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Una artesanía viva y creativa

La cestería de junco, el tejido de algodón y la tapicería son expresiones características de la artesanía caboverdiana. Las mujeres, por ejemplo, hacen ganchillo y bordan una gran variedad de artículos, desde manteles hasta bolsos. La imaginación creativa de los artesanos no tiene límites. Son capaces de producir auténticas obras de arte utilizando materiales que de otro modo se desecharían, como fibras vegetales, trapos, cáscaras de huevo y cocos para fabricar todo tipo de objetos decorativos. Más recientemente, hemos asistido a la aparición de artesanía basada en la arcilla y las piedras del volcán Fogo.

Calabedache y tejidos africanos

El tejido conocido como pano de terra, o literalmente "paño de tierra", fue antaño un producto comercial destinado a la exportación. Con el mismo espíritu, existe la variante calabresa, pero ¿qué esconde este extraño nombre? Es una práctica tradicional que consiste en unir varias tiras de tela que encajan entre sí. Por ejemplo, hay mantas (que pueden utilizarse como colchas o cubrecamas) formadas por largas tiras tejidas en telar de caña, confeccionadas in situ por tejedores que utilizan algodón, lana de oveja y trapos como materia prima. Este tapiz es cada vez más raro, ya que ha perdido su importancia etnográfica original, pero aún es posible encontrar alguno. Directamente del continente, las telas de batik, cera, bogolán y percal se venden por metros para confeccionar cortinas o cojines; incluso puede hacerse una prenda a medida en un tiempo récord.

Bebidas y otros productos locales

Los que hayan bebido aguardiente de caña, el famoso grogue nacional con falso aire de ron agrícola, estarán deseando traerse un poco para compartir su experiencia: se vende en todas partes, pero se sigue prefiriendo la versión artesanal. Los puristas dicen que el auténtico grogue debe elaborarse en Santo Antão. De hecho, es aquí donde se concentra la mayoría de las destilerías y donde crece la mejor caña de azúcar, según los lugareños. A partir de esta bebida institucional se elabora toda una variedad de ponches, aromatizados con frutas exóticas como la maracuyá y el tamarindo.
Vinos como el Manecon no contienen aditivos y proceden de viñedos situados en las laderas del volcán Fogo. Difíciles de encontrar en el extranjero, serán un original complemento para su bodega. Tintos con cuerpo, blancos con sabor a cítricos o rosados frescos, sin duda se habrá familiarizado con ellos al final de su estancia. Sin olvidar el passito o vino de paja, de color ámbar, para degustar con el postre. En la categoría de productos locales, encontrará tarros de mermeladas y café, también producidos en el suelo volcánico de Fogo.

Un poco de las islas en la canción

Si se ha dejado seducir por las melodías caboverdianas, lo primero que hará a su regreso será escuchar una y otra vez su nueva lista de reproducción. Rica y diversa, la inspiración musical ha sido forjada por una mezcla de culturas, por lo que existe una amplia gama de ambientes, desde la lánguida morna hasta la festiva mazurca, sin olvidar la coladeira, la funana y el batuque, interpretados por un sinfín de artistas cuya producción es floreciente... suficiente para alegrar sus noches de invierno. Los músicos y otros amantes de los instrumentos estarán encantados de descubrir la cimboa (calabaza), el ferrinho, la viola y el cavaquinho (pequeña guitarra de cuatro cuerdas). Los instrumentos musicales encontrarán fácilmente un pequeño hueco en su maleta.

Joyas y amuletos artesanales

Los sibitchi, o "perlas de ojo", pequeñas cuentas de cristal negro moteadas de blanco, se dice que protegen contra el mal de ojo. Típicamente caboverdianos y ensamblados localmente, estos amuletos constituyen un original souvenir. Otro objeto fácil de llevar es la concha de cauri, un pequeño caparazón de fuerte sabor africano, utilizado antaño como moneda de cambio. En el espíritu del grigri, pueden llevarse como colgantes o acumulados con otros amuletos, o como elemento de personalización.

Cestería con aire vintage

La paja, el sisal y las fibras naturales vuelven con fuerza a nuestros interiores y se integran en cualquier decoración, en un guiño al estilo hippy de los años 70. En Cabo Verde, encontrará una gran variedad de objetos hechos a mano, en su mayoría por mujeres: cestas, cajas, jarrones, canastos, pantallas de lámparas... suficientes para dar un impulso a su decoración u ofrecer un regalo que seguro le gustará.

Pinturas ingenuas africanas

Al igual que otros países de África Occidental, como Senegal, ha desarrollado lenta pero inexorablemente un movimiento gráfico gracias al trabajo de pintores, a menudo autodidactas, la mayoría de tradición naïf. Amantes del arte, optando por un lienzo, por pequeño que sea, seguro que se traen de vuelta una pieza única, testimonio visual de su viaje. No dude en empujar las puertas de los estudios o pasear por las galerías de arte siempre que se cruce con alguna en el transcurso de sus andanzas. Mindelo, por ejemplo, es cuna de artistas de renombre como los hermanos Tchalé.

Juegos tradicionales

Ouri es un juego muy original y típicamente africano También conocido como Uri o Awalé, consiste en un tablero de madera con doce agujeros en los que cada jugador coloca sus semillas (guijarros o conchas), con el objetivo de reunir el mayor número posible de semillas al final de la partida. Cuenta la leyenda que el árbol que produce las semillas utilizadas en el juego, la Caesalpinia crista, existe únicamente con este fin. Asista a partidas improvisadas en las esquinas, en las plazas de los pueblos o en los cafés, o mejor aún, pruebe a jugar e impresione a sus amigos de camino a casa.

Observo pero lo dejo ahí..

Todos somos defensores de la causa animal y de la protección del medio marino, así que el coral debe estar en el fondo del océano y la arena de colores en la playa. Hay que evitar cualquier objeto fabricado con caparazones de tortuga que pueda fomentar la caza furtiva (recordemos que las tortugas están en peligro de extinción y protegidas). Por último, para respetar el ecosistema, no recogemos plantas ni flores durante nuestros paseos, ya que son raras, preciosas y mucho más bellas en la naturaleza.