L'uruguay possède l'un des meilleurs systèmes éducatifs d'Amérique latine © futurewalk - iStockphoto.com.jpg
Cérémonie du président Luis Lacalle Pou en mars 2020 © Salma Bashir Motiwala - Shutterstock.com.jpg

Educación

Uruguay tiene una tasa de alfabetización prácticamente universal, comparable a la de la mayoría de los países desarrollados. La educación es obligatoria para los alumnos de 6 a 11 años, y el sistema educativo es gratuito desde el nivel preescolar hasta el universitario. Sin embargo, las escuelas públicas son muy caras. Todos los niños que entran en el sistema escolar reciben un ordenador en cuanto empiezan a leer y tienen acceso gratuito a Internet en todas las zonas públicas del país. Entre los centros universitarios de renombre se encuentran la Universidad de la República de Montevideo, fundada en 1849, y la Universidad Católica de Uruguay, fundada en 1985. Ambas instituciones cuentan con numerosas facultades, entre las que destacan las de Medicina e Ingeniería, que atraen a estudiantes de todo el país. Su ratio alumno-profesor es uno de los más bajos del mundo, con sólo 14 alumnos por profesor, en contraste con Francia, donde la ratio alcanza los 19 alumnos por profesor. Sin embargo, las tasas de abandono escolar siguen siendo elevadas, sobre todo en secundaria. Las barreras económicas, la falta de acceso a las escuelas y el mal ambiente escolar son algunos de los factores que, según se dice, empujan a los estudiantes a abandonar los estudios antes de graduarse. Naturalmente, este fenómeno de abandono plantea muchos problemas, ya que no sólo implica una disminución de la productividad, sino también una ruptura del compromiso cívico y social de la población, un aumento de la violencia, así como una disminución del rendimiento del sistema sanitario. Evidentemente, el país aún tiene mucho trabajo por hacer en materia de educación, aunque sigue encabezando la lista de los mejores sistemas educativos de América Latina.

Legalización del cannabis

Con el objetivo de luchar contra el narcotráfico, Uruguay aprobó en 2014 una drástica medida al legalizar la producción, venta y consumo de cannabis con fines recreativos. Sin embargo, la ley adoptó ciertas condiciones, como el hecho de que los consumidores de marihuana deben tener al menos 18 años, residir en Uruguay e inscribirse en un registro de usuarios. La normativa actual ofrece tres formas de adquirir marihuana legalmente: el cultivo individual, los clubes y la compra en farmacias. Los consumidores pueden comprar hasta diez gramos de cannabis por semana. La ley también prevé cuotas de producción, que permiten a cada uruguayo cultivar hasta seis plantas de cannabis para consumo personal, y la formación de asociaciones de fumadores de entre 15 y 45 personas, que pueden cultivar colectivamente un máximo de 99 plantas. La iniciativa del presidente uruguayo, José Mujica, es la primera de este tipo en el mundo, ya que la ley firmada pone toda la cadena de producción bajo la autoridad del Estado. En 2020, el sector del cannabis en Uruguay contaba con 120 empresas, que empleaban a más de 1.000 personas. En términos de exportaciones, Uruguay alcanzó una cifra impresionante en 2020, enviando casi once toneladas de cannabis, principalmente a Europa. Esto convirtió al país en el mayor exportador de cáñamo del mundo. Por último, en La Tertulia, una finca de 110 hectáreas situada a 15 km de Laguna Garzón, se está construyendo el primer centro de bienestar y educación sobre cannabis medicinal de América Latina. También es posible visitar el museo del cannabis en Montevideo.

Comunidad LGBTQI

Uruguay es pionero en diversidad e inclusión y se ha convertido con los años en uno de los países más avanzados en materia de derechos de lesbianas, gays, bisexuales, trans, queer, intersexuales y asexuales (LGBTQI+). La homosexualidad se despenalizó en 1934 y en 2009 las parejas de gays y lesbianas ya podían adoptar niños conjuntamente. También en 2009, Uruguay aprobó el cambio de estado civil para los transexuales (por 51 votos de 53), una gran primicia para el continente sudamericano. Según dicho proyecto: "Toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad conforme a su propia identidad de género, independientemente de su sexo biológico, genético, anatómico, morfológico u hormonal." En 2013, Uruguay se convirtió en el tercer país de Sudamérica en legalizar oficialmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, y en 2018, el Congreso uruguayo fue aún más lejos al aprobar una ley que garantizaba derechos a las personas transexuales, otorgándoles la opción de someterse a una cirugía de reasignación de género. Desde entonces, los miembros de la comunidad LGBTQI+ pueden someterse a este procedimiento, que será costeado por el Estado. Gracias a estas legislaciones inclusivas y a la promoción de la diversidad de sexo y género, el país atrae cada año a unos 250.000 turistas de esta comunidad. En 2021, Uruguay fue clasificado como el 5º país más gay-friendly del mundo, según la Guía Gay Internacional Spartacus, que mide las condiciones de vida de los miembros de la comunidad LGBTQI+ en cada país. Además, las empresas nacionales ya pueden solicitar la certificación de empresa gay-friendly. En cuanto a los actos de celebración de estas culturas, el último viernes de septiembre se celebra la Marcha por la Diversidad, organizada por la Coordinadora de la Marcha por la Diversidad. Ese día, a partir de las 19 horas, consignas como "La discriminación también es violencia, que no te gane la indiferencia" y "Sin diversidad no hay democracia", comienzan a resonar a lo largo de la Avenida del Libertador. En el centro de la capital, en la Plaza de la Diversidad Sexual, hay un "homomonumento". Inaugurado en 2005, exhibe una cita que revela los valores progresistas y liberales del país: "Honrar la diversidad es honrar la vida: Montevideo por el respeto a todos los géneros, identidades y orientaciones sexuales" Además, se ha abierto un hotel exclusivo para homosexuales en la playa nudista de Chihuahua, a pocos kilómetros de Punta del Este. La emergente escena gay también ha dado lugar a conocidas discotecas que acogen coloridas fiestas y excéntricos espectáculos de drag burlesque. De este modo, Uruguay da ejemplo de país que promueve la igualdad de derechos para todos, independientemente de la orientación sexual o la identidad de género.

Salud

Uruguay tiene un sistema sanitario público y universal, conocido como Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), al que pueden acceder todos los residentes en el país, incluidos los extranjeros. Financiado por el gobierno y gestionado por el Ministerio de Salud Pública, incluye hospitales públicos, clínicas y centros de atención primaria. El SNIS ofrece una gama completa de servicios sanitarios, que incluyen prevención, tratamiento y rehabilitación, así como la cobertura de ciertos medicamentos, aunque se aplican algunas limitaciones. La densidad de médicos per cápita es de cinco por mil, comparable a la de los países occidentales. Además, los ciudadanos uruguayos gozan de libertad para elegir a su proveedor de atención sanitaria y a su médico de cabecera. El gasto sanitario del Estado representa alrededor del 10% del PIB en Uruguay, porcentaje superior a la media de la OCDE (8,8%). Además, existe una importante tradición de protección social, derivada de la legislación aprobada en 1912 y 1929. Por ejemplo, tras la creación de regímenes de pensiones para una parte del servicio militar y civil en el siglo XIX, la cobertura se fue ampliando gradualmente hasta alcanzar una cobertura casi universal de las pensiones, la invalidez, el seguro y las prestaciones de supervivencia a mediados de la década de 1950. Sin embargo, existen algunas disparidades en el acceso a la atención sanitaria, ya que la capital cuenta con mejores instalaciones médicas que otras partes del país.

Pobreza

En 2021, el Banco Mundial informó de que la clase media uruguaya se había convertido en la mayor de América Latina, representando más del 60% de su población. Según un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en 2004 el porcentaje de personas que vivían por debajo del umbral de pobreza era del 39,9%. En otras palabras, 4 de cada 10 uruguayos vivían con menos de 1,90 dólares al día. Hoy, el país puede presumir de tener la tasa de pobreza más baja de América Latina, con un 3,2% de su población viviendo con menos de 1.000 euros al mes. En octubre de 2022, para el conjunto del país, la tasa de actividad se situaba en el 62,1%, la de empleo en el 57,2% y la de paro en el 7,8%.

Política

La República Oriental del Uruguay es un Estado laico y soberano, caracterizado por un sistema democrático y republicano, con separación de poderes entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial. El poder ejecutivo está compuesto por el Presidente, Luis Lacalle Pou, hijo del ex Presidente Luis Lacalle Herrera (1990-1995), la Vicepresidenta, Beatriz Argimón, y el Consejo de Ministros, que los asiste. Según el sistema electoral vigente, el Presidente de la República es elegido por sufragio universal para un mandato de cinco años y está limitado a un mandato, al igual que los gobernadores e intendentes.

Los principales partidos políticos de Uruguay son

Partido Colorado. Fundado en 1836. Desde la restauración de la democracia en 1985, el Partido Colorado ha gobernado Uruguay en tres ocasiones: entre 1985 y 1990 (Julio María Sanguinetti), entre 1995 y 2000 (de nuevo Julio María Sanguinetti) y entre 2000 y 2005 (Jorge Batlle). Partido de derechas, conservador, nacionalista y proteccionista, propugna un liberalismo a la americana.

Partido Nacional. Fundado en 1836 por Manuel Oribe. Desde la restauración de la democracia, el Partido Nacional gobernó Uruguay entre 1990 y 1995 (Luis Alberto Lacalle Herrera) y en la actual legislatura (Luis Alberto Lacalle Pou).

Frente Amplio. Coalición fundada en 1971, integrada por numerosos partidos y grupos políticos que van desde el centro-izquierda hasta la extrema izquierda. Ha gobernado Uruguay en tres ocasiones: entre 2005 y 2010 (Tabaré Vázquez Rosas), entre 2010 y 2015 (José Mujica) y entre 2015 y 2020 (Tabaré Vázquez Rosas de nuevo). Está dirigida por Javier Miranda.