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Actividades familiares

En la religión católica, la familia es muy importante, y no es raro que varias generaciones convivan en el mismo hogar. Como en muchos países donde la emigración se ha generalizado, comprar una casa o hacerla construir es un signo de ascenso social, percibido por la propia familia y por la comunidad. Sin embargo, existen grandes disparidades en materia de vivienda. Algunas aldeas son inaccesibles y están aisladas de todo, y las condiciones de vida pueden ser muy básicas. Sin embargo, en todos los círculos sociales, el televisor siempre será el elemento fundador, incluso en una casa de campo con comodidades rústicas. Es el lugar donde las familias y los vecinos se reúnen para ver un partido de fútbol o las telenovelas de Brasil que tanto gustan a los lusitanos. A la hora de la retransmisión, las calles y las plazas quedan repentinamente desiertas. Hay que recordar que estas telenovelas a veces duran años A menudo, en estas aldeas remotas, no hay agua corriente. En el mejor de los casos, se utilizan grandes depósitos para almacenarla, que se colocan en el tejado. Internet y las nuevas tecnologías se han desarrollado por fin, aunque la red sea caprichosa. Cabo Verde ya no se considera pobre: ha pasado de la categoría de países menos adelantados (PMA) a la de países emergentes de renta media (PRM). El país importa casi todos sus bienes, la inmensa mayoría procedentes de Portugal. El coste de la vida varía de una isla a otra: en Boa Vista, los precios son un 30% más altos que en el resto del archipiélago.

¡Todos a la escuela!

El país tiene la tasa de alfabetización más alta de África (94% en primaria). La educación siempre ha sido una prioridad del gobierno. La escolarización es obligatoria hasta los 15 años, y los niños disfrutan estudiando. Algunos, en las zonas más remotas, no dudan en caminar largas distancias para llegar a la escuela. Los verá, vestidos con sus uniformes, caminando o esperando a un aluguer que hace las veces de autobús escolar. El acceso a la enseñanza superior es ahora posible gracias a la apertura de la primera universidad del país en Praia en 2006. Desde entonces, el país se ha dotado de una estructura universitaria: atrás quedaron los días en que había que irse al extranjero para estudiar.

La música en el corazón de la vida cotidiana

Sea cual sea su edad o categoría social, ningún caboverdiano puede vivir sin música, forma parte de su identidad. Con sus orígenes en África, la música, el canto y la danza han sufrido una serie de hábiles mezclas que son claramente perceptibles en los ritmos. Pero también se ha enriquecido con sonidos sudamericanos como el enérgico funaná, con sus ritmos binarios afines a la lambada. Por último, Portugal también ha desempeñado un papel, ya que la morna nacional es similar al fado. La morna, que encierra el alma caboverdiana, desempeña un papel fundamental en la vida social, acompañando bodas, bautizos, en definitiva, todos los grandes acontecimientos. Más recientemente, el zouk, el cabo love y la kizomba han irrumpido con fuerza en las ondas y las pistas de baile. Cantar (en criollo, por supuesto) y bailar son esenciales para los caboverdianos. Cualquier ocasión es buena para una fiesta, y cualquier objeto puede servir de instrumento: se puede dar la vuelta a un vaso y golpearlo, utilizar la tapa de un cuenco o una lata, etcétera. Cualquier cosa que pueda resonar es suficiente para crear ritmos salvajes y hacer que uno se mueva. En Cabo Verde es costumbre reunirse por la noche en plazas, cafés, en la calle o en casa de amigos. Un instrumento de cuerda por aquí, un cavaquinho por allá, y se forma una orquesta improvisada, lista para entusiasmar a los grupos de juerguistas que se forman atraídos por los sonidos familiares. Sin dejar de ser fieles a la tradición, las generaciones más jóvenes se decantan ahora por sonidos más afro-funk, electrónicos y urbanos, y son estas nuevas tendencias las que hacen bailar a la multitud. En cualquier caso, la energía de la música caboverdiana está viva y es contagiosa.

Un carnaval con ritmos africanos

El Carnaval de Mindelo, que todo el mundo espera con impaciencia, se ha convertido en una auténtica institución en Cabo Verde. Pero, ¿cómo y por qué ha llegado hasta aquí? La "culpa" es de los portugueses, que introdujeron la fiesta del Entrudo el martes de Carnaval. El tiempo y la fertilización cruzada han hecho el resto, transformando una simple fiesta local en un gran acontecimiento de cultura popular que, gracias al turismo, empieza a adquirir cierta notoriedad internacional. Al son de la batucada, desfiles, Rey Momo, disfraces, mandingas y coreografías se preparan con mucha antelación para ofrecer a todos un espectáculo digno de su reputación. Los barrios cobran vida, los cuerpos y los espíritus se calientan... ¡ambiente y vaivén garantizados durante más de una semana!

Escenas de la vida local

El ocio y la diversión se reducen a actividades sencillas: asar chuletas en un brasero y agasajar a los vecinos, ir a pescar, improvisar unas notas de música al estilo de la tocatinha o beber un grogue en buena compañía. En la esquina de una mercearia, que también sirve de bar de refrescos, o en las plazas de los pueblos, verá a hombres jugando a las cartas, gesticulando y diciendo palabrotas, mientras otros dormitan a la sombra de una palmera. Contemplando estas escenas, se comprende mejor el estado de ánimo de la famosa morabeza, una especie de dolce vita teñida de espontaneidad y apertura a los demás. Los niños, por su parte, juegan a la carambola en el barro o improvisan un partido de fútbol en la arena, mientras sus padres pescadores traen la pesca del día en sus barcas curtidas por la intemperie. Estos son sólo algunos ejemplos de los cuadros vivientes que se pueden ver en cualquier lugar y a cualquier hora: el de la vida local, con cierta sencillez y alegría de vivir, que transcurre sin el menor estrés... una verdadera invitación a bajar el ritmo.