Venta de vinos y licores Pirineos Orientales

Fruto de la fusión de varias bodegas del valle del Agly (Estagel, Montner, Saint Paul de Fenouillet, Caudiès de Fenouillèdes y Lesquerde), la bodega de Viticultores de Côtes d'Agly es hoy una de las principales cooperativas de producción de la DOP Côtes du Roussillon, con más de 250 viticultores, 1150 hectáreas de viñedo y 10 denominaciones de origen. Se hace hincapié en la calidad, pero también en el medio ambiente: algunas cosechas son ecológicas. En el valle del Agly hay una gran variedad de suelos muy específicos que producen vinos muy contrastados.

Mas de Lavail es un viñedo situado en Maury. La finca ofrece una variada gama de vinos, desde vinos "de placer" como Carignan Blanc y Carignan Noir, hasta vinos expresivos como La Désirade y Le Sud. El viñedo también produce vinos dulces naturales, como Maury Expression y Muscat de Rivesaltes.

En las 15 hectáreas de viñedos que se extienden desde Tautavel hasta St-Paul de Fenouillet, uno encuentra una gran variedad de suelos: esquisto, margas esquistosas y arcillo-calcáreos. En los tres colores, Dimitri y Muriel crean vinos con un carácter concentrado y muy sabroso. Al explotar las viejas cepas situadas en altitud, su objetivo es simple: mejorar la calidad gustativa cada año y así, en esencia, posicionarse como uno de los valores seguros de la región. La apuesta ha dado sus frutos, porque sus vinos son regularmente elogiados por la prensa especializada.

"El vino es una creación de la naturaleza, el enólogo acompaña el proceso. Cosecha manual en 20 ha

Las tierras de Cabestany son un antiguo golfo, situado en medio de los llanos del Rosellón, que se llenó con los depósitos aluviales de tres ríos. Se compone de una mezcla de suelos ricos, grasos o limosos, intercalados con tramos rocosos. Entre las terrazas, que se escalonan según los tres ríos, se encuentran las de Cabestany, formadas por guijarros y depósitos aluviales. La bodega Cabestany, inaugurada en 2005, contigua a la Cave Coopérative, está situada en el centro del pueblo. Su mostrador central en forma de barril es original y sus enormes ventanales atraen el sol y las cálidas sonrisas de los transeúntes. Le seducirá tanto la arquitectura del lugar como los vinos que podrá degustar con Audrey. Nos gustaron especialmente el Maître de Cabestany y el Deux Lions, dos tintos de Côtes du Roussillon Villages con estructura y cuerpo, o simplemente el Volonté d'un Hom, un rosado IGP ecológico muy sorprendente. La bodega de Cabestany también acoge exposiciones muy bonitas (el lugar es tan amplio y cálido que es ideal para ello) y dispone de un amplio aparcamiento. No olvide, antes o después de la degustación, pasarse por el Centro de Escultura Románica de Cabestany, un lugar a descubrir sin falta ubicado a cinco minutos a pie.

"Cuando todo lo que tienes es amor..." y el Clos des Vins d'Amour, ¡la vida es bella! La filosofía de la familia Dornier es simple y evidente: poca intervención en el viñedo o en la bodega, escuchar a la naturaleza y a lo vivo. Nuestros favoritos son Idylle en blanco y 1+1=3 en rojo. Se trata de vinos realmente sorprendentes, frescos y finos los primeros, afrutados y crujientes los segundos. Encontrará estas botellas en las mejores mesas de la región. No todos los vinos ecológicos son iguales, pero los del Clos des Vins d'Amour son excepcionales ¡Una de las favoritas del Futé!

La familia Rieu elabora vinos frescos y elegantes en unos terrenos de gran altitud en Fenouillèdes (meseta granítica de Tarerach), con una amplia gama de variedades de uva entre las que se encuentran la inusual Vermentino, la Cariñena gris y la Garnacha Peluda, sin olvidar las variedades de uva del Rosellón. Al igual que nuestros colegas, nos sedujo la frescura y la finura de estos vinos. Alexandre y Fabrice le invitan a la bodega de Argelès para descubrir sus tesoros y, sobre todo, para compartir su pasión con usted. Le Petit Futé se ha enamorado de estos dos hermanos.

Con cien años de historia, la bodega de los Vignerons de Trémoine reúne a ochenta viticultores de cuatro pueblos: Rasiguères, Lansac, Planèzes y Cassagnes. Cultivan las viñas en un terreno rico y variado de 500 hectáreas. El territorio de los Vignerons de Trémoine es un mosaico geológico: esquistos negros, arenas graníticas, suelos arcillo-calcáreos... Durante la degustación en la bodega, se deleitará con la acogida y el sentido de la hospitalidad que forman parte de los valores rurales.

En Cassagnes, un pequeño pueblo encaramado en una meseta entre 300 y 400 metros de altitud, este terruño tan específico, compuesto de gneis, es propicio para la producción de vinos finos, frescos y elegantes. Metidos en la aventura de la agricultura ecológica desde 2015, la familia Modat continúa su búsqueda de la excelencia trabajando 15 hectáreas según los principios de la biodinámica, una filosofía basada en la escucha y la observación de los ciclos naturales. Sus vinos son sorprendentes y seductores; los tópicos que acompañan a los vinos del Rosellón se hacen añicos aquí. Nos encanta.

En el corazón de las tierras altas de Fenouillèdes, Eric dirige desde hace veinte años una finca ecológica de 50 hectáreas en suelos de arenas graníticas. El sol y la frescura caracterizan este magnífico y salvaje terruño en altitud. Desde el trabajo en el viñedo hasta el embotellado, Eric observa el mayor respeto por el biotopo y se esfuerza por no romper nunca el equilibrio entre la naturaleza y el viticultor. Las cosechas de Eric atrajeron rápidamente la atención de la prensa especializada, que elogió a este orfebre. El Futé lo adora, y usted también lo hará, garantizado.

En el corazón de uno de los valles más bellos del mundo -el Sinclinal de Saint-Paul de Fenouillet-, Aude y Franck explotan un viñedo ecológico de 15 hectáreas de vides y 2 hectáreas de árboles frutales sobre suelos de caliza y esquisto. Las variedades de uva incluyen los grandes clásicos del Rosellón. La historia comenzó en 1987, con los padres Pascale e Yves cultivando algunas viñas en régimen de arrendamiento, y luego cada vez más al mismo tiempo que dirigían un negocio profesional. pasaron 15 años elaborando vino en una bodega cooperativa, antes de instalarse en su propia bodega en 2003. Paciencia y trabajo duro... ¡y hoy los hijos Aude y Franck continúan la tradición! Ambas generaciones están orgullosas de su trabajo y su compromiso. Para degustar, le recomendamos la Cuvée de Franck, un 100% Carignan, un zumo con cuerpo para tomar con platos en salsa, y la Cuvée de Gabin 100% Maccabeu, muy afrutada y excelente como aperitivo. Previa cita, se le ofrecerá una visita completa de la finca y, por supuesto, una degustación.

El Domaine Boudau esconde una historia familiar que se remonta a principios del siglo pasado. Esta finca bañada por el sol se extiende sobre suelos arcillosos-calcáreos a diferentes altitudes, lo que permite que la variedad de uva favorita de la familia, la garnacha negra, se exprese con toda su potencia. Nos enamoramos de los vinos tintos Le Clos (muy gourmet, redondo) y Patrimoine (más fresco y delicado). La misma variedad de uva y, sin embargo, dos vinos diferentes: ¡soberbio! La conversión al cultivo orgánico ha supuesto la consagración de esta finca regularmente aclamada por los grandes catadores.

Raymond y Caroline gestionan su viñedo de 12 hectáreas de la forma más natural posible, sin productos químicos, solo un poco de azufre y aceites esenciales. «Queremos dejar que la biodiversidad se exprese», declaran. Esta pareja, enamorada de la vida en el sentido más amplio y del amor mismo (lea las etiquetas, el arte de la seducción se desglosa en etapas para cada variedad), ofrece vinos sorprendentes, diferentes y tan entrañables: el Petit Futé se ha enamorado de esta finca y de sus encantadoras botellas.

A dos pasos del Castillet, Nasser, experto en botellas y productos gourmet, le da la bienvenida a su boutique, donde le ofrece una exquisita gama de vinos y champanes. Podrá degustar finas tapas acompañadas de vinos de la bodega... y contemplar el Castillet desde el balcón. En su nueva bodega, Nasser ha pensado en todo para ofrecerle un auténtico momento báquico. Abundan las ideas y se saca regularmente nuevas recetas de la chistera. Los viticultores también están allí, donde se puede degustar, hablar y disfrutar de la vida A Le Petit Futé le encanta.

Son dos encantadoras tiendas que celebran el vino: grands crus y pequeñas fincas de aquí y de otros lugares, así como una buena gama de vinos dulces naturales. Los viticultores locales vienen a hablar de sus productos los jueves por la noche, con catas acompañadas de tapas. En función de la actualidad, las degustaciones se basan en un tema concreto, como el vino temprano, el ron, el champán, el whisky, etc. La Part des Anges es también un experto en whisky con un centenar de referencias que muestra claramente su pasión por los vinos dulces y los rancios.

Jean-Pierre Rudelle es un epicúreo del vino, seguro que encontrará en su establecimiento una selección especialmente cuidada de las mejores fincas del Rosellón y de Francia. Pero también ofrece cursos de degustación en un entorno muy moderno. Le Comptoir sigue la actualidad del vino con un calendario de eventos de temporada. La uva del pastel se saborea de jueves a sábado por la noche, cuando Le Comptoir des Crus se convierte en un lugar de cata de vinos con productores invitados y consejos de enófilos profesionales. Un establecimiento valioso para los amantes de los productos regionales.

El Mas Baux es una finca de veinte hectáreas, de las cuales doce están plantadas con vides en la garriga. El edificio del siglo XVII destaca desde lejos y parece un barco que navega en un océano de viñas. «La selección comienza en la viña y continúa hasta el embotellado», insiste Marie-Pierre. La agricultura ecológica, la vendimia manual y la recolección en cajas, son el trabajo de un orfebre que acepta la lentitud para obtener vinos profundos y expresivos, muy elogiados por la prensa especializada. Podrá probar todas estas hermosas botellas en la bodega, donde se mezclan material contemporáneosy paredes centenarias.

Domaine Pons Gralet es una finca de 8 hectáreas a escala humana, que se cultiva de forma ecológica desde 2002 y que recientemente ha introducido principios biodinámicos. El valle de Agly, al igual que la Côte Vermeille, es una de las regiones con menor rendimiento vinícola de Francia. El clima seco y ventoso es ideal para el cultivo de la vid, sobre todo en ecológico, y permite reducir al mínimo los insumos químicos. La propiedad se distribuye en varias pequeñas zonas: Montner, Tautavel y Maury. Así, la diversidad de los suelos arcillo-calcáreos, de esquisto, de guijarros y de basalto esquistoso realza la diversidad de aromas de los vinos. "Cada una de nuestras viñas se encuentra en una denominación específica: Côtes du Roussillon Villages para los tintos, Côtes du Roussillon para los blancos y rosados y, por supuesto, Rivesaltes y Maury para los VDN", explica Christian. La familia se declara "campesina viticultora" y estará encantada de recibirle en la más pura tradición catalana para una degustación de todas sus pepitas en la bodega situada en el centro del pueblo. No se lo pierda: la oferta enoturística de la finca bien merece una visita.

A las afueras de Thuir, el Château de Saü es una espléndida propiedad dirigida por la misma familia desde 1840. Hervé y Beatrice Passama son adeptos de la agricultura integrada. Regularmente premiados, los vinos de Saü merecen la visita: la denominación (AOC) Rivesaltes Ambré Hors d'Age cumple todas las expectativas que implica su nombre. Lo mismo ocurre con el Côtes-du-Roussillon tinto, cuya cosecha original, pensada para exportar a lo grande en asociación con la sociedad JeanJean, es un éxito total. El reserva se vende en la misma bodega.

Conocida por su vino dulce natural, la cooperativa de Maury ofrece una veintena de vinos, regularmente elogiados por la prensa especializada, incluyendo una excelente gama de vinos secos. La cooperativa cuenta con más de cien viticultores, que no solo pasan su tiempo en los viñedos, sino que también participan en la vida de la bodega. Ahí podrán conocerlos durante una sesión de degustación y charlar con ellos sobre una pasión común: la tierra y el fruto que destila. Por último, decir que los viticultores de Maury organizan cada año eventos en torno al vino.

Esta tienda de vinos de moda convierte la cata de vinos en un placer. Olivier, joven comerciante de vinos y gran conocedor, le dará todos los consejos que necesite. En su atractiva decoración de madera clara, descubrirá más de 800 referencias, algunas de ellas exclusivas de Collioure: Rectorie, Préceptorie, Gardiès, Clos des Fées, Gauby, Abbé Rous, Côtes d'Agly, Pithon de Calce, en resumen, los mejores viticultores del departamento. Todo a precios de finca. Durante las vacaciones escolares, se organizan degustaciones todos los días. Todo está en su página de Facebook.

Gustumo, del esperanto, significa «el sentido del gusto», así que ya sabe por qué entra en esta bonita y acogedora bodega. Jean-Philippe le aconsejará si desea crear una bodega propia y lo mismo hará con los maridajes. Puede confiar en él, es un amante del vino y conoce perfectamente sus productos. Un rincón dedicado a las exquisiteces (vinagres Banyuls y Maury, tapenade, foies gras) le permitirá llevar pequeños regalos y detalles refinados de última hora. Un lugar lleno de vida y locura, dirigido por una persona apasionada.

En 2003, el apasionado viticultor Olivier Castells se hizo cargo de las 25 hectáreas de viñedo de la finca familiar, que se vinificaban en una bodega cooperativa, con el objetivo de elaborar sus propios vinos. Amplió la finca a 30 hectáreas gestionando su viñedo bajo la certificación de Alto Valor Medioambiental, donde combina vinos blancos y tintos. Reúne Maccabeu, Garnacha blanca y gris, Muscats d'Alexandrie y à Petits Grains, así como Sauvignon en las llanuras, y da origen a tintos combinando Garnacha, Syrah, Mourvèdre y Cariñena.

Philippe es uno de esos viticultores raros del Conflent. Bajos rendimientos, prensado manual, bazuqueo... Trabajo minimalista, agricultura a la manera antigua y ecológica, todo ello acompañado de mucho amor y pasión. Cariñena, garnacha y syrah harán las delicias de su paladar. Las cosechas de este «vino de garaje» (porque Philippe vinifica en su garaje) son correctas y bien equilibradas. Los caldos tienen mucho cuerpo, son coloridos y tienen ese toque afrutado que nos seduce. Entre 4000 y 5000 botellas al año, no más, así que dese prisa. Lo volvemos a decir, un pequeño vino que no deja de subir...

El Clos du Rouge Gorge es una pequeña finca de 5 hectáreas en terrazas de esquisto y gneis gestionada de forma ecológica por Cyril Fhal: trabajo de un orfebre y biodinámica desde el principio. Todos los amantes y expertos del mundo del vino conocen esta finca cuyos vinos han contribuido al reconocimiento internacional del Rosellón. Gracias Cyril por hacernos entrar en la gran liga. Su exigente enfoque, desde el «pie de la vid hasta la copa», es un modelo para la nueva generación de viticultores. Vinos refinados y distinguidos.

«Ella tenía la cabeza en las estrellas, él tenía los pies en la tierra: a la luz de la luna, soñaban con un vino respetuoso con la naturaleza y el consumidor...». En una tierra tan noble, el trabajo biodinámico es esencial, un trabajo de prevención y no de lucha. En la bodega, la vinificación se hace en frío para conservar el sabor de la uva: «¡Nuestro vino debe tener el sabor de esta uva!». La tierra está viva y la luna guía al viticultor. Los vinos de Vanessa y Mathieu son como La llamada de la selva, con un fuego de leña y una barbacoa. Uno de nuestros favoritos.

«Hago un vino sin concesiones: utilizo lo que la madre naturaleza me da como material para captarlo, transformarlo, interpretarlo, refinarlo para ofrecerles una obra lo más cercana posible a esta sustancia cruda y noble poniendo mis tripas y mi corazón en ello». Con eso lo has dicho todo, Raphaël. Haces un vino libre y loco, pero también un vino hecho con el mayor respeto a la agricultura biodinámica, y eso nos encanta. Nada es un poco como un OFNI (objeto fluyente no identificado) en el universo del vino, pero ha conseguido ganarse el respeto de sus compañeros y hoy tiene el viento a favor.

En 10 hectáreas de suelos arcilloso-calcáreos, Pascal y Jacques dirigen su negocio de forma brillante. Ahora tienen el viento a favor y sus vinos son regularmente premiados por la prensa especializada. Sus caldos son potentes, sin dejar de ser equilibrados, y el tono afrutado se siente bien en la boca. El viñedo en altitud preserva la frescura de los vinos, y el alcohol pasa a un segundo plano. Otra razón para visitar el Domaine de l'Edre: el entorno es encantador, un precioso circo montañoso que se extiende entre Tautavel y Vingrau e invita a dar bonitos paseos.

Gérard Gauby es un viticultor excepcional que se ha hecho un nombre a nivel internacional. Hace ya mucho tiempo que se convenció de que había que crear y preservar un ecosistema natural, por lo que mantuvo la mitad de las 85 hectáreas de la finca como bosque, praderas y matorrales, y luego dio el paso, de forma natural, hacia la agricultura ecológica. La agricultura biodinámica se añadió a la lista poco después. Lionel, su hijo, un enamorado de la uva desde muy joven, acompaña hoy a su padre. Pocas veces se encontrará con alguien que hable con tanto amor y respeto por la naturaleza y por su profesión. Una finca ineludible en el Olimpo de la viticultura.

Defensor de los vinos naturales, pero sin llegar a los extremos en la bodega, Philippe cultiva su viñedo (12 hectáreas) respetando los valores de la biodinámica, es decir, rechazando la adición de insumos químicos. Las vides plantadas un poco en altitud en Maury producen un vino fino y fresco que está bastante alejado de la imagen que se tiene de los vinos secos de Maury. Cuando la pequeña bañista se desnuda, nos revela un vino mineral con una personalidad sutil.

Toda la riqueza, la diferencia y la complejidad de una tierra de montaña se encuentran en el fondo de una copa de Le Soula. Vinos tintos y blancos cuyos nombres se han hecho famosos: Trigone, Soula o Macération du Soula. Seamos claros, estamos hablando de vinos excepcionales. La prensa, la crítica, todo el mundo habla de esta bodega y sus profesionales a quien no se les ha subido a la cabeza. Wendy y su equipo le darán la mejor de las bienvenidas. El secreto de Le Soula está en dos conceptos: una finca y su personal, y en su compromiso con la agricultura ecológica.

Pierre Dannoy, viticultor apasionado y gran defensor de la agricultura ecológica, se encargará de presentarle sus vinos naturales, pero también le hará probar higos, granadas, zumo de uva, mermeladas y aceite de oliva. Este hombre no ha puesto todos los huevos en la misma cesta, así que dependiendo de la temporada, siempre hay algo que probar. Nos encanta el entorno de la finca, salvaje, árido y entrañable. Los vinos naturales de Pierre son frescos y ligeros: ¡un auténtico zumo de una para la boca! Son perfectos para las comidas de verano.

En Cosprons, una bonita aldea aislada a medio camino entre Port Vendres y Banyuls, la familia Cardoner (abuelo, padre e hijo) cultiva 11 hectáreas de viñedos con la pasión y la sencillez de los grandes hombres. En la bodega Les Tines descubrirá una bonita historia familiar asimilable a la tradición de las novelas de Giono. Los Cardoner también disponen de cuatro habitaciones de huéspedes con enormes terrazas (¡y jacuzzi!) con vistas al Mediterráneo. ¡Aquí da gusto compartir!

En este terruño de esquisto bendecido por los dioses, Sophie y Alain hacen crecer sus viñas mimándolas «de la forma más natural posible». El cultivo biodinámico y la vinificación y la maduración naturales, sin adición de azufre, son su credo. Esta elección de mantener el suelo vivo (sin añadirle ningún insumo químico) se expresa en sus cosechas, que son simplemente deliciosas. Si desea iniciarse en el enoturismo, Sophie y Alain le proponen un itinerario de descubrimiento de los viñedos, las plantas medicinales y su bosque de alcornoques.

En una tierra excepcional de esquisto (Maury) y calcárea (Tautavel), Nathalie y Simon producen una gama de vinos que reflejan perfectamente estos dos diferentes suelos. La degustación tiene lugar en la magnífica bodega situada en el primer piso, que ofrece una hermosa vista del Canigó detrás del gran ventanal. ¡Y qué degustación! ¡Nos gusta tanto como a la prensa especializada! En el Mas de la Devèze, nos encanta esa imagen de Épinal representando la masía catalana aislada en medio de los viñedos. El lugar tiene un encanto poco común que se completa con la amabilidad de los viticultores. ¡Nos encanta!

En medio de los bajos Aspres, Jonhatan y Rachel cultivan 10 hectáreas de viñas siguiendo unos principios ecológicos y sostenibles para conseguir un «vino natural». Reivindican una cultura tradicional y artesanal combinada con las últimas tecnologías, y da sus frutos. Reciben regularmente premios y son citados en las principales revistas internacionales. Pero no crea que eso se les ha subido a la cabeza a los Treloar. Basta con ir a la finca a conocerlos para convencerse de ello. Son personas tan naturales como sus vinos, y disfrutan recibiendo invitados y compartiendo su pasión.

En la Côté Cave todos se sentirán felices, ya sean iniciados, aficionados o solo curiosos. Un lugar bello y cálido que sigue siendo sencillo y acogedor. La prueba es que regularmente se organizan talleres para dar a conocer los secretos y la magia de la fruta fermentada: «bar-coctelería, sumillería, en busca de las pepitas del Languedoc...» (detalles en el sitio web, que se actualiza regularmente). Y la guinda del pastel, todos los sábados por la mañana, día de mercado, los propietarios traen a un viticultor que ofrece degustaciones de sus vinos. ¡Epicúreos sin moderación!

Dos maravillas en un mismo lugar: vinos de alta calidad concebidos y madurados por viticultores que respetan una agricultura fitoecológica y una magnífica bodega para visitar. Ochenta viticultores y una docena de cosechas para todos los paladares y presupuestos. Edificio renovado hace ya algunos años, los antiguos muelles de descarga se han transformado en una sala de degustación. Lo más destacado de la visita es, sin duda, la bodega de crianza de los vinos dulces naturales situada en la primera planta. ¡Encantador!

Por fin una enoteca que se ha enamorado de los vinos naturales y los pone en valor Olivier ofrece los mejores vinos ecológicos, biodinámicos y de vinificación natural, así como una atractiva gama de productos locales. Es un personaje pintoresco, tan libre con sus palabras como con los vinos que ofrece. Además de dar consejos sólidos y expertos, ofrece una gama de vinos para todos los presupuestos y gustos; Olivier siempre puede encontrar la botella adecuada para usted Su personalidad es tan atractiva como los vinos que aconseja. Una visita obligada.

Charles Pérez, enólogo artesano, dirige su viñedo de 25 hectáreas según los principios de la agricultura ecológica y realiza la vinificación con el objetivo de minimizar los insumos y los procesos mecánicos. La robustez y la bonhomía de Charles se refleja del todo en sus vinos: ¡redondos, sinceros y generosos! En pocas palabras, en Mas Becha hay dos gamas de vinos: los «retratos de familia» y los vinos de parcela con una producción muy reducida, generalmente dedicados a la alta gastronomía. Y todos son elogiados regularmente por la prensa especializada. Nos encanta.

La recepción se realiza en la nueva y majestuosa bodega, imposible no verla desde la carretera. La sala de degustación se abre a la amplia bodega de crianza que se puede ver detrás del ventanal (visita con cita previa). Abarca unas 60 hectáreas de viñedos en suelos de esquisto negro y granito (Maury y Lesquerdes), cultivados con respeto al medio ambiente y con un mínimo de insumos químicos. Vinos de alta gama, concentrados y gustosos, una bella expresión de este terruño denso y ardiente. Uno de nuestros favoritos es el Amourette, una garnacha gris única y deliciosa.

Los viñedos se extienden por cuarenta hectáreas de suelos arcillosos-gravosos y arenosos-gravosos e incluyen una gran variedad de tipos de uva, en una finca que se trabaja de manera ecológica desde 2013, respetando el biotopo. Océane, Jules y Romain (Jules es el futuro enólogo, pero aún es un bebé) perpetúan la tradición que le ha dado fama a la propiedad, al tiempo que aportan «un toque de frescura e innovación» (dice Romain) que se expresa a través de una nueva gama de vinos. Una joven pareja llena de ambición, pero también de sencillez, a la que deseamos una larga vida vitícola.

Este alto lugar de la historia del vino del Rosellón, cuyo nombre se podría traducir por «cabeza de madera», está a la vez anclado en la tradición y volcado hacia el futuro. Se extiende sobre noventa hectáreas cultivadas en suelos arcillosos pedregosos. En el frescor de la bodega con paredes de «cayroux», es decir de piedra y ladrillo vistos, podrá saborear una amplia gama de vinos blancos, tintos, rosados y dulces naturales. Es posible visitar la bodega durante la temporada de verano y apuntarse a clases de cata de vinos. Cap de Fouste ha sabido aprovechar los bellos volúmenes del lugar para acoger conciertos de jazz y ópera. Ofrece eventos y veladas temáticas a lo largo del año.

Domaine Sol Payré es una visita obligada para los amantes del vino. Además de un restaurante que sirve comidas en el propio establecimiento, la finca cuenta con una bodega donde se pueden comprar sus vinos. Domaine Sol Payré ofrece una amplia selección de vinos, desde vins doux naturels hasta tintos, blancos y rosados. Entre ellos se incluyen Vertigo 2020, Memento 2020, Trilogia 2021, Ater 2018, Sacré Numéro Rosé 2022, Ivresse des Sens Blanc 2022, Rosae 2022, Imo Pectore 2020, Scelerata 2020, Albae 2021, Rivesaltes Hors d'Age y Muscat de Rivesaltes 2022. Magnums también disponibles según disponibilidad y añada.

La finca, ubicada en unos suelos compuestos por una mezcla de esquisto, cuarzo y arcilla roja, cuenta con magníficas cepas de syrah, garnacha, roussanne, marsanne y moscatel. El viñedo es limpio y respetuoso con el medioambiente. Los vinos de Mas Cristine son todos elegantes, potentes y generosos en lo que respecta a los tintos, y los blancos son frescos y minerales. Por último, el Mas Cristine organiza regularmente eventos vinícolas, jornadas o veladas que no debe perderse en ningún caso si quiere catar uno de los grandes vinos del Rosellón.

Les Vignerons du Vallespir es un grupo de 70 viticultores que se adhieren a los valores de la cooperativa desde 1949. El viñedo se extiende desde Céret, a las puertas del Vallespir, hasta Le Boulou, e incluye algunos pueblos del Aspres, al pie de las Albères. Esta variedad de terruño se refleja en los vinos, que van desde los más afrutados hasta los más robustos. En verano, se organizan degustaciones especiales y un mercado de pueblo en las calles de Le Boulou los jueves y domingos por la mañana.

La identidad de esta tierra plural de los Aspres se puede percibir en los vinos de Virginie y André, destacados regularmente por la prensa especializada. Esta pareja de enamorados, que ama profundamente la vida y son discípulos de Rabelais (y un poco de Hendrix también...), nos encantó. La reputación de la bodega se debe también a las inolvidables veladas que organiza durante todo el año. Por nombrar solo una, los «Jueves de la Perdrix» (degustación, asado, música y fiesta hasta bien entrada la noche) se han convertido en una institución en la región.

La superficie de venta, de 250 metros cuadrados (y su amplio aparcamiento), le seducirá; así como la lista de bodegueros cuidadosamente seleccionados. Steve y Jess se pasan el tiempo probando vinos, así que puede confiar en ellos. La filosofía de esta tienda es ofrecer vinos a precios de productor. El otro punto fuerte de Vincoeur Catalan es su página web, llena de tesoros, donde se pueden hacer pedidos. Nos ha gustado particularmente la riqueza de contenidos no solo de los vinos sino también de cada viticultor.

El Domaine Saint Thomas cuenta con veinticinco hectáreas de viñedos, tres hectáreas de cerezos, tres hectáreas de albaricoques y tres hectáreas de olivos. En temporada, acérquese a la finca para recoger sus cerezas y comprar fruta en la bodega. Laurence y Pierre-Jean se dedican al enoturismo: cuentan con tres casas rurales de cuatro espigas, alquilan una sala de viticultura para noventa personas y organizan visitas guiadas a la finca durante todo el verano y una ruta del vino en 4x4 por los viñedos de Colliure con pícnic y degustación, etc. Pero la fuerza del Domaine Saint Thomas reside en sus tres terrenos vitícolas, que ofrecen una completa gama de vinos para todos los gustos y presupuestos.

El territorio de Terres Romanes, en las terrazas del Canigó o en las colinas de granito de las Fenouillèdes, es rico y variado. Este viñedo de montaña ha redescubierto su identidad ancestral, de la época en la que la vid estaba presente en las laderas soleadas de la montaña. El equipo de Terres Romanes ofrece cursos de cata y de iniciación. Más por placer que por la técnica, los talleres gratuitos para adultos y para niños permiten desacralizar el mundo del vino.