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Una tradición ancestral bien guardada

Ya sea entre los mandjaks, los halpulaars o los sereres, el arte de tejer es un secreto bien guardado, incluso misterioso, que se transmite de padres a hijos, y a veces sólo dentro de una misma casta. En grandes telares de madera, solos o en grupo, según las etnias, repiten espontáneamente gestos muy precisos de forma rítmica, fabricando así tiras de colores, cuyo teñido se confía a las mujeres. Estas tiras, que luego ensambla una modista, representan motivos simbólicos, a menudo místicos, que cuentan la historia de un pueblo, con sus valores, sus ritos y su cultura. A veces, estos motivos son incluso revelados por sus antepasados, y se dice que algunas tejedoras son habitadas por la noche por los espíritus de sus antepasados... Sin embargo, no todo el mundo es maestro tejedor, y este secreto tan bien guardado está a veces fuera del alcance de los aprendices, algunos de los cuales recurrirán a engaños con su maestro para aprender todos los trucos del oficio. Entre los Fulani y los Toucouleurs, este saber hacer lo poseen los Maboubés, una casta específica de esta etnia común, los Halpulaars. Sin embargo, cada etnia tiene su especialidad: los fulani tejen la lana y los toucouleurs el algodón, para confeccionar mantas y boubous. Se trata de un negocio familiar en el que nada se deja al azar, desde el telar que se transmite de generación en generación hasta el gris-gris que se ofrece para ahuyentar a los malos espíritus y propiciar prósperos negocios. También hay tejedores ambulantes que van de casa en casa haciendo hermosas piezas de tela a medida, instalándose en el patio con su telar.

El taparrabos tejido, una identidad cultural

En Senegal, el taparrabos tejido acompaña a ciertos grupos étnicos en cada etapa importante de la vida, desde el bautismo hasta el entierro, pasando por el matrimonio y otras ceremonias. Este tejido, lleno de historias a través de sus dibujos y colores, sirve sobre todo para proteger a quien lo lleva, ahuyentando la mala suerte o trayéndole buena fortuna. Así, la joven novia será conducida al hogar conyugal vestida enteramente con un tejido, una especie de talismán que, según la creencia popular, le dará todas las posibilidades de un matrimonio exitoso. Del mismo modo, si una mujer soltera desea encontrar marido, debe llevar un taparrabos durante tres días consecutivos, acompañando este ritual con fórmulas místicas pronunciadas por su griot nativo. Si se respeta bien este protocolo, la mujer no tardará en encontrar la plenitud. Estos valiosos objetos, cuidadosamente guardados en la casa, tienen varias funciones. Ya sea para proteger al recién nacido, para acompañar al difunto al más allá, como escudo contra los celosos o contra el mal en general, el taparrabos tejido es parte integrante de las culturas étnicas peul, diola o serer, que incluso los perfuman para aumentar su poder protector. Falda, chal o boubous, los senegaleses también lo llevan como prenda de vestir, sobre todo en los días de fiesta, cuando se visten con sus mejores galas. Como regalo, se recibe como un verdadero honor y una muestra de respeto. Aunque rara vez se lleva, incluso se desenrolla cuando pasa una persona que lo merece para honrarla. Más que un símbolo de identidad, es un objeto de prestigio, un elemento esencial de la vida cotidiana senegalesa.

Los tapices de Thiès, prestigio local más allá de las fronteras

Por iniciativa de Léopold Sédar Senghor, que deseaba promover las artes plásticas senegalesas en todo el mundo, en 1966 se creó en Thiès la Fábrica Nacional de Tapices. Para perfeccionar su formación, el Presidente poeta decidió enviar a los artesanos a Francia para que se formaran en las fábricas reales de Gobelins y Aubusson, una práctica que continúa en la actualidad. A su regreso, trabajaban para el Estado, que elegía los modelos y compraba las producciones. Así, desde hace más de cincuenta años, numerosos tapices murales de diversos tamaños y ediciones limitadas se tejen totalmente a mano en este prestigioso taller, reconocido más allá de sus fronteras. Gracias a estas verdaderas obras maestras, Senegal es ahora conocido en todo el mundo. Además de en las instituciones senegalesas, estos frescos pueden verse en los palacios de los jefes de Estado, en sedes internacionales como el Banco Mundial y el FMI, ¡e incluso en el aeropuerto de Atlanta, en Estados Unidos! En 1973, se convirtieron en Manufactures sénégalaises des arts décoratifs, y se diversificaron en diferentes campos de producción, como la pintura y la escultura. Sin embargo, a pesar de su influencia en el extranjero, se encuentran en una situación difícil desde los años 80, ya que siguen dependiendo del Estado y de sus subvenciones, cada vez más escasas. Afortunadamente, están recuperando fuerzas con algunos encargos, el más notable de los cuales fue en 2008, de la sede de las Naciones Unidas. Casi tres años de minucioso trabajo se emplearon en dotar a la sede de la mayor obra tejida por la Manufactura en toda su historia. Realizado en lana y algodón, este tapiz de 24 m² representa el Magal de Touba, la gran reunión anual de los Mourides, y adorna la sede de las Naciones Unidas desde finales de 2012.

Tejer, una tradición revisada

Además de todo el simbolismo que encierra, el taparrabos tejido es apreciado por la armonía de sus colores, la belleza de sus dibujos y, sobre todo, por la excepcional calidad de sus tejidos. El más famoso es sin duda el taparrabos tejido mandjak, que ofrece un tejido flexible, suave y grueso. Diseñadores senegaleses de renombre como Collé Sow Ardo y Angélique Diédhiou han hecho de él su material favorito. Es también el caso de la diseñadora Maï Diop en Saint-Louis, de Aïssa Dione y sus artículos de decoración, y de la diseñadora textil Johanna Brambles, que trabajan con tejedores senegaleses, contribuyendo así a la preservación y promoción de este saber hacer ancestral. Zapatos, vestidos, bufandas o fundas de cojín, el taparrabos se presenta hoy en todas sus formas, desde prendas de moda hasta originales accesorios de moda o artículos de decoración, y se ha convertido en un must-have de la moda africana.