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Una economía estable: un reto y una responsabilidad

Uruguay, un país estable y próspero, se convirtió en 2022 en la economía más próspera de Sudamérica en términos de PIB per cápita, superando ligeramente a Chile. Con un entorno favorable a la inversión y excelentes resultados económicos en la última década, se ha convertido en un destino fiable para inversores de todo el mundo. Algunos incluso especulan con que podría convertirse en el nuevo Singapur de América Latina: la nueva meca de los emprendedores y las start-ups. Además, aunque la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19 ha tenido un impacto negativo en su economía (en 2020, su PIB cayó un 5,9%), Uruguay ha conseguido, no obstante, mantenerse entre los países más ricos de Sudamérica. Sin embargo, a pesar de esta prosperidad económica, todavía se enfrenta a algunos obstáculos para consolidar su crecimiento. Desde hace algunos años, Uruguay se enfrenta a problemas económicos persistentes como la falta de competitividad, una inflación galopante que supera cada año el objetivo del gobierno, una legislación laboral rígida, una gran burocracia administrativa y unos costes de producción elevados. Además, el país se enfrenta a un gran reto debido a la creciente demanda de mano de obra cualificada, lo que pone de manifiesto su falta de competencias y capital humano. Como la economía uruguaya tiene importantes vínculos con Argentina y Brasil, las perturbaciones originadas en las economías vecinas suelen repercutir en la economía uruguaya. De hecho, la política exterior del país ha experimentado cambios significativos desde la llegada al poder del Presidente Lacalle Pou en el panorama político. Su objetivo es reforzar la presencia de Uruguay en el comercio internacional flexibilizando el Mercosur. La negociación de un acuerdo de libre comercio podría permitir al país encontrar acuerdos comerciales directos con otras naciones o bloques económicos y abrirse así más al mundo.

La carne de vacuno congelada es el principal producto de exportación y un verdadero pilar de la economía. Le siguen la pasta de madera, el arroz, la leche condensada y la soja. Estas exportaciones se destinan principalmente a China, que representaba el 28% de las exportaciones totales del país en 2021, seguida de Brasil, Estados Unidos, Países Bajos y Argentina. En 2022, se están llevando a cabo importantes obras de infraestructura portuaria y ferroviaria, ya que la empresa finlandesa UPM está construyendo su segunda fábrica de pasta de papel en el condado de Durazno. La fábrica podrá producir 2,1 millones de toneladas anuales de pasta de eucalipto. El ferrocarril que unirá Durazno con Montevideo es uno de los proyectos de infraestructura más importantes de la historia del país. El conflicto medioambiental entre Uruguay y su vecino Argentina surgió cuando dos empresas, una finlandesa y otra española, anunciaron sus planes de construir fábricas de pasta de celulosa a lo largo de la costa del río Uruguay, que separa ambos países (concretamente en Fray Bentos). Argentina expresó inmediatamente su descontento por la posible contaminación de las aguas y lamentó que Uruguay no le hubiera consultado al respecto (un tratado internacional de 1975 estipula que los dos países deben consultarse sobre todos los asuntos relacionados con el río Uruguay). Durante más de dos años se bloquearon carreteras y puentes, se tensaron al extremo las relaciones diplomáticas entre los dos países, se presentaron denuncias ante tribunales internacionales (el 13 de julio de 2006, la Corte Internacional de Justicia falló a favor de Uruguay, pero el 23 de enero de 2007 desestimó la denuncia de Uruguay contra Argentina), ante la OEA (Organización de Estados Americanos), y luego se pidió a terceros países que arbitraran el conflicto.

Campeón sudamericano de energías renovables

Hoy, Uruguay puede presumir de ser uno de los países más verdes del mundo, junto con Dinamarca, Islandia y Costa Rica. A partir de los años 40, su electricidad procedía principalmente de centrales térmicas y presas hidroeléctricas. El petróleo y sus derivados se importaban en su totalidad. En la década de 1990, el país dependía en gran medida de estas dos fuentes de energía. La inestabilidad de los precios de las materias primas afectó tanto a la economía como a la vida de sus habitantes, que sufrían cortes de electricidad a diario. En 2008, Ramón Méndez, entonces director nacional de Energía, anunció su plan de transición a las energías renovables en todo el país. Y aunque pudiera parecer poco realista, en 2016 Uruguay ya contaba con unos 50 parques eólicos, plantas de biomasa y centrales solares, que sustituyeron inmediatamente a la producción de petróleo. Obviamente, esta transición se tradujo en una reducción significativa de la huella de carbono nacional, al tiempo que redujo el presupuesto anual del país en más de 500 millones de dólares. El porcentaje de energías renovables en el consumo final de energía ha pasado del 44% en 2011 al 98% en la actualidad, lo que lo convierte en uno de los mejores países del mundo en energía verde. En los últimos años, Uruguay ha producido tanta energía renovable que puede exportarla a sus vecinos sudamericanos, Argentina y Brasil. En 2021, los ingresos por exportación de energías renovables ascendieron a 529 millones de dólares, lo que convierte a la electricidad en el sexto producto más exportado del país. Por último, cabe destacar que los uruguayos nunca han salido a la calle para manifestarse por el clima y exigir acciones concretas contra el calentamiento global. Lo único que tiene que hacer el gobierno es reconsiderar su dependencia del petróleo e invertir en infraestructuras energéticas, sin subvenciones ni costes adicionales para los consumidores.

Protección del medio ambiente y zonas protegidas

La protección del ecosistema y la biodiversidad a escala nacional está garantizada por el Ministerio de Medio Ambiente, responsable de la supervisión de las áreas de conservación. En 2000 se aprobó una ley por la que se creaba el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), de interés público. Desde su creación, se ha establecido gradualmente una red de 17 áreas protegidas (AP). En 2021, la superficie protegida por el SNAP era de 334.125 hectáreas, lo que representa el 1,05% del territorio. Ni que decir tiene que estas áreas fomentan la promoción de un ecoturismo responsable y consciente del patrimonio ecológico del país. Su objetivo es generar oportunidades para las comunidades locales a través de actividades recreativas, educativas, de investigación y desarrollo, por supuesto compatibles con la conservación. La siguiente es una lista de áreas protegidas del gobierno organizadas por departamento:

Colonia. Parque nacional Isla San Gabriel: frente a la ciudad, sobre el Río de la Plata, esta isla de 24 hectáreas posee multitud de árboles y arbustos, y fue declarada parque nacional en 1995.

Soriano. Bosque Nacional del río Negro, Grito de Ascencio, Parque nacional J. A. Lavalleja.

Flores. Paisaje protegido Localidad Rupestre de Chamangá: un tesoro escondido de inmensa riqueza arqueológica, ya que es el lugar donde se concentra la mayor cantidad de pinturas rupestres del país.

Río Negro. Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay: más de 6.300 hectáreas de esteros costeros con 24 islas e islotes.

Paysandú. Monumento Histórico Meseta de Artigas: el mayor monumento en honor a José Artigas. Montes del Queguay: uno de los mayores bosques naturales del país e importante zona arqueológica.

Rivera. Parque Natural Valle del Lunarejo: un circuito de aproximadamente 20.000 hectáreas con laderas, cuevas y cascadas, rodeado de vegetación tropical intacta. Laureles-Cañas: un territorio de 62.500 hectáreas con cañones, acantilados, cascadas, así como diversos prados y marismas (también de gran valor cultural por las actividades tradicionales que allí se realizan y la pervivencia de un dialecto original de la región, el carimbau).

Treinta y Tres. El paisaje protegido Quebrada de los Cuervos.

Lavalleja. Parque Nacional Arequita: 950 hectáreas, a 11 km de Minas, donde se puede observar fauna y flora autóctonas; el Cerro Arequita alcanza los 230 m y domina magníficas cuevas.

Rocha. Parque Nacional de Santa Teresa: cerca de Punta del Diablo, una hermosa reserva de 3.000 hectáreas con flora y fauna autóctonas, un fuerte, aviarios, invernaderos, animales en semilibertad, una zona de acampada y una hermosa playa. Parque Nacional Fuerte San Miguel: en el noreste del departamento, cerca de Brasil, 1.500 hectáreas con montañas y rocas volcánicas, un fuerte y abundante fauna y flora. Parque Nacional Cabo Polonio: un popular balneario que ofrece a los visitantes la posibilidad de explorar sus playas vírgenes, sus famosas dunas, sus bosques autóctonos y sus acantilados rocosos. Laguna de Rocha: declarada reserva de la biosfera por la UNESCO, es uno de los mejores lugares para la observación de aves. Laguna de Castillos: lugar de nidificación de más de 200 especies de aves.

Maldonado. Parque Nacional Lacustre: 72 km2 de laguna en las afueras de José Ignacio, La Laguna Garzón y Rocha, con más de 200 especies de aves.

Montevideo. Parque Natural de los Humedales del Santa Lucía, que pasó a formar parte del SNAP en febrero de 2015. Parque Nacional Isla de Flores: primera área marina protegida del país.

Canelones. Parque Nacional F. D. Roosevelt (ex Carrasco): este parque de 370 hectáreas, en su mayor parte plantado de acacias, pinos y eucaliptos, está a un paso del aeropuerto y de la Ciudad de la Costa, e incluye un lago artificial.