sudamérica.

El armadillo, especie que se ha convertido en endémica, seve más raramente. Las comunidades aymara y quechua utilizaban su cuerpo para fabricar charangos, pequeños instrumentos de cuerda tradicionales inspirados en las guitarras españolas.

Eloso andino, también llamado ucumari, oso de anteojos o más científicamente Tremarctos ornatus, es un mamífero carnívoro de la familia de los úrsidos, como el oso o el panda. El único úrsido de Sudamérica se encuentra escasamente en los Andes, desde Venezuela hasta el norte de Argentina.

Aún más raro, el puma andino vive lejos de las poblaciones humanas, en zonas remotas.

La cuenca del Amazonas y las llanuras centrales

La cuenca del Amazonas alberga la mayor diversidad y densidad de vida salvaje del mundo. Desde Rurrenabaque y Trinidad, existen numerosas excursiones que permiten apreciar esta fabulosa riqueza. Bolivia cuenta con un prodigioso número de especies de aves. Sólo el Parque Nacional Madidi cuenta con más de 1.000, ¡aproximadamente el 11% de la población mundial! Otros buenos lugares para la observación de aves son las Pampas del Yacuma, en los alrededores de Rurrenabaque, el Parque nacional Amboró, cerca de Samaipata, el Pantanal, toda la región del Beni y los alrededores de Cochabamba. Además del famoso cóndor y los flamencos, mencionados anteriormente, otras especies atraen inevitablemente la atención de los visitantes.

El capibara o cabiai (Hydrochoerus hydrochaeris) es el mayor de los roedores, con una longitud de más de un metro y un peso de hasta 90 kg. Este mamífero terrestre es un excelente nadador y se refugia en el agua cuando se acercan los depredadores. Lo verás en el Parque Nacional Madidi, en las Pampas del Yacuma, en el Pantanal y en la zona de las Misiones Jesuíticas.

El boto o delfín rosado del Amazonas (Inia geoffrensis) es una especie endémica que vive en los ríos. Su color es más bien gris con tintes rosados en el abdomen, puede medir hasta 2,80 m y pesar ¡150 kg! Con su largo pico y sus dientes, puede alimentarse de grandes peces que localiza con precisión en el fango gracias a su ecolocalización. Este mamífero puede observarse en los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz.

La anaconda: esta magnífica serpiente constrictora no es venenosa, pero puede rodear y asfixiar a sus presas, como grandes roedores (¡incluso capibaras!), pequeños caimanes, peces, tortugas... ¡Puede medir hasta 9 metros de largo! Generalmente vive a orillas de los ríos y en los pantanos, donde se camufla para esperar a sus presas. Las expediciones a las Pampas del Yacuma permiten acercarse a este mítico reptil.

El perezoso de tres dedos (Bradypus tridactylus) es un animal fascinante de observar. Conocido por su lentitud, vive casi exclusivamente en los árboles y es incapaz de caminar.

El coatí rojo (Nasua nasua) es un pequeño animal poco conocido por los turistas, pero que nunca deja de sorprenderles Este pequeño mamífero, del tamaño de un gato, tiene un hocico con probóscide móvil y una larga cola anillada. Es un excelente trepador, sobre todo gracias a sus afiladas garras. Atención

El oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla) es un gran mamífero insectívoro con un cuerpo sorprendente. Puede medir hasta 2,20 m de longitud y pesar entre 30 y 40 kg. Su larga lengua le permite atrapar los insectos que tanto le gustan.

Varias especies de monos habitan la cuenca del Amazonas, siendo los más frecuentemente observados el mono araña de manos negras (Ateles geoffroyi), un pequeño mono negro con largos brazos, y el mono capuchino de cima negra (Sapajus apella), un primate diurno que vive en los árboles.

Los felinos como el puma o el jaguar son difíciles de avistar, pero quién sabe... ¡mantén los ojos bien abiertos en tus excursiones!

El oso de anteojos (Tremarctos ornatus ) vive en las selvas tropicales de los Andes. El único úrsido de Sudamérica es un animal nocturno cuyo hábitat natural está desapareciendo en favor de las tierras agrícolas.

También hay muchas especies de caimanes, tortugas, iguanas, serpientes, pecaríes y mariposas multicolores.

Por último, ¡no nos olvidemos de los dinosaurios! Aunque se extinguieron hace miles de años, es posible contemplar huellas gigantes muy bien conservadas en el Parque nacional Torotoro y el Parque Cretácico, cerca de Sucre.

En Bolivia hayvarias especies de tucanes, pero la más conocida y extendida es el tucán toco (Ramphastos toco), que cautiva a los turistas con su largo pico y su colorido despliegue. Por desgracia, algunos establecimientos optan por tener un ejemplar en su jardín para exhibirlo a sus visitantes... pero les cortan las alas para mantenerlos cautivos..

Los loros no se quedan atrás El país, en , cuenta con varias especies diferentes de guacamayos: el guacamayo clóptero (Ara chloropterus ), con una gran cabeza roja y alas azules, verdes y amarillas, el guacamayo de garganta azul (Ara glaucogularis), con el cuerpo amarillo y las alas y la cabeza azules, el guacamayo rojo (Ara macao), de vivos colores... ¡Verlos volar es una experiencia única! También hay loros más pequeños, como los del género Amazona.

El hoazin (Opisthocomus hoazin) es un pájaro sorprendente: tiene la cabeza azulada con ojos rojos y una cresta puntiaguda. Recuerda a las aves de la época de los dinosaurios y, por una buena razón, se cree que es una de las aves más antiguas que existen en la actualidad. Se observa fácilmente a lo largo de los ríos de las Pampas del Yacuma.

Como puede ver, Bolivia es un auténtico paraíso para los observadores de aves

Flora

En el altiplano árido, con sus temperaturas extremadamente bajas, la especie principal son los arbustos secos. El "arbusto más alto del planeta", la quenua (¡no confundir con la quinua!), crece a más de 4.500 m en las laderas del Nevado Sajama. También observaremos la yareta (o llareta), una planta grasa del Altiplano que parece musgo pegado a grandes piedras. En realidad, la planta es tan dura como la roca y crece concéntricamente durante varios siglos. Es un combustible muy bueno y se utiliza para calentar las casas de los pueblos remotos del Altiplano. En las islas del Salar de Uyuni, la presencia de cactus contrasta con la interminable extensión de blanco, la sal parece una capa de nieve.

Descendiendo desde el altiplano, los bosques siguen siendo escasos, pero aparecen especies de cactus como la Puya Raimondi, arbustos espinosos y grupos de eucaliptos.

La vegetación de los valles templados recuerda a los paisajes mediterráneos, como en Samaipata, por ejemplo.

Más abajo están los Yungas, la vertiente húmeda de la Amazonia, seguidos de los valles bajos y, por último, el bosque primario. La selva amazónica alberga una flora de una riqueza única: vegetación densa, árboles gigantes, plantas carnívoras, flores de colores asombrosos... ¡Haría falta un libro entero para dar una imagen exhaustiva!